miércoles, enero 10, 2007

Plataforma

En los primeros años de juventud, si alguien era feo, siniestro, poco inteligente, pero leía a Bukowski, sus expectativas de llevarse a alguien a la cama se multiplican por un factor equis; nada muy relevante, pero un factor al fin y al cabo. La cosa consistía en provocar el atractivo del abismo, la belleza de la negritud, la veneración del templo de la nada más vacía. De esta manera se buscaba confundir imbecilidad con genialidad, ignorancia con superioridad escéptica y la completa ausencia de argumentos con un símbolo de filosofía existencialista. Hacer creer, en definitiva, que si estabas “allí” era porque ya habías regresado de “allá” y no porque –como realmente era- no habías ido a ningún sitio en tu puta vida. Cualquier tonto podría pasar por un ser interesante gracias a este tipo de productos comerciales.

Entonces el chico-lector-de-Bukowski entornaba los ojos, encendía un cigarrillo (o canuto, mejor), abría el libro y con voz engolada leía algo poético y triste sobre pollas y coños con total frialdad. Esa era la provocación “bukowskiana”. ¿Y esto por qué funcionaba con algunas chicas? Ni idea, pregunten ustedes a las interfectas. Pero creo que está claro que yo no veo mucha profundidad en la literatura de Bukowski, en cualquier caso.

Huellebecq tiene también, para quien la busque, esa superficial lectura provocadora y obscena, que tanto gusta a adolescentes en celo, morbosos y con ínfulas intelectualoides. Y creo que con Houllebecq se tiende hoy en día a hacer un poco lo mismo. Al fin y al cabo, el francés habla de pollas y coños, de tríos y felaciones. Pero es que no tiene nada que ver con Bukowski; es mucho más profundo y filosófico. Y su provocación no es gratuita.

Plataforma, su obra más famosa, es un canto al amor atávico y primigenio, al cariño y al abrazo físico como alternativa a la occidental decadencia sofisticada y aséptica, vacía de emociones y llena de terrores hacia nosotros mismos.

Houellebecq además de ser un visionario, es un gran poeta por cierto. Leedle sin prejuicios; encontraréis mucho más que pollas y coños (no como con Bukowski)

El jueves voy a ver qué se han atrevido a hacer en el Teatro con la cosa . Deseadme suerte, que no sé yo estas cosas...


Un libro provocador; Plataforma, de Michel Houellebecq

Una película provocadora; Alguien voló sobre el nido del cuco, de Milos Forman

Una canción provocadora; Heroin, de Lou Reed

8 Comments:

Anonymous Anónimo dijo...

Pues yo me harté a leer a Bukowski y no me comí un colín a cuenta de él. es más, creo que si tenía alguna posibilidad, verme con algún libro de él las ahuyentaba

enero 10, 2007 5:26 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Pues me ocurrió lo mismo. Leí compulsivamente a Bukowski durante mi adolescencia pero nada, oye. De hecho, puede confirmar que, al menos en mi instituto, leer un libro, cualquier libro, espantaba a las chicas. Instintivamente te clasificaban como aburrido (o coñazo, vamos).

Una película provocadora: "Los Idiotas" de Lars Von Trier.

enero 10, 2007 6:11 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

A mí intentaron seducirme una vez con Bukowski, sí. No era la única arma de aquel seductor estrafalario (aunque divertido): Houellebecq y Reinaldo Arenas también estaban en su recámara.

No lo consiguió, así que no puedo contestarte tampoco...

Bukowski me desagrada sin disgustarme, raro pero cierto.

Lo único que he leído del francés es La posibilidad de una isla. Me gustan los párrafos, me gusta cómo piensa y cómo se expresa, cómo usa el lenguaje y lo que dice. La historia es un poco inverosímil y, tal como yo lo veo, es usada como excusa para vehicular la estructura de su pensamiento. Pero la verdad es que anoté algunas frases, algunas ideas, que me hicieron morirme de envidia...

Una película provocadora: La última tentación de Cristo, de Martin Scorsese.

enero 10, 2007 7:30 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Yo creo que el problema no es Bukowski sino lo que hacen con él, o lo que creen que hay que hacer con él.

Bah, vos lo explicaste mejor.

enero 10, 2007 8:15 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Ya dirás qué tal lo hace Echanove (no sé porqué lo pregunto, seguro que lo hace genial, como siempre).

Pues a mi, como chica, he de reconocer que me seducía Bukowski. Me explico. Hace ya algunos años me leí TODAS y cada una de sus novelas. Se puede decir objetivamente, bueno, es mi opinión, que no es buena literatura, literatura elaborada, pero supongo que lo que gusta a los lectores de Bukowski era su estilo directo y sin tapujos. "La senda del perdedor" es uno de los mejores retratos que he leído de la infancia.... A mi el personaje de Chinaski, con todo lo alcohólico y guarro (en todos los sentidos, jajaja) que era, me ha inspirado siempre algo muy parecido a la ternura. Además me encanta el sentido del humor de Bukowski. Vamos, que no es literatura sólo para chicos :D.

Otra cosa es Houlleqbeq (nunca aprenderé a escribir bien su nombre). Me he leído las tres principales novelas del francés, "Ampliación del campo de batalla" (casi me da algo leyéndola, quien lo haya hecho sabrá lo que digo, qué angustia), "Las partículas elementales" y "Plataforma"... Y ya no he seguido leyendo nada más de él. Al principio me sedujo esa prosa provocadora que habla de los problemas a los que nos enfrentamos en este nuevo siglo: incomunicación, relaciones cada vez más asépticas, individualismo, etc... pero de alguna manera me ha cansado... además no me gusta nada de nada la imagen que refleja de la mujer en sus novelas, y que quede claro que esto no es algo en lo que suela fijarme, pero en su caso es muy llamativo... no quiero generalizar, pero siempre son ninfómanas o tienen todo tipo de traumas sexuales (los de sus protagonistas masculinos tampoco se quedan cortos). Es curioso, pero leyéndole tengo la sensación (y eso no me pasa con otros autores) de que sus novelas son totalmente masculinas, no sé cómo explicarlo, rebosan testosterona por todos los lados... En fin, que como digo llegué al punto en que me cansé de sus novelas, aunque es posible que vuelva a retomarlas un día de estos...

Conclusión, prefiero a Bukowski :).

enero 11, 2007 12:22 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Amigo No Surrender, me posiciono junto a usted. A mí Bukowski lo poco que le he leído no me ha gustado mucho. Puede que esperara mucho de él y me defraudara.

Como canción aún más provocadora de la Velvet, que no mejor, es "Venus in furs". O puede que sean iguales. Joder, qué grandes eran los tíos y qué grande es Lou Reed.

enero 11, 2007 6:40 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Detective, yo prefiero pensar que cuando había éxito era por otra cosa, así que me apunto a su estadística. Gracias por venir. Un honor.

Alex, eso es que tenías armas suficientes, seguro :) . Von Trier no es mi taza de té, como dirían los británicos. No acabo de sentir la empatía que precisan sus historias, tan humanas y desgarradas. Pero prometo intentarlo de nuevo, eh.

K, La posibilidad de una isla es la obra que más me gusta del francés. Tiene momentos muy lúcidos y poéticos. Para mí no es tan inverosímil su historia, tiene algo – no sé explicar bien el qué- que me parece profunda y deprimidamente lógico. Si lees Plataforma algún día, no pierdas la perspectiva de que está escrito y publicado antes del 11S de NY. Houllebecq es un visionario.

Ah, Scorsese!! Gran película. Pero me quedo con otras suyas, como Taxi Driver, New York, New York o la brutal, brutal, brutal Alrededor de la Medianoche (de la que hablaba Alex el otro día)

Arcángel, tienes toda la razón. Somos unos consumistas de 2x1. Pedimos que cierta literatura nos sirva de ropa de moda también :) Nos parapetamos en cosas que nos definen, en lugar de ser nosotros mismos, de alguna manera.

Desconvencida, Echanove es un gran profesional. Dos horas se pasa en el escenario con una intensidad emocional absoluta en un personaje ya de por sí bastante emocionalmente-absoluto. Me preocuparía si fuera su amigo, incluso.

Ampliación del campo de batalla es muy duro, sí. Enhorabuena por haberlo terminado sin recurrir a psicoterapia :)

Esa imagen machista que da Plataforma (que tienes razón en que la da) no es, para mí, más que un recurso de sinceridad absoluta desde su sinceridad más interior. Habla de él y su soledad, su denuncia a la decadencia emocional de Occidente. Una de las primeras frases que dice el protagonista es algo así como “que me gusten los coños es lo único de humano que me queda ya”. Ese es el tema, así de duro.

Billiwild, me encanta Venus in furs y casi cualquier cosa de la Velvet. El día 31 toca John Cale en Madrid, ¡me encantará ir a verle! Si ves a Lou por las calles de New York dale las gracias por la música de mi parte, eh :)

enero 13, 2007 1:12 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

sólo he leído Las partículas elementales, me gustó, y comparto su discurso sobre el señor MH.
por cierto, el favorito de su trinidad es el viejo Bob, con el tío vinagre, alias Van Morrison, pisándole los talones.

enero 24, 2007 11:21 p. m.  

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