jueves, enero 08, 2009

Nueve finales para nueve novelas



Un final de novela puede ser muy emocionante si acaba con algo así como “y fue entonces, justo antes de morir, cuando Ernestina comprendió que el asesino era el mayordomo”.

Puede ser emocionante, sí. Pero es una mierda.

Un buen final de una novela es un estado de ánimo que nos regala el autor. No suele descubrir la historia, la cual debe estar ya bien cerrada. Nos aporta algo que no teníamos antes de comenzar la historia. Nos deja algo que no esperábamos encontrar, y que hemos compartido. Una experiencia de vida, vicaria, que nos ofrece no volver a sentirnos igual que antes de comenzar la novela. Esos, esos son los grandes finales.

Voy a hacer una selección, más o menos aleatoria, de nueve finales de novela que encontraron en mí un estado de ánimo nuevo, que desconocía antes de empezar a leerlas. Ninguno de estos finales seleccionados descubre la historia de la novela, así que podéis leerlos con tranquilidad, que no hay spoiler ninguno. No se trata de “mis mejores finales”, tan sólo de algunos que hoy quería poner aquí.




A-
Y nadie, nadie sabe lo que le va a pasar a nadie excepto que todos seguirán desamparados y haciéndose viejos, pienso en Dean Moriarty, y hasta pienso en el viejo Dean Moriarty, ese padre al que nunca encontramos, sí, pienso en Dean Moriarty.


B-
Y cuan poco va quedando de cada individuo en el tiempo inútil como la nieve resbaladiza, de qué poco hay constancia, y de ese poco tanto se calla, y de lo que no se calla se recuerda después tan sólo una mínima parte, y durante poco tiempo: mientras viajamos hacia nuestra difuminación lentamente para transitar tan sólo por la espalda o revés de ese tiempo, donde uno no puede seguir pensando ni se puede seguir despidiendo. Adiós risas y adiós agravios. No os veré más ni me veréis vosotros. Y adiós ardor, adiós recuerdos.


C-
Pienso en bisontes y ángeles, en el secreto de los pigmentos perdurables, en los sonetos proféticos, en el refugio del arte. Y esta es la única inmortalidad que tú y yo podemos compartir, Lolita mía.


D-
¿Qué hay detrás de la ventana?















E-
De esta fiesta mundial de la muerte, de este terrible ardor febril que incendia el cielo lluvioso del crepúsculo, ¿se elevará algún día el amor?


F-
Hace frío en el scriptorium, me duele el pulgar. Dejo este texto, no sé para quién, este texto, que ya no sé de qué habla: de la primitiva rosa sólo nos queda el nombre, sólo poseemos simples nombres.


G-
Porque cada beso humano es también una respuesta –a su manera distorsionada y tierna- a una pregunta que no se puede formular con palabras.


H-
Seguiré enfadándome, seguiré discutiendo, expresaré inoportunamente mis ideas, continuará erigiéndose un muro entre el santuario de mi alma y los demás, incluso me sucederá esto con mi mujer. Seguiré culpándola de mis sobresaltos y arrepintiéndome de ello, seguiré rezando sin que mi razón comprenda por qué lo hago. Pero ahora toda mi vida, cada minuto de mi vida, independientemente de lo que pueda ocurrirme, no carecerá de sentido, como antes. Ahora poseerá el sentido indudable del bien que soy capaz de infundir en ella.


I-
Recuerdo lo que aún no he vivido, tengo miedo de ser plenamente quien soy, en el vestíbulo de la estación de Mágina un altavoz anuncia la llegada del autobús procedente de Madrid, abrevio el tiempo para estrechar ahora mismo tu cuerpo ávido y delgado, vienes hacia mí con una bolsa al hombro y una maleta en la mano, apareces delante de la cama en la habitación del hotel con el pelo suelto sobre los hombros desnudos, no me acuerdo de nada, no me he dado cuenta de que empezaba a anochecer, no sé si estoy contigo en Mágina, en Nueva York o en Madrid, pero me da lo mismo, no sienten más que gratitud y deseo.




Os propongo un juego: unir cada foto con cada final. Ya me diréis si os gusta alguno de estos finales y os incita a recorrer todo el camino de páginas hasta él.




Un libro para el final de un camino: Muerte en Venecia, de Thomas Mann

Una película para el final de un camino: Los cuatrocientos golpes, de François Truffaut

Una canción para el final de un camino: The final cut, de Pink Floyd

.

74 Comments:

Blogger Sintagma in Blue dijo...

He cerrado los ojos para no leer los finales, sino ¿para qué quiero leer la novela?

Malo eres, pordiósbendito

enero 08, 2009 8:18 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Bueno, Sintagma, he dicho que estos finales no van con la historia en sí, que no descubren nada y sólo muestran un estado anímico.

Pero, bueno, si va a ser ésta la opinión generalizada, lo quito, claro. Pero no me llames malo ;)

enero 08, 2009 8:38 p. m.  
Blogger Arcángel Mirón dijo...

Mi preferido de tus nueve finales es el D.

Ni idea de quién es su autor.

¿Quién es su autor?

Una buena novela con un mal final es frustrante. Así como necesito un buen comienzo para sumergirme, necesito un buen final para salir a la superficie.

enero 08, 2009 9:02 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Lo explicas muy bien, Arcángel.

A mí también me gusta mucho el D. De hecho es un autor latinoamericano muy querido en esta página. Más adelante descubriremos a todos.

enero 08, 2009 9:15 p. m.  
Blogger semifusa dijo...

¡Juego!
Allá que voy, uniendo el final E- con la fotografía de Thomas Mann (el señor con apariencia tan seria, primero por la izquierda de la tercera fila...).
No he leído todavía "La montaña mágica", pero hace unos meses leí precisamente, como una cita, lo que transcribes de ella, y me caló...

Yo también estoy juguetona. Te reto:
A ver si sabes quién es el autor de este final:
"Tiene gracia. No cuenten nunca nada a nadie. En el momento en que uno cuenta cualquier cosa, empieza a echar de menos a todo el mundo".

¡Un beso! :)

enero 08, 2009 9:21 p. m.  
Blogger josef dijo...

Me gustan tus nueve finales y como no desvelan nada no prefiero ninguno, yo preferiría alguna de las novelas en sí... Tendrás que decir cuales son jeje!

enero 08, 2009 9:25 p. m.  
Blogger kamala dijo...

El F, el G y el de Semifusa están entre mis preferidos.
Pero porque me gustan como frases, no necesariamente como finales.

Es que a mí no me interesan especialmente los finales (ni los principios, en realidad, aunque sepa apreciar uno bueno si lo leo), ni creo que sea imprescindible un buen final: con que no chirríe me conformo. Incluso me gustan las promesas de segunda parte, aunque sean deliberadamente falsas. Para mí la chicha sigue estando "on the road".


Aunque este post está muy bien.

enero 08, 2009 9:51 p. m.  
Blogger kamala dijo...

Y no he podido evitar recordar uno de los finales más citados en las antologías y críticas e historias de la literatura española:

"Ana volvió a la vida rasgando las nieblas de un delirio que le causaba náuseas.

Había creído sentir sobre la boca el vientre viscoso y frío de un sapo"

enero 08, 2009 10:02 p. m.  
Blogger Arcángel Mirón dijo...

Bolaño.

¿Verdad?

enero 08, 2009 11:21 p. m.  
Blogger Merce dijo...

Como dice Sintagma, qué malo eres...

Yo sólo sé tres:
B 9
F 2

Y la C 8 por pura lógica...

enero 09, 2009 12:05 a. m.  
Blogger Angeles dijo...

Ami me gusta este,

(…)

¿Dónde estas?, dices con el cuerpo aterido de frió, haciendo castañetear los dientes, justo en medio del túnel, sonriendo en la oscuridad, abriendo puertas, cruzando pasillos que te acercan a las lagrimas, en la oscuridad, guiándote únicamente por la necesidad que tu cuerpo tiene de otro cuerpo, cayendo y levantándote, y por fin llegas a la cámara central, y por fin me ves y gritas. Yo estoy quieta y no se de que naturaleza es tu grito. Solo se que por fin nos hemos encontrado, y que tu eres el príncipe vehemente y yo soy la princesa inclemente.


Tanto hablas de el, que me lo he regalado.
Besos

enero 09, 2009 1:01 a. m.  
Blogger Gi dijo...

No veo ninguna autora mujer entre las fotos ni los finales...
El único que reconocí es el F y si no me equivoco corresponde a la foto del medio de la hilera superior.
Lindo juego

enero 09, 2009 4:43 a. m.  
Blogger Margot dijo...

Ummm mira que eres puñetero... difícil está!

Reconozco el final de Muñoz Molina -si no recuerdo mal El Jinete Polaco- y el de Lolita de Nabokov. Creo... que mi memoria ya da poco de sí.

Del resto ni idea.

Besos juguetones (qué bien te lo montas, jeje)

enero 09, 2009 10:53 a. m.  
Blogger Rara Avis dijo...

No hay nada mejor que un buen final de novela pero a veces llegar a ese buen final cuesta tanto o más que realizar la novela entera...

besitos grandotes...

enero 09, 2009 12:29 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Yo solo me sé el D (Los detectives salvajes. Bolaño) Creo que ya conté que leo este blog gracias a él y su real visceralismo.

Me gusta este juego! Estoy deseando saber de dónde son el H y el I, me han encantado!

enero 09, 2009 5:08 p. m.  
Blogger Gemmayla dijo...

Me encantan estos juegos.

A. Jack Kerouac

B. Javier Marías

C. Vladimir Nabokov

D. Roberto Bolaño

E. Thomas Mann

F. Umberto Ecco

G. y H. Dudo

I. Antonio Muñoz Molina

Amiga de lo "bueno si es breve, dos veces bueno", me han gustado los finales más breves. Muchísimo el de Bolaño.

Smuakis

enero 09, 2009 6:21 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Muy bien, semifusa! Efectivamente Thomas Mann es el hombre que fuma abajo a la izquierda. El final es el de La montaña mágica. Me gustan los finales, de novelas o de películas, que tras una reflexión nos dejan una pregunta. Este era un buen ejemplo de ello, sí. Y una de las novelas más grandes del siglo XX.

Ah, lo he tenido muy fácil con el fin que has propuesto, Semi ;) Pero no por memoria excesiva –que la tengo cada vez peor-, sino porque fue uno de los que preseleccioné para el juego. El final del Guardián entre el centeno es genial, sí. Y cierra muy bien las emociones del personaje.

Besos!

enero 09, 2009 9:15 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Moderato, para mí, las nueve novelas son buenísimas e imprescindibles. En estos comentarios descubrirás cuáles son todas.

Te las recomiendo todas, una detrás de otra.

enero 09, 2009 9:16 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Kamala, tienes toda la razón: lo importante no son los finales ni los principios, sino todo lo que ocurre en medio. Pero para este tipo de juegos ya hice uno de principios y todo-lo-del-medio resultaba un poco largo para poner en un post como éste :)

El F es de un polémico escritor italiano y el G de un austrohúngaro que murió hace ya años y que parece haberse puesto de moda últimamente. Me gustan los dos finales, que reflejan bien el espíritu de ambos autores: el F es muy pulcro y retorcido y el G humano y melancólico. Pero ambos son muy reflexivos (más abajo la solución)

El final que has propuesto también lo tuve preseleccionado, como el de Semifusa. Pero no me decidía a cortar el párrafo entero. Desde luego, La Regente es uno de los más clásicos e imprescindibles de la literatura española.

enero 09, 2009 9:16 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Arcángel, claro que sí, es Bolaño y su novela Los detectives salvajes ;)

Me seduce esa manera de abrir la historia al mundo exterior del lector, de dejarnos pensando en todas las ventanas del mundo que ocupan nuestra mente. Los detectives salvajes es, para mí, una de las mejores novelas de la literatura hispana desde los tiempos de Cortázar.

enero 09, 2009 9:16 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Merce, efectivamente el B es el final de Mañana en la batalla piensa en mí, de Javier Marías. Creo que es uno de los más grandes escritores vivos en castellano, y me gusta ese juego que tiene de enlazar una idea o imagen en el final de cada novela con el comienzo de la siguiente. En este caso, la novela que sigue a Mañana en la batalla piensa en mí, es Negra espalda del tiempo. Me parece una manera interesante de platear un final que nunca es un final y que es ya una larca del autor.

También has acertado con el F. Se trata de El nombre de la Rosa, de Umberto Eco. Me he tomado la licencia de traducir el latinajo final y no dejarlo en el original, eso sí ;) Pero merece la pena: la cita da mucho, mucho que pensar sobre nosotros y lo nuestro.

El C es Lolita de Nabokov, también. Alguno fácil había que poner ¿no? Nabokov es un animal la literatura, escribe como nadie. Lolita es, para mí, una de las mejores novelas del siglo XX.

enero 09, 2009 9:17 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Ah, Petita, veo que te ha gustado Bolaño! Putas asesinas es una colección de cuentos. Unos me llegaron más que otros (sobre todo los tres primeros). El final que he puesto de Bolaño aquí es el de Los detectives salvajes, el D-, que para leerlo en el metro tiene un título más apropiado :P Besos!



Laluz, no me suelo dejar llevar por cuotas genitales en estas cosas. Salieron nueve hombres, pero igual podrían haber salido la Yourcenar, o Emily Brontë, etc. Estuve a punto de poner a Mary Shelley y su Frankenstein, pero al final tenía cuerpo de otras cosas. No tiene mayor importancia ni ideología misógina alguna en este juego. Efectivamente, el F es El nombre de la Rosa, de Umberto Eco. Me encantó ese monasterio :)

enero 09, 2009 9:17 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Margot, El jinete polaco es una de las novelas que más he vivido cuando la leí. Llegó un momento en que la lectura de ese libro era mi propia respiración. Fue la única vez en mi vida que no fui a trabajar para seguir leyendo en casa. No podía parar de leer, no podía parar de respirar. Besos!


Ayshane, cuesta dar por cerrada una novela. Cuesta asumir el momento en el que ya no puedes seguir retocando y retocando. Las grandes novelas (y estas nueve lo son) no son hijos, sino la propia vida del autor. Besos!

enero 09, 2009 9:17 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Claro que me acuerdo, Ch. Me gusta que este espacio sea punto de encuentro de real visceralistas ;)

El H- es todo un clásico de la literatura mundial. Probablemente sea el libro más leído de los nueve. Por el momento no voy a descubrirlo, para seguir jugando. Pero espero que el aire moralista que inspira y los datos que estoy dando sirvan de pista.

El I- es El jinete polaco, de Antonio Muñoz Molina. Una historia tan grande como pequeña, tan española como universal.

enero 09, 2009 9:18 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Vaya Gemmayla ¡qué pleno! ;) efectivamente, Kerouac es el A-. Pensé que al poner el nombre del protagonista, Moriarty, la cosa iba a ser bastante fácil. On the road es un mito de la literatura norteamericana. El inicio de la generación beat. Crea un antes y un después como muy pocos autores lo han hecho nunca. Bob Dylan no existiría sin Kerouac.

Los demás están ya comentados un poco más arriba. Quedan pendientes el G y el H.

Qué bien que te guste Bolaño! Besos!

enero 09, 2009 9:18 p. m.  
Blogger Brisuón Çafrén dijo...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

enero 09, 2009 9:38 p. m.  
Blogger Brisuón Çafrén dijo...

Quise decir que el H es Tolstoy (o Fernando Fernan Gomez).

De las tres que he leido mi final preferido es logicamente la D

enero 09, 2009 9:42 p. m.  
Blogger Merce dijo...

Estoy de acuerdo contigo en lo de Javier Marías, a mi también me parece muy bueno...

enero 09, 2009 11:38 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Como los Reyes Magos han venido cargados de Bolaños, mejor no me leo los finales hasta que en los comentarios tenga claro cual es el suyo y así poder saltármelo...

Tengo ganas de empezar a leer el "2666"; en el New York Times lo tienen de los primeros en su lista de mejores libros del año. Y suelen acertar con mis gustos.

enero 10, 2009 12:37 a. m.  
Blogger Brisuón Çafrén dijo...

Carrascus su idea de lo que es una novela cambiará después de leer 2666

enero 10, 2009 11:39 a. m.  
Blogger Shandy dijo...

Bueno, allá voy:
A-Dean Moriarty, Kerouac
B-Tolstoi? lo intuyo porque habla de la nieve y por el estilo.
C-Nabokok, este es facilito.
D-Bolaño, le gustan los detectives y le entretienen los dibujitos.
E- Thomas Mann, porque reconozco al autor y deduzco que es de La montaña mágica.
F-Umberto Eco por "de la primitiva rosa, sólo nos queda un nombre"
I- Muñoz Molina (Madrid y Nueva York, y el estilo)

A Javier Marías le atribuiría el "G", pero la verdad ni idea
Y el "H" tendrás que aclararlo, porque además no soy capaz de reconocer a ese de la boina.

Me resulta difícil escoger un final, cada uno de ellos me sugiere cosas diferentes. Pero pondré dos:
El de Kerouac, me produce mucha melancolía, el de Bolaño porque detrás de una ventana está la vida.
Lagarto, a mí no me importa que me cuenten el final de una historia, incluso que me cuenten la historia. Lo que me importa es cómo me la cuenta cada autor y el camino que se recorre hasta llegar al final. Por eso los buenos finales en la novela no tienen que ser sorpresivos para el autor ( en todo caso, eso puede servir para algún cuento o relato corto), como tú dices la historia debe estar ya cerrada, y el final debe dejar al lector con el libro entre las manos y la mirada perdida,suspendida, hacia dentro o hacia fuera.
Me lo he pasado bien.
Un beso

enero 10, 2009 12:39 p. m.  
Blogger Daeddalus dijo...

Ése de la boina es Sándor Márai, eso seguro, pero no soy capaz de relacionarlo con algún final. Sólo he leído dos libros suyos, El último encuentro (más que recomendable) y La herencia de Eszter, pero no recuerdo el final y no quiero hacer trampa mirándolo jajaja.

enero 10, 2009 1:37 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Leí ‘Los detectives salvajes’ por curiosidad, por comprender mejor el significado de ése real visceralismo al que haces alusión al recibir a tus visitantes.
He de reconocer que no me resultó nada fácil centrarme en lo que contaba el libro, en lo que quería expresar realmente. Había demasiadas historias de demasiados personajes, y me costó comprender la finalidad de la búsqueda de la poetisa Cesárea Tinarejo, aunque la verdad es que no sé si he terminado de comprenderla. Supongo que no estoy acostumbrada a éste tipo de lecturas tan complejas, pero soy demasiado osada y me podía la curiosidad.

Finalmente me ocurrió algo parecido a cuando leí ‘El Quijote’, me pareció bastante enrevesado pero acabé tomándole mucho cariño al protagonista, al igual que me ha ocurrido con Arturo Belano. Me han llegado sus andanzas y vivencias mas personales, y ésas inquietudes culturales compartidas con sus amigos poetas en sus reuniones. Aunque lo que más me ha gustado del libro han sido la gran cantidad de frases tan inteligentes, de ésas que no te dejan indiferente y te hacen meditar sobre tantas cosas…

Besos

enero 10, 2009 6:05 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

He llegado un poco tarde para el juego y ya se han desvelado los mistrios que no sabía. De todas formas, aunque soy de las que coge una novela en una librería y lee el final antes de nada, luego nunca los recuerdo especialmente. Algunos de tus fragmentos los reconocí por lo que decían, por un detalle, por el estilo, pero no porque fuera el final "marcado a sangre y fuego" en mi cerebro. Y no los recuerdo porque muchos finales me parecen como esas gotas que quedan en el grifo cuando lo cierras. Después de una catarata de palabras, el final es esa gotita ¡clin! que te hace suspirar y remontar el vuelo hacia el pasado, hacia los personajes, la historia, hacia otras palabras...el final siempre es algo frustrante para mí.
Me gustan muchísimo casi todos los autores que has puesto, son pesos pesados de la literatura a los que deberíamos volver siempre (lástima que le día sólo tenga 24 ridículas horas). Yo sigo encandilada con Nicoló Ammaniti, deberías leerlo, crea adicción. Lo he regalado en navidad a muchos amigos y andan como zombies por las librerías buscando más libros traducidos. Ahí va el final de una de sus novelas, espero que te pique la curiosidad: " Cristiano Zena abrió los ojos. Todos estaban en pie y aplaudían al paso del ataud blanco. Se levantó y gritó:"No ha sido mi padre". Pero nadie lo oyó."
Baci tanti.

enero 10, 2009 7:25 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Brisuón, es Tolstoi, sí. Se trata del final de Ana Karerina. No quise que faltara un ruso del XIX. Ya utilicé esa foto aquí y también sacaste el mismo parecido a Fernán Gómez. Si es que son igualitos!


Merce, me alegro de que ya seamos dos. Javier Marías es un escritor al que se le ha acusado de pedante en algunas ocasiones. Y sí, bueno, sus novelas no son como declaraciones de la Pantoja, precisamente. Pero desde mi punto de vista, me parece que sus reflexiones y sus citas, aunque precisas y sesudas no me parecen pedantes en absoluto. Siempre me aporta mucho.

enero 10, 2009 7:38 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Carrascus, el final que hay en esta lista de Bolaño es el de Los detectives salvajes, y no 2666. Así que puedes leer todos sin peligro. Efectivamente, los ambientes culturales de Estados Unidos están alucinados con haber descubierto a Bolaño. Desde mi punto de vista no es para menos. Supongo que algo así pasaría cuando descubrieron a Borges o a Cortázar. Pero los gustos pertenecen a cada uno y eso no supone que te tenga que gustar directamente a ti. Espero que lo pases bien leyendo 2666.

Y tiene razón Brisuón. No es una novela al uso. Entre otras cosas, son cinco novelas y no una.

enero 10, 2009 7:38 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Shandy, aciertas seis de siente. No está mal ;) El B no es Tolstoi, sino Mañana en la batalla piensa en mí, de Javier Marías. La verdad es que la nieve es una imagen que usa mucho Javier Marías, incluso para alguno de sus títulos. El H es el final de Ana Karerina.

El de la boina lo ha acertado, por fin, Daeddalus. Se trata de Sandor Marai.

Coincido contigo: a mí también me gusta bastante más el viaje literario que la historia. Pero tampoco quería quitar valor a quienes quieran llegar vírgenes de todo conocimiento a un libro y por eso he seleccionado estos nueve y no otros que podrían contar demasiado.

Un beso!

enero 10, 2009 7:39 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Eso es, Daeddalus. El de la boina es Sandor Marai y G- es el final de su obra más conocida, El último encuentro. Pensé que sería más sencillo, ya que es de los pocos autores de los nueve que están permanentemente en los estantes más comerciales de Vips. La herencia de Eszter no lo he leído, pero tomo nota.

enero 10, 2009 7:39 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Diciembre, Los detectives salvajes no es un libro fácil porque no tiene una estructura temporal clásica ni mantiene un único punto de vista de la historia. El lenguaje tampoco tiene una estructura única, ya que responde a las condiciones culturales y lingüísticas de múltiples personajes. Bolaño nos acerca a sus protagonistas mientras se aleja de ellos y desparecen contínuamete. No sé, rompe con todo lo preconcebido. Para mí, Bolaño es uno de los escritores más inteligentes que he leído en mi vida.

De alguna manera, leerlo es nacer a la literatura, como sucede con Rayuela de Cortázar. Por eso, porque Bolaño busca la literatura virgen, hace que sus personajes sean “detectives” de una nueva y ultramarginal tendencia literaria de la que no se ve ni un solo poema en toda la novela pero que VIVEN de una manera visceral. Cesarea Tinarejo es la creadora del real visceralismo, es el origen, el sentido de la vida y, por tanto, la búsqueda vital de Ulises y Arturo. La segunda parte sería el qué queda de nuestras búsquedas de nosotros mismos treinta años después, cuando ya no somos jóvenes. Algo así.

Besos!

enero 10, 2009 7:39 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Lula, mi memoria es un desastre y nunca he sido tampoco mitómano de finales (salvo el de Casablanca, claro).

La literatura italiana es más desconocida para mí que la anglosajona, la francesa o la alemana. Me sacas de Calvino, Eco, Lampedusa o Tabucchi y ya no sé nada. Así que tendré en cuenta todo lo que me digas.

Bicos!

enero 10, 2009 7:39 p. m.  
Blogger tan versátil como acústica dijo...

La ache, aunque prefiero que el contenido del último enunciado se infiera, que no lo digas.

enero 10, 2009 9:37 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Cabeza la mía, el personaje entrañable al que me refería, el que personalmente más me ha llegado es Juan García Madero, ése jovencísimo aprendiz de poeta fascinado con el real visceralismo, con Ulises y Arturo…

… y ése final que nombras aquí arriba…;-)

Me gusta cómo expresas el contenido de ésta obra, créo que entiendo lo que puede significar para escritores cómo tu. Si hay algo que admiro de vosotros es la capacidad de plasmar impresiones, sentimientos, sensaciones. En definitiva vuestra visión de situaciones cotidianas o de temas universales. ¿Has escrito algún libro, Nosurrender?. Me encantaría leerlo...

enero 10, 2009 11:16 p. m.  
Blogger dany dijo...

b,c,h,i...son los que mas me gustaron..jeje
bueno me gustan tus propuestas pero nunca cierto asi que me quedo dando vueltas el los nuevos estados q2ue estos maravillosos finales me provocaronnnnnnnnnnnnnnnnnn..un beso gigannntteeeeeeeee

enero 11, 2009 12:33 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Una vez escuché que "los finales que nos gustan nos pertenecen" y eso siempre me dio muchísimas ganas de hacer mi propia historia.
Me gustó mucho este post,pienso en los finales que leí...
:)
Un abrazo grande!

enero 11, 2009 11:47 a. m.  
Blogger atikus dijo...

Como cuarenton pasadito y estropeado que soy me quedo con "Lolita" sin duda.

Un mal final en una peli, libro o canción es como un polvo sin terminar (al menos para un tío), creo que soy explicito.

Saludos.

enero 11, 2009 12:25 p. m.  
Blogger Shandy dijo...

Qué diría el señor Marías si sabe que le he atribuido el final de Ana Karenina! Me dedicaría un artículo con una aristocrática lítote como "Moza no muy leída"?, jajaja. Leído el texto una vez más -el de Marías- había una buena pista, esa metáfora de "la espalda" del tiempo.Bueno, reconozco que Marías escribe bien, pero lo encuentro "frío", aséptico y que me aburre un poco. Y de Sandor Marai no he leído nada.
Lagarto, a mí más que los finales, a veces me quedan textos o frases que están en alguna parte de la novela. Suelo subrayarlas o copiarlas. Te dejo dos, copio y pego:
“La felicidad busca la luz, por eso juzgamos que el mundo es alegre; pero el dolor se esconde en la soledad, por eso juzgamos que el dolor no existe”. Es de un relato que tú has leído. El nombre del protagonista lo tomó Vila-Matas para "otros". Este relato me pareción uno de los más tristes que he leído en mi vida.
En este segundo texto al protagonista se le pide que retire lo dicho en un artículo publicado tiempo atrás y que resulta inconveniente para el regimen político comunista. Él se debate entre salvar "su honor" y no desdecirse o salvar su trabajo. Entonces observa las reacciones de los que le rodean:
“Tomás se dio cuenta de una cosa curiosa. ¡“Todos” le sonríen, “todos” desean que escriba esa declaración, “todos” se alegrarían! Los primeros se alegran de que la inflación de cobardía trivialice su actitud y les devuelva el honor perdido. Los otros ya se han acostumbrado a considerar su honor como un privilegio especial al que no quieren renunciar. Por eso tienen por los cobardes un amor secreto; sin ellos su coraje se convertiría en un esfuerzo corriente e inútil que no suscitaría la admiración de nadie”.
Duele pensar que esto pueda ser así, pinche condición humana!

enero 11, 2009 1:53 p. m.  
Blogger Raquel dijo...

Me gustan los dos últimos, sobre todo el H. No tengo ni idea de quienes son los autores, pero sospecho que alguno de los que no llevan corbata.

enero 11, 2009 5:36 p. m.  
Blogger Churra dijo...

Bueno yo he jugado con ventaja, la D (pinché sobre ella y me salió "detectives" me imagine que se referia a los detectives salvajes )...lo demas ya lo he visto en los comentarios .
Que raro, nunca me he fijado demasiado en los finales de los libros , o no hasta el punto de recordarlos , en los principios si, en las primeras frases ...
Un beso

enero 12, 2009 11:37 a. m.  
Blogger Miss.Burton dijo...

Bien, llegué tarde, y menos mal, porque sólo alcancé a adivinar tres de los escritores que iban con sus esos finales. G, H, I, son mis favoritos. Grandes...
Me encantó el juego, pero sobre todo, los finales, me encantan esos libros en los que todo gana su significado en ese final, y condensa, a la postre, todo ese significado.
Te lo has currado, una vez mas, Lagarto, el listón está alto, me alegro de no tener blog...jejeje.
Un besazo, y sí, el final es determinante, cuantas novelas regulares la cagaron con el final, las grandes... suelen ir en consonancia.. un buen principio, un nudo rico, desenlace correcto, final grandioso.
Cuídate mucho, y ya sabes, de cañas, cuando quieras¡¡¡

enero 12, 2009 3:24 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Tan versátil, el H es el de Ana Karerina. Veo que tienes gustos clásicos ;)

Tolstoi es toda una experiencia, sin duda. Aunque tiene cierto aire moralista, éste no se puede desligar de una búsqueda del sentido de la vida que me atrae siempre en todas las historias que leo.

enero 12, 2009 4:05 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Diciembre, García Madero es el hilo conductor de Los detectives en la primera parte, sí. Alguna vez pensé en usarlo como pseudónimo en algún foro de Internet, quizás algún día ;)

De todas maneras, yo no soy escritor. Tengo algunos cuentos publicados en una recopilación de autores en red, pero eso no puede considerarse nada serio. Pero en cuanto consiga jubilarme publicaré una novela, ya te avisaré ;)

enero 12, 2009 4:06 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Dany, veo que te quedas con los finales de largas parrafadas.

Me estaba acordando de una genial novela de Torrente Ballester de unas 1.000 páginas que consisten en un solo párrafo: La saga/fuga de JB. Todo un final largo, eh :P

Besos!

enero 12, 2009 4:06 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Melina, quizás todo lo que nos gusta nos pertenece. O, quizás sea mejor decir que pertenecemos (somos) todo aquello que nos gusta. En cualquier caso, el final es el eco que queda ya irremediablemente en nosotros. Un abrazo!



Atikus, Lolita es todo un mito literario, sin duda. Pero ya sabes que el mito sexual incluye el peligro y la locura, eh. Así que ándate con cuidado con las lolitas ;) Salud!

enero 12, 2009 4:06 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Shandy, supongo que alguien del carácter de Javier Marías quedaría encantado con el equívoco, aunque no lo dijera abiertamente. En cualquier caso, estoy seguro de que el preferiría ser confundido con Proust, o mejor con algún autor británico.

No recuerdo el texto que pones en primer lugar, pero indudablemente estás hablando del Bartleby y compañía, de Vila Matas. Es un gran libro, sin duda. Vila Matas es uno de los mejores autores vivos en castellano. Y no siempre tan sesudo y triste como en esta ocasión ¿has leído París no se acaba nunca? Hay momentos verdaderamente divertidos en esa novela ;)

El segundo texto no lo reconozco. Encajaría perfectamente en Vida y Destino de Vasili Grossman si el protagonista se llamara Viktor Strum, pero no recuerdo ahora mismo ningún Tomás en parecidas circunstancias. A ver si alguien lo sabe!

enero 12, 2009 4:07 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Raquel, pues precisamente el H es el más clásico de todos, Tolstoi, cuyo traje, chaleco, sobrero y corbata lucen en el centro del collage de fotos ;) El I no lleva corbata, sino una enorme bufanda tan pasada de moda el bigote enorme que casi cubre su cara: el Gran Antonio Muñoz Molina. El jinete polaco es una de las mejores novelas que he tenido la suerte de leer.


Churra, me di cuenta de ese fallo de producción en la inserción del dibujo, sí :) Tampoco es que yo quiera conceder mayor importancia a la última frase de una novela, en detrimento de todo lo anterior. Sólo quería usarlo como juego. Besos!

enero 12, 2009 4:07 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Tremends, los que se lo han currado han sido los autores, que yo sólo he tenido que ir a la última página de sus novelas y copiarlas literalmente (bueno, el del Jinete Polaco no está copiado literalmente, ya que he querido omitir un nombre que sí puede descubrir parte del juego de la novela).

Claro que sí, nos vemos en los bares!

enero 12, 2009 4:08 p. m.  
Blogger JOAKO dijo...

A bote pronto solo he reconocido a Navocov y a Eco, luego si puedo vengo a por más...

enero 12, 2009 6:10 p. m.  
Blogger Vintage dijo...

Nosurrender ni una escritora lexes ni una homepordios
Bueno voy a jugar a los barquitos, como siempre perderé

Muakkkkkkkkkkkkk

enero 12, 2009 10:07 p. m.  
Blogger Vintage dijo...

A-6
C-8
f- 2 ( umberto eco)
G - 1 mARAIS???

ya no doy pa mas

muakkkkkkkkkkkkkk
pd tocada y hundida

muakkkkkkkkkk

enero 12, 2009 10:23 p. m.  
Blogger Soy ficción dijo...

Que interesante propuesta, pero llego tarde para el juego... El D y el E son los que más me han gustado, pero me los llevo todos, es dificil encontrar tesoros así, todos juntitos :)

enero 13, 2009 9:39 a. m.  
Blogger Vintage dijo...

Por cierto Muerte en Venecia es precioso, creo q es de las pocas peliculas q he visto junto con el gatopardo q han reflejado bien un libro
Claro q como digo yo muchas veces no es q lo hayan reflejado bien, es q mi visión del libro ha sido muy parecida a la visión del director ¿no?
Bueno tu ja m´entens
un
muakkkkkkkkkkkkkkkkkkkkk

enero 13, 2009 9:48 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

ok, en vista de lo que escribes por aquí no tengo duda alguna de que me gustarán tus libros. Esperaré lo que séa necesario y seré la primera en la cola del Fnac :-P, o dónde quiera que séa la presentación ;-)

enero 13, 2009 2:59 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Joako, buenos reconocimientos ésos. Estoy mirando las fotos y veo que hasta se parecen físicamente :) Salud!


Bolero, querida. Yo no me fijo en lo que los escritores tienen entre las piernas, sino en lo que de sus páginas me llega. Has salido nueve hombres, como podrían haber salido nueve franceses o nueve calvos. En ningún momento pienso en los genitales del autor cuando algo que leo me llega al alma o a la cabeza. Estoy seguro de que a ti te pasa lo mismo. Y muy bien adivinados los cuatro macho-escritores, eh! :P Besos!

enero 13, 2009 6:00 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Nunca es tarde para llegar a un final ¿no? es como algo tautológico :P hay algo en común entre el D y el E, entre Bolaño y Mann: el amor a la literatura alemana, la reflexión existencial, la obsesión por la enfermedad… ¡y que a los dos les encantaba escribir tochos de más de 1.000 páginas! ;)



Bolero, no tengo en mi casa Muerte en Venecia. Perdí el libro en un divorcio. Pero recuerdo algunas diferencias. Como que Aschenbach es escritor y no músico, lo que le hace más reflexivo y filosófico en la obra de Mann que en la peli de Visconti. Me encantaría volver a leerla.


Diciembre, no veo el momento de jubilarme. Para mí, es el estado de felicidad plena del hombre. Así que espero que llegue pronto;)

enero 13, 2009 6:00 p. m.  
Blogger Inma Luna dijo...

Preciosísimo juego, amigo lagarto. Me picó la curiosidad y abrí mis novelas favoritas por la última página. No todas aguantaron el envite.
Dos le regalo:

1.- Se apoyó en los brazos de Damiana Cisneros e hizo intento de caminar. Después de unos cuantos pasos cayó, suplicando por dentro; pero sin decir una sola palabra. Dio un golpe seco contra la tierra y se fue desmoronando como si fuera un montón de piedras.

2.- Y de pronto no sabía si era por un helado éxtasis o por un sufrimiento intolerable -porque en ese único instante él la ganaba y la perdía para siempre-, de pronto, en una primera experiencia de vergüenza, él sintió dentro de sí un movimiento horriblemente libre y doloroso, un vago ímpetu de grito, algo mortal, abriendo en su pecho una claridad violenta que tal vez fuese un nuevo nacimiento.

enero 13, 2009 8:10 p. m.  
Blogger la ventana dijo...

me gusto mucho el final numero "H", de que libro es?
saludos, muy buena seleccion he idea la de juntar los finales.

enero 13, 2009 11:46 p. m.  
Blogger Novicia Dalila dijo...

Pues a mí también me gustan los finales inesperados y que te dejan ese regusto a buena culminación de una historia.
Pero yo tengo un problema y es que en cuanto me meto en la trama, NECESITO saber que va a pasar y antes solía leerme el final en cuanto la curiosidad me mataba... Ya he conseguido reprimir este impulso y aguanto como una campeona.

Lo que a mí si me ha pasado siempre es que cuando un libro me engancha mucho y me meto en la historia, cuando acabo el libro tengo que pasar una "moratoria", disfrutando todavía de él, hasta que puedo empezar otro...

Besos Nosu

enero 14, 2009 9:26 a. m.  
Blogger Roberto dijo...

jajaj compañero...el final de la ventana, el D, es mi novela por antonomasia, nuestro tratado sobre la vida, el manifiesto real visceralista es lo que hay al otro lado...

Abrazos, tus posts siempre me sorprenden...

enero 14, 2009 2:46 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Hola Inma. El primero me han soplado que se trata de Pedro Páramo, pero me ha gustado mucho el segundo y no tengo ni idea de cuál puede ser. Anda, dímelo, que me ha llamado la atención y necesito saber más. Gracias por jugar!


Nico, el H- es el final de Ana Karerina, de Tolstoi. Todo un clásico indispensable en cualquier estantería, siempre que ésta sea amplia y esté bien reforzada. Me alegro de verte de vuelta por la red!

enero 14, 2009 4:37 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Bueno, Dalila, es otra forma de disfrutarlo. También se puede ser creativo en la lectura. Rayuela, por ejemplo, ofrece distintos caminos de lectura, no lineales necesariamente. Cortázar distinguía entre lectores hembra y lectores macho, si no recuerdo mal :P Besos!


Roberto, compañero realvisceralista :) Tras esa ventana de Los detectives no tuve más remedio que devorar todo lo que he encontrado de Bolaño. Me queda La literatura nazi en América, que no lo encuentro en ninguna parte. Me gusta que me quede algo.

enero 14, 2009 4:37 p. m.  
Blogger Inma Luna dijo...

Ya sabía yo que el segundo te gustaría... La Lispector nunca decepciona. Éste es de La Araña pero podría haber puesto cualquiera.
Besos.

enero 14, 2009 6:17 p. m.  
Blogger Sese dijo...

Excelente post. No le doy demasiado importancia a los finales en las lecturas que me llenan. Un mal final no hace malo a un buen libro. Es más me costaría recordar algunos finales de obras que realmente me han impactado.

HAsta otra (y prometo leer todos las obras de la lista)

enero 14, 2009 6:53 p. m.  
Blogger Shandy dijo...

Lagarto, Vila-Matas me llevó a H.Melville: "Bartleby el escribiente", y de verdad que es uno de los relatos más tristes que he leído, ese personaje es la negación de la vida. El texto está tomado de ahí. Te puedo asegurar que los escritores del No no son tan tristes como ese personaje. Vila-Matas me gusta muchísimo, tal vez un día haga una entrada diciendo por qué ( a mí me parece que hace una curiosa e imprescindible "historia de la literatura", además de escribir estupendamente). París no se acaba nunca fue la primera novela que leí de él y me encantó. Después vinieron otras. Y tengo su "Dietario" en capilla.
El segundo texto no lo recuerdas, pero te doy otra pista:
Tomás: la levedad, frente a Teresa.
"Vida y destino" lo regalé, pero no lo he leído. Pero ese texto sí podría encajar con lo vivido por un hombre como Vassili Grosman.
Gracias por N.S. (es decir por tomarte la molestia de contestar). Y ahora me leeré tu última entrada.

enero 14, 2009 10:56 p. m.  
Blogger princesadehojalata dijo...

Un post genial. Llego ya tarde...
Sandor Marai es uno de mis autores favoritos.

(genial el comentario de: Tolstoi, o sea, Fernán Gómez!, es lo mismo que pensé yo. Que era Fernán Gómez, quiero decir.)

enero 30, 2009 9:08 p. m.  

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