lunes, mayo 14, 2007

Los corazones hambrientos de Benidorm

Aquella era sin duda la peor opción que se podría ofrecer a un adolescente como Samuel. No es que no quisiera a su abuelo, le adoraba. Pero la perspectiva de pasar toda una semana a su lado en el apartamento de Benidorm le deprimía. En Madrid quedaba la hermosa Patricia, el partido del sábado con los amigos y la excursión en bicicleta a la sierra. Trataba de no pensar en lo que le esperaba. Traía consigo música y juegos suficientes como para no tener que hablar demasiado con el viejo.

La primera impresión cuando bajó por fin del autobús fue exactamente como temía. Ahí estaba su abuelo Tirso con su aburridísimo amigo Don Valerio esperando en el andén. Le ofrecieron un paseo por la playa, un enorme derroche de simpatía agobiante y toda una colección de chismes y ocurrencias paleolíticas. El niño asentía educado a cada comentario mientras contaba las baldosas al andar. No le gustaba mirar a la cara de su abuelo; el rostro cansado y ajado por los sinsabores de la vida, el brillo de vidrio enterrado de sus ojos, los pliegues trémulos de la piel desnuda de su cuello, el olor a vida agotada. Aunque Samuel aún no lo sabía, le aterrorizaba tomar conciencia de su propia mortalidad en cada suspiro del abuelo Tirso.

Samuel había afrontando ya el primer día de destierro cuando el abuelo le propuso el apasionante viaje a la cafetería más octogenaria de todo Benidorm, Los Corazones Hambrientos, donde habría de pasar toda una tarde delante de una esbelta leche merengada. Que no me hable de la Posguerra, era el único deseo de Samuel.

Fue entonces cuando sucedió, cuando ella apareció. Samuel levantó la vista del vaso y observó la mirada perdida de su abuelo. Aquellos ojos tristes traspasaban cuatro o cinco mesas hasta llegar a una elegante señora que le saludó con la cabeza. Parecía una vieja gloria del cine. Aquella mujer tenía que haber sido muy hermosa, pensó mientras observaba como su abuelo apartaba tímido la mirada y enrojecía. Le gustaba, ¡no podía creerlo!. Resultaba divertido ver al viejo Tirso perturbado por lo ojos de una mujer. Resultaba emocionante ver cuánta vida había tan cerca del final. Resultaba aterrador comprobar que el amor hería hasta el último suspiro.

Samuel se armó del valor que le faltaba a su abuelo y preguntó por ella. “Tonterías” respondió Tirso ahogando un carraspeo delator. Pero ella también miraba. Y sonreía dulce y coqueta mientras se colocaba el tirante de su vestido rojo technicolor. Y entonces Samuel la llamó con un gesto de la mano ante el estupor de su abuelo. La señora se levantó. Aquélla gloria de pantalla grande venía hacia su mesa. Todo un triunfo para el audaz muchacho.

Cuatro mesas redondas de mármol separaban el encuentro cuando, de pronto, un obstáculo mayor se interpuso en el camino del amor. Don Tomás, el octogenario más pudiente de Los Corazones Hambrientos, apareció entre la selva de sillas y saludó a la dama con la elegancia propia de los años cuarenta. Habló, aduló, volvió a hablar y volvió a adular. Invitó a la dama a sentarse a su mesa. Ella tardó en responder el tiempo justo de mirar por encima del hombro del viejo rico a Tirso y ver cómo éste apartaba su mirada y se concentraba en remover el café más amargo de su vida. Y así, a dos mesas de distancia, el futuro se troncó en lo que siempre había sido; una muesca más para Don Tomás, un nuevo dolor oculto para el abuelo.

- Venga, nos vamos a casa. Quiero enseñarte unas fotografías que aún no has visto.

Samuel se levantó inquieto, sintiendo con la cabeza y pensando con el corazón por primera vez en su vida.





Una canción para Samuel: Hungry Heart, de Bruce Springsteen

Un libro para Samuel: El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez

Una película para Samuel: Los puentes de Madison, de Clint Eastwood

36 Comments:

Blogger Paula dijo...

llegué la primera¡¡¡

triste manera de empezar a pensar con el corazón para Samuel... ojalá contemple otras alternativas a partir de ahora

y qué buena selección para Samuel, tanto la canció, como el libro, como la peli, si hay algo que hacen es, precisamente

tocar mi corazón

Un beso

mayo 14, 2007 9:09 p. m.  
Blogger AnA dijo...

Lindo nombre el de Tirso para un personaje, pero precioso...
Besos
AnA

mayo 14, 2007 10:03 p. m.  
Blogger Anuk dijo...

Voz ahogada que esconde los secretos de un océano, palabras vacías flotando en un mar muerto, mirada hundida en un azul de tristeza infinita...querer y no poder, no querer y poder, osada impotencia.
Viaje de ida y vuelta a las entrañas de una tierra donde reina el fuego de la promesa eterna, sueño que se escapa entre los dedos...
Juego aburrido condenado al olvido de tanto repetirse.
Y aunque es absurdo, lo intentará de nuevo...
Hasta que su corazón se pare y deje de sentirse hambriento.

mayo 14, 2007 11:33 p. m.  
Blogger Arcángel Mirón dijo...

Si algo aprendí de Florentino Ariza es que no hay una ni dos oportunidades sino toda la vida.

Brindo por él.

mayo 14, 2007 11:47 p. m.  
Blogger Gubia dijo...

Nunca es tarde si la dicha es buena, seguro que hay más oportunidades para Tirso. Bonita historia, no sé por qué pero me recordó a mi infancia.Un saludo

mayo 15, 2007 9:05 a. m.  
Blogger el santo job dijo...

hermosísima lección para Samuel y para Tirso
solo espero algun día aprenderla yo también.
Un abrazo!!

mayo 15, 2007 9:30 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Es la escena de una mañana, un paso adelante en la vida de Tirso, una osadía de Samuel, vendrán más días y sus mañanas en el café, y será la gloria del cine la que bajará sus tirantes para que las caricias de un viejo, pero hombre hasta el final, lleguen a la piel de su diosa, a ese entramado químico y eléctrico que se desarrolla en el cerebro o quién sabe donde para aquellos que gustan de ser escépticos en el amor.

Y el niño verá en el viejo los mismos sentidos y deseos que él también posee, bonita lección de acercamiento.

En cuanto ese mito sobre Florentino Ariza.... hay mucho de qué hablar... pero eso es otra historia...

:)

Buenos días

mayo 15, 2007 11:01 a. m.  
Blogger Antígona dijo...

Es uno de los grandes milagros de la vida que hasta en la decrepitud, cuando las fuerzas decaen, los corazones nunca dejen de estar hambrientos, de lo que no tienen o nunca tuvieron o de lo que sí han alcanzado. Y a la vez una desdicha si el hambre no se ve satisfecha porque nos dejamos vencer por las mismas inseguridades que de adolescentes. Pero nunca es tarde para aprender, mientras el deseo siga en pie, ni para vencerse a sí mismo a la caza de lo que se quiere. A lo mejor Samuel es capaz de enseñárselo a su abuelo. O le pone la zancadilla a Don Tomás la próxima vez. Con los niños nunca se sabe :-)

Para él, por otra parte, ninguna lección mejor que descubrir al mismo tiempo el amor y su dificultad. Cualquier otra cosa hubiera sido un bonito engaño.

Precioso cuento, Nosurrender, un beso.

mayo 15, 2007 12:01 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Samuel debería haberle hecho alguna putada al rico, no sé algo que le obligara a salir del local y le diera tiempo al abuelo de reconquistar el sitio, como un héroe resucitado.
Un abrazo.

mayo 15, 2007 12:21 p. m.  
Blogger Ana dijo...

De acuerdo con Gregorio.
Una bomba fétida, una zancadilla, un empujoncito con el café derramándose por el impecable traje del galán... ALGO!!

Pero es más frecuente en la vida habitual que nos quedemos boquiabiertos contemplando cómo nos arrebatan al objeto de nuestros desvelos.

Precioso, lagartito.
Un beso.

mayo 15, 2007 12:34 p. m.  
Blogger Tamaruca dijo...

Pusiste una de mis películas favoritas :)

mayo 15, 2007 12:55 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Paula, tienes el premio por ser la primera ;) es una historia de corazones tocados, sí. Ese viejo músculo con tanto aguante. Un beso.

Admirada Ana, sí lo es. Yo conocí un abuelo Tirso. O quizás lo soñé. Besos.

Annabellee, precioso comentario. Como dice otra canción, a veces se enciende / a veces

Arcángel, Florentino Ariza es una obsesión, una plena dedicación por encima del tiempo y de la derrota. Alguien que sabe lo que quiere. ¡Admirable! Brindemos, sí.

Gubia, Tirso está cansado. No sé si tendrá más oportunidades, pero le falta espíritu de lucha, alegría, confianza. Un saludo.

Santo Job, la lección llega a tiempo para Samuel. Para Tirso no estoy tan seguro :) Un abrazo.

Ecume, en eso tienes razón. Tendrá que ser ella la que haga algo por los dos. Samuel aprenderá que, en este tipo de cosas, todos somos inseguros principiantes, becarios torpes, hasta el final de los finales. Buenos días.

Gracias, Antígona. Tienes razón en que es una pena esa descompensación entre la fuerza del palpitar del corazón y la agonía de la voluntad del abuelo. Los desequilibrios nos hacen débiles. Qué mal cae Don Tomás, eh :P Un beso.

Gregorio, estoy seguro de que si me compra el guión algún productor de Hollywood, me obligará a cambiar el final en ese sentido. Pero me parecía que ésta era una buena lección para aprender ;)

Un árbol, no todo el mundo es tan parado; Samuel, en su inocencia, lo ha intentado. El niño es el punto de vista ;)

Tamaruca, es una gran película. También hace daño, pero de otra manera.

mayo 15, 2007 12:58 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Una breve historia y sin embargo dividida en tres. Muy buena Lagarto, al principio sentí el rechazo y el miedo al paso del tiempo de Samuel. Luego, al igual que él, esperanza de que aunque pase el tiempo queda vida. Y por último que, porque queda vida, queda sufrimiento.

Me ha encantado, y hasta me he emocionado.

mayo 15, 2007 4:05 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

NoSurrender su relato me ha cogido desprevenida, tan bello y sensible que consigue que nos emocionemos y compartamos nuestro corazón con Tirso y Samuel. Y cuando te vas reponiendo de ese sentir con la cabeza y pensar con el corazón, nos disparas con la gracia de Bruce a nuestros hambrientos corazones. Me ha gustado sorprenderme con tanto romanticismo en su cuaderno y tan bien envuelto. Quizás todos deberíamos subirnos en alguna ocasión en un barco contagiado del cólera del amor.

mayo 15, 2007 6:18 p. m.  
Blogger MALEFICABOVARI dijo...

Dios, qué triste, no? Me ha dejado un sabor amargo, y quiero decirte que si Samuel eres tu, y Tirso, es tu abuelo, me cago en la hostia, cómo no le metiste una patada en la espinilla al señor en cuestión, devolviéndole a tu abuelo lo que era suyo. Mira, en esta vida, los trofeos se los suelen llevar los hijos de puta, son mas listos, incluso satánicos, y son asquerosamente rápidos, en lo que tu te lo estás pensando, ellos ya se te llevan a tu objeto de deseo de la mano. Creo que es una historia para tomar carrerilla, dejarse los cojones crecer, e ir a por nuestras ilusiones y dejarnos de estupideces. Esto son tres días, y no vale la pena jodérselos, y que no nos corresponden? Bueno, el no ya está listo de antemano, quizás tengamos un sí inesperado, y ay.... lo inesperado es lo que mas molaaaaaaaaaaaa¡¡¡
Yo no hablo, que a mi ya me pillaron, y de qué puta manera, bueno, ya le dije que si era mas guapo que mi barman, tenía conversación, y un aire a Jim Carrey, no tiene porque seguir escondiéndose, aunque dice la Ursula que fijo tiene novia. Bueno, nosotras tb... y andamos a la deriva, buscando la puta piedra angular que nos falta.....
Me voy que deliro, y llevo unos días muy malos y muy tristes, por eso no escribo nada en mi blog, sabes? Antes era terapéutico, ahora empieza a ser neurótico.

mayo 15, 2007 7:35 p. m.  
Blogger Paco Rossique dijo...

Male, A lo mejor es un poco rabieta si digo que la señora del vestido rojo multicolor fue la que más perdió en todo esto. Se dejó engatusar por el más rápido, sin darse cuenta de que el más profundo estaba ahí. Como me gusta reescribirme las historias que me dejan mal sabor de boca, estoy seguro que al día siguiente la señora volvió al cafetín, después de haberse aburrido como una ostra al lado del pegajoso de Don Tomás y allí no estaba Samuel, sólo estaba Tirso, con unos ojos más profundos aún.
Joder, estoy hasta cursi...
Lagarto. tu cuento me hizo recordar a mi abuelo, que escondía limaduras de los lápices de colores en los libros gordos y me decía que era así como nacían las mariposas.

mayo 15, 2007 9:08 p. m.  
Blogger Paco Rossique dijo...

Ejem... Uno se puede permitir volverse cursi o gilipollas cuando se acuerda de su abuelo.
:-)

mayo 15, 2007 9:09 p. m.  
Blogger atikus dijo...

A Samuel y a cualquiera, le viene estupendamente estos consejos y un fin de semana con su abuelo o simplemente escuchar a los demás, reciclarlo y luego escuchar tú corazón, claro que la cabeza también cuenta y no se si uno funciona como si fuera un puzzle matemático, en plan ying-yang donde razón y corazón tengan que estar equilibrados, eso se lo dejo a los psicólogos, yo me dejo guiar por instintos.

Claro que luego uno se puede equivocar, pero así tiene algo curioso que contar :)

Como siempre, estupendo relato, nosurrender.

mayo 15, 2007 9:10 p. m.  
Blogger MK dijo...

He tenido que inventarme un final feliz tres segundos después de terminar de leerlo...Es que esas cosas se me quedan luego enganchaditas y voy arrastrando una penita atada a un cordelito...Quita , quita.
Además una mujer así y con vestido de tirantes rojos , se escaquea de don Tomás antes de que pestañée .Y la próxima vez , hazme el favor de decirle al Tirso , que no se apartan las miradas.Estamos?

mayo 15, 2007 11:25 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Kerido nosurrender
A veces hay que luchar
Realmente hay que hacerlo
Independientemente del ridiculo
Sin saber a que nos enfrentamos
Ten por seguro que ella
Inconscientemente
Añoraba hablarte.

mayo 16, 2007 12:26 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Pues me temo que sí, Mavi. La vida va asociada completamente al dolor y al placer, a la alegría y la tristeza. No existe lo uno sin lo otro. O no debería ;)

Gracias, ladydark. A lo mejor es que yo también soy un romántico, a tiempo parcial :P Yo por el momento me subiría a algún velero para pasar unos días en el mediterráneo ¿alguien me invita? Me haría mucha ilusión, eh. Que no tengo planes de verano este año.

Maléfica, ¿por qué es un hijo de puta don Tomás, el abuelete que se lleva consigo a la señora? Yo no estaría tan seguro de eso. Este señor lucha por lo que quiere, y eso es lo que debería hacer Tirso también. El mundo es de los que luchan. Tirso debe reaccionar, no echar la culpa a los demás. Y no nos dejes sin tu blog tanto tiempo, maléfica, que es toda una experiencia.

Tressert, ella también es libre para elegir. Quizás no confió suficientemente en sí misma, en su corazón. A veces es fácil dejarnos llevar por la seguridad, la vanidad, el confort de quien nos halaga primero. Y no es la mejor actitud, pienso. Brindo por todos los abuelos, sí.

Atikus, no sé si deben estar equilibrados corazón y cabeza. Pero sí que deben intentar entenderse entre los dos. Como decía la canción de Antonio Vega, “para conservar cada uno su razón”. Si ves algún psicólogo, se lo comentas ;)

Mk, Tirso tiene que aprender mucho de la vida, sí. No sé si le queda mucho tiempo, pero todos los días son importantes. Se lo diré de tu parte ;)

Anónimo, en la vida siempre hay que luchar por todo aquello en lo que creemos. “Fuerza y honor”, que decía el gladiador Máximo en la película de Ridley Scott. Nunca se hace el ridículo cuando somos nobles y sinceros con los sentimientos; nos hacemos humanos, que es de lo que se trata para hacer del mundo un lugar un poquito menos duro para vivir.

mayo 16, 2007 12:35 p. m.  
Blogger desconvencida dijo...

Samuel debería de aprender de su abuelo que los del Club de los Corazones Hambrientos siempre se llevan a la chica, en caso contrario acabas pidiendo ser admitido en el Club de Corazones Solitarios ;)

mayo 16, 2007 1:34 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Impresionante!
Ese redactar suyo, querido amigo, hace que se me vuelen los pelos.

Un gran abrazo!

mayo 16, 2007 4:55 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Nosurrender... tu estás tonto y como te coja te caneo...... no soy tan anónimo (ni siquiera soy anónimo). Fíjate bien en mi "texto" que algo esconde. Y otro día... ve por la misma acera que has ido siempre, no te cambies de lado, ni mires al suelo, que te vas a quedar sin la oportunidad de ver "cosas bonitas".
Besillos de un terremoto mordoriano

mayo 16, 2007 6:31 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

bonito post. pero no sé por qué no acabo de creérmelo.................................!
no se me ofenda ke no es mi intención,
un besote lagartitu
:**
pd: bonito libro también
joder parezco pau donés :S

mayo 16, 2007 6:56 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

emm..mmm NoSurrender... lo continuarás ¿no?

No querría inventarme una segunda parte, creo que es mucho más interesante si lo continuas tú y nos sorprendes.

A mi me gusta dejar los finales abiertos, pero esto no es eso, esto es una pincelada de algo más largo (espero).

;)

mayo 16, 2007 9:49 p. m.  
Blogger Lunarroja dijo...

Suele ocurrir: obstáculos en el camino del amor.
Antes, durante y después.

(Incluso con 80)
;-)

mayo 16, 2007 11:28 p. m.  
Blogger Alalluna dijo...

Me quedo con el lote completo, la canción, el libro, e incluso la película (al menos la primera vez que la vi)... Besossssss

mayo 17, 2007 3:00 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Desconvencida, ¿y no serían los de Club de los Corazones Saciados, entonces? ;) Samuel tiene mucho que aprender, como todos nosotros.

Artemis, péinese que está más guapa! Gracias. Un abrazo

Klaudia, bonito sombrero, digo yo. Si no se lo cree es que algo malo ha salido, qué le vamos a hacer. Besos.

Durrell, la historia está acabada. Siempre dejo los finales abiertos. Es la mejor manera para hacernos reflexionar con los personajes. Lo que había que decir ya está dicho, ahora dejemos vivir a los personajes :)

Lunarroja, a ver si el propio amor va a ser un obstáculo en sí mismo :P

Alalluna, gracias. Yo hoy me quedo con la canción, sobretodo.

mayo 17, 2007 10:20 a. m.  
Blogger pedrolv dijo...

GUAO, me encanto aquello de: "Resultaba emocionante ver cuánta vida había tan cerca del final.". Bueno, me gusto todo el relato. Que afortunada habilidad tiene usted para pintar de esa manera las escenas.

Sinceramente a mi no se me da escribir, quiza algún dia lo intente, cuando sepa bien como estructurarlo, pero me encanta leer este tipo de pequeñas historias, por eso tengo un blog (no se si lo ha visitado) donde colecciono anecdotas, y pues me gustaria ver esta ahí, logicamente con su debido credito y liga hacia usted y su blog, que le parece don Lagarto?

El blog del que le hablo es este


Saludos!!

mayo 18, 2007 8:27 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

por supuesto, Pedro. Ándele!

Me pasaré por allí a leer.

Por cierto, ¿cómo es eso que se dice en México? ¿pinche güey o pinche buey? nunca lo he visto escrito :)

mayo 18, 2007 9:45 p. m.  
Blogger pedrolv dijo...

Eh, bueno, no es para mi lo de pinche güey, ¿verdad?.

Mire, le voy a explicar. "Buey" se refiere a la bestia de carga, y decirle a alguién "eres un buey" es como decirle "eres una bestia". Ejemplo: "tu si que estas buey"

Por otro lado, "güey" es menos provocador pero también se usa para denostar, aunque con menos voluntad de agredir, mas bien se usa entre compañeros-amigos que suelen llevarse un poco... ligeramente pesado. Ejemplo: "¿te tropezaste?... estas bien güey"

Y por ultimo, esta el "wey", que por cierto, todavia no esta en el diccionario, pero que acá se usa entre quienes se tienen mucha mas confianza, y es una especie de saludo cariñoso, ejemplos: "¿como te va, wey?", "pinche wey no veniste", "¿como estas, wey?", "¿como te ha ido, wey?"

Ademas estas expresiones se usan entre personas que se tutean, por que decirle a alguien por ejemplo: "¿Como esta usted, wey?", pues ya le da otra connotación, jejeje.

Espero le haya gustado mi explicación mi estimado Lagarto.

...Notara que siempre le hablo de "usted", y disculpe, no lo hago por que me considere un bebe y a los demas como viejitos, no, simplemente adopte esa rara costumbre de alguién por ahí. Pero por ahora quiero hacer una excepción....

Así que, con tu permiso wey, me voy a postear tu historia a mi blog, ¿vale?, nos leemos por aqui, y cuidate wey!!

mayo 19, 2007 3:01 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Claro que no iba por ti. Sólo quería saber más; a veces es dificil seguir el slang vuestro. Que me encanta, por cierto :)

mayo 19, 2007 12:20 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

soy Narradora de Cuentos Literarios, quiero felicitarte por este cuento maravilloso,nos espeja con la atemporalidad de las emociones como el amor y la desilucion..
si me das tu permiso me gustaria poder contarlo en algunos de mis espectaculos, claro esta diciendo que sos el autor, te saludo atentamente y nuevamente mis felicitaciones

enero 10, 2009 1:59 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Por supuesto que tienes todos los permisos. Me gusta que las cosas puedan ser compartidas, servirnos a todos para algo.

Muchas gracias por tus palabras, Tere.

enero 11, 2009 11:26 a. m.  
Anonymous ana dijo...

CONMOVEDORA, CÁLIDA Y COBARDE.

Esta historia nos remueve.

abril 20, 2009 4:29 p. m.  

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