Metástasis de conciencia
Te esperé apoyado en el mármol polvoriento de uno de esos soberbios edificios que ocupa la usura de los bancos. Hacía frío y la gente paseaba deprisa, moviendo los guantes con gesto militar y gritando tras sus bufandas de llamativos colores. Yo pateaba en la esquina para evitar congelarme las piernas, el pecho, tal vez el alma.
Enfrente, los luminosos grandes almacenes devoraban personas y escupían consumidores embozados que sostenían hinchadas bolsas de plástico, verdes y blancas. Yo te buscaba en cada una de esas caras, impaciente.
Dos horas después comprendí que no vendrías: la lógica había dictado su sentencia. La vida es un proceso constante en el que nada tiene permanencia. El caos crece, nos mira burlón y nos señala con el dedo. Somos entropía, más que polvo.
Conté los pasos que di camino de vuelta a casa, para no tener que pensar en todos los errores que había cometido contigo. Novecientos cincuenta y siete. Más pasos que errores. Cuando llegué a mi casa me quité los guantes, dedo a dedo. Menos dedos que errores.
El reloj, redondo y engreído, me miraba implacable desde su privilegiado lugar en la pared de la cocina. Tac; ya había pasado un segundo. Tac; no había reaccionado y ya había perdido otro. Tac; aún más lejos de ayer. Tac; causa y consecuencia, pecado y penitencia. Cada Tac de cada reloj del mundo es el golpe seco del matasellos de un funcionario que certifica el traspaso de nuestra vida al pasado, inalcanzable y ajeno. Todo muy legal.
Encendí la máquina de hacer música. Cohen estaba más triste que nunca. Se arrastraba lento por el aire y me traía lo que todo el mundo sabía: no hay cura para el amor. Sólo pájaros que aguantan sobre el alambre hasta caer golpeando el suelo ensangrentados.
Lavé la ropa y mi cabeza estaba ahí, dentro de la lavadora: opción seis, prendas de color, delicado.
Una canción para prendas delicadas: Peces de ciudad, de Joaquín Sabina
Un libro para prendas delicadas: Libro del desasosiego, de Fernando Pessoa
Una película para prendas delicadas: Muerte en Venecia, de Luchino Visconti
Enfrente, los luminosos grandes almacenes devoraban personas y escupían consumidores embozados que sostenían hinchadas bolsas de plástico, verdes y blancas. Yo te buscaba en cada una de esas caras, impaciente.
Dos horas después comprendí que no vendrías: la lógica había dictado su sentencia. La vida es un proceso constante en el que nada tiene permanencia. El caos crece, nos mira burlón y nos señala con el dedo. Somos entropía, más que polvo.
Conté los pasos que di camino de vuelta a casa, para no tener que pensar en todos los errores que había cometido contigo. Novecientos cincuenta y siete. Más pasos que errores. Cuando llegué a mi casa me quité los guantes, dedo a dedo. Menos dedos que errores.
El reloj, redondo y engreído, me miraba implacable desde su privilegiado lugar en la pared de la cocina. Tac; ya había pasado un segundo. Tac; no había reaccionado y ya había perdido otro. Tac; aún más lejos de ayer. Tac; causa y consecuencia, pecado y penitencia. Cada Tac de cada reloj del mundo es el golpe seco del matasellos de un funcionario que certifica el traspaso de nuestra vida al pasado, inalcanzable y ajeno. Todo muy legal.
Encendí la máquina de hacer música. Cohen estaba más triste que nunca. Se arrastraba lento por el aire y me traía lo que todo el mundo sabía: no hay cura para el amor. Sólo pájaros que aguantan sobre el alambre hasta caer golpeando el suelo ensangrentados.
Lavé la ropa y mi cabeza estaba ahí, dentro de la lavadora: opción seis, prendas de color, delicado.
Una canción para prendas delicadas: Peces de ciudad, de Joaquín Sabina
Un libro para prendas delicadas: Libro del desasosiego, de Fernando Pessoa
Una película para prendas delicadas: Muerte en Venecia, de Luchino Visconti
34 Comments:
Mas de una vez he contado también los pasos a mi casa...
En cuanto a Libro del desasosiego, de Fernando Pessoa marcó una etapa muy importante para mí, una etapa muy enamoradiza y Muerte en Venecia, de Luchino Visconti la vi el miércoles,(desde luelo veine al pelo para este post); tenía pensado postearla pero cambié de peli a última hora.
creo que tengo los dedos torcidos hoy, :)
sorry
Voy a hacer algo con la frase "Cohen estaba más triste que nunca", aunque todavía no se qué.
:)
Me gustaría que las metáforas fueran reales, meter la cabeza dentro de la lavadora, descongelar el alma en el microondas, marinar la piel con el agua del mar,....
Un abrazo delicado para tus prendas.
Supongo que perdemos las cosas que queremos conscientemente, aunque pongamos el piloto automático, y pensemos que nada de lo que hacemos es tal, pero si sabes de los errores, los tienes sumados y todo, y ella no aparece, el final lo escribiste tu sin darte cuenta, y no puedes pensar en que hubo un factor x que determinó el susodicho. Errar es aprender, con lágrimas, con dolores de estómago, y con noches en vela que nos recuerdan lo solos que estamos, pero se paga el precio, se cubre uno de cinismo del bueno, y a por otra, y en ese proceso, obviamos el pensar que la próxima vez, quizás, cometamos el mismo error.
Mi barman cometió miles de errores, a los que le dí oportunidad de enmienda, y finalmente está en el cubo de la basura, y yo triste de cojones soportando la vida sin el pilar ese de mierda que apenas levantaba la casita de papel de los tres cerditos... No quiero hombres que sepa de sus errores y los escondan con una sonrisa, mas lícito, mas franco, es mostrarse desnudo de error ninguno y el día a día escanearse el cerebro para que todo marche perfecto.
Lo siento, me tocaste la fibra sensible.
Por cierto, no te ví ayer en el Berlin, y espero que no estuvieras, porque eran todos lamentables, macho, y unos sobes por el camino que no veas...
Bueno, quedamos con los ibéricos un día de estos, y te enseño a no errar en presente perfecto.
Dicho.
Luego a ver si lo hacemos.
Ya tengo delantal, sólo tengo que resetearme el coco y lo demás todo al carajo.
Bss
La palabra metástasis siempre me dio mucha impresión, será porque más la nombro, más certera me parece.
Excelente escrito, querido amigo, muy conmovedor e incitante, para no quedarse quieto cuando ampara el desconsuelo, para centrifugarse y salir.
Como siempre, las recomendaciones, una mejor que la otra.
Besos!!!
Es curioso como, a veces, el futuro se convierte en una triste compulsa de nuestro pasado.
Lo digo porque me ha encantado la frase de los funcionarios y el matasellos..
...Y pienso en las muchas mañanas mientras espero el ascensor, cuando los observo en el registro, dando salida a la historia de tanta, tanta gente.
Besos,
AnA
Dices que la vida es un proceso constante en el que nada tiene permanencia. Nuestra desgracia tal vez sea que, aunque conscientes de ello, nunca cesamos de buscarla, nunca perdemos la esperanza de que algo permanente nos acompañe para siempre. Y en esa grieta entre lo que es y lo que querríamos nos movemos, lastimándonos las más de las veces.
Pero tiempo al tiempo. Y como dice maléfica, querer asumir los errores que uno ha cometido es, al menos, el primer paso para no volver a cometerlos. Un paso que no garantiza nada, claro. Pero menos lo garantiza el negarse a mirárlos de frente.
Un beso
Atikus, me costó entrar a Pessoa pero sucumbí. Mi etapa Pessoa no se ha pasado, pero sí lo asimilo a momentos muy concretos y positivos. Muerte en Venecia es una gran película; jamás nadie produciría algo así hoy en día ;)
Arcángel, podrías hacer una canción, pero ya está inventada. Lo tomé de una canción de un grupo casi desconocido de los ochenta, Esclarecidos “Cohen está más triste que nunca y lento / el tiempo pasa y no soy joven y recuerdo el agua a las tres de la tarde”
Una mujer, acepto los abrazos. Pero hay días que realmente no sé si tengo el alma congelada o quemada ¿venden termómetros para el alma? ¿dónde habría que colocarlo?
Maléfica, no sé si las perdemos conscientemente pero sí que las cosas no ocurren porque sí. en cualquier caso sólo es un texto literario ;) Y no, no estaba en Berlín anoche, si acaso en alguna otra ciudad alemana. ¡Te presto mi lavadora cuando quieras! Besos.
Artemis, me gustaba el título. A veces la conciencia se desboca y crece amenazándose a así misma. Me alegra que le gusten las recomendaciones. Besos.
Claro, admirada Ana. Y el pasado nos queda ya inaccesible. Una historia para ser contada o rememorada, algo que no se diferencia ya de un sueño o de una película. Besos.
Me parece muy inteligente y preciso lo que dices, Antígona. Pero no sólo nuestra desgracia, sino también nuestro instinto vital de intentar agarrarnos a algo que de sentido a nuestra vida. Esa manía, petulante, de querer vernos como algo más que un simple accidente biológico. Un beso.
Pessoa y "muerte en Venecia"!!!
cuanto nihilismo y desesperanza...opciones que nadie quiere pero se imponen, a veces, tozudas...hay que modular la intensidad del dolor, si no le ensordece a uno...
...al lugar donde has sido feliz, no deberías tratar de volver.
Yo me alegro de que la vida sea un proceso constante en el que nada tiene permanencia.
Es lo mejor que tiene. En un estado de permanencia ¿en qué lugar estaría la libertad? En ninguno... bendita sea la libertad, hasta para cometer errores
:-)
Al paso quellevas, amigo Lagarto, acabrás en Ciorán.
Y de música, Dust in Wind, de Kansas.
Como película para estos pasos, tal vez incurramos juntos en Requiem por un sueño, de darren Aronofski.
La desvida no es la desmemoria. Suerte tenemos.
je
Un abrazo
La máuina de hacer música a veces asusta. Pone en marcha algunas máquinas de sentirnos tristes
Para prendas delicadas? Nunca lo había pensado así, pero ahora que lo dices...
besos
y entre máquinas o entre huesos la piel se hunde o se acomoda, hoy estoy como desasosegada !
Neo nos vemos en Police?
besos
Uff... Cohen.
besos melancólicos
De nuevo me dejas pensando.
Y me pregunto contigo a qué tipo de prendas pertenecemos. Y me digo a mí misma que si aguantamos los centrifugados será por algo... Aunque a veces sea mejor mezclar los colores.
Quizás sea el momento de hacer una nueva llamada,
o quizás sea el momento de no volver la espalda so pena de convertirse en estatua de sal...
me temo que la elección será dura.
Pero siempre estará Cohen para ayudarnos a contar los pasos (los que damos y los que no)
hola, pues siempre nos cruzamos y hoy me pasé por aquí. Y pensé en todas esas bolsas de colores y el tac del reloj y los pasos aceitados en una respuesta (que no se dará). No existen lubricantes para esos relojes existenciales. Mmmm, shhhhhhhhhh, quizás sí. Visconti.
Un dia terrible en mi vida fue cuando el profesor de quimica escribio una ecuacion muy larga en la pizarra, se giro y dijo:
"En el universo la entropia siempre crece, el caos siempre aumenta, el desorden vence."
Fue una buena excusa la siguiente vez que mi madre dijo que ordenara la habitacion.
Qué decirte, a veces es mejor contar los pasos que los errores, a veces retroceder no es bueno. Quizá ese tac del reloj sea algo positivo, y sea necesario el paso del tiempo para convertir en pasado las heridas presentes.
O quizá no.
Besos
y yo los tengo aún adormecidos, el TAC no cesa y la lavadora me ha rechazado por no tener la etiqueta de inidicaciones para el lavado.
:-/
Para Maléfica y Surrender... Se me ocurre esta frase cohen:
Primero tomaremos los restos que quedan en el filtro de la lavadora.
Luego quizás apareceremos por el Berlín.
Creo que lo que me daría más frío es haber perdido la esperanza de esperar, mientras aún siga esperando no me importa meter la cabeza en el lavavajillas o el corazón en la secadora. Un beso de 25 grados y sol de Madrid en abril.
Bueno, Nancicomanci, Muerte en Venecia puede tener alguna connotación triste, pero no la veo nihilista; al fin y al cabo habla de un hombre al que la visión de un adolescente en el momento de máxima decadencia le hace cambiar completamente los esquemas que han movido toda su vida. Te parecerá extraño, pero yo creo que tiene mensajes positivos :)
Annabellee, absolutamente de acuerdo. Llevo esa máxima a su extremo; la entropía lo exige!. Pero supongo que es compatible esa actitud con un poco de reflexión pasajera ;)
Sonámbula, tienes razón. Pero vuelvo a lo que decía Antígona; nuestra desgracia es empeñarnos en llevar la contraria a la realidad y buscar inmutables. Liberté!
Javier, como decía el mismo Cioran, lo importante es ser conscientes de que vivimos en el abismo, pero a pesar de ello tirar para delante. No surrender! Un abrazo.
Detective, la música es el alimento del alma. Y ésta necesita a veces subir y bajar, para ponerse en forma ;)
Sandra, creo que la conciencia es la parte más delicada de nuestro cuerpo. Besos.
Laonza, el desasosegador que te desasosiegue buen desasosegador será; repite conmigo :P No sé si nos veremos, no tengo entradas y creo que están agotadas. Besos.
Sintagma, Cohen es un buen detergente para ciertos lavados. Besos alegres.
Lunarroja, aguantaremos todo tipo de centrifugados y lejías. ¡Que no se diga! Los colores los llevamos por dentro ;)
Los pasos, ya sabes que no hay camino, que éste se hace al andar. Y con Cohen en el mp3, entre otras cosas.
Mari, qué sorpresa, me alegro de verte por aquí. Es cierto que coincidimos en otras casas muy queridas por mí. Visconti es un buen lubricante para sentirse bien, al menos desde un punto de vista estético; es uno de los mejores.
Narrador, la entropía se puede demostrar empíricamente en cualquier rincón de mi casa :)
Mavi, en cualquier caso el Tac es inevitable. Somos en el Tiempo, no podemos huir de él.
Bank, vente a mi lavadora, que no tiene escrúpulos. Eso sí, ¡no te pierdas dentro, como los calcetines!
Tressert, aún recuerdo el día que descubrí que la lavadora tenía filtro ¡¡las cosas que aparecieron por allí! Con el carácter de maléfica seremos capaces de tomar la Latina entera en cuanto se descuiden ;)
Ladydark, eso no se pierde nunca. Eso es precisamente lo que significa estar vivos. Bienvenida al nosurrendismo ;) Un beso de 180 grados :P
creo que este es el texto más fantástiko que he leído tuyo. me has dejado sin palabras. espero poder explicartelo un día frente a una cerveza...
O_O
pd. coincido con narra. cuando me hablaron de la entropía (a mí en la carrera, en una clase sobre teorías de la comunicación) quedé varios días turbada. ahora es una palabra que me enkanta: leída, sentida y vivida.
:*** bsos maravillados,
k.
estoy fatal, había olvidado que había respondido, pero ya que estoy... A mí los calcetines se me pierden dentro y fuera de la lavadora, :-(
Dime quién fue, que le saco un ojo ahora mismo.
Lagartijo, ahora en serio, nos cuesta perder el pudor, pero... qué gusto leerte así.
Besazo.
Me gusta. Buen programa el de lavadora;-)
Un saludo
Qué preciosidad de escrito!
Qué buen gusto, literario, musical y cinéfilo!
Qué alegría encontrar un sitio como este!!
Ahorita mismo al Bloglines del demonio.
Boquiabierta y encantada, gracias a nuestra Ana.
Un beso.
Si,a mi tampoco me quedan dedos ya . Ganan los errores...por goleada.
No Surrender,la lavadora, el plato giratorio de un microondas, el sonido de las aspas de un molinillo de café o de la batidora, son una metáfora de la confusión que puede reinar en la cabeza. Programas y quedas absorto en ese girar o en el runrun de unas aspas que trituran tus pensamientos, ajenos a lo que estás haciendo pero girando al compás de esa máquina.
Menos mal que tenemos salvavidas, la literatura, la música... y lo que queda por vivir.
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