sábado, agosto 11, 2007

Can’t explain

Las palabras nos oprimen. Son cárceles formales donde encerramos emociones e ideas que las sobrepasan. Podemos decir “te quiero” a seis personas distintas, pero no las amamos a todas ellas de la misma manera. Podemos decir que nos ha emocionado la muerte de un familiar, pero no podemos expresar el vacío existencialista que a partir de ese mismo instante tendrá la palabra “muerte” para nosotros.

La lengua nos limita a la experiencia de otros, anteriores y desconocidos, que inventaron cada uno de esos (estos) formalismos. En realidad, todas las palabras ¡todas! Son metáforas, imágenes torcidas de cosas que no podemos “realmente” expresar.

Las palabras son el farol, tenue, que ilumina la esquina de la calle donde el borracho busca sus llaves. La trampa.

Thomas Mann lo cuenta mejor:

“Sólo en los polos del contacto humano, allí donde no existe la palabra o bien donde ya no reina la palabra, es decir, en la mirada y en el abrazo, se halla propiamente la felicidad –pues sólo allí hay libertad incondicional, intimidad y falta absoluta de respeto humano-. Todo lo que en materia de contactos humanos se haya entre estos dos polos es débil e insípido; es algo determinado, condicional y limitado por las convenciones sociales. Allí reina la palabra, esa tremenda representante de lo ordinario y habitual, ese fino y opaco medio en el que se engendró antes que en ningún otro la sumisa y mediocre moral.”

(Thomas Mann, Confesiones del estafador Felix Krull)



He comprado un home cinema, por fin. Algo había que hacer con lo que queda de la paga extra después de todos los compromisos de robo a los que legalmente me he comprometido. Tras el rito, algo ridículo, de distribuir los altavoces, he subido casi tres cuartos el volumen y lo he probado con un concierto de Bruce Springsteen grabado en 2002 en Barcelona, concretamente con la optimista Waiting on a sunny day. Joder, qué sonido; es como estar allí en medio. La música es un lenguaje muy superior al de las palabras. Ya lo creo.



Un libro para Felix Krull: Por qué filosofía, de Xavier Rubert de Ventós

Una canción para Felix Krull: Can’t explain, de The Who

Una película para Felix Krull: The boxer, de Jim Sheridan

22 Comments:

Blogger MALEFICABOVARI dijo...

Qué grandes verdades, así escupidas en unos minutos de escritura, y los míos de lectura. Creo que si diésemos el valor justo a la palabra querer, nos quedaríamos solos.... compromete la jodida palabra, y si tiene razón el señor Thomas, en que el verdadero amor, no está en unas putas letras, sí, quizás, en un abrazo que nos quema por dentro y nos hace cuestionarnos de principio a fin.
Me alegro que te comprases el homecinema, porque ya tienes a Ursula y a la Male en tu casa, sin palomitas, ofcourse, y hinchándote a hostias sino pones algo a la altura de las circunstancias... que se que sabrás hacerlo, lo de meter el dvd en su sitio, digo....
Respecto a pechos perfectos... ahí tengo mucho que objetar, y tu percepción de la realidad, quizás distara mucho de la mía............jejejeje, que nooo, hombre, que seguro cobras pastones por ponerle cuerpo a los anuncios de colonias tipo Varon Dandi...
Tío, que me voy de vacas, desdentada, sí, tu dirás, bueno, el culo lo llevas...pero a ver quien coño se fija en el culo, si estoy de chiste, te acuerdas de aquel chiste de una tía buena, que no habla en toda la puta noche, y se le acerca un tío, y la pregunta: oye, tu no hablas? Y la tía con una voz de cazallera de la muerte, le responde: paqué, pajoderlo?????'
Pues algo parecido viviré en mis carnes esta semana en la que ando sin diente, macho... el vudú... qué malos son los putos ex...
Cuídate mucho, te echaré de menos,
Bss
Male

agosto 11, 2007 12:53 a. m.  
Blogger Antígona dijo...

NoSurrender, es cierto que las palabras nos oprimen, se nos quedan cortas, tratan de vehicular todo un mundo de emociones y sentimientos que se ven cercenados y reducidos a una obviedad en el momento en que les aplicamos el término que los describa.

Pero, ¿qué somos por otra parte sin ellas? El niño aprende a decir que algo le duele cuando ante sus gestos y llantos sus padres le preguntan si algo le duele. Es entonces cuando consigue identificar eso que siente con el dolor, hasta el punto de que si no dispusiera de esa palabra difícilmente aprendería a reconocer su sentimiento. Me dirás que hay dolores infinitos, dolores inenarrables, dolores ante los que cualquier palabra parece una broma de mal gusto. Y es verdad. Pero también lo es que no somos nada sin lenguaje, que el lenguaje es la cárcel que, paradójicamente, no abre las puertas al mundo e incluso a nuestra propia interioridad si, a fin de cuentas, saber quiénes somos exige que seamos capaces de contarnos a nosotros mismos la historia de quiénes somos.

Hermosas y sabias las palabras de Thomas Mann. Un abrazo o una mirada nos permiten, en un momento dado, decir mucho más que todo un discurso. Pero su significado nunca es unívoco y las palabras pueden entonces venir en nuestra ayuda para que logremos descifrarlo.

Disfruta de tu nuevo Homecinema. Pero cuidado no te vayas a quedar sordo :P

¡Un beso!

agosto 11, 2007 1:58 p. m.  
Blogger Sintagma in Blue dijo...

Bruce no es sólo música, sino letras y letras que forman parte de un poema declamado por una voz única.

parole, parole, parole...

:-)

agosto 11, 2007 4:30 p. m.  
Blogger Arcángel Mirón dijo...

Sí, pero no.

Las palabras acercan. Dan identidad. Aunque esa identidad sea una metáfora. Cuando mi abuela tenía cáncer, yo no decía "mi abuela tiene cáncer", yo decía "mi abuela tiene eso", porque la palabra "cáncer" lo hacía mil veces más real, más cercano.

agosto 11, 2007 8:16 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Maléfica, yo creo que la palabra se compromete a sí misma, pero ni siquiera toca a los valores que representa. Por eso es absolutamente cierta (y lógica) la afirmación de que el amor es eterno mientras dura. Pásalo muy bien en las vacaciones y abre la boca para besar directamente ;) Besos.

Antígona, bueno... somos un yo, un ello y toda esa terminología freudiana que trata de encontrarnos un poco más allá de ese corsé lingüístico-ideológico, quizás. En cualquier caso tu comentario es mucho más sensato que todo mi post. Gracias :) y un beso!

Sintagma, tienes razón. Pero es en esta música popular donde mejor se muestra que “I love you” puede significar cien mil cosas distintas. La comunicación rompe barreras semánticas más brutas para entrar en algo (un poco) más libre ¿no crees?

Arcángel, estoy de acuerdo con lo que dices. Las palabras son el demiurgo que inventa cosas. Hay cosas que no existen hasta que somos capaces de pronunciarlas. O, al menos, no toman forma hasta hacerlo. Pero en cualquier caso, quizás huías de la palabra “cáncer” porque ese significante se perdía en bosques lejanos a lo que era, para ti, la-abuela-enferma.

agosto 11, 2007 8:54 p. m.  
Blogger e-catarsis dijo...

Coincido con Mann, cuando las palabras se quedan raquíticas lo mejor es tocar, abrazar, besar, sobar y todos los verbos de la primeta que vayan algo más lejos que hablar (qué curioso también es de la primera...) para saltándonos la segunda (infaustos algunos de sus verbos...temer...perder...mal rollo), poder llegar a la tercera y dedicarnos sin más a sentir ( luego, y este es el contrapunto heavy algunos/as se acogotan y tras un quiebro más o menos aparatoso buscan como posesos sin salir de la tercera, por motivos obvios la EXIT por la que sencillamente huir...)
:P (Dª Milagros se sentiría orgullosa de mí ;-) )
Yo a Springsteen lo he visto en Valencia ¿el año pasado o el otro?...pues ¿quieres creer que no me acuerdo?
OTRA COINCIDENCIA ahora contigo/usted ( nada que no hay manera) la MÚSICA es el lenguaje más universal que hay para todos los humanos y casi/medio-humanos ;-), es el medio por el que pues por ejemplo 40 mil...almas pueden sentir al mismo tiempo lo mismo ( en ese instante nada nos diferencia ni nos aleja); esto mi querido amigo ( en plan indefinido ya sabes) sólo la música es capaz de hacerlo
igual no te importa mucho ( pero ya puestos lo cuento) pero a mí lo que de verdad me gusta es ir al cine, aunque ahora tenga que coger el coche y aguantar las pelotas para entrar y salir de los infames CC, es que en mi ciudad ya no hay cines :( ¿te lo puedes creer?
Va ya no me enrollo más que parezco la radio
Un saludo :)

agosto 12, 2007 9:15 a. m.  
Blogger Mityu dijo...

Ya en tiempos del brillante renacer, según la historia, que no significa ello que yo lo comparta necesariamente, el propio Garcilaso manifestaba la impotencia de las palabras al exclamar aquello de "un no sé qué, que se queda en balbuceo".
Nace estas articuladas por el pensamiento, de modo que hablamos porque pensamos. De ahí que cuando el tal Krull acude al abrazo, no es la verdad en carne viva la que encuentra, o no sólo eso, sino el abandono, la libertad, efectivamente, por abandono de la racionalidad, del pensamiento, para dejar paso al conocimiento puro, el que no necesita ser enseñado, ni bajado del mundo de las ideas. Por otra parte, convengo en que de todas los los lenguajes, el de la música es el más amado y menos traductores necesita. Tiene piel, como también la tienen las palabras susurradas en un oído, que te hacen trnsitar por nubes inesperadas, o te hunden en las simas más honda de la desesperanza.
Como siempre, interesante leerle.
Un saludo cordial.

agosto 12, 2007 11:06 a. m.  
Blogger Antígona dijo...

NoSurrender, no hay que olvidar que más allá de la palabra trivial, esa palabra gastada, raída y manoseada que nos reduce a lo universal y que, como bien dices, puede devenir corsé ideológico-lingüístico, también se encuentra la palabra de la que uno se apropia, la palabra que uno hace suya a fuerza de jugar con el lenguaje o utilizarlo con la intensidad que la ocasión merece, la palabra poderosa de la literatura, capaz de transmitirnos tantas emociones, e incluso la de la poesía, cuyo ritmo y sonoridad (por desgracia tan perdidos hoy en día) la hacen hermana de la música en su potencia para hacernos vibrar y tocarnos el corazón.

Las palabras han sido en efecto inventadas por otros, vehiculan convencionalismos, ideas fijas e incluso petrificadas. Pero también contamos con la posibilidad, a través de la palabra, de dinamitar esos mismos convencionalismos y de convertirla en lenguaje íntimo y propio.

Releo la cita de Thomas Mann y me sorprende la lucidez de su conexión entre la palabra y el origen de la moral, calificada de sumisa y mediocre. Inevitable aquí pensar en Nietzsche, que Mann conocía perfectamente. Una cita que da, desde luego, mucho que pensar.

¡Otro beso!

agosto 12, 2007 12:03 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

las palabras, como diría mi difunto y amado Derrida, son sólo pequeños grams, significantes vacioados para poder ser reinterpretados a nuestro antojo. A veces esos antojos son tan antojadizos que un "te quiero" puede ser "esto se acabó". Tratar de interpretar lo que el otro nos quiere decir es una tarea a la que renuncio. Sólo se que todos necesitan que los quieran.

agosto 12, 2007 4:24 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Ah, e-catarsis. Los verbos nos engañan aún más. Sobre todo con los tiempos ¿es que existe realmente un presente que deja de ser tal según vas leyendo estas letras? ¿es que el pasado tiene alguna existencia palpable? La música es un presente, que muere en el propio presente. Sólo ondas que llegan y se van. Es más parecido a la poesía, sí. si viene/s algún día a mi ciudad, ya te/le diré de varias salas de cine pedante y super-pedante (a elegir) ;) Un saludo.

Mityu, lo que dices es muy interesante: “hablamos porque pensamos”. Pero si lo pensamos dos veces, quizás lleguemos a la conclusión de que “pensamos porque hablamos”. Y es que en la vida nos pasamos de listos muchas veces a la hora de ordenar causas y efectos. No estoy seguro, pero que fue Wittgenstein quien defendía esta teoría (¿algún filósofo por aquí?). En cualquier caso el lenguaje determina radicalmente el pensamiento, de manera que nos resulta (casi) imposible ponernos por encima de él. Me ha gustado mucho eso que has dicho de la música: “tiene piel”. Gracias, Mityu. Un saludo.

Antígona, me encanta eso que has dicho, de que “nos reduce a lo universal”. Es una frase tremenda, de una amplitud planetaria. De hecho, ese “corsé ideológico-lingüístico” es básico, como decía Mann y muy bien apuntas tú, para crear una moral, un “deber hacer” que se fundamenta en conceptos ajenos, extraños, a nosotros mismos. Bueno, yo no soy Nietszche, él lo cuenta mejor. Si el lenguaje funciona mejor en la música, como decía Sintagma, y en la poesía, como apuntas tú, es precisamente porque se reconoce su carácter de mera metáfora, etérea, débil. Como la línea recta del humo del cigarrillo que deriva en virutas caprichosas. Otro beso :)

Ah, Mary ¡Derrida!. Últimamente se me aparece mucho Derrida :) es mucho mejor no interpretar, sino observar. Claro que sí!

agosto 12, 2007 8:34 p. m.  
Blogger e-catarsis dijo...

Le agradezco el ofrecimiento pero al hilo de su hilo "...todas las palabras son metáforas ¡TODAS!"...", no acierto a comprender el adejtivo "pedante" relacionado con una sala de cine.
Saludos

agosto 13, 2007 6:44 a. m.  
Blogger Zapatos de tacón dijo...

"Te quiero" ... me extremezco solo al leerla, repetirla en voz alta... Ojalá todos dijéramos "Te quiero" cuando realmente lo pensamos, no solo en el amor, sino a los amigos, a la familia...en definitiva a los que realmente "Queremos"

Gracias por visitarme, me ha gustado mucho tu post.

Un saludo,

agosto 13, 2007 9:17 a. m.  
Blogger Carabiru dijo...

Las miradas también pueden comunicar mucho más que las palabras que emite la boca que hay unos centímetros más abajo.

Salu2

agosto 13, 2007 9:11 p. m.  
Blogger Isa Segura B. dijo...

Hay palabras que acarician, besan y abrazan cuando las distancias juegan en contra del con-tacto.
Hay palabras sencillas que se enredan en miradas y se quedan vacías y hay palabras sencillas que se vacían de contenido antes de ser pronunciadas. Pero siempre
hay personas detrás de las palabras y de ellas depende el color.
Saludos .
P.S: hay un pequeño error ortográfico en el texto de Mann, 'lo que en materia de contactos humanos se halla entre estos dos polos'

agosto 14, 2007 4:49 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Bueno, e-catarsis, me refiero a esas salas donde se huye de lo comercial de manera absoluta. Donde se pueden ver películas eslovenas subtituladas o reposiciones checas de los años sesenta. En fin, ese cine en el que, como decía Woody Allen, “puedes ver crecer la hierba”. Algo muy diferente a lo que programan los centros comerciales ¿no? :) Saludos.

Zapatos de tacón, como decía Mari un poco más arriba, un “te quiero” puede significar demasiadas cosas dependiendo de su contexto. Lo importante es amar y compartir la idea, más que reivindicar (o manipular) un concepto tan ambiguo como cualquier palabra. ¿Ama realmente más quien más veces dice “te amo”? no estoy tan seguro de eso. Un saludo.

Carabiru, pienso que las miradas están menos infectadas de cultura heredada y de moral formal que las miradas, desde luego. Una mirada es desnuda por definición; una palabra es un acuerdo formal de representación universal. Y lo universal, como decía Antígona, nos reduce. Saludos.

Isa, desde luego que las palabras dan mucho juego y pueden usarse de manera poética, yendo un poco más allá de sus formalismos. Pero como bien dices, siempre hay una persona (Su sentimiento, Su idea, Su emoción) detrás que es distinta de otra persona que la pronuncie. Gracias por la corrección del texto de Mann, Isa. Saludos.

agosto 14, 2007 12:03 p. m.  
Blogger Marc dijo...

La limitación que pueden tener las palabras, las tienen otras formas de comunicación. Los gestos, la mirada, la voz y el tacto muchas veces no alcanzan a trasmitrir lo que sentimos y queremos decir. No todos las personas somos capaces de tramitir con una única forma de comunicación todo lo que sentimos o pretendemos contar, y de ahí la necesidad de combinarlas y complementarlas. Prácticamente, sólo algún profesional, generalmente artista, consigue decirlo todo con un sólo lenguaje.

Que disfrutes del buen cine.
Saludos

agosto 14, 2007 5:48 p. m.  
Blogger Ana dijo...

Santodiós!
Qué profundidad para agosto!!

Las palabras son lo que son.
La cosa es saber usarlas, saber si nos van a entender o no, si utilizamos y recibimos los significados en toda su extensión.

La respuesta es NO.
Nos limitan las palabras? Seguro? A veces, somos nosotros quienes no les damos toda su dimensión.

Te regalo la palabra ALEGRÍA.
Cuídala.

Un beso.

agosto 14, 2007 6:22 p. m.  
Blogger María* dijo...

Pero qué gran talento es aprender a jugar con las palabras. ¡Quien supiese!

agosto 14, 2007 11:56 p. m.  
Blogger Etèria dijo...

Un placer descubrir tu blog, aunque sinceramente solo he retrocedido hasta tu primer post de junio del presente año. Poco a poco ire leyendo el resto. Hoy me quedo con tu reflexión sobre las palabras, su utilización y el significado de las mismas. Realmente que poco dicen y cuantas cosas desearíamos poder expresar a trabes de ellas sin saber como.

agosto 15, 2007 10:30 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Claro, Marc. Las limitaciones siempre están presentes. Pero creo que mientras una mirada es nuestra realmente, y se muestra desnuda (normalmente) de aprendizajes, la palabra “mesa” o la palabra “ abandono” vienen encorsetadas desde fuera, desde una cultura heredada que nos obliga a replegarnos sobre ella. Por eso existen los artistas, como bien dices. Hay maneras de salir un poco. Saludos.

Ay, un Árbol, que tienes toda la razón. Que estaba yo pensando lo mismo, que estas cosas no se digieren bien en estos días :) gracias por la palabra, ¡es una de mis favoritas! Un beso, me alegro de verte de nuevo por aquí.

María, es un bonito ejercicio ¿verdad? Gracias por pasarte por aquí.

Belita, espero que te sientas cómoda en esta página. Supongo que el ejercicio de intentar explicarnos a nosotros mismos no acaba nunca, ni en cien años que viviéramos. Gracias por pasarte por aquí.

agosto 15, 2007 7:45 p. m.  
Blogger Simplemente Olimpia. dijo...

Sigo leyéndo-te todo, más que nada por ponerme al día de tus crónicas, en este caso discreparía ámpliamente sobre tu aseveración de las palabras, pero es domingo (día de descanso) por lo que sólo te diré que; ante la ausencia de palabras el desconocimiento es mayor y la pre-sunción impone su ley, puede que el silencio comunique, -es más yo lo utilizo- pero jamás afirmaría que se mediocre o amoral...es quien y como la utiliza quien le dá su valor.

Olimpia.
P.D Me alegra que hayas mejorado tu "estereo", ayudará a tu dualidad.

septiembre 02, 2007 9:42 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Claro, Olimpia. Las palabras ayudan a comunicarnos. Son mejor que nada. Son muchísimo mejor que nada y muchísimo mejor que otros medios de comunicación biológicos entre otros mamíferos. Sólo digo que no son suficientes, que son cárceles del pensamiento, que están impregnadas de ideología social porque pertenecen a la propia sociedad que nos acoge. Eso no quiere decir que no podamos poner en ellas valores altruistas, éticos, artísticos o emocionales de gran pureza. ¿Mi dualidad? ¿qué dualidad? ahí me perdí.

septiembre 03, 2007 6:05 p. m.  

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