martes, septiembre 25, 2007

Y de tapa, póngame una de esas pastillitas azules, por favor

Matrix es una película de ciencia ficción que cuenta la transformación y la lucha por la libertad de Neo (Keanu Reeves). El protagonista toma conciencia de que la realidad que vive es sólo una imagen virtual colectiva insertada en los humanos, sometidos así a una vida esclava cuyo objetivo real es simplemente servir de “alimento” a otros seres superiores. Aparte de rollos mesiánicos que no me interesan nada, Matrix plantea el clásico debate sobre la fiabilidad de la Realidad; esa furcia estafadora y caprichosa a cuyo látigo masoquista nos sometemos cada día.

En un momento de la película, alguien ofrece a Neo la posibilidad de salir de la realidad virtual en la que él es un programador informático muy acomodado y entrar en la realidad biológica del frío, la angustia y la soledad en medio de una guerra desigual. Si toma la pastilla azul vivirá la realidad virtual manipulada. Si toma la pastilla roja, conocerá su auténtica realidad biológica. Neo escoge lo segundo; el conocimiento frente al “mundo que te han puesto sobre los ojos para cegarte a la Verdad: Que eres un esclavo”.

La fiabilidad o no de la Realidad que vivimos ha sido cuestionada por la historia de la filosofía y la literatura en numerosas ocasiones, desde Platón a Foucault, pasando por Descartes y su genio maligno. La Realidad como Verdad (dolorosa) frente a la fantasía (feliz) de la ilusión también ha sido explotada por Aldous Huxley en Un mundo feliz (qué maravilla de libro), o Calderón en La vida es sueño, o Carroll en Alicia. Nada nuevo bajo el sol. Sí, pero.

¿Pero verdaderamente somos más libres por conocer a esa esquiva e incierta Realidad, que nos engaña continuamente, que nos limita como mortales, que nos obliga a ver el mundo a través de unos ojos y escucharlo por medio de oídos? ¿Por qué llamamos Realidad a lo que sólo es percepción limitada? ¿eso es libertad? Ah, no, lector, no. Ni de coña. Como decía el poeta Javier Corcobado, la libertad es la cárcel más grande de todas las cárceles. O, como dice Benitez Reyes (hoy vamos de poetas españoles):

“La mayor falsificación imaginable es la propia realidad: el espejismo de un espejismo de un espejismo reflejado en el espejo hundido en el fondo de un lago transparente. Y Narciso, con gafas de miope, escrutando su reflejo en ese espejo náufrago y preguntándose: ¿Quién será ese monstruo?”

Si somos ajenos a la Realidad, ¿como no vamos a serlo aún más a la Verdad, al sentido de las cosas, al Deber Ser, o esa entelequia abstracto-religiosa que llaman felicidad? ¿Es que acaso no es la propia vida real de Neo una simple ilusión que se desvanece con la muerte, igual que todas las ilusiones? ¿Por qué vale más la Realidad biológica que la Realidad virtual si Neo puede tener emociones plenas y conscientes en ambos mundos?

Si yo fuese Neo en Matrix, puede estar usted seguro, lector, de que tiraría la pastilla roja por el retrete, me tragaría dieciocho pastillas azules y negociaría con los programadores una vida llena de dinero, sol, música y mujeres sensuales. Y una cervecita fría cada mañana.

Porque es imposible salir de la prisión de nuestra propia mente, en cualquier caso. Y con píldora roja tampoco. O tendríamos que perder la mente entera, para empezar.

La Realidad es absurda y no explica nada: Según el Gobierno belga y su Fábrica Nacional de Moneda, cuesta 1,81 céntimos producir una moneda de un céntimo. ¿Pero en serio alguien se toma la pastilla roja, con todo el dolor que ello acarrea, para descubrir que la Realidad es esto? Es que me da la risa.

Y tú, lector ¿qué tapa escojes? ¿la pastilla azul o la roja?




(Pero lo importante es esto: Si el siglo XXI no empezó en el año 2000, sino en 2001… yo con mis 40 años aún estoy en la treintena ¿no? ¡Ay, qué nervios!)



Una película para Neo: Abre los ojos, de Alejandro Amenabar

Un libro para Neo: Contra la Realidad, de Agustín García Calvo

Una canción para Neo: Welcome to the machine, de Pink Floyd

49 Comments:

Blogger Lokita dijo...

PRIMENNNNNNNNNNNNNNNNNNNNN!!!!!!!
A ver Lagarto, que me tienes preocupada.
Ves como no te sienta bien quedarte el finde en casa y pensar tanto.
Que yo creía que los 40 no te habían afectado y ahora veo que sí…
Venga, vete trayendo las cervecitas y el dinero, que el resto lo pongo yo,a ver si aún estamos a tiempo de recuperarte, hombrepordiós!

Los besos lascivos te los doy cuando llegues, bajo el sol ;)

septiembre 25, 2007 3:11 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

la cosa va de pastis?
Pues creo que a ratos una y a ratos otra...no?.. Que a mí me gusta mucho ir de dimensión en dimensión..disimulando.
Quién es el de la foto? (que mirada más ....interesante)

septiembre 25, 2007 4:33 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Ah, sí, le pinché.. Huxley.. el de un mundo feliz, no?

septiembre 25, 2007 4:34 p. m.  
Blogger Alias dijo...

La pastilla que se toma para dejar el mundo virtual es la roja. xD

Yo escogería la roja. Como componente del mundo virtual, sin valor añadido, no tendrías fuerza para poder negociar nada lagarto. Seguirías siendo el informático que eras o una potencial amenaza conociendo la verdad... Que para eso ya están los Smith que lo saben.

Tomando la pastilla roja ganas tu libertad. Dejas de ser un hamster, que por muy cuidada que esté tu jaula no deja de ser la de un hamster.

El miedo a tomar a ganarla es que se abre un camino de incomodidades y una responsabilidad sobre ti que antes tenían los demás.

Si te gustó Matrix - la primera, el resto pff- , tal vez te gustaría ver "Equilibrium" de ciencia ficción también. Mezcla de Fahrenheit... no recuerdo nunca el número y Un mundo feliz. No sé cual de las dos me gusta más, si Matrix o equilibrium.

Un saludo.

septiembre 25, 2007 4:35 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Ay, que no, lokilla. Que estoy hecho un chaval. Ya veras, ya, cuando llegue con las copas de cerveza en equilibrio sobre mi nariz ;) besos lascivos

Sofía, es Huxley, sí. No tiene los ojos salidos de Rilke, Weber o Proust, pero conserva el mismo gesto serio de “cuidado conmigo” que tienen todos los se meten en blanco y negro en mi blog ¿verdad? Me encanta Un mundo feliz, sí.

Gracias, Alias, ahora mismo cambio los colores de las tapas, que me había liado. Ya sabes, la memoria, a estas edades, ya no es lo que era. Pero no estoy de acuerdo en que dejas de ser un hamster. Ganas una couta de libertad, pero no puedes nunca salir de la cueva que contiene la jaula. El engaño metafísico es el mismo. Y en cuanto a negociar con los Smiths, el que traiciona a Neo sí lo hace (habla de ser un actor famoso, comer un filete grueso…; me parece la secuencia más interesante y que más cosas plantea de toda la peli. Pero no la encontré en you tube)

septiembre 25, 2007 4:45 p. m.  
Blogger Alias dijo...

El que traiciona a Neo tiene algo valioso con lo que comerciar: La oportunidad de acabar con la rebelión de un plumazo llegando hasta su corazón. Es decir, acabar no sólo con los que ya son libres sino con la amenaza de que los que son sus hamsters sean libres.

Es una transacción comercial de la que no gozaría todo ser esclavizado en matrix.

Así que fíjate todo lo que están dispuesto a darle por acabar con la libertad.

El hombre no ha de temer ser un hombre y como tal no ha de temer las limitaciones que tiene. La cueva la hace el desfase entre lo que se es y aspirar el hombre a lo que no se puede ser: un ser divino.

Un saludo.

septiembre 25, 2007 6:04 p. m.  
Blogger AnA dijo...

Lagarto,debería dedicarse usted a la política...joder por fin me enteré de qué va Matrix.Gracias!!!!
Instructivo su post
.....yo....¿me puedo quedar con Kenau Reeves?
Besos!!!

septiembre 25, 2007 7:00 p. m.  
Blogger Antígona dijo...

Difícil y muy interesante cuestión la que planteas, NoSurrender. Porque, en efecto, también la Realidad con mayúsculas, ésa que se nos impone a cada paso, ésa en la que nos hacen creer, no es más que otro constructo ilusorio inventado para nuestro sometimiento y esclavitud. Cualquiera que tenga que levantarse cuando aún no ha salido el sol para ir a trabajar lo sabe perfectamente, o al menos lo intuido alguna vez. Y como bien dices, también en ella nos encontramos limitados, llenos de carencias, y encerrados como en una cárcel cuya puerta queda fuera de nuestro alcance.

Sin embargo, creo que yo, al igual que Alias, escogería la pastilla roja. Sí es cierto que la realidad virtual de Matrix parece ofrecer ventajas frente a la realidad real que se dibuja en la película: deleite de los sentidos, tranquilidad, falta de conciencia del estado de esclavitud y de la guerra... Pero recuerda que Matrix no es un sistema perfecto. Los déjà vus son una prueba de ello. Podemos adivinar entonces que el mundo de Matrix también genera sufrimiento, un sufrimiento enmascarado, diluido, disfrazado, pero sufrimiento al fin y al cabo como también plantea Huxley en su libro ante una felicidad fabricada que nunca puede ocultar del todo el vacío sobre el que se erige. Y podemos suponer entonces que sólo por ello ha habido resistencia y se ha iniciado el proceso de liberación de los hombres.

Son esas imperfecciones las que nos mueven a querer transformar las cosas, las que probablemente incitan a Neo a tomar la pastilla roja. Esas imperfecciones que nos invitan a pensar que la felicidad que se nos vende es sólo un mero sucedáneo frente a otras felicidades posibles y más verdaderas.

Tienes razón en que es imposible salir de la prisión de nuestra propia mente. Con o sin píldora roja. Pero cualquier prisión añadida a ésa sólo puede disminuir las posibilidades que, dentro de la propia prisión que llevamos con nosotros, se nos brindan. Bien lo sabía Platón cuando imaginó a los prisioneros de su caverna atados de pies y manos y condenados a mirar sólo al frente.

Así que, ¡venga la pastilla roja! ;)

¡Un beso!

septiembre 25, 2007 7:52 p. m.  
Blogger Madame Vaudeville (Chus Álvarez) dijo...

Prefiero no elegir. Ya ve lo que le pasa al personaje de César, de "Abre los ojos" con su experiencia de realidad virtual...
Me encantan Amenábar y Pink Floyd.
Y lo bien que expresa lo que quiere expresar, mon ami. A veces...¡ quién fuera lagarto!

Dejo esta pregunta en el aire:
¿De cuántas maneras diferentes se puede percibir una misma realidad?

septiembre 25, 2007 7:58 p. m.  
Blogger Alias dijo...

Se me olvidó. El enlace de la conversación entre el agente Smith y Cifra es este.

http://www.youtube.com/watch?v=Z7BuQFUhsRM

Está en inglés. Un saludo.

septiembre 25, 2007 8:41 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

“Te ha sido otorgado el PREMIO BLOG IMAGINATIO. Pásate por mi blog y podrás comprobarlo”

septiembre 25, 2007 8:53 p. m.  
Blogger MK dijo...

Las Azules??¿Ya te han empezado a inundar el correo con este maldito spam de Viagra?
A un compañero de trabajo le pasó justo recien cumplidos los cuarenta.
Hombre ,por diós que eso es una leyenda urbana!!.Los cuarenta , los treinta , los cincuenta ...No existen.
Como te lo podría hacer entender??.
Existes tú.
Yo esta noche precisamente y como caso excepcional , un gelocatil por favor.
Luego la azul .

septiembre 25, 2007 9:28 p. m.  
Blogger Luigi dijo...

Puestos a escoger, una aspirinita por favor, que si me pongo a pensar me hierven los sesos.

O como dice MK, si son gratis, unas cuantas azules, que en el mercado negro tienen su valor.

septiembre 25, 2007 9:47 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Alias, lo que me gusta de la secuencia de la traición es que él pide no acordarse después de que lo ha hecho. Porque sabe que es la conciencia el enemigo. Así, una vez consumada la traición él nunca sabrá lo que hizo. La ausencia de conciencia es la vía a su felicidad. Me parece el momento más profundo de la peli, sí. Gracias por traer la secuencia.

Bueno, Ana, de alguna manera vivo de explicar cosas inexplicables :) te cedo a Keanu, pero me van a entrar celos. Miraré para otro lado. Besos.

Antígona, es que te explicas tan bien que casi me convences :) Pero creo que engañas cuando lo llamas “realidad real”. Yo, voluntariamente, he querido hablar de “realidad biológica” y “realidad virtual” ;) También creo que el autor hace trampa cuando muestra esos deja vu ¿es que no los hay en la realidad biológica? ¿qué pensaría Neo de que un céntimo de euro costase 1,8 producirlo? Ah, es un discurso ideológico con trampa el que nos hace el guionista. Claro que queremos ver más –hay gente que se hace religiosa, incluso-, pero más allá sólo esta la muerte, la Nada. el No Ser. Un beso.

Madame, me gustó esa película mucho, a pesar de tanto barroquismo. La realidad virtual de César falla por causas humanas (su propia psique). Pero era indudablemente mejor que su realidad biológica hasta que llegan esos fallos ¿no? El mundo existe porque lo sentimos. Y él era capaz de sentir todas sus emociones, al 100%, dentro de su sueño (perdón por el spoiler si algún incauto no la ha visto) Hay infinitas maneras de percibir cada realidad, claro que sí.

¡Gracias, Sonámbula. Luego me paso por tu estupendo sitio!

Perfecto, Mk. En cuanto te metas el gelocatil nos tomamos unas cañitas con unos boquerones y unas pastillitas azules. Lo vamos a pasar estupendamente en el engaño ;) (por el momento no me quejo de lo otro)

Claro, Luigi. Es malísimo pensar: nos salen arrugas, y luego no gustamos y por tanto no f... :P

septiembre 25, 2007 10:08 p. m.  
Blogger Arcángel Mirón dijo...

Punto número 1: hace unos días que vengo pensando en esa película de Amenábar, porque quiero escribir sobre las remakes, y ahora vengo acá y veo que se la sugerís a Neo. Muy bien.

Punto número 2: siempre me acuerdo de una escena de Mátrix: Neo empieza a entrenarse junto a Morfeo. Neo no puede ganar ni uno sólo de los enfrentamientos. Morfeo le pregunta:
- ¿Por qué no podés vencerme?
- Porque vos sos mejor - contesta Neo. Morfeo le dice:
- No, no podés vencerme porque vos creés que yo soy mejor.

Punto número 3: siempre me alegro cuando veo que en tu blog hay un texto nuevo.

septiembre 25, 2007 10:10 p. m.  
Blogger Antígona dijo...

Ay, NoSurrender, tal vez me he explicado mal. Creo el mundo de Matrix sólo es una metáfora del mundo que conocemos. Por eso he hablado de sus imperfecciones. Porque obviamente también este mundo -da igual que le llamemos Realidad biológica o Realidad real- las tiene, al igual que Matrix. Es más, como dice García Calvo, si la Realidad que conocemos fuera perfecta estaríamos muertos, porque esa Realidad sólo tiene por objetivo matar lo que aún nos queda vivo. Y por ello he comentado también que son esas imperfecciones, precisamente aquello que nos permiten percibir el sufrimiento generado por la Realidad, las que tanto en Matrix como en el mundo que conocemos pueden incitarnos a la transformación y al cambio.

Me dirás que la cuestión metafísica, es decir, el carácter ilusorio de la única realidad que conocemos no entiende de transformaciones, de mejoras. Cierto. Que vamos a morir, que nunca terminaremos de conocernos a nosotros mismos ni la realidad que nos rodea, eso es totalmente independiente de cómo sea, histórica o socialmente, el mundo en que vivamos. Sólo que hay que reconocer que este mismo argumento -que al final, como dices, sólo queda la Nada, el No ser- se podría utilizar precisamente como arma disuasoria para evitar cualquier tipo de transformación o impulso de mejora. La cuestión metafísica es inamovible, en ella no caben distinciones entre mundos mejores y peores. Pero dentro de ella, aceptando sus condiciones, siempre se puede aspirar a algo mejor. Y tal y como la película se plantea, la única transformación o mejora que cabe en Matrix es salir de la dimensión virtual. Ninguna máquina puede saber de felicidad humana. Ni tan siquiera los hombres somos capaces de inventar un mundo feliz. La felicidad es algo demasiado complejo como para que se deje reproducir o imponer tecnológicamente. Y a Huxley me remito de nuevo.

¡Otro beso!

septiembre 25, 2007 10:35 p. m.  
Blogger Ana dijo...

No me gustan las pastillas.

Me gusta entrar y salir de distintos mundos (no dos, no tres... todos los posibles) a mi antojo, en función de mi estado de ánimo, de la cantidad de responsabilidades, de la necesidad de huir o de quedarme. De lo que se me ofrece en cada "lugar".

Ninguna pastilla, Lagarto.
Con la cervecita, una de berberechos, por ejemplo.
Lo demás son disyuntivas que no nos llevan a ninguna parte. Lo que hay es lo que vemos, olemos, tocamos, oímos, degustamos (lamemos?:P). Así que cariñitos, chicos listos, cervecitas, callos y rock.
El resto, pamplinas.
Y perdona que te desmonte el chiringo, pero me pusieron la medalla a la que mejor simplificaba, y me lo tomé muy en serio :P

Besoooo

septiembre 25, 2007 11:19 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Bueno, si el siglo XXI empezó en 2001, mucho me temo, Lagarto, que usted está al final de la cuarta década y en breve empezará la quinta.

Chungo. Tómese la azul. ;-)

Un saludo.

septiembre 26, 2007 12:21 a. m.  
Blogger Mityu dijo...

Si quiero vivir en una mentira que endulza mis sentidos, elijo morir. Venga la pastilla de la angustia, la del camino de espinas, la que jamás convierte los sapos en príncipes. Mientras tenga la oportunidad de elegir tendre también la esperanza de que las cosas pueden cambiar. Entre tanto, recordaré la voz de los hermanos que cayeron en el camino. La verdad, está por encima, por debajo, al lado, en todas partes, tal vez incluso en la realidad.
En cuanto a Huxley, comparto contigo el haber leído A brave new world, y perdona que lo cite en inglés, pero por una vez, percibo la diferencia en la traducción.
Interesante post. Como siempre.
Un saludo cordial.

septiembre 26, 2007 12:31 a. m.  
Blogger k dijo...

Me está encantando esta conversación tan sesuda. Por mi parte, siento no poder responder a tu pregunta, lagarto, porque mi respuesta dependería, me temo, de la hora del día y de un par de cosas más en cada momento. Soy demasiado inconstante en mis afectos, incluso si el objeto de estos es una realidad u otra. (¿Sufrir o no sentir? Esta es la cuestión...)

Lo de feldespato es un golpe bajo, eh... me ha hecho reír.

septiembre 26, 2007 2:15 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Yo preferiría una granate.
Lagarto, lo mejor está todavía por llegar, asi que.... imagínate!
Un beso

septiembre 26, 2007 9:30 a. m.  
Blogger Margot dijo...

Pues yo me tomaría la roja y me pondría las gafas de ver bajo el agua y la escafandra... siempre me gustó ver, es que ya me venden demasiadas motos siendo así... uffff si encima se lo pongo fácil!!! Que la realidad sea absurda no quita mi necesidad de enterarme de ella, debe ser algún trauma infantil, ays. Algo así como buscar la realidad tras la realidad. Que voy a necesitar dos de las rojas?

Pero eso sí, me las tragaría con una cervecita y a ser posible con Agustín Calvo, Huxley y contigo. El mejor soma son los desvaríos que producen las reuniones de ese tipo.

Besote tal real como la vida misma, qué vaya usted a saber que significa ser real, ya.

septiembre 26, 2007 11:48 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Arcángel, la película tiene diálogos muy interesantes. Es una lástima que ocupe tanto espacio en el film las peleas y los disparos, en detrimento de la historia psicológica de los personajes. Creo que me gustó más la de Amenabar. Yo me alegro de verte por aquí ;)

Antígona, tienes razón en eso de que el impulso al cambio es la percepción de las imperfecciones. Luchamos contra ellas para hacer un mundo mejor. ¿Pero no es “un mundo mejor” aquello de lo que habla Huxley, precisamente? ¿Cómo podemos ser tan petulantes de creer que nuestra percepción de lo mejor no está tan corrompida como esas mismas imperfecciones? No sé, cada día me siento más hedonista. Otro beso.

Un árbol, tienes razón en eso. Si yo fuera el guionista de Matrix, en lugar de con una pastilla, hubiera simbolizado el tránsito con un asado de cordero segoviano bien regado de Duero. ¡Donde va a parar! Pero, por el momento, acepto esa cervecita con berberechos. Que hoy hace sol en Madrid y se debe estar de maravilla en una terraza.

Feldespato, usted me ha hecho polvo. Esa Realidad es mucho peor que la que encuentra Neo con una sobredosis de pastillas rojas. Creo que pasaré de pastillas y me dedicaré sólo a beber, para olvidar. Ay, qué disgusto.

septiembre 26, 2007 12:50 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Mityu, pero es que realmente tenemos muy pocas posibilidades de elegir en libertad. Nos condicionan tantos factores! Además, es más real tu propio sentimiento de frío ante el invierno, que la nieve que cae. Sólo vemos el mundo desde dentro, sólo existe como sensaciones más o menos explicables y anticipables. Puede que una mentira endulce los sentidos y que una realidad los angustie. Pero al final del camino, sólo hay sentidos. Deberíamos cuidarnos todos un poco más. Quizás. También me gusta más Huxley en su inglés original. Un saludo cordial

K, todo depende de la hora del día, claro que sí. Somos esencialmente contradictorios, y móviles como donnas en una opera de Verdi. Sufrir o no sentir… muy radical te veo. Digamos que la alternativa sería “sufrir más” o “sufrir menos”, en todo caso. Mientras estemos vivos estamos expuestos a un montón de dolor inevitable ¿por qué buscar más del que ya hay, en nombre de un conocimiento que siempre será obtuso, limitado e, incluso, ideológico? No, no. Prefiero sonreír :)

septiembre 26, 2007 12:50 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Ella, qué nick más contundente! Yo siempre prefiero la tortilla de patatas, la verdad. Pero puestos a elegir me quedo con la azul o con la roja. Estar a medias no creo que nos ayude a ninguna de las dos cosas. Hay cierto placer en el individuo cuando ha tomado una decisión consciente. Y una tortura hamletiana cuando se ha quedado en la encrucijada. ¿Pero queda algo aún por llegar, al inicio de mi quinta década? Casi acojona más. Quita, quita :)

Margot, no por mirar mucho se ve más. Eso sí, seguro que estás muy sexy con escafandra :P detrás de la realidad puede haber cualquier cosa. Lo mismo tenían razón aquellos hindúes que aseguraban que el mundo estaba sostenido por cuatro elefantes que se apoyan en la concha de una tortuga gigante. En cualquier caso, como diría Woody Allen, “¡Brooklyn no se expande!”. Así que, cuando termines de bucear, te invito a sentarte al sol, y tomar esa cerveza con berberechos con el árbol y conmigo. Huxley no creo que pueda venir (el pobre), pero dile a García Calvo que venga también. A éste le tengo que preguntar yo porqué le parece tan poético eso del incesto :) Besos.

septiembre 26, 2007 12:50 p. m.  
Blogger MK dijo...

Deja que me quede con esa imagen de "una tortura hamletiana cuando se ha quedado en la encrucijada".
Tierna.

septiembre 26, 2007 1:24 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Pues estoy de acuerdo contigo.

Yo también preferiría la azul. A veces el conocimiento de la cruda de realidad es demasiado crudo, mejor endulzarlo con algo de fantasía.

Seguro que "Cifras", creo que así se llamaba el personaje de Matrix, estaría de acuerdo con nosotros.

septiembre 26, 2007 1:29 p. m.  
Blogger Tamaruca dijo...

La verde :P


Ahora en serio, personalmente soy inmune a las pastillas azules, me han hecho tragar demasiadas a lo largo de mi vida y no me hacen ningún tipo de efecto; desgraciada o afortunadamente soy una pastilla roja con patas que no se siente más libre por reconocerse una esclava con comodidades aunque sí más feliz por no conformarme y tener fuerza para ir contracorriente si lo considero necesario.

Un beso, Lagarto.

P.D. Cuánto me gusta Huxley... "La isla" es uno de mis libros favoritos.

septiembre 26, 2007 6:11 p. m.  
Blogger Lokita dijo...

Que susto me has dado con lo del equilibrio, dios!
Estás tardando, que lo sepas... :)

septiembre 26, 2007 6:24 p. m.  
Blogger Sibyla dijo...

No tengo vocación de mártir, creo que escogería la pastilla azul...
la fantasía de la felicidad, aunque fuera una existencia irreal...
Además, con pastilla roja o azul,el
ser humano seguirá siendo un animal
insatisfecho, por la conciencia que tiene de la inmortalidad.
Uffff, me está saliendo humo de lo que nos haces pensar, pero me encantan estos debates.
Saluditos.

septiembre 26, 2007 6:53 p. m.  
Blogger MALEFICABOVARI dijo...

DIOS MÍO, POR DIOSSSSSSSS, LA PASTILLA ROJA PARA MI, si soy una sufridora nata, no sabría que hacer viviendo virtualmente algo que se me ha impuesto...aunque la realidad tb se impone, pero es nuestra puta percepción de ella la que nos la impone...
Brillante guapo, el post, y mucho que pensar, por supuesto que esto es una cárcel, para los que vamos ebrios de todo... lo es. Pero también hay gente que sin necesidad de tomar pastillas azules, viven en ficciones que son tb cárceles, distintas, pero cárceles. Es la vida, y cuando la vives, de la manera que sea, la libertad de vivirla te crea la necesidad de ponerle celdas a determinadas cosas. Espero me entiendas, que tu eres muy listo, y yo muy rollera.
Un besazo, no dejas de sorprenderme, me pareces una enciclopedia, pero de las buenas, con fotos bonitas, y mucho que aprender. Y me piro porque parezco la provinciana numberone llamándote enciclopedia...

septiembre 26, 2007 7:00 p. m.  
Blogger Antígona dijo...

Venga, Lagarto, que con la de vueltas que le das tú al coco serías el primero que percibiría algo rarito en Matrix y pedirías la pastilla roja. Seguro. Sin poder evitarlo, vamos :P

¡Más besos!

septiembre 26, 2007 9:01 p. m.  
Blogger Margot dijo...

No, cielo, no por mirar mucho sino por mirar mejor y con los ojitos bien abiertos... cantidad y calidad no siempre van de la mano... jeje.

Y estoy con Antígona, el simple hecho de dar vueltas al tema te inutiliza y la azul te provocaría convulsiones... chínchate!!

septiembre 26, 2007 9:13 p. m.  
Blogger atikus dijo...

Esto me recuerda a Quadrophenia, evidentemente yo me tomaría las azules, aunque me acabara tirando por un precipicio...bueno siempre que fuese virtual ;)
Si los efectos secundarios fueran demasiado bestias quizas me lo pensara un poco más, pero ....
mmmm...se pueden mezclar las dos pastillas...jo que cacao no???
mejor que no.

septiembre 27, 2007 1:34 a. m.  
Blogger Unknown dijo...

En las películas está todo muy claro, te ponen en la disyuntiva, y hay un momento concreto, clarísimo, en el que tienes que elegir -o por aquí o por allá- pero todo el mundo tiene claro cúal es la duda, cuales son las opciones y qué haría cada quien. Ahora bien, en la vida real no es así. NO suena una campana avisándonos que ha llegado el momento de elegir por aquí o por allá. NI hay campana, a veces ni hay caminos perfectamemte definidos, ni tampoco la elección es siempre factible. A veces uno se pone a andar y cree que ha escogido bien y ni sabía -o se entera tarde- que podría haber tomado otro camino. O eliges algo que luego defrauda. Mil variaciones que todos conocemos. Tomar una pastilla que te coloque en un lado o en otro (como si solo hubiera dos) se me hace tan fácil que ni me lo imagino. Pero es una tesis interesante.

Un saludo

septiembre 27, 2007 9:54 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Mk, quédate con ella. Podemos adaptarla un poco, por si Mecano quiere hacer una canción con ella:

Una tortura hamletianaaaaaaa /
Cuando quedó en la encrucijadaaaaaa /

:P

Mavi, ¡Marchando una de azules para la señorita de perfil con gafas de sol! La verdad es que esa crudeza del conocimiento a veces es gratuito, no aporta nada a lo único que podemos saber que somos nosotros: Nuestras emociones. Y la fantasía también es parte de ese Yo ¿no?

Tamaruca, tienes razón en eso que dices, es interesante: las pastillas azules tienen efectos limitados y cuando se tragan demasiadas ya no producen el mismo efecto anestésico en el ansia de conocimiento. Quizás estamos condenados a intentar ser más libres, lo consigamos o no. No he leído La isla, tomo nota y la compraré un día de estos. Un beso.

septiembre 27, 2007 2:21 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Lokita, Para qué sirve la nariz, sino para hacer equilibrios de funambulista con copas de cerveza? Estoy ensayando, eh. Voy!

¡Otra de azules para Sibyla, la señorita del avatar hiperactivo! :P Tienes razón en que desde un punto de vista metafísico da exactamente igual la pastilla roja que la azul: es imposible quedar liberados de nuestra cárcel de percepciones. Así que supongo que es mejor el sol que la lluvia porque, simplemente, produce una sensación más agradable en nuestra mente. Algo así. Saludazos!

Maléfica, pero es que la pastilla roja también te lleva a un mundo que se te ha impuesto ¡qué diferencia hay entre que quien lo crease fuese una máquina extraterrestre, o el Dios de los cristianos, o Zeus, o el Caos? La pastilla roja nos lleva a un mundo en el que tampoco nos sentiremos cómodos ni tendremos la más mínima sensación de controlarlo. Espero parecerte una enciclopedia sexy, al menos :P besos.

septiembre 27, 2007 2:22 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Antígona, conociéndome como (creo que) me conozco, supongo que me tiraría horas con una pastilla en cada mano diciéndome “no sé, no sé…” y distrayéndome con la estantería llena de libros que está detrás de Morfeo, o mirándole el culo a la chica que queda detrás en la secuencia, o… cualquier cosa :P Supongo que la decisión real de tomar una u otra depende de las circunstancias concretas que se viven en el momento de Matrix concreto en que tienes que tomar la decisión. En si eres “feliz” en esa circunstancia, en si tienes planes para el sábado siguiente, en si hay unos labios que deseas o un concierto que no te quieres perder. Más besos!

Margot, de hecho mirar mucho sólo consigue que veamos menos. Hay que focalizar para que la retina haga bien su trabajo. Pero quizás la azul sirva para dejar de dar vueltas a los temas ¿no? Pensar es agotador, crea arrugas y úlceras… ;)

Atikus, tengo ganas de ver Quadrophenia de nuevo. De hecho pensé en hablar de ella por aquí un día; la realidad que descubre el protagonista en el botones de aquel hotel es la causa de su decadencia, de su completa desilusión, de su falta de creatividad. De su muerte. En cualquier caso, lo que mejor mezcla es la patata y el huevo, para mi gusto.

Tribeca, tienes toda la razón. Creo que esa es la clave. En las películas, como en la literatura, todo es un artificio. Un artificio que hace que todo sea esclavo de la lógica argumental, mientras que en la vida real lo que rige es el caos y el azar. En una película, si un personaje va a Berlín, es porque allí va a pasar algo ineludiblemente, porque es esencial para el Artificio. Pero en la vida real, si una persona va a Berlín, puede no pasar nada de nada. En la vida real nunca sabes la importancia que tiene un viaje a Berlín (esta idea está tomada de “Mercado de espejismos”, de Benítez Reyes, una novela divertida, amena y tal) gracias por pasarte por aquí y un saludo!

septiembre 27, 2007 2:22 p. m.  
Blogger Valeria dijo...

Y luego no entendemos por qué los esquizofrénicos no quieren tomar su medicación. Ellos no se cuestionan que hay "otra realidad" y se sienten libres, supongo... Pero esta es otra historia...
Un beso, Lagarto

septiembre 27, 2007 6:45 p. m.  
Blogger Brisuón Çafrén dijo...

Siempre me hago un lío con los colores,¿cuál es la que me deja como estoy, ignorante y estúpidamente pseudo-feliz?

septiembre 27, 2007 8:24 p. m.  
Blogger Peggy dijo...

Que quieres que te diga una esceptica de la realidad como yo , que no cree en verdades absolutas y que piensa que la vida es percepcion subjetiva ...todo es relativo:)

septiembre 27, 2007 8:40 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Contundente, absolutamente, esa soy yo.
Desde luego si puedo elegir la tortilla de patata, elegiria las pastillas de color amarillo. Cuando estamos discutiendo si azules o rojas, si realidad o ficcion... yo elijo la vida real y no es por nada: es que no me queda mas remedio, juer! Ojalá pudiera parar y decidir algo mas! sería fantastico.
Y si, lagarto, lo mejor está por llegar, de verdad,ç.
Un beso

septiembre 28, 2007 1:45 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Lo del nombre contundente me ha encantao, no te lo voy a negar.
Otro beso

septiembre 28, 2007 1:45 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Dijo en cierta ocasión un británico, porque estas cosas las dicen siempre los británicos o los gallegos, viendo un carnero negro a través de la ventanilla del tren, que sin ver más carneros que ése no se podía decir que los carneros fuesen negros.
A lo que replicó un gallego, porque estas cosas las replican siempre los gallegos o los británicos, que él sólo podría afirmar que ese carnero era medio negro ya que la otra parte no sabía como era.

¡Ah! las pastillas rojas. ¡Qué falsas que son!.

Interesante cambio de impresiones. felicidades a todos.

Saludos.

septiembre 28, 2007 2:14 a. m.  
Blogger Sintagma in Blue dijo...

He de confesarte que en realidad yo tampoco existo y este post es sólo producto de una realidad aparente.

septiembre 28, 2007 10:07 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Apuntas un tema interesante, Valeria; los esquizofrénicos también viven su propia realidad y sospechan que la medicación es una conspiración para alterarla. Todos somos un poco esquizofrénicos y sometidos a miedos parecidos, agarrándonos a un concepto de libertad, un Yo alterado. Un beso.

Brisuón, ¿la tele? :) gracias por pasarte por aquí; los bolañistas siempre son muy bien recibidos.

Eso es Peggy. Si todo es tan subjetivo y relativo, ¿para qué salir de nuestra propia comodidad? Deberíamos ser más hedonistas y menos reflexivos ;)

Contundente Ella, está bien elegir la vida real, pero ¿cuál es tu vida real? ¿Es más real la realidad biológica de Neo que su realidad virtual? ¿Es más real en tu vida lo que ocurre fuera de ti que lo que sientes por dentro? ¿No será la vida que vives un sueño dentro de otra vida en la que luego despertarás? ¿Estás realmente segura de que ahora estas despierta y no soñando? ¿Puedes demostrarlo? Yo creo que no :) Dos besos.

Feldespato, Feldespato… que me has dejado hundido en la miseria existencial. ¡Qué crueldad la tuya! Habría que decirle a tu gallego y tu británico que quizás los carneros sólo tienen medio cuerpo :) Saludos.

Sintagma, ¿y cómo haces para escribir en una página que tampoco existe? :P

septiembre 28, 2007 11:13 a. m.  
Blogger e-catarsis dijo...

Un tema apasionante, una trilogía interesante, habría mucho que hablar sobre ella, todavía.
Hace tiempo escribí algo sobre este tema, una visión RELATIVA y personal en la que "elogiaba" la utopía ;-),aunque lo arrancaba con un texto de Ortega y "colaba" por ahí a Orwell (¡ajajá!)... cuestión de gustos imagino
El tema ha sido y supongo que será motivo de mil reflexiones al fin y al cabo el ser humano es así, se fascina con RELATIVA facilidad :P

¿Elogiamos juntos la insoportable levedad de la REALIDAD?
:))

PD Prefiero las gominolas de fresa cuyo único riesgo es que se pegan al culo :P

septiembre 28, 2007 12:30 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

sí, e-catarsis. Recuerdo haberlo leído. Los grandes temas son comunes a todas nuestras obsesiones.

Recuerdo un capítulo de los Simpson en el que una gominola pegada al culo de una chica acabó con Hommer en comisaría, acusado de violador. No las gominolas son inocentes! :P

septiembre 28, 2007 6:53 p. m.  
Blogger Simplemente Olimpia. dijo...

Rotundamente estas pasando una etapa algo gestáltica, al menos así leo. Desconozco si siempre es así o no, soy neófita en tu lectura. Podría discrepar y disertar cada una de tus aseveraciones, pero no "cabe" hacerlo. Si azul es cegar la indiferencia, prefiero el orgasmo rojo de la emoción. (ya ves, una estulticia como otra cualquiera, de quien absurdamente se "cree" libre de concepciones aritméticas)

Avariciosa. Olimpia.

septiembre 30, 2007 11:45 p. m.  

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