sábado, febrero 26, 2011

McNulty, la rana y la chica descalza


A Magic Rat Le andaban buscando por unos asuntos turbios. Así que se jugaba mucho cuando decidió cruzar la línea de la frontera de New Jersey para ir a buscar a su chica descalza, que le esperaba bebiendo cerveza caliente sentada sobre el capó de un Dodge bajo la suave lluvia de verano. La historia de Magic Rat y su chica descalza terminó bastante mal, exactamente así:

Nadie mira cuando la ambulancia se aleja.
O cuando la chica descalza, al fin, apaga la luz de su habitación.
Afuera arden las calles en un vals mortal,
entre lo que es real y lo que es ilusión.
Y los poetas de por aquí nunca escribirán una línea sobre esto.
Se quedarán a un lado y dejarán que todo pase.
Y, luego, en el vértigo de la noche, buscarán su momento
y ensayarán una postura honesta.
Pero no podrán evitar acabar heridos,
ni siquiera muertos.
Esta noche, en la jungla.

(Bruce Springsteen, Jungleland)



David Simon, creador de The Wire, es el poeta que decide saltarse la norma. No quiso mirar al otro lado cuando la ambulancia se alejaba y la chica descalza apagó la luz de su habitación, sino que nos mostró sus vidas, incluyendo la del conductor de la ambulancia y la del hijo de la casera de la chica descalza.

The Wire aparenta ser es una serie de realismo policial y trapicheo de drogas en una cuidad industrial americana. Pero en realidad va mucho más allá de algo tan tópico. The Wire (una palabra de difícil traducción al español: el cable, la conexión, la escucha, la línea de meta, por los pelos, ...) habla de temas universales de la condición humana, del ecosistema de las ciudades occidentales, de la simbiosis del hombre del siglo XXI. Y, como en la vida misma, no puedes comprenderla en el primer episodio, sino que la confusión permanece hasta el final de la serie. Cada vez que crees que la trama te lleva a un tópico, la humanidad de los personajes se desborda y te lleva a donde no lo esperabas. Es un puzzle que el espectador inteligente debe construir, y que seguirá construyendo muchos años después de haber terminado de verla.

Con una estructura coral de más de cuarenta personajes, The Wire nos hace saltar, con toda naturalidad, de las banda callejeras a la metáfora del ajedrez, al amor huidizo de los desesperados, a la soledad de la noche, al compromiso frágil, al vacío existencial, a la inutilidad del sistema judicial, a los sindicatos corruptos por la falta de fondos, a la lucha por el poder político tan ajena a la sociedad real, al problema de la educación que margina a los más débiles, a la ética en los medios de comunicación... y cuando vamos formando el puzzle descubrimos que todo es parte de lo mismo. Que cada miseria necesita de las demás miserias para perpetuarse en una sociedad enferma que no sabe mirarse a sí misma. Una jungla de cemento y carteles de Exxon donde todos acabamos heridos, ni siquiera muertos.

The Wire me recuerda a esta canción de Bruce Springsteen, Jungleland (qué piano, qué saxo, qué letra, que emoción), porque consigue que la lucha de las bandas callejeras y la desmotivación de una policía demasiado humana (tan humana como las bandas a las que se enfrenta, por supuesto) se convierta en una tragedia griega, en el espejo de una sociedad en guerra contra sí misma que muestra las heridas que no tiene tiempo de curarse. Un mundo en el que “nadie gana, sólo un bando pierde más despacio que el otro”, como dice Prez, uno de los fascinantes personajes de la serie. La materia de la que están hechas las canciones de Bruce Springsteen es la materia de la que está hecha The Wire.

Creo que es lo mejor que se ha hecho en cine (sí, he dicho cine y no televisión) en la última década. De largo.



No hay sitio para héroes en las calles de nuestras ciudades. Bien, bueno, vale. Ningún problema. El problema no es la falta de héroes, no. El problema es que no podemos ver lo que nos ocurre en nuestra ciudades. Que somos como la rana que murió hervida porque fue arrojada en un recipiente de agua fría que se fue calentando tan gradualmente que ella no fue capaz de notar el cambio. ¿No has sentido nunca el síndrome de la rana hervida, lector?

McNulty, tío, te echo de menos.






Una película para McNulty: Malas calles, de Martin Scorsese

Un libro para McNulty: Asesinos sin rostro, de Henning Mankell

Una canción para McNulty: Jungleland, de Bruce Springsteen


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35 Comments:

Anonymous Satenight dijo...

Excelente Saxo.. y excelente lo que se transmite entre todos.

febrero 26, 2011 11:23 p. m.  
Blogger Food and Drugs dijo...

Excelente selección musical, no nos va a quedar más remedio que seguir todas tus recomendaciones, como en el caso de The Wire.
Yo, de siempre he sido muy escéptico en lo que a las series de tv modernas se refiere puesto que empiezan de una manera y acaban de otra muy diferente, a veces hasta esperpéntica, al hallarse tan condicionadas, como de hecho están, por los medidores de audiencias.
Claro que siempre hay excepciones, y tal vez ahora la industria del cine, herida de muerte por el pirateo, haya decidido adaptarse al formato televisivo con series de pocos capítulos, cerradas, acabadas y no manipulables por los censores del sacrosanto "share", garantes supremos de la mediocridad globalizada y globalizadora.
Un saludo, Lagarto.
:-)

febrero 27, 2011 8:51 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Satenight, creo que es uno de los mejores solos de saxo que he escuchado en mi vida. Es cierto que Clarence Clemons está ya algo mayor, y que la versión grabada de este solo a mediados de los setenta es directamente insuperable. Pero sigue siendo un privilegio poder sentir estas emociones.

Salud!

febrero 27, 2011 10:35 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Bueno, Food&Drugs, me gusta explicar porqué me gusta lo que me gusta. Creo que es un buen ejercicio para tratar de entenderme a mí mismo.

The Wire no ha sido ningún éxito de audiencia, pero la productos HBO presume de hacer marca con contenidos de calidad, y en este caso dejó que la serie avanzara sin presiones de audiencia. Un regalo que merece la pena.

En cualquier caso, supongo que no hace falta haber visto la serie para identificarnos en esa historia municipal de ranas hervidas.

Salud!

febrero 27, 2011 10:35 a. m.  
Blogger Makiavelo dijo...

Espero que la repongan en televisión, de todas formas siempre nos quedará como consuelo el visionado online.

Saludos.

febrero 27, 2011 11:47 a. m.  
Blogger David dijo...

Terminé de ver la serie hace un par de semanas. La última temporada me dejó completamente fascinado. Hay personajes que tardaré tiempo en olvidar, como D`Angelico o el mismo McNulty, y aún puedo escuchar el eco de algunos diálogos geniales, como el que sirve para arrancar la serie (“Pero si sabíais que Moco os iba a coger el dinero de las apuestas, ¿por qué le dejabais jugar?”.) Pongo a esta serie junto a Mad Men y Los Soprano. Es difícil compararlas.

Saludos

febrero 27, 2011 7:44 p. m.  
Blogger libertad dijo...

Buenísimo el post. Letra y música. Una pasada.
Besos

febrero 27, 2011 9:14 p. m.  
Blogger Roberto dijo...

desentrañas belleza y lógica, poesía y suburbio...

me apunto esa serie. He oído hablar muy bien de ella, este post tuyo es el empujoncito que necesitaba para adentrarme en ella..gracias

un abrazo

febrero 27, 2011 10:36 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

The Wire debería ser asignatura obligatoria en cualquier carrera relacionada con lo audiovisual junto con The Sopranos y Six feet under, simplemente. Cada vez que un amigo me dice que aún no las ha visto me muero de la envidia.

febrero 28, 2011 9:38 a. m.  
Blogger Tomás Serrano dijo...

Tengo la suerte de haber visto SÓLO un episodio: tengo toda la serie por delante. ¿Da envidia? Saludos.

febrero 28, 2011 9:51 a. m.  
Blogger Marga dijo...

La tengo pendiente... yo ando terminando ahora los Soprano y estoy disfrutando de lo lindo.

Es un tópico, ya, hablar de que los buenos guionistas se pasaron a la TV, la libertad creativa, costes económicos y etc... pero coñe! es que es la verdad. Para disfrutar de buen cine en los últimos tiempos lo hago desde estas series (Mad Men, Treme -la música te pone a mil, te la recomiendo- Los Soprano...). Coherencia en los diálogos, en la realización,en el desarrollo y en la trama, cuánto hacía que no veíamos algo así en la pantalla?

(J. anda leyendo Homicidio de David Simon y dice que es la caña... cuando se te acabe la serie siempre puedes echar mano del libro.)

Besos seriefilos!

febrero 28, 2011 9:53 a. m.  
Blogger Sese dijo...

Si tienes la osadía de comparar la serie con Jungleland de Bruce sin duda, y más viniendo de ti, valdrá muy mucho la pena. Con estas series me pasa que como hay tantas las ignoro por sistema, claro que siempre hay quien te aconseja, como es el caso y entonces sí que hago el esfuerzo de verla (me paso con Hermanos de Sangre), aunque dudo que me estremezca, me emocione como el solo de saxo de Clarence

Saludos

febrero 28, 2011 4:25 p. m.  
Blogger JOAKO dijo...

¡Joder! tengo que ver esa serie...

febrero 28, 2011 7:43 p. m.  
Blogger Lady Blue dijo...

Vaya! Hace unas semanas me topé por casualidad con el trailer de the wire y pensé "tengo que verla" ahora definitivamente voy a hacerlo. Te dejo que voy a buscar el primer capitulo... ;)

Besos!

marzo 01, 2011 12:29 a. m.  
Blogger Gemmayla dijo...

Cachís, qué asignatura pendiente !!! Ni un sólo capítulo me ha llegado de esta serie genial !!!

Me ha tocado la fibra eso de los "sindicalistas corruptos por la falta de fondos" porque lo que hemos visto es que, cuando van sobrados de fondos, se adocenan y se convierten en esbirros sumisos ante las subvenciones estatales. Creo que el secreto del sindicalismo de pura cepa y quintaesencial, no se ha descubierto aún. Creo que esos fondos tal vez debieran nutrirse de las cuotas de afiliados exclusivamente o...jobar ya me voy por otros cerros que no conciernen.

Magistral post, NoS. Chapeau !!!

marzo 01, 2011 3:21 a. m.  
Blogger Soy ficción dijo...

Conozco esa sensación, echo de menos a Joel, a los Fisher... Cómo no hacerlo? Su compañía ha sido mucho más digna de la que me han brindado muchas personas "de carne y hueso".

Ahora estoy con The Sopranos, luego viene The Wire, leyéndote me dieron más ganas aún :)

marzo 01, 2011 12:58 p. m.  
Blogger Tesa dijo...

Herviremos.
Yo ya percibo las primeras burbujas.

marzo 01, 2011 3:41 p. m.  
Blogger PSYCOMORO dijo...

Pues sabes que tengo The Wire pendiente; sabiendo que me va a gustar, seguro de que voy a dejarme ir con esas calles de Baltimore sin más remedio que abandonarme. Sólo me ha faltado tu post, y la compañía del Boss, para acabar de decidirme. Gracias, Lagarto.

marzo 01, 2011 11:30 p. m.  
Blogger Brisuón Çafrén dijo...

Amigo lagarto, he leido sus últimas cuatro entradas, las cuales tenía pendientes por miles de motivos, y le aseguro que leerlas de continuo ha sido la experiencia de ocio mas interesante (e inteligente) que he tenido en varios meses.

Gracias por sus puntos de vista, traducciones y recomendaciones televisivas (o de cine)

Salud

marzo 02, 2011 9:29 p. m.  
Blogger ana dijo...

Como dice Brisuón, la vida se complica... y un rato leyendo por aquí, es un estupendo rato. Y de la música ya no hablo.

Sí, herviremos en nuestra propia codicia, en la vanidad que nos hizo no tener fondo. Insensibles pereceremos, y para cuando podamos sentir algo, ya nada podrá ser hecho.

Un abrazo Lagarto.

marzo 04, 2011 4:39 p. m.  
Blogger La lechuza dijo...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

marzo 04, 2011 10:55 p. m.  
Blogger Antígona dijo...

He visto la serie completa y, aunque no me ha llenado del todo –cuestión de sensibilidades-, debo reconocer que es probablemente la serie más inteligente que he visto. Y también dura de ver, muy exigente, precisamente por estar pensada, como usted dice, para espectadores inteligentes: espectadores que sean capaces de aportar todo aquello que en ella no se dice y que sin embargo resulta imprescindible para su comprensión; espectadores dotados de una memoria audaz para recordar a tantos personajes y las complejas tramas que protagonizan. Ver “The Wire” es, sin duda, toda una experiencia para mí no equiparable con nada.

Y la serie en sí es inteligente porque, en efecto, constituye un muy lúcido retrato de las sociedades modernas, del juego sucio que imbrica y sostiene en su funcionamiento conjunto a las distintas instancias de poder, de la miseria que se oculta tras dinámicas en apariencia generosas o cuanto menos neutras. “The Wire” es una serie demoledora que no deja títere con cabeza tanto en lo relativo a la policía, a la política, a la prensa, a los sindicatos… Pero tiene usted razón: dentro de ese entramado animado por intereses egoístas o incluso perversos, se mueven también personajes con una humanidad desbordante. Se trata, en todos los casos, de verdaderos anti-héroes, pero anti-héroes que conservan principios que los hacen sobresalir por encima de todos sus defectos y debilidades. Anti-héroes que, también con su inteligencia, comprenden mejor que nadie la maquinaria feroz en la que se encuentran y luchan por ponerla al servicio de la realización de esos servicios. Quizá es que, en los tiempos que corren, no quepa esperar otro tipo de personajes a quienes admirar.

Y bueno, qué quiere que le diga, en el fondo, aunque me cueste admitirlo, yo también echo de menos a McNulty.

Un beso, doctor Lagarto!

marzo 04, 2011 10:57 p. m.  
Blogger Egolastra dijo...

Pues no he visto absolutamente nada, como no he visto absolutamente nada de tantas cosas que dejé pendientes en su día.
Ahora puedo opinar de ella, sin necesidad de verla ;) porque una de las ventajas de seguir a gente como tú, Lagarto, es que nos ayudas a ir formando un criterio sobre ciertos asuntos. Dejadme de experiencias propias y dadme sabios que me cuenten lo que vieron...
Saludos.

marzo 06, 2011 7:02 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Makiavelo, pues habrá que darse prisa en ese visionado online, no sea que alguien legisle algo... salud!


Arturo, me alegro de que alguien lo haya visto. Efectivamente, la cantidad de personajes ¿secundarios? que hay en la serie y que resultan fascinantes es muy amplia. D’Angelo es un personaje shakespeariano, y no quiero desvelar nada para no estropear la cosa a quienes quieran ver The Wire. Salud!

marzo 12, 2011 11:21 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Gracias, Libertad. Pero el mérito es de Simon y Springsteen, yo sólo los traigo aquí. Besos!



Roberto, la poesía de suburbio es todo un género romántico. Espero que te guste ese viaje por Baltimore. Salud!

marzo 12, 2011 11:21 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Ruidoperro, debería ser asignatura obligatoria para más cosas. Creo que era el alcalde electo de Dublín quien dijo que sólo pondría una condición para hacer coalición de gobierno con unos o con otros: que hubieran visto The Wire. Me pareció una respuesta inteligente.


Tomás Serrano, qué envidia. Tu comentario me recuerda ese verso de Pessoa: “Haber leído ya los Pickwick Papers es una de las grandes tragedias de mi vida. (No puedo volver a releerlo.)” Salud!

marzo 12, 2011 11:21 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Marga, desde luego que es verdad. En las series está hoy por la gente más creativa y con más talento. Además, tener la capacidad de desarrollar una buena historia en noventa horas en lugar de en dos, da muchas ventajas a los guionistas.

La de Mad Men la tengo pendiente, que ya me la has recomendado más de una vez. La de Treme no la conocía, ya estoy buscando información. Me gusta engancharme a las series, tener esa sensación de continuidad ante algo que se nos vuelve tan familiar.

Besos!

marzo 12, 2011 11:22 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Sese, ha sido una verdadera osadía, desde luego. Pero creo que sí hay un espíritu similar, en eso de dónde y cómo poner la mirada, y de no poder huir de nuestra responsabilidad social como ciudadanos aletargados.

Por otra parte, no sé si sabes que el mismísimo Clarence Clemons tiene un pequeño papel en la serie, así que esa cercanía entre un mundo y otro no parece ser sólo cosa mía, sino también del músico y de los productores.

Salud!

marzo 12, 2011 11:22 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Joako, espero que la disfrutes. Quizás alguno de los submundos que ahí se reflejan te recuerden a gente que conociste en tu viaje a los infiernos. Salud!



Lady Blue, espero que ya lleves más de un capítulo, si ha conseguido engancharte. Besos!

marzo 12, 2011 11:22 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Gemmayla, la trama con los sindicatos en The Wire está cargada de humanidad, de buenas intenciones, de complejos paternos, de nostalgia por una época más justa con los trabajadores... en fin, todo lo que hay en la serie tiene una dimensión que a más allá de los tópicos.

Me temo que los sindicatos sectoriales de EEUU poco tienen que ver con los de clase españoles. Allí sí que se financian con las cuotas de sus afiliados, pero eso no quita que la falta de fondos, sumada al control de la distribución, pueda derivar en prácticas corruptas.

Besos!

marzo 12, 2011 11:22 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Soy Ficción, Joel aún da guerra en mi casa. Me encanta verle en esa última temporada, con esos pelos y ese karma naturista :) Besos!



Psycomoro, espero que no te defraude. No es una serie fácil, dale tiempo y no trates de entenderlo todo desde el principio. Salud!

marzo 12, 2011 11:22 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Tesa, percibir las burbujas ya es un principio. El problema es cuando no nos enteramos de nada de lo que nos pasa.

Y sí tengo la sensación de que es lo que nos está pasando en nuestras ciudades. Sobre todo de cara a estas próximas elecciones municipales, donde se van a presentar notorios corruptos a los que se les dará mayorías absolutas entre aplausos.

Besos!

marzo 12, 2011 11:23 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Vaya, Brisuón, me va a sonrojar. Se lo agradezco, me anima a seguir robando tiempo para dedicarlo a este puto de encuentro. Salud!



Ana, no me gusta nada quejarme, pero créeme si te digo que mi vida es ya complicadísima. Al menos hasta el mes de mayo. Necesitamos un termómetro, algo que nos diga lo que pasa en nuestra sociedades que no podemos verlo, ay. Un abrazo!

marzo 12, 2011 11:23 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Vaya, doctora Antígona, celebro que la considere inteligente. La serie tiene pocas concesiones, y es muy fácil perderse en algunas tramas, ya que los personajes no son simples arquetipos que esperan al espectador, sino que actúan por sí mismos y, como en la vida real, no tienen porqué mirar a cámara para dar una explicación redundante. Se hace duro de seguir a veces, sí, pero precisamente por eso podemos llegar a sitios donde no podríamos llegar.

Tiene usted razón en que la serie muestra la imbricación de todos los elementos estructurales que configuran el ecosistema de cualquiera de nuestras grandes ciudades. No se puede entender a la policía sin saber cómo actúan los políticos que mandan sobre ella, y no podemos entender el sistema educativo público si no sabemos cómo viven los alumnos a los que quiere controlar la policía. Y en este ecosistema, como usted bien dice, no hay héroes sino antihéroes.

Brindemos por McNulty, y por D’Angelo, por Prez, por Omar, por Bubbles, por Wallace, por Ziggy, por Lester...

Besos, doctora Antígona!

marzo 12, 2011 11:23 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Egolastra, de sabio no tengo nada, pero me gusta compartir las cosas que me van llenando poco a poco. De alguna manera, esta página es un museo de mitos en el laberinto. Salud!

marzo 12, 2011 11:23 a. m.  

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