Todo va bien
El hombre de la constante pena pulsa el sexto piso. Apoya todos sus problemas en el espejo del ascensor y espera.
Hace mil años el viento le trajo a esta cuidad, a este trabajo. Con un sombrero en la mano y botas duras en los pies. Caminó solo por montañas brumosas pero no encontró una razón para seguir viaje. Usó ideas como mapas y tomó truenos por carreteras. Pero todos los faquires que contrató para desafiar al dolor murieron en la batalla. Y cuando la ambulancia se llevó al último de ellos sólo quedó Cenicienta barriendo la calle. Ahora en el ascensor, una cuerda pende sobre él, por donde se desliza el Diablo hasta su cabeza. Le dice “te acompañaré a casa y hablaremos de ella”.
La mujer sirena entra y saluda sin mirar al hombre de la constante pena mientras desliza su dedo hasta el botón número cinco. En el quinto piso, exterior derecha, le espera un pájaro que silba y un jarrón de flores muertas que son como el aliento de un eterno silencio. Las palabras que nunca pronuncia llenan su cabeza hasta caer al suelo alfombrado del ascensor, pesadas como sopranos en éxtasis. Las mira y se compadece de ellas, tan asustadizas y tan desnudas. Y es ahora cuando la mujer sirena comprende que el niño que se atrevió a decir “el emperador está desnudo” estaba pagado por el propio emperador. Cabrones.
Hace mil años los coyotes gritaban su nombre en el desierto y coleccionaba magníficos trofeos de corazones astillados. Pero se rompió el hilo que ataba el tiempo y hoy la mujer sirena debe bajar la basura, como cada día. El Diablo, sobre la cabeza del hombre de la constante pena, la observa y dice “Enfermera, coja su libreta: esta chica está loca”
La luz eléctrica del ascensor golpea a los benditos desorientados, cada uno en una esquina, seis veces expuestos en cada cruce de espejos. Podrían hablar del tiempo, del futuro del las almas que ya han sido vendidas o del fracaso de un hombre sabio. Pintar sentencias en el sucio techo de la cabina o mirarse a las bolsas de los ojos. Pero el ataúd de almas que sube en silencio eléctrico reparte, por fin, su carga de soledad en el quinto y en el sexto piso sin un adiós, sin un te necesito.
Todo va bien, hombre de la constante pena. Todo va bien, mujer sirena.
Una canción para el ascensor: Man of the Constant Sorrow, de Bob Dylan
Una película para el ascensor: El turista accidental, de Lawrence Kasdan
Un libro para el ascensor: Vendrán más años malos y nos harán más ciegos, de Rafael Sánchez Ferlosio
Hace mil años el viento le trajo a esta cuidad, a este trabajo. Con un sombrero en la mano y botas duras en los pies. Caminó solo por montañas brumosas pero no encontró una razón para seguir viaje. Usó ideas como mapas y tomó truenos por carreteras. Pero todos los faquires que contrató para desafiar al dolor murieron en la batalla. Y cuando la ambulancia se llevó al último de ellos sólo quedó Cenicienta barriendo la calle. Ahora en el ascensor, una cuerda pende sobre él, por donde se desliza el Diablo hasta su cabeza. Le dice “te acompañaré a casa y hablaremos de ella”.
La mujer sirena entra y saluda sin mirar al hombre de la constante pena mientras desliza su dedo hasta el botón número cinco. En el quinto piso, exterior derecha, le espera un pájaro que silba y un jarrón de flores muertas que son como el aliento de un eterno silencio. Las palabras que nunca pronuncia llenan su cabeza hasta caer al suelo alfombrado del ascensor, pesadas como sopranos en éxtasis. Las mira y se compadece de ellas, tan asustadizas y tan desnudas. Y es ahora cuando la mujer sirena comprende que el niño que se atrevió a decir “el emperador está desnudo” estaba pagado por el propio emperador. Cabrones.
Hace mil años los coyotes gritaban su nombre en el desierto y coleccionaba magníficos trofeos de corazones astillados. Pero se rompió el hilo que ataba el tiempo y hoy la mujer sirena debe bajar la basura, como cada día. El Diablo, sobre la cabeza del hombre de la constante pena, la observa y dice “Enfermera, coja su libreta: esta chica está loca”
La luz eléctrica del ascensor golpea a los benditos desorientados, cada uno en una esquina, seis veces expuestos en cada cruce de espejos. Podrían hablar del tiempo, del futuro del las almas que ya han sido vendidas o del fracaso de un hombre sabio. Pintar sentencias en el sucio techo de la cabina o mirarse a las bolsas de los ojos. Pero el ataúd de almas que sube en silencio eléctrico reparte, por fin, su carga de soledad en el quinto y en el sexto piso sin un adiós, sin un te necesito.
Todo va bien, hombre de la constante pena. Todo va bien, mujer sirena.
Una canción para el ascensor: Man of the Constant Sorrow, de Bob Dylan
Una película para el ascensor: El turista accidental, de Lawrence Kasdan
Un libro para el ascensor: Vendrán más años malos y nos harán más ciegos, de Rafael Sánchez Ferlosio
28 Comments:
Esto merece ser una película dirigida por Tim Burton.
¿Por qué el hombre de la constante pena nunca mira a los ojos a la mujer sirena?
No me cuadra que le de miedo romper su rutina, perder su comodidad... Tiene que existir otra razón, ¿o no?
Un besico expectante...
Tim Burton? No está mal, no está mal. Le dejaré el guión barato si me llama ;)
Porque sólo tiene ojos para su propia tristeza, tamaruca. No es que le de miedo, es que ni se ha fijado que ella es un espejo de él.
Y “afuera”, es mi perfil, tamaruca. El expectante soy yo :)
Bob Dylan es tu musa ;-)
Y de quién no?
Por cierto, "No Surrender" que gran canción.
A mí se me ocurría un Brian de Palma (vaya extremos para vender ese guión). Tal vez podría haber un tercero y hacer una suerte de Historias de Nueva York...
Pos va a ser que no :(
Creo que se borraron al cambiar a blogger beta, a mi me ocurrió lo mismo.
Claro que sí, Billywild. Todo este texto está cargado de referencias a canciones de Dylan. Veo que tienes tu culturilla dylaniana ;) La canción No Surrender es una de las cosas buenas que hay en este mundo. Brindo por ella.
Bien, z, bien... De Palma está bien. Estoy a punto de abrir una subasta al mejor postor. Lo que pase de un millón de euros me lo gasto en cocina contigo ;)
Anda tamaruca, pues es verdad que se borró, qué cosas :). Ni me había fijado, pero creo que ya he vuelto a poner allí mi dirección mail: DrLecter67@Hotmail.com
Abierto las 24 horas para todo el mundo. Me gusta recibir mails-no-de-trabajo :)
.... La última vez que coicidí con el hombre pena en el ascensor acercó su boca a mi oido y me dijo que le dolía.Le miré serenamente,llevé su mano a mi pecho y le contesté que a mí también.
Una trama demasiado interesante para Tim Burton, yo se la ofrecería a Woddy Allen.
Un placer absoluto haber arribado a tu espacio, y leer algo especial antes de sumergir la cabeza bajo las sabanas…
Una canción para antes de dormir: Gota de rocío, de Silvio Rodríguez
Una película para antes de dormir: El laberinto del fauno de Guillermo del toro
Un libro para antes de dormir: Un lugar llamado libertad de Ken Follet
Buenas noches, y hasta pronto.
Vaya, a mí eso no me ha pasado todavía en ningún ascensor ¿qué ascensores usa usted, Ana? Es para anotarlos en mi agenda. Es mejor dormir en un ascensor que en un fotomatón ¿no le parece? ;)
Gracias por venir, Itoiz. Me alegro de que te guste la cosa. La película de Guillermo del Toro es muy buena, muy buena. Estamos ante un tío que sabe hacer Cine (nótese la mayúscula). ¡Viva México!
Una mezcla explosiva la que propones, el miedo a vivir de Macon, los "pecios" de Sánchez Ferlosio y Dylan con hombres que montan en trenes. Muy bien hilado, para no quedarse mirando desde el andén. He estado leyendo algunas de las anotaciones, tienes un cuaderno muy interesante y ¡me han encantado los links de la izquierda! No sé muy bien como he llegado (creo que a través de K.) pero ha sido un buen regalo en este mes.
Pues yo elegiría como fondo un ascensor de un viejo edificio parisino y para la dirección a Jean-Pierre Jeunet, me gusta como plasma la tristeza en sus personajes.
Por cierto, al final me llamaste tú.
Besos
Espero que este hombre cambie un poco, que la vida le sonría y le mire de frente...no me gustaría encontrarlo al doblar cualquier esquina.Un saludo
Ladydark, esa combinación con un poco de hielo picado y bien removido, entra como si fuera agua. Un día de estos haré un cóctel para que todos los probemos. Que alguien traiga croquetillas y canapés. Gracias por venir por aquí. K es siempre una buena referencia.
Bueno, Mavi, mientras tenga espejos enfrentados, rodaremos donde quieras. Que alguien vaya avisando al señor Jeunet. Eso sí, yo me limito a escribirlo, pero no a protagonizarlo; no me gusta hacer el papel de hombre que no se entera de lo que ocurre enfrente de sí mismo.
Gubia, a mí tampoco me gustaría encontrarlo nunca más. Todo se andará.
lagartijo, es que hay personas en blanco y negro, y personas con colorines. Y dentro de las primeras:
Las hay que no se percatan de su blanco y negro.
Las hay que sí se percatan, pero se resignan.
Las hay que sí se percatan, luchan por salir a los colores y fracasan.
Las hay que sí se percatan, pero como no saben que hay posibles colores, se quedan tan "panchos".
Y paro ya, que voy a terminar mareando, y no se trata de eso...
¿Tú cómo te ves, en blanco y negro, o en colorines?
Besos de colores.
(Menos mal... ya estaba empezando a pensar que tendría que ponerme a repasar las clases de Barrio Sésamo en cuanto a "fuera" y "dentro"...jaja).
Qué líos me haces, mandarina, con tanto color y tanto blanco y negro :)
El protagonista de esta historia es de colores, sí. Lo que pasa es que están completamente desteñidos por usar mal el programa de lavado, mujer.
Yo me veo mal, qué quieres que te diga. A las horas que me levanto todo lo que veo en el espejo es un espanto. ¡Pero tengo un gel de afeitar azul como una mandarina!, eso sí.
bueno... no sirve de nada que él encienda las luces que jamás conocimos...
yo miré por la ventana... pero no te habías ido!! maravilloso texto y sí, por supuesto kiero jugar.
y si hay un camino para salir de aquí... no lo quiero encontrar.
empieza el juego: ¿quién quieres ser? ¿el ladrón o el burlón?
:*
k.
Muy buen texto!
Ya tenemos un par de films de excelentes directores, yo le sumo tu buen gusto para la música y quedamos todos satisfechos!
Gracias por tu visita, ahora me quedaré leyéndote.
Un abrazo!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Claro klaudia, pero prefiero el texto del burlón, aunque alguien acabe siempre bebiéndose su vino. Porque, al contrario de lo que piensa el ladrón, creo que siempre es bueno encontrar razones para excitarse el alma. Vaya, cuánta cultura dylaniana :)
Gracias por venir artemis, y sírvete toda la música que puedas. ¡Y el cóctel de ladydark, para que entre bien!
Que gran película "El tusrista accidental"; soberbio William Hurt, como siempre.
Un saludo,genio.
Por cierto, No Surrender, a raíz de Dylan, esta mañana me descojonaba yo solo.
Estaba leyendo el último número de la revista musical MOJO el apartado de DVD. Le dan cinco estrellas a la reedición de lujo de "Don´t Look Back" con el goloso extra "Bob Dylan '65 Revisited", también facturado por Pennebaker. Entre las cosas que comenta el periodista de MOJO sobre este último y nuevo documental dice que se puede ver a los jóvenes y locos fans que Dylan arrastraba en su gira por Reino Unido, en aquella época. Todos le bombardeaban a preguntas, le querían poseer, y uno llega a dar de frente con un Dylan oculto tras sus gafas de sol y le dice, bastante emocionado y todavía sin creerse el momento que está viviendo, "Bob, no sé qué decirte"... y Bob responde: "Yo tampoco"
Jajaja... lo siento me sigo riendo. Es 100% Dylan. Menudo genio. Con 24 años haciendo esta gira y siendo ya una celebridad.
Man of the Constant Sorrow, de Bob Dylan. Genialidad de genio
Sí, capitán, ya lo creo. William Hurt es un hombre con miedo a vivir su propia vida, anclado en el dolor interior sin posibilidad de comunicarse con el exterior. Por eso me parecía que podrá ser la película de ese ascensor.
Buenísima la anécdota, billywild. Dylan era un genio, sí. Y a sus 24 años tenía más dentro de sí mismo, como persona, de lo que nunca nosotros llegaremos a tener. En el video que colgó desconvencida en su blog el otro día, hablando de Joy División, había una parodia de esos momentos gafas oscuras de Dylan. Muy bueno :)
Interrogación, las genialidades son de los genios, sí. Yo me limito a hacer de testigo :)
"pesadas como sopranos en éxtasis"
Que buena imagen.... cualquier dia se la robare y me fugare con ella.
todo va bien... porque podría ir peor.
Muy, muy bueno...quizás Linch conseguiría trasladar a la pantalla tanta belleza onírica...
Ataud de almas...palabras que caen como pesadas sopranos en éxtasis...que surreal...
Me encantó "El turista accidental" tanto la novela como la película, que es una adaptación excelente.
"Todo va bien" a veces sólo es un mantra para seguir avanzando...
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