Apuntes de un viaje matutino en taxi por el atasco de Madrid
Tom Wolfe utiliza como prólogo de su Charlotte Simmons
(que narra la evolución de una chica estupenda que se hunde para siempre por el ambiente de estulticia de su mega-carísima-universidad) la historia de Victor Starling.
Victor Ransome Starling, premio nobel en 1997 por sus estudios de biología, dirigió un experimento con gatos en los años 80: consistió en la extirpación de la amígdala del lóbulo temporal del cerebro de treinta gatos.
La función de esta amígdala es controlar las emociones en los mamíferos superiores, por lo que su extirpación provocaba alteraciones absurdas en el comportamiento de estos gatos: mostraban aburrimiento ante una situación de gran peligro, o miedo terrible ante un plato de leche.
Pero lo más relevante de la alteración de su comportamiento era el aspecto sexual: los gatos permanecían constantemente excitados y fornicaban entre sí montándose los unos sobre los otros, formando trenecitos de metros de longitud de cópula entre ellos. Continuamente.
Los gatos amigdalectomizados convivían en una jaula frente a otra en la que se encontraban otros treinta gatos sanos, con la amígdala sin extirpar.
Pronto, los gatos sanos empezaron también a presentar un comportamiento sexualmente esquizofrénico, fruto de la inmersión absoluta en aquel entorno de hipermaníaca obsesión sexual.
Starling descubrió así la existencia de “paraestímulos culturales”, capaces de alterar la psique hasta la locura, saltándose todas las barreras determinadas genéticamente, sin necesidad de extirpar nada.
Y digo yo, ¿no se demuestra todo esto ya, simplemente viendo el efecto de determinadas emisoras de radio entre algunos humanos taxistas? Pobres gatos...
Un libro para Charlotte Simmons: No soy Stiller, de Max Frisch
Una película para Charlotte Simmons: Zelig, de Woody Allen
Una canción para Charlotte Simmons: Like a rolling stone, de Bob Dylan
33 Comments:
jajajaa
genial, nosurrender
(pulgar abajo para las malditas radios de los taxis)
POR DIOS,al que ya conozco por cierto, no puedo creer lo que leo.Yo lo he comprobado con los taxistas por la mañana, si llevan sintonizada la COPE y con algunos humanos por la tarde, como esta tarde.Me consuela que al menos haya estudios que corroboren este comportamiento.
Me pregunto si Dios tendrá algo que decir al respecto.
¿Pero no es extraño que TODOOOOOSSSSSSS los taxistas de Madrid escuchen lo mismo? ¿No estaremos hablando, más bien, de una raza alienígena que, bajo la forma de taxista amigable y losantero, trata de ir conquistando el planeta Tierra a base de sumir al resto de la población en un estado de pasotismo propio de quien va en la parte de atrás del taxi con sonrisa forzada y diciendo a todo que sí, que sí, pero mire usted por donde va, haga el favor...?
Es que ese señor, el tal Starling, tiene una cara de malvado...
Yo ya me estoy liando entre gatos y taxistas. Porque total, para decir que a algunos taxitas parece que les hayan tirado un gato a la cara ( y a algunos no taxistas), no hace falta tanto experimento extirpador... no sé, eh, digo yo...
Bueno, que me pongo "seria". Muy interesante lo que nos cuentas... Lo que ya no sé es si a los señores taxistas de Madrid también les parecerá lo mismo :P
¡Besos!
¿Gatos fornicando con taxistas?
¿Que opinan los taxisdermistas?
¿Premios nobel por descubrir el voyeurismo?
¿La mala baba se contagia?
Voy a volver a leerlo, que me perdi algo...
:P
Debe haber unos cuantos humanos a los que les han extirpado esa y otras glándulas. Así estamos todos, zumbados.
La verdad es que estamos como cabras. (Miauuuuu, digo, beeeeeeee).
Me encanta Like a rolling stone de Dylan...
Un saludo.
Z, no sabes la experiencia delirante que supone escuchar cierta emisora de radio aquí en España. El “pulgar abajo” debería llegar al subsuelo.
Admirada Ana, pregúntele a Dios, sí. Y de paso dígale que deje caer en mi cuenta bancaria un millón de euros (o dos), como prueba mística de su Existencia (una y trina)
Bueno, señorita Catarata, la conversación que el amable y losantero taxista quería mantener conmigo no fructificó y me bajé antes de llegar a mi destino. Mi estabilidad mental lo agradeció.
Mandarina, el de la foto es Tom Wolfe, el escritor de Soy Charlotte Simmons; un libro muy divertido, cáustico y desesperante por realista.
Narrador, yo respeto la vida sexual de mi taxista; quién sabe si, aburrido de conducir el coche, una mañana decide ser vagón del medio en el trenecito de gatos amigdalectomizados. Eso sí, en esos casos le recomendaría especial cuidado con las uñas.
Interrogación, algunas gentes, a veces, hasta se automutilan la amígdala; no me extrañaría. En cualquier caso, siempre tengo la impresión de que Madrid es una ciudad especialmente cabreada por tradición histórica ¿no te parece?
Es una gran canción Itoitz, que habla de las personas que tienen que enfrentarse a sí mismas, pensar por sí mismas, actuar por sí mismas.
Y la tele, mejor no ver la tele…salvo las pelis
Mmmm, o sea que se puede radio controlar la psique humana como ya hacía Manara en sus comics, pues eso es interesante, donde tendrá el telemando ese!!
http://maestrosdelcomic.dreamers.com/html/click__.html
Me ha gustado mucho leerte,de veras,ha sido todo un placer y lo volveré hacer de nuevo.
No hacía falta extirpar nada a esos pobres gatitos.Que fue lo que consiguió...sexo y desenfreno? en fin,sin palabras...
El sexo,cuando se tiene el deseo absoluto y si no es un inconveniente...con mucha pasió.
Besos tiernos,te espero.
Decía Dámaso Alonso que "Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas)". Ahora nos valdría cambiando las cifras o poniendo "cadáveres cabreados", especimen inquietante el madrileño (entre los que me encuentro para que no haya suspicacias)inagotable ante las contrariedades, impertérrito ante los desbarajustes de su ciudad y, a pesar de todo aferrado a este caos. (De los gatos no sé que decir, pobres animalitos ¿o no? ¡quién sabe de la felicidad de los gatos!)
Atikus, la tele también, claro que sí. Deberían inventar algún tipo de dispositivo que impida el encendido de la tele si previamente no has pasado un test psicológico con solvencia. Que ahora hay niños que de mayores quieren ser “tertulianos” ¡coño, ya!
María, te juro que yo no extirpo quirúrgicamente nada a nadie, y que las únicas cosas que quito son las que se pueden desabrochar ;)
Ah, sí, Ladydark. Me gusta mucho Dámaso. Creo que ese mismo verso lo he usado alguna vez, en otra entrada en la que también hablaba de esta ciudad de locos de usar y tirar. ¿es algo que tiene la ciudad que cabrea a los que la habitan? ¿el agua, tal vez? ¿las tapas de callos en La Latina? Algún día lo descubriremos :)
EXCITANTE, CURIOSO, me dejó en el sitio, madre míaaaaaa, pues sí, los gatos, las personas, todos bebemos de la misma vida, supongo que por eso andamos cómo andamos...
Esos experimentos me parecen bastante perversos, supongo tendrían su tal y cual, pero a mi me gustan mucho los gatos, menos mal que no me había enterado hasta ahora, este hombre se lo hubiese pasado de puta madre en cualquier bar de la Latina viendo engendros y situaciones interesantes, sin necesidad de cargarse gatos... en fin, sería para beneficio de la ciencia, no? Aunque todos sabemos que lo que se nos pone enfrente siempre nos afecta un poco, no, joder, interacción es la palabra justa, y se produce todos los días.
bss, déjese el pelo largo, ya¡
jejeje
Male
Jajaja, qué gracioso!! Somos lo que vemos... (u oímos, en el caso de los taxistas).
Qué malo eres! (me encanta)
miauuuuuu
jajajaja, no recordaba esa anécdota de los gatos de Starling, pero me parece muy ejemplificativa de los tiempos que corren, si :D
No Surrender. Creo que lo de históricamente cabreada le corresponde a casi toda la península. ¡Qué le vamos a hacer!!!
Maléfica, claro que interactuamos. No podemos aislarnos del medio, no somos el Hombre Salvaje; estamos expuestos a los políticos y periodistas amigdalectomizados. Y, oye... si yo me dejara el pelo largo parecería talmente el hijo de Eduard Punset; dejémoslo :)
Arcángel, en los taxis de mi ciudad oirías cosas que ni con ácido lisérgico :)
Sintagma, soy un pedazo de pan ;)
Ah, ¿leíste el libro, desconvencida? A mí me encantó, como todo lo de Wolfe, que es un gran observador de las miserias de nuestra realidad; por donde escribe, no vuelve a crecer la hierba :)
Bueno, interrogación, yo hablo de lo que conozco, claro. Quizás en otras ciudades también exista mucho cabreo generalizado. Pero el autóctono madrileño es único, con denominación de origen :)
Sí que lo leí, de todas formas mi favorito de él siempre será "La hoguera de las vanidades", me alegró un verano en Londres, cómo disfruté leyéndolo...
jajajajaja, genial, Nosurrender, muy bueno!
Me voy unos días de vacas...
Te dejo un abrazo y hasta la vuelta!
Pues si, pobres gatos, que ganas de torturarlos para nada, que los dejen fornicar cuando quieran y como quieran,no?
Y a los demás también.
Un saludo
Qué alegría... es lo que siempre había pensado: NO ES VICIO, es la extirpación de la amígdala del lóbulo temporal del cerebro o la inmersión absoluta en un entorno de hipermaníaca obsesión sexual. Lo sabía.
Me encanta pasarme por aquí.
Un saludo,
Vir
Como (casi) siempre, estoy de acuerdo contigo, desconvencida: La hoguera de las vanidades es genial.
Artemis, pásalo bien pero no fraternices mucho con las vacas... que tienen más peligro que los gatos ;)
Gubia, tienes mi permiso solemne para hacerlo cuando quieras. Eso sí, lo de los trenecitos debe ser muy inestable: ten cuidado con el lumbago si lo pruebas ;)
PL, cuidado al salir. Ponte la mano en el lóbulo temporal y protege tu amígdala, que luego vienen los problemas ;) gracias por pasarte por aquí.
ufffff
menudos experimentos para acabar demostrando que no hacía falta... esto es la historia de la humanidad :)
por aquí los taxistas escuchan también emisoras musicales. queda dicho!!!
:* besos felinos,
k.
Me encanta lo que he leído de Tom Wolfe (La hoguera de las vanidades -genial- y Todo un hombre -fantástica-). No me extraña que te acordarás de él yendo en taxi por Madrid..., sí, la mayoría, oye "esa" emisora.
Socorro¡ que mañana hay ppborroka en Madrid¡ como buena gata me subiré a los tejados de mi viejo Madrid, curtido por mil batallas.
Besitos, lagarto
P.D. mmmm, me chifla Bob Dylan
Yo ampliaría tu reflexión final añadiendo a la televisión como otro paraestímulo cultural de desastrosas consecuencias para el cerebro humano.
Un saludo.
yo por eso me quedo en mi casita, con mis dos gatos, al abrigo de cualquier mala influecia "medio-ambiental"...de todas maneras, uno siempre está expuesto a lo peor...
Pobres gatos. Habría que verlos. ;) Decirte que a mi tampoco me convence mucho la poesía que he publicado, no sé, la veo un poco sosa. Esta vez no he tenido mucho tiempo de buscar autores. Besos infinitos!!
A Victor Ransome Starling, lo amigdalectomizaría y lo pondría a convivir en esa jaula frente a la otra en la que se encontraban otros treinta gatos sanos, con la amígdala sin extirpar...PARA VERLO FELIZ RECIBIENDO OTRO PREMIO DE M....MAS.
Cariños.
mar
Acerca de la extirpación de la amígdala si que había oído hablar de ello. Lo que no sabía era el comportamiento que tuvieron después los gatos sanos. Todo esto corrobora el consabido refrán español: «Todo se pega menos la hermosura».
Por cierto, Madrid es una ciudad de locos cabreados, pero... que quieres que te diga, es mi ciudad y la quiero. Aunque a veces diga lo contrario.
Es intolerable que haya un colectivo de ciudadanos que se dediquen a oir emisoras que promueven el pensamiento libre, generan desconfianza hacia los políticos y cuestionan los dogmas del pensamiento progresista y avanzado.
¡¡CIERRE DE LAS EMISORAS INCORRECTAS YA!!
Firmado: EL PROGRE
Jejeje... apenas utilizo los taxis y cuando lo he hecho jamás llevaban la radio conectada. Por lo que cuentas veo que en tu ciudad deberían de ser gratis... menudo martirio! :P
Animalitos... los gatitos, digo :(
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