domingo, junio 03, 2007

Los detectives salvajes

“El momento en que uno decide ser escritor es un instante de locura total y de voluntad, entendida en el sentido nietzscheano de la palabra, que es un sentido bastante delirante. Escribir no es normal, lo normal es leer y lo placentero es leer, incluso lo elegante es leer. Escribir es un ejercicio de masoquismo; leer a veces puede ser un ejercicio de sadismo” (Roberto Bolaño)

“No tiene sentido escribir una novela en la que sólo hay argumento, en la que no hay juego, en la que no hay cruce de voces... no sé qué es poesía, pero sí sé quién anduvo cerca de ese fenómeno” (Roberto Bolaño)


A veces ocurre.

Como cuando eres un adolescente y la vida te va descubriendo por primera vez algunas de sus maravillas. Esa sensación precisa, ese momento exacto de contactar con algo muy especial, por primera vez, que te precipita hasta un amanecer de verano frente al mar.

Sí, a veces ocurre.

Que dilatas el ritmo de lectura de lo que tienes entre las manos porque no quieres que esa Experiencia acabe.

Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño, muestra las andanzas de un grupo de poetas mexicanos en los últimos treinta años del siglo XX, que han perdido el timón y viven en el delirio del tránsito de su madurez sobrevenida. Es una historia que camina de espaldas, mirando a un punto concreto pero alejándose de él, en línea recta hacia lo desconocido.

La calidad de la literatura de Bolaño trasciende lo que es una simple novela, tanto en la estructura de la misma como en la trama y en la construcción de los personajes, entre los que se encuentran él mismo (el personaje de Arturo Bolano) y su mejor amigo, Mario Santiago, muerto justo el año en que fue publicada (el personaje de Ulises Lima).

Los personajes se descubren en la lectura por la mirada de los otros. Son sombras, impresiones en un colás sincopado de tiempo y espacio que nos obliga como lectores a ser detectives -también- en busca de estos náufragos de su juventud (¿la nuestra también? Je, je), que nos obliga a leer en sus silencios.

Es una novela inmensa en el espacio (desde México DF hasta el desierto de Sonera, pasando por Barcelona, París, Viena, Tel Avid, Madrid, Berlín, Los Ángeles, Roma, Angola...), en el tiempo (diciembre de 1975 – diciembre de 1996), en el registro lingüístico (mexicano, chileno, español, argentino), y en la cantidad de personajes brutales que entretejen la historia (Ulises Lima, Arturo Bolano, García Madero, Amadeo Salvatierra, Cesárea Tinarejo, Piel Divina, San Epifanio, María y Ángela Font, Guillem Piña, Xóchitl, Moctezuma, Quim Font...)

A veces ocurre que cierras un libro y te das cuenta de que es una de las mejores cosas que has tenido en las manos.

Pues sí. A veces ocurre.

“Una mañana fuimos a un picadero de Castelldefels cuyo dueño era amigo de Arturo y que nos dejó dos caballos durante todo el día sin cobrarnos nada. Los primeros metros los hicimos al tranco, luego le dije que hiciéramos una carrera. El camino era recto y angosto y luego subía una loma bordeada de pinos y volvía a bajar hasta el cauce de un río seco y más allá del río había un túnel y más allá del túnel estaba el mar. Galopamos. Al principio él mantuvo su caballo junto al mío, pero luego no sé qué me pasó, me fundí con el caballo y me puse a galopar a gran velocidad y dejé a Arturo atrás. En ese momento no me hubiera importado morir. Yo sabía, tenía conciencia de que no le había contado muchas cosas que tal vez necesitaba contarle o que debí contarle y pensé que si me moría montada en el caballo o si éste me tiraba o si una rama del bosque de pinos me desmontaba violentamente, Arturo iba a saber todo lo que no le había dicho y lo iba a comprender sin necesidad de oírlo de mis labios. Pero cuando crucé la loma y dejé atrás el bosque de pinos, cuando bajaba hacia el cauce seco del río, las ganas de morir se transformaron en alegría, alegría de estar montando un caballo y galopando, alegría de sentir el viento en mis mejillas, y poco después incluso sentí miedo de caerme, pues la bajada era mucho más pronunciada de lo que yo creía, y entonces ya no quería morirme, aquello era un juego y no quería morirme, al menos no en aquel momento, y empecé a aminorar la marcha. Entonces ocurrió algo sorprendente. Vi pasar a Arturo a mi lado como una flecha y vi que me miraba y sonreía, sin detenerse, una sonrisa similar a la del gato de Chesire, aunque él había perdido en su vida azarosa algunas muelas, pero era igual, su sonrisa allí quedó mientras él y su caballo seguían disparados hacia el cauce del río seco, a tal velocidad que yo pensé que ambos, jinete y caballo, rodarían por sobre las piedras cubiertas de polvo, y que cuando yo desmontara y atravesara la nube que la caída habría levantado encontraría al caballo con una pata quebrada y a su lado Arturo con la cabeza destrozada, muerto, con los ojos abiertos, y entonces tuve miedo y volví a espolear mi caballo y bajé hacia el río, pero la polvareda al principio no me dejó ver nada y cuando la polvareda desapareció en el lecho del río no había ni caballo ni jinete, nada, sólo el ruido de los coches que pasaban por la autopista, a lo lejos, oculta tras una arboleda, y el sol reverberaba sobre las piedras secas del lecho del río y todo era como un acto de magia, de pronto había estado con Arturo y de pronto ya estaba sola otra vez, y entonces sí que sentí miedo de verdad, tanto que no me atreví a desmontar, ni dije nada, sólo miré hacia todas partes y no vi rastro alguno de él, como si la tierra o el aire se lo hubiera tragado, y cuando ya estaba a punto de ponerme a llorar lo vi, en la entrada del túnel, entre las sombras, como un espíritu maligno, mirándome sin decir nada, y espoleé el caballo en su dirección y le dije que me has dado un susto del carajo, pinche Arturo, y él me miró de una manera muy triste y aunque luego se rió como para disimular yo supe entonces, sólo entonces, que se había enamorado de mí.”

(Edith Oster, sentada en un banco de la Alameda, México DF, mayo de 1990 / Los detectives salvajes, Roberto Bolaño, 1998)




La crítica ha sido, quizás, muy exagerada comparando Los detectives salvajes con Rayuela, Borges, o Cien años de soledad. Sí, quizás...

Bueno, son sólo historias sobre viejos días de gloria.





Un libro para los detectives salvajes: Soldados de Salamina, de Javier Cercas

Una canción para los detectives salvajes: Glory days, de Bruce Springsteen

Una película para los detectives salvajes: Easy rider, de Dennis Hopper

31 Comments:

Blogger AnA dijo...

ufff Lagarto, estoy espesa, de su post me quedo con el jefe...al que no recordaba tan sexy, con esa camiseta sudada.
Me alegró uted la tarde. Si señor.
Besos y gracias!
Ana

junio 03, 2007 8:01 p. m.  
Blogger almena dijo...

Los detectives salvajes no fuman en pipa ni miran a través de una lupa ¿no?

:)

Saludos!

junio 03, 2007 8:10 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

NoSurrender se nota desde donde esta escrita tu anotación de hoy, desde ese lugar escondido donde guardamos los mejores recuerdos, las mejores evocaciones, desde donde nos reconciliamos con nuestro oficio de lectores y puede que hasta otros entiendan desde allí porque merece la pena permanecer con un libro en las manos hasta las 5 de la madrugada teniendo que levantarnos a las 7. "Los detectives salvajes" no sé si será tan excelente o más que Rayuela pero estoy segura de que dentro de 20 años, Roberto Bolaño morará en el templo de los dioses Cortazar, Borges,... En la última entrevista que le hicieron en el 2003 decia:
"Me conmueven los lectores a secas, los que aún se atreven a leer el Diccionario filosófico de Voltaire, que es una de las obras más amenas y modernas que conozco. Me conmueven los jóvenes de hierro que leen a Cortázar y a Parra, tal como los leí yo y como intento seguir leyéndolos. Me conmueven los jóvenes que se duermen con un libro debajo de la cabeza. Un libro es la mejor almohada que existe."
Perdón por la extensión del comentario pero me conmueven los escritores que aman la vida, que la viven y que me la transmiten a su manera. (Del resto de sus magníficas recomendaciones que voy a decir, todas acertadas, ha tocado usted de una tacada varios de los puntos de apoyo de mi universo ficticio y fascinante).

junio 03, 2007 8:12 p. m.  
Blogger Arcángel Mirón dijo...

No lo leí, pero lo anoto. Tengo ganas de dejarme fascinar un poco.

junio 03, 2007 8:55 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

juego y cruce de voces, fundamental

junio 03, 2007 9:03 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Bueno, admirada Ana, quise poner ese video por la historia en sí, por la mirada atrás en busca de tiempos donde todo aún era posible. La verdad es que esa gira europea de 1985 no fue el mejor momento de su voz, a pesar de su aspecto sexy. El post me ha salido espeso a mí, pero tampoco quería descubrir nada de lo que se cuenta en la novela. Besos

Almena, estos detectives, concretamente, fuman algo de marihuana y beben mezcal marca Los Suicidas. Te caerán bien. Saludos.

Ladydark, las críticas siempre son muy exageradas. Pero no creo que a nadie que conozca la literatura de Roberto Bolaño le quepa la duda de que si no hubiera muerto tan joven estaría considerado al mismo nivel que los más grandes, como bien dices. Conozco esa entrevista que cuentas; me encanta cómo se mete con Pérez Reverte e Isabel Allende :)

Arcángel, estoy seguro de que te gustará. En cualquier caso, realmente pienso que es obligatorio leerle para entender la literatura latinoamericana de hoy en día.

Elena, es fundamental, sí. Es algo más que una obra coral, es casi un puzzle. Gracias por pasarte por aquí; a las seis sintonizaremos a los Stones :)

junio 03, 2007 9:13 p. m.  
Blogger Antígona dijo...

Alguien cuyo criterio valoro mucho me recomendó hace poco esta novela y estoy empezando a leerla. Leyendo tu post me doy cuenta de que aún me queda mucho por recorrer y descubrir, cosa que sólo acrecienta aún más mi curiosidad, pero por lo poco que llevo leído de ella, creo haber intuido muchas de las cosas que dices. De momento me quedo con el personaje de García Madero, tan cercano en su juvenil ingenuidad, tan perdido, por un lado, y tan entregado, aun a trompicones, a su tarea de poeta.

En cualquier caso, compruebo aquí que me quedan muchas horas de disfrute por delante.

En cuanto a las palabras de Bolaño que citas, y las que ha citado Ladydark, me parecen fruto de una reflexión sobre la escritura y la lectura tan sabia como humilde en relación a la percepción que Bolaño tiene de sí mismo como escritor. Eso aún me hace más interesante su persona y lo que desde ella pudiera crear.

¡Un beso, NoSurrender!

junio 03, 2007 10:54 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Es una novela con una temática y un lenguajes diferentes, a Rayuela. Por ese lado, no le veo la comparación sino porla grandeza de la novela en su calidad, su trascendencia, su frescura. Los dibujos con líneas que están al final del libro, son una expresiòn genial de Bolaño que fue un trotamundos y sabía de viajes, aventuras y sentimientos...

Salute.

junio 04, 2007 2:29 a. m.  
Blogger atikus dijo...

Mira que soy perezoso para la lectura, pero los detectives siempre me han caido bien, quizás este verano me lea el libro; eso si yo nada de leer en la playa, tumbado y sudando, a esos sitios voy al chiringuito para tomar patatas y mirar mujeres, los libros los leo en mi casa.

junio 04, 2007 11:34 a. m.  
Blogger Sintagma in Blue dijo...

Tomo buena nota. Ya te contaré.

besos in blue

junio 04, 2007 1:13 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Bueno, Antígona, no te descubriré nada. Espero que lo pases bien entre sus páginas. Bolaño sufría escribiendo sí. Creo que “autenticidad” – por usar un palabro un poco adolescente, a lo García Madero- no le falta en absoluto. Un beso, Antígona.

Lavsodelarosa, no creo que sean comparables en absoluto. En cualquier caso, sí son dos obras latinoamericanas que pretenden huir de una exposición formal e invitar al “lector “activo”, que decía don Julio, a participar. El dibujo final me ha dejado muy inquieto, sí ;) gracias por pasarte por aquí.

Atikus, la mejor lectura de chiringuito en la playa siempre será la piel de ciertas diosas que aparecen como espejismos. Guardemos las buenas costumbres! ;)

Espero que te guste, Sintagma. Échale un vistazo a sus poemas, que tampoco están mal. Tienes ahora una edición relativamente nueva en las librerías, que se llama la Universidad Desconocida.

junio 04, 2007 2:09 p. m.  
Blogger Tamaruca dijo...

Me la autoregalaré, ando necesitada de autoregalos y caprichos...

Buen inicio de semana, un besito :*

junio 04, 2007 6:44 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Lagarto, no sabe las ganas que me han entrado de leer ese libro, ultimamente se me están acumulando varios libros en la mesilla, eso me pasa por juntarme con gente como ustedes, jajaja.

Besos salvajes!!

junio 05, 2007 8:33 a. m.  
Blogger Marc dijo...

Es la tercera vez que me encuentro con Roberto Bolaño. La primera vez fue en "Soldados de Salamina", y entonces ya me dio que pensar; la segunda, fue en artículo en la prensa hablando de su muerte y su obra póstuma.

Espero que esta vez, como es la tercera, sea la definiva y me acerque a él.

Un saludo

junio 05, 2007 10:42 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

La verdad es que la prosa de este tipo engancha. Tomo nota para hacerme con ella en brave y descubrirla, me interesan los buenos narradores, pero sobre todo aquellos que aportan algo novedoso al panorama actual.
Un abrazo.

junio 05, 2007 10:56 a. m.  
Blogger Ana dijo...

Me la apunto para ya mismo.

A ver si hay suerte y sintonizando a las seis suena Burdom. Sería la releche!!!

Y lo de recordar días gloriosos... mejor si nos curramos la gloria de hoy, joer, que queda mucho por hacer.

Un besoooo

junio 05, 2007 2:36 p. m.  
Blogger Javier Luján dijo...

el propio Bolaño habla de su novela, Los detectives salvajes, con estas palabras:
"Apenas puedo aventurar unas pocas consideraciones acerca de ella. Por una parte creo ver en esta novela una lectura, una más de las tantas que se han hecho en la estela del Hulckleberry Finn de Mark Twain; el Mississippi de Los detectives es el flujo de voces de la segunda parte de la novela. También es la transcripción, más o menos fiel, de un segmento de la vida del poeta mexicano Mario Santiago, de quien tuve la dicha de ser su amigo. En este sentido la novela intenta reflejar una cierta derrota generacional y también la felicidad de una generación, felicidad que en ocasiones fue el valor y los limites del valor. Creo que mi novela tiene casi tantas lecturas como voces hay en ella. Se puede leer como una agonía. También se puede leer como un juego."
Excelente Bolaño.
un saludo.

junio 05, 2007 5:52 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Tamaruca, es un buen autoregalo, sí. Autoregálatelo sin protocolos, en edición de bolsillo. Y date las gracias y dos besos!

Mavi, cada libro tiene su momento y as mesillas aguantan bien el peso, hasta las de Ikea. Sin complejos ;) besos salvajes

Marc, seguro que vendrán muchas más. Es un libro de culto en muchos foros y es fácil oír hablar muy bien de él. Acércate sin miedo. Un saludo.

Gregorio, es increíble cómo Bolaño es capaz de comunicar emociones y estados de ánimo complejos y elaborados sin apenas un punto y seguido. Es un gran escritor, sí. Un abrazo.

Un arbol, de toda la vida de Dios, ¡a las seis se sintoniza a los Stones! ¿o es que no conoces la canción de Burning? :)

Capitán Lujan , excelentes las palabras que nos traes del chileno. Cada día le valoro más.

junio 05, 2007 8:03 p. m.  
Blogger desconvencida dijo...

No es exagerado compararla con Rayuela... el tiempo nos dará la razón, yo también quiero ser realvisceralista!

junio 06, 2007 12:13 a. m.  
Blogger Ana dijo...

La conozco, darling, pero también nombra a Burdom, o es que no la escuchas con atención??
Son las seis, sintoniza los Stones
recuerdos del pelo largo,
viejos blues, queridísimo Eric Burdom....
O me ataca el Alzheimer?? Podría ser, eh?

Me gusta más el blues que los Stones, así en genérico.
Beso.

junio 06, 2007 9:26 a. m.  
Blogger Isabel Burriel dijo...

Soldados de Salamina, me gustó el libro y curiosamente también la película.

junio 06, 2007 10:37 a. m.  
Blogger Paula dijo...

a mí no me gusta tanto la historia o los personajes, sino cómo el autor describe tanto lo uno como lo otro. Lo hace de tal manera que hasta la vida más miserable, en apariencia, tiene su toque de gloria.

a mí eso, sencillamente, me parece magistral

Yo también me enganché a este libro cuando lo leí. Me robó horas de sueño, y eso no es fácil

Un abrazo

junio 06, 2007 12:45 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

me la acaba de regalar quien amo...
coincidencias de la vida
un beso niño

junio 06, 2007 2:08 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Bueno, contesto rapidito ¡que me voy a la sala Siroco a ver a los One Hit Wonders!

Desconvencida, bienvenida al Grupo. Ya somos dos ;)

Un árbol, creo que es Erci Brurdon y no Burdom, eso me despistó ;) la canción no vale gran cosa, pero es muy emotiva ¿verdad? Espero que los Stones, como siempre, toquen algún blues el día 28, que ya tengo mi entrada! Un beso

Inte, es una gran novela, en la que Cercas hace protagonista básico de ella a su amigo Roberto Bolaño. Muy recomendable

Paula, es que la novela es bastante más que un narrar las aventuras de unos personajes, claro. Es una historia de voces en torno a una historia, más bien. Me alegro de que te gustara. Un abrazo!

Mari, buen tipo entonces. Cuídalo! ;) kisses

junio 06, 2007 8:17 p. m.  
Blogger Tamaruca dijo...

No he encontrado "Detectives salvajes", he tenido en la mano "Putas asesinas" (este hombre es todo dulzura eligiendo títulos) pero no me convencía el resumen así que, por fin, me decanté por otro de Paul Auster.

Dos besos, pus pus...

junio 06, 2007 11:26 p. m.  
Blogger princesadehojalata dijo...

Era un "tipo duro", gran escritor, sin pelos en la lengua. Me produce mucha ternura ver su imagen, como desvalido, siempre con pinta de enfermo, débil. como si fuera uno el que posa y otro el que escribe. O algo así.

junio 06, 2007 11:46 p. m.  
Blogger Dátil dijo...

Simplemente cierto.

Que a veces cuándo cierras un libro te das cuenta de que es una de las mejores cosas que has tenido entre las manos.
Te sientes dueño del único sentimiento que caracteriza ese libro.
Me gusta lo que dices, y cómo lo dices.

Besos Lagarto.

;)

junio 07, 2007 11:14 a. m.  
Blogger Ana dijo...

Eric Burdon, my dear. Me se fue el dedito.

http://www.youtube.com/watch?v=ARXzdQexwHM

Peinando canitas ya...

Beso

junio 07, 2007 12:58 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Tam, Putas asesinas es una colección de cuentos. El título es más una provocación que otra cosa :) Paul Auster es siempre, siempre una garantía. Dos besos

Princesadehojalata, tienes razón en lo que comentas; su imagen es más débil que la fuerza de su literatura. Pero no es que sea enfermiza, es que estaba enfermo de verdad desde hacía muchos años.

Gracias, Coblenza. Espero que sientas eso muchas veces! Besos

Bueno, árbol, al menos tiene ago que peinar, no como los Burning (humor negro...) un beso

junio 07, 2007 5:32 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Oh, Bolaño. Lo tengo como asignatura pendiente no se cuantos años. Creo que lo cogeré en breve. Pinta genial. Más, después de estos textos.

junio 08, 2007 3:21 p. m.  
Blogger El detective amaestrado dijo...

Es uno de esos libros que nos cambia la manera de acercarnos a los libros...
Si yo te contara

junio 24, 2007 4:10 p. m.  

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