martes, noviembre 27, 2007

Siempre es la primera vez

Dice Fernando Pessoa en su Libro del desasosiego, capítulo 207:

“Haber leído ya los Pickwick Papers es una de las grandes tragedias de mi vida. (No puedo volver a releerlo.)”


Algo parecido es lo que sentía yo el pasado domingo en el Palacio de los Deportes de Madrid. He visto tocar a Bruce Springsteen una decena larga de veces, pero veía mucha gente que iba a tener su primera experiencia. Qué envidia sentía. Pero luego se apagaron las luces y alguien gritó en el desierto “¿queda alguien vivo ahí fuera?”. Y luego me recordó que hicimos una promesa que juramos siempre recordar; que no nos rendiríamos nunca. Y que todo estaría bien si tan solo conseguíamos aguantar un día más de soledad. Todo estaría bien, todo estaría bien.

Y es que siempre es la primera vez. Aún estoy emocionalmente afectado por todo lo que recibí el domingo por la noche. Y me gustaría compartir algo. Si algunas personas muestran sus fotos de boda sobre las repisas de sus mesas camilla, yo quiero mostrar parte de lo que viví anoche.

Las luces se apagaron en la noche y los problemas se amontonaron en la zona del corazón. Ha habido una colisión frontal justo en medio de mis tripas, tío. Vivo en un fuego cruzado que no puedo comprender.

Pero hay una cosa que sé segura, chica; me importan una mierda las mismas viejas escenas de siempre, me importan una mierda todos los tipos que se quedan a medias.

Cariño, yo quiero el corazón, quiero el alma. Quiero todo el control y lo quiero ahora. Hablemos de un sueño, intentemos hacerlo realidad.

Nos despertamos por la noche, con un miedo tan real. Pasamos la vida esperando un momento que nunca acaba de llegar. Bien, no perdamos más tiempo esperando.

Malas tierras. Tienes que vivir ahí todos los días. Alcemos nuestros corazones destrozados como el precio que hemos tenido que pagar. Seguiremos esforzándonos hasta el final, y quizás estas malas tierras empiecen entonces a tratarnos un poco mejor.

Trabajas en el campo hasta que tienes la espalda quemada. Trabajas con un volante hasta que aprendes como funcionan las cosas. Y, cariño, yo tengo las cosas realmente bien aprendidas ahora. Y es mejor que tú lo vayas entendiendo ya: El pobre quiere ser rico, el rico quiere ser rey, y el rey nunca se siente satisfecho hasta que lo puede controlar todo. Y yo sólo quiero salir esta noche para encontrarme sólo con lo que es mío.

Creo en el amor que me diste, creo en la fe que puede salvarme. Creo en la esperanza y pido que algún día ella me saque de estas malas tierras.

Para todos los que tienen una conciencia, una conciencia profunda de que no es pecado sentirse orgulloso de estar vivo. Busco un rostro que no me atraviese con su mirada. Quiero encontrar un sitio, quiero escupir a la cara de estas malas tierras



Sí. Como todos habéis visto en la prensa, los Borbón vinieron al concierto. No me los imagino haciendo cola desde las tres de la mañana en la puerta de Fnac para conseguir una entrada, la verdad, pero quién sabe... Vinieron los Príncipes, sí. Hicieron la ola. Oh, sí. Y se fueron mientras Springsteen cantaba esta canción que os he puesto, sin interés, sin esperar al final. Sí. Total, ¿Pa’qué?



Una canción para la primera vez: No es mi primera vez, de Deluxe

Un libro para la primera vez: Soy Charlotte Simmons, de Tom Wolfe

Una película para la primera vez: La lengua de las mariposas, de José Luis Cuerda

viernes, noviembre 23, 2007

Abran juego



Se acerca la Navidad con toda su decadente y patética melancolía. La rutina navideña empieza ya a invadir la Gran Vía de Madrid. Las luces artificiales están ya preparadas para iluminar las artificiales alegrías. Los comercios engalanan sus vitrinas para convencernos de que amor es igual a dinero. Y una larga cola de perdedores espera su turno ante el pequeño puesto de venta de lotería.

La Lotería de Navidad emite 157.250.000 décimos a un precio de 20 euros cada uno. Un décimo ganador del primer premio se llevará 300.000 euros. No está mal; no todos los fondos de inversión ofrecen una rentabilidad del 15.000% en unos días.

Lo que pasa, lector, es que entra en juego la diosa Probabilidad. Claro. Y las matemáticas del azar dicen que cada uno de los individuos que aguardan bajo la lluvia en esa cola tiene una opción entre 85.000 posibles de ser los afortunados. ¿Es mucho o es poco? No lo sé, todo depende. Hagamos una prueba: He pensado un número, del 1 al 85.000. Si alguien lo acierta, le doy mi entrada para ver a Bruce Springsteen.

Durante mucho tiempo memoricé una combinación de la Primitiva en mi cabeza: 2-18-21-23-26-31 y, decidiendo no jugarla, consultaba los números premiados en la prensa del día siguiente. Si la combinación no resultaba la premiada, yo habría ganado ese euro que dejé de gastar en jugarla. Si, por el contrario, obtenía algún premio, sería un dinero perdido. Y te aseguro, lector, ¡que gané toda una pasta!

Y ahora te propongo lo siguiente, lector:

Te invitan a entrar en un cuarto. En él hay 85.000 cajas apiladas. Una de ellas matará a la persona que más amas si la abres, y cada una de las restantes contiene 1.000 euros. ¿Cuántas cajas abrirías? Seamos sinceros.



Un libro sobre el juego: El jugador, de Fedor Dostoievski

Una canción sobre el juego: Viva las Vegas, de Elvis Presley

Una película sobre el juego: El golpe, de George Roy Hill

domingo, noviembre 18, 2007

¿Qué es lo que está pasando?

Mi último viaje a Barcelona fue agotador. Conseguí volar de vuelta a casa a eso de las tres de la tarde. Por fin subí al avión, me desanudé la corbata y me apoyé en la ventana (“¿ventanilla o pasillo?” “ventanilla, siempre ventanilla”).

Mientras el sol de la tarde acariciaba mi cara leía aburrido el periódico, esperando la llegada de Morfeo. Encontré una noticia muy breve, de no más de diez líneas, en la página 33 de La Vanguardia: “un grupo de robots han conseguido controlar por primera vez el comportamiento de animales reales”. Por lo visto, un equipo de investigación de la Universidad Libre de Bruselas creó robots del tamaño de las cucarachas, pero no de su misma forma, que han conseguido llevar a grupos de estos bichos hacia refugios inadecuados, provocando así la muerte de las mismas.

Quizás no se trate del primer experimento, éste de las cucarachas. Quizás han probado ya con los humanos alguna vez. ¿Por qué si no George Bush llegó a tener tantos votos entre los norteamericanos? ¿no sentís un déjà vu? ¿Qué es lo que está pasando?

Leyendo estas cosas me siento como el señor Jones, de aquella canción de Dylan, donde dice eso de “Bien, ahora ves a un enano de un solo ojo gritando la palabra “AHORA” y preguntas, “¿Porqué lo hace?” y él dice, “¿Cómo?” y tú dices, “¿Pero qué significa todo esto?” y él te vuelve a gritar, “Eres una vaca. Dame leche o vete a casa.” Porque algo está pasando aquí, pero usted no sabe lo que es, ¿no es así, señor Jones?

Como ya sabéis, este blog es fan de Deluxe, una de las apuestas más interesante del panorama musical español hoy en día, sin duda. Así que, al hilo de todo esto (o no) me he acordado de una preciosa canción de Xoel que no habla de cucarachas ni de vacas, pero sí tiene algo de déjà vu, y que se pregunta también qué es lo que está pasando:

Ahora entiendo que cada espina
Que cada pequeño arañazo
Cada cuchillo por la espalda
Fue tan sólo un pequeño trámite
Tan sólo una excusa idiota
Hace tiempo que yo ya no sonreía tanto
¿Qué es lo que está pasando?
¿Qué es lo que está pasando?
Está pasando una vez más




Ah, el miedo al amor. Un tema muy interesante ¿verdad?

El próximo sábado 24 toca Deluxe en la Riviera, en Madrid. Será un gran concierto, con sorpresas que no voy a anticipar. Lo pasaremos muy bien. Sentiremos la música. Sentiremos que algo está pasando, una vez más. ¿Te vienes, lector?



Una canción para las insectos: Lullaby, de The Cure

Un libro para las insectos: Metamorfosis, de Kafka

Una película para los insectos: Cuando ruge la marabunta, de Byron Haskin

lunes, noviembre 12, 2007

Esta es la historia de un cadillac solitario



De vez en cuando hay canciones simplonas hasta el límite capaces de menearte algún lugar del alma. Supongo que lo mío con la canción de Loquillo es generacional, pero siempre me ha parecido estupenda y desgarradora.

En la tarde aburrida de ayer afiné la guitarra. Rasgaba acordes al azar con la mirada perdida en las copas de los árboles que asoman tras la ventana mientras ajustaba un poquito más alguna clavija. La combinación aleatoria me llevó, a modo de magdalena proustiana, a volver a oler la adolescencia ( “hello, hello, how low”) con esta canción del Cadillac Solitario: do-sol-lam-fa-do y algo se empieza a despertar en la memoria.

Mañana volveré junto al Merbeyé, a los pies la ciudad. No habrá tiempo de borracheras de Martini, rubias o cadillacs, porque mi agenda va muy apretada de trabajo.

Siempre me gusta volver a Barcelona. Estaré allí toda esta semana arrastrándome por conferencias. Y el amanecer no me sorprenderá dormido y borracho en un cadillac en una curva del Tibidabo, sino despierto y sobrio en la ducha de un hotel para ejecutivos del centro de la ciudad.

Pero aún me excita cómo grita en esta canción desesperada eso de ¡Nenaaaaaaa!!!!!

Algún día iremos a L.A.; cruzaremos el mar y volaremos como palomas.






Una canción para los que siempre quisieron ir a LA: California dreamin’, de Mamas & the Papas

Un libro para los que siempre quisieron ir a LA: Intercambios, de David Lodge

Una película para los que siempre quisieron ir a LA: LA Confidential, de Curtis Hanson

martes, noviembre 06, 2007

De la A a la Z

Retomo hoy el meme que ha lanzado Lula Fortune . Se trata, más o menos, de hacer un diccionario de odios y amores, de filias y fobias desde la a hasta la z. Bueno, paso a interpretarlo a mi manera y exponer aquí el Diccionario A-Z de Personajes de ficción preferidos del Doctor Lagarto. Las fobias las dejaré para otro día, que ya es bastante larga la cosa (me refiero a la lista que sigue).



A
Archimboldi
. Escritor alemán del siglo XX, sacado a la luz en los años noventa por un grupo de filólogos alemanes. Es uno de los protagonistas de la inmensa novela póstuma de Roberto Bolaño, 2666.


B
Batty, Roy
. El replicante que se niega a aceptar el destino impuesto por su Dios, que ha visto cosas que vosotros no creeríais... atacar naves en llamas más allá de Orión. Ha visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta Tannhäuser. Todos esos momentos se perdieron en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Blade Runner, de Ridley Scott.


C
La sweet Caroline a la que cantaba Neil Diamond. Porque lo buenos tiempos nunca parecen lo bastante buenos cuando ocurren, sólo cuando han terminado.


D
El Doctor Fleischman, punto de vista obligado en ese viaje hacia dentro de nosotros mismos, que convierte lo extraño en normal, lo mágico en real y lo inconsciente en consciente, en “Doctor en Alaska”, serie para televisión de la CBS que dio para 110 episodios y muchas noches de verano surrealistas que echo de menos.


E
Emma
, la prima del actor Jack Burns en la novela de John Irving “Hasta que te encuentre”. Si todos tuviéramos una Emma cerca de nosotros, este mundo sería muy diferente.


F
Fabrizio del Dongo
, protegido del conde Mosca, que nunca supo si había participado realmente o no en la batalla de Waterloo, lo más importante que quería hacer en su vida después de amar a Clelia. De “La cartuja de Parma”, del grandísimo Sthendal.




G
Gustav Aschenbach
, agónico turista de la novela de Thomas Mann y película de Visconti, “La muerte en Venecia”. Película ideal para ver en casa, comiendo langostinos y acariciando a una chica preciosa.


H
Humbert Humbert
, pederasta confeso y sin escrúpulos en la gran obra de Vladimir Nabokov,” Lolita”. Políticamente incorrecto, poéticamente maravilloso.


I
Ismael
, arponero ballenero y teólogo imprescindible en la Biblia del señor Melville, “Moby Dick”. ¡Por allí resopla!


J
Johanna
, porque, como decía Bob Dylan, la noche te hace trampas cuando intentas estar tranquilo. Porque estamos desamparados aunque hagamos todo lo posible por negarlo. Y Louise retiene un puñado de lluvia, retándote a desafiarla. Las luces parpadean desde la galería opuesta, las calefacciones tosen en la habitación y la radio suena suave. Pero no hay nada, realmente nada que no tenga sentido: Sólo Louise y su amante, tan entrelazados. Y estas Visiones de Johanna que no puedo sacar de mi mente


K
Kwan
, el enano deforme en “El año que vivimos peligrosamente”, de Peter Weir, y su eterna pregunta “¿qué debemos hacer?” De pronto, un día, creyó conocer la respuesta. Pero no sirvió de nada.


L
Lula Fortune
, en homenaje a quien me pasa el meme, a la cazadora de piel serpiente que nunca tuve, y porque Laura Dern en esa indispensable y brutal película, “Corazón Salvaje”, de David Linch, “era un pastel / De frambuesa / Que te miraba / Y cortaba / El hipo / Y la mayonesa / Con ese tipo: / Su vacunita / En el brazo, / Dieciocho añitos / Y esos malditos / Ojazos / De gata / En celo / Y aquella mata / De pelo / Como una hoguera / Y unas pestañas / Con telarañas / De terciopelo / Y esas caderas / Que estaban hechas para pecar / Por las escaleras, / Para enseñarle el pajar, / Para esperar en la era, / Para mancharle el vestido, / Para cantarle al oído: / "reloj no marques las horas" / Para quitarse el sombrero. / Caballero, qué señora. / Caballero, ¡qué señora” (Sabina Dixit)




M
Max Estrella
, poeta ciego y orgulloso no-académico. Neomalthusiano, aficionado a las regeneraciones con vuelos y opresor de burócratas. Creado por Don Ramón María del Valle Inclán para sus “Luces de Bohemia”.


N
Nestor
, el perfecto mayordomo al servicio del intrépido Tintín, de Hergé. Impecable con su uniforme negro, con su gesto hierático, con su frase exquisita y perfecta en forma de bocadillo en colores planos, con esa tipografía onírica y cercana.


O
Horacio Oliveira
, cínico, exiliado, amargado, enamorado, paranoicamente racional, racionalmente paranoico, buscador de terrazas sin tiempo en “Rayuela”, de Julio Cortázar, que me impulsan a querer ser terraza sin tiempo.


P
El Padre Gabriel
, interpretado por Jeremy Irons en “La Misión”, símbolo de la regeneración, del perdón, de la penitencia con final del túnel, de la contrición que abre la puerta al amor puro, de la paz de espíritu y de la risa como base de comunicación. Si yo hubiera conocido un jesuita como él, hoy creería en Dios.


Q
Quasimodo
, repugnante engendro, deforme, feo, jorobado, enamorado de la más bella, en “Nuestra señora de París”, de (todos en pie) Victor Hugo. Mortal atracción sexual y maternal a la vez, con final previsible: no hay paz para los que aman en París, condenados a morir abrazados a los cadáveres deseados.


R
Roy Bean
, el brazo derecho de la ley y/o de la justicia al otro lado del Pecos, en la película de John Huston, “El Juez de la Horca”.




S
El señor Swann, guía de “En busca del tiempo perdido”, de Marcel Proust. Un espíritu sensible e inteligente, azotado con toda dignidad por el amor, el arte y la desgracia. Y forrado de pasta, que eso también está muy bien, eh.


T
Tom Joad
, el hijo de la familia Joad que atraviesa América para huir del hambre y de la injusticia en la indispensable obra de John Steinbeck, “Las uvas de la ira” hasta encontrarse otra vez con la lluvia, y algo más.


U
Ulises
, a quien encontré casualmente atado al mástil, presa del dolor del canto de las sirenas, navegando en medio de la travesía incierta. Me miró, y me ofreció el regalo más hermoso que podía esperar en una noche de primavera.


V
Voland
, el estrafalario demonio en El maestro y Margarita, de Mijail Bulgakov. Su manera de vestir y su espectáculo surrealista de magia y revolución, de cabezas cortadas y rublos que llueven del cielo, son dignos del mejor teatro moscovita. Que se abra el telón.




W
Will Kane
, el sheriff que debe enfrentarse a su deber después de haber sido abandonado por todo el mundo -excepto la prostituta del pueblo- en “Sólo ante el peligro”, de Fred Zinnerman. ¿Nunca te has sentido así, lector, viendo como los demás miran para otro lado y los únicos ojos que encuentras son los de quien menos esperas? ¡Muerte a lo políticamente correcto!


X
Xxxena
, actriz porno de Conneticut, cuya voluptuosa anatomía desafía a Newton en todas sus leyes. Más abierta de cuerpo que de mente, destacó en los noventa por la generosidad humanitaria de todos sus orificios sin perder la sonrisa.

Y
El Yeti, que puede caminar desnudo bajo la luz de la luna sin que nadie le detenga ni le llame pervertido.¿Y si lo hago yo un día de Luna llena en Madrid?


Z
El doctor Zhivago, de la película homónima de David Lean. Un poeta feliz a quien la vida no le dejó amar como él hubiera podido y querido hacerlo. Nunca perdió la ilusión por sentirse vivo aún en las más atroces circunstancias. Yo quiero morir como murió él.




Bueno, pues siguiendo con las malas costumbres sociales, paso el meme al siguiente A-B-C-D-E para que lo tomen tan libremente como quieran:


Con la A, Antígona

Con la B, Brisuón Çafrén

Con la C, Carrascus

Con la D, Deliriumtremends

Con la E, e-catarsis


Una película de la A a la Z: AlcatraZ, de Don Sieger.

Un libro de la A a la Z: Abel SáncheZ, de Miguel de Unamuno

Una canción de la A a la Z: AvestruZ, de Esclarecidos