lunes, enero 21, 2008

Love will tear us apart (again)



A finales de los años setenta, Inglaterra era la prueba pericial de que todas las esperanzas habían sido traicionadas.

El crecimiento económico y el consumismo se habían vuelto, con todas sus sombras hobbesianas, contra una generación que no había conocido los rigores de la post guerra. Una generación que estaba perdida, débil, anémica.

Gran Bretaña se llenó de punkies que simbolizaban el nihilismo de una sociedad agotada en su propia carrera hacia la nada. Esto es, hacia la arrolladora victoria del Thatcherismo, hacia el leviatán del terrorismo irlandés, los despidos masivos en la minería y el barril de petróleo a cincuenta dólares (lo que entonces era una auténtica barbaridad). Paro, drogas, manos cruzadas, cuero, pistolas sexuales y “No future” eran el signo de ese tiempo oscuro.

Los poetas malditos de aquella generación británica escribían con sangre de jeringuilla la palabra mierda en las calles. Los visionarios rodaban por el suelo entre vómitos de cerveza caliente y los músicos rasgaban guitarras distorsionadas en no más de dos acordes. La terapia colectiva era ruido y asco. Asco y ruido.

Cuando la rutina mordía con fuerza y las ambiciones eran nulas, cuando el rencor volaba alto pero las emociones no crecían, en Manchester surgió una flor entre aquellos escombros de ilusiones muertas. Una flor débil, más negra que ninguna, y llena de espinas. Se llamaba Ian Curtis y tenía una voz profunda llena de angustia y dolor. Tocaba de espaldas al público, enfebrecido, y solía sufrir ataques de epilepsia sobre el escenario.

Ian Curtis estaba destinado al dolor y nos abrió la puerta a él.

Con apenas 23 años de edad y tras grabar tan solo un par de discos que acabaron cambiando completamente la tendencia artística europea de los años ochenta, se suicidó ahorcándose en el cuarto de baño de su casa. Entonces el amor, el amor le hizo pedazos, otra vez.

Fueron tiempos oscuros para una música etérea, sucia y distorsionada, de una fealdad hermosa, de una belleza nauseabunda.



Aquella frase, “el amor será lo que nos separará” me parecía un juego de palabras incomprensible cuando escuché aquella melodía por primera vez, siendo un adolescente. Muy pocos años después pude comprobar lo cierta y aterradora que era.



Una película para Ian Curtis: Casablanca, de Michael Curtiz

Un libro para Ian Curtis: Poemas del manicomio de Mondragón, de Leopoldo María Panero

Una canción para Ian Curtis: Lovesong, de The Cure

.

40 Comments:

Blogger Tamaruca dijo...

No he podido evitar leyendo esta entrada recordar esto:

“La única manera de sobrevivir cuando estás realmente enamorado es disimularlo ante la mujer a la que amas, fingir en cualquier circunstancia un ligero desapego. ¡Qué tristeza en esta simple constatación!¡Qué acusación contra el hombre!... Sin embargo nunca se me había ocurrido poner en duda esa ley, ni pensar en sustraerme a ella; el amor te vuelve débil, y el más débil de los dos acaba oprimido, torturado y finalmente muerto a manos del otro, que por su parte oprime, tortura y mata sin intención de hacer daño, sin sentir placer alguno por ello, con una total indiferencia; eso es lo que los hombres, por regla general, llaman amor.”

Fragmento de Houellebecq que elegiste para otro de tus escritos y que ocasionó mi adicción a este autor.

Tengo un amigo con el que me gusta mucho divagar y el otro día me sorprendió con una idea de lo más simple que finalmente me terminó haciendo gracia; él compara las relaciones y la felicidad con el sencillo mecanismo de una goma; a mayor distancia, mayor energía elástica, mayor vibración, mayor intensidad.

Lovesong, otra diana conmigo Lagarto. Curiosamente, es de las canciones de este grupo que menos nostálgica me ponen.

Muchos besos.

enero 21, 2008 11:08 p. m.  
Blogger Madame Vaudeville (Chus Álvarez) dijo...

Qué verdad encierra esa frase, largartillo: “el amor será lo que nos separará"... Y es que, como me escribió mi ex, "a veces con amar no basta".
Importante también ese "again", que matiza y remarca...
Justo en el cabaret hablo de amores. Y de caer en el amor una y otra vez...
Besos

enero 21, 2008 11:14 p. m.  
Blogger Sintagma in Blue dijo...

Uff... no me digas esas cosas, eh.

:-(

enero 21, 2008 11:47 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Iba a dejar un comentario... pero mejor te dejo un enlace. Espero que te guste.

Por cierto, la imagen de la Inglaterra thatcheriana que dibujas parece el fondo en el que se desarrolla la última novela de Stephen King, que ando leyendo ahora, la de los teléfonos móviles.

enero 21, 2008 11:49 p. m.  
Blogger Margot dijo...

Ummm, el punky, ays lo punky, aunque cuando era una criaja bastaba la estética y la subversión sin análisis que fueran más allá. A Ian Curtis lo escuché poco pero el ruido y el asco era marcas de serie de un mensaje que me llegaba como pocos. Evolucionó el mensaje, claro, pero sigue llamándome la atención esa belleza sin maquillaje que representa el dolor.

Y en otro orden de cosas aquella época y sus posteriores consecuencias dejaron también un cine británico de lo mejorcito en las últimas décadas de ese país. Realidades descarnadas, tal cual, de una sociedad fragmentada y una pobreza que no sólo afectaba al plato de lentejas. Será cierto aquello de que la maldad reinante afina el ingenio? En cualquier caso existe mucha diferencia con esas otras épocas de autocomplacencia social, no?

Forever Panero, jeje.

Por cierto, of course a tu matización del comentario anterior. Me dejé de lado esa otra insatisfacción creada por la mercadotecnia. Quizás porque lo externo me toca los pies aunque no por ello deje de afectarme como a cualquiera. Ajá.

Beso mañanero.

enero 22, 2008 7:26 a. m.  
Blogger Soy ficción dijo...

Me apunto esa verdad es un post-it, o en dos, para que no se me olvide y poder actuar en consecuencia...

Las verdades ciertas y aterradoras son las primeras que olvido.

enero 22, 2008 9:31 a. m.  
Blogger rubén dijo...

Veo que tienes unos gustos musicales saludablemente variados. Música intensa y atormentada. Sí.

enero 22, 2008 11:24 a. m.  
Blogger princesadehojalata dijo...

En el último festival de cine de San Sabastian tuve la oportunidad de ver Control, película basada en la vida de Ian Curtis y su grupo Joy Division. La peli fue rodada por Anton Corbijn, fotógrafo y director de video clips (grabó a los Joy Division y también es el director del video Personal Jesus de Depeche Mode). La peli me gustó mucho, buenas interpretaciones, buena música y una fotografía espectacular.
Besos.
(muy interesantes los comentarios a este post)

enero 22, 2008 2:07 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Ah, Tamaruca, me alegro de que te guste Houllebecq. Es un autor muy polémico e inquietante. La verdad es que vosotros los científicos entendéis mucho mejor eso de las vibraciones, sí. Pero los que no lo somos también lo sentimos. Intentemos tocar la melodía en esa cuerda, estirada y tensa. Si confiamos, no se romperá. Lovesong es una de las canciones que más me gustan de los Cure ;) Besos!

Madame, a veces no basta. A veces amar es la causa de todos los errores que cometemos. A veces el amor da tanto miedo que lo mejor es asesinarlo, sin más. Hay que tener cierta madurez para poder jugar a este juego de ciegos, como decía Sabina. Besos!

enero 22, 2008 2:50 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Sintagma, una poeta como tú seguro que le saca partido, eh!

Carrascus, he leído lo que escribiste. ¿Ves como aún tengo que mirar hacia arriba, en estos temas? :) No quería ser demasiado explícito con su muerte terrible. Tan sólo dejar caer que a veces las rosas más hermosas tienen grades espinas. Quien quiera saber más sobre Ian Curtis, que se pase por tu enlace ¡es muy interesante!

Margot, no me interesan los punkys como tales. No aportaron nada a la música (Sex Pistols, dead Kennedys…), salvo más mercadeo del que habñabamos ayer, sí. Joy Division no era un grupo punky, pero sí nihilista; es más estimulante. Como Bauhaus, un grupo tremendo también de la época, que te recomendaría. Besos siniestros!

enero 22, 2008 2:51 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Curtis, el Rimbaud de la generacion X.

enero 22, 2008 2:51 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Nausicaa, eso es muy bueno ;) sigue olvidando esas verdades, ¡es la mejor manera de matarlas y cambiarlas!

Rubén, me gusta ser muy abierto. Aunque estoy seguro de que hay algo en común entre estas músicas tan diversas. O al menos yo sí quiero verlo así. Quizás sea lo atormentado que apuntas :)

Princesa, no he visto la película. Me quedé con ganas. El personaje es interesante, sí. Pero aún más el contexto social e histórico que empuja a ese personaje a subirse a un escenario. Los comentarios de este blog es lo mejor de esta página. Estoy muy contento con todas vuestras aportaciones. Estáis haciendo un lugar muy agradable en esta pantalla. Gracias!

enero 22, 2008 2:51 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Mari, buena manera definirlo, sin duda. ¡Me alegra verte por aquí de vuelta!

Kisses!

enero 22, 2008 2:52 p. m.  
Blogger AnA dijo...

"Contact" el biopic sobre la vida de Curtis...te la recomiendo.
Has descrito perfectamente el ambiente de la época. Yo soy heredera de Joy Division y heredastra de los New Order.
La frase que mencionas es el epitafio que reza en la tumba de Ian. Su esposa la eligió. Y tiene sentido, mi adorado Lagarto.Curtis vaticinó su propia muerte al encontrar de nuevo el amor.Porque el amor une y separa.Y como fuente de conflicto no da para más.

Besos muchos!

enero 22, 2008 3:01 p. m.  
Blogger Brisuón Çafrén dijo...

En los primeros cuatro párrafos ha resumido la historia de una década en un país.

En los siguientes cuatro, el nacimiento, obra y muerte de un músico (al que no conocía).

Para finalizar y el los cuatro últimos nos acierta, al menos a mí me acierta, con película, canción y libro.

Y esa frase, efectivamente en según que contexto puede ser aterradora.

Gracias por presentarnos al señor Ian

enero 22, 2008 3:41 p. m.  
Blogger k dijo...

Lo que son las cosas. El viernes, cansada y con una soberana resaca, me senté en el sofá a ver una película. Era 24 hours party people, de Winterbottom, y en ella aparecen también Ian Curtis y Joy Division y suena esta canción. Claro, me acordé de ti. La película no es gran cosa, yo no la recomendaría, aunque tiene mucho, mucho, en su planteamiento estético, de, te copio y te adapto, "cine etéreo, sucio y distorsionado, de una fealdad hermosa, de una belleza nauseabunda".

Y bueno, eso. Que la película elegida para ilustrar el amor que separa es perfecta. Y la vi el jueves.

En fin.

enero 22, 2008 5:45 p. m.  
Blogger Arcángel Mirón dijo...

No escuché a este tipo. Sí leí sobre él, no lo recordaba hasta ahora. Parece que cada tanto es necesario ver surgir flores negras y espinosas aunque sea para reaccionar, para imitarlas o para llevar la contra. A veces estamos dormidos o embrutecidos.

enero 22, 2008 6:10 p. m.  
Blogger Antígona dijo...

Excelente post, doctor Lagarto, tanto en su retrato de esa Inglaterra rota y desoladora, como en su presentación de Ian Curtis.

A Joy Division me los presentó hace no mucho un amigo profundamente nihilista que los adoraba. Tengo una versión preciosa de este tema, pero, ays, está en un recopilatorio que me grabó y no sé, ignorante de mí, ni quien la canta. Pero no me sorprende su admiración por ellos, porque, en efecto, es nihilismo, desencanto y angustia lo que leo en el video que has colgado, en esa parquedad de movimientos, en esa mirada prácticamente ausente de Ian, que sólo parece poder cantar replegándose sobre sí mismo, cerrando los ojos al mundo.

Para mí la canción habla del desencanto de la disolución del amor, de su pérdida, allí donde uno no consigue entender bien por qué ha acabado. Del momento en que uno reconoce que eso tan precioso que tenía con alguien ha iniciado un camino imparable hacia la muerte. Es entonces cuando ese amor ya esencialmente roto más nos desgarra y nos destroza. Porque nos enfrenta de nuevo a la desilusión, a la culpa, al descreimiento de que el amor, tantas veces buscado, tantas veces intentado, sea posible, para empujarnos de nuevo a una soledad falta de esperanzas.

Una canción angustiosa, sí, y llena de dolor. Pero del dolor, aunque Curtis no lograra llegar a verlo, siempre se puede renacer.

¡Un beso, doctor Lagarto!

enero 22, 2008 6:13 p. m.  
Blogger Aprendiza de risas dijo...

El amor será lo que nos separará... sí, puede ser cierto, cuando el amor no es verdadero amor; porque cuando el amor es real y puro, lo que da es libertad.

Lo difícil es llegar a la segunda concepción del amor, claro.

Besos,

enero 22, 2008 6:37 p. m.  
Blogger Angeles dijo...

Mon cher Sr. Lagarto, (espero que quede elegante) las bibliotecas están llenas de estudios, tratados filosóficos y sociológicos sobre el amor y las relaciones humanas y, bastantes de ellos con brillantes disertaciones sobre la materia, alguno que otro he ojeado.
Pero personalmente me inclino por la filosofía de la calle, la del sobrevivir día a día, la filosofía del vecino, del jubilado, del adolescente, o del loco del 4º.
Vivo en un barrio obrero de clase baja, donde nací.
Estuve fuera durante unos años, pero acabe volviendo, y lo cierto es que me gusta, me gusta mucho, hay muy poco artificio, y resulta todo mucho mas visceral, las emociones, los problemas, en fin todo un microcosmos “mi microcosmos”.
Le aseguro que he presenciado auténticos brotes de rebelión encabezados por respetables y menos respetables amas de casa, he visto lo mejor y lo peor del genero humano, niñas de 15 años con una barriga enorme comiendo pipas con sus amigas del colegio, y jubilados amancebados, que no quieren morir solos pero tampoco perder su escuálida pensión si formalizan ese acuerdo
En frente de mi piso, vive una familia árabe, su hija pequeña Salma pasa a casa todos los días para que la ayude a hacer los deberes, es una niña preciosa con mucho interés por aprender, y su madre me colma de regalos (tengo la nevera llena de fruta y delicias orientales) en agradecimiento, son una familia encantadora, pero la madre, no puede entrar en mi casa, ni yo en la suya, no es lo correcto, su unión es para toda la vida y con todas sus consecuencias .
En el segundo piso vivía una pareja de ancianos, ella paso media vida enferma del corazón, atada a una bombona de oxigeno, y el no se separaba de ella para nada. El, su marido apenas la sobrevivió un par de meses después de su muerte.
En la calle de enfrente vive un viudo bastante madurito, que se trae de calle a todas las solteras, viudas y divorciadas del barrio y alrededores; y en el primero de mi finca entran y salen un montón de árabes (según la temporada de trabajo) y más de una vez les he visto con llamativas señoritas de acento del otro lado del océano, (la religión no esta reñida con la necesidad de afectos). Lo que quiero decir es, que poco importa lo que nos une o nos separa, el amor, la necesidad, la rutina, el deseo, el interés económico, el cansancio. Seguiremos necesitando al otro, y odiándolo, y volviéndolo a necesitar y volviéndolo a odiar, por lo tanto ¿Qué importancia tiene si una de las cosas que nos une y nos separa es el amor?, quedan un montón de posibilidades más para amarnos y odiarnos.

Los viernes por la noche el hogar del jubilado hace baile, y le aseguro, que se llena hasta la bandera de hombres y mujeres que no han tirado la toalla y que quieren una ultima oportunidad, les da igual sus míseras pensiones, sus achaques; se visten con sus mejores galas y salen al encuentro de eso que algunos llaman “amor”, pero que yo personalmente creo que es la vida.

Sea el amor lo que nos una o nos separe, que más da, solo la muerte es capaz de acabar con esa ansia irreprimible del otro, independientemente de que sea para amarle o para odiarle, supongo que el día que esto deje de ocurrir, nos habremos extinguido como especie.

Le envió un gran beso y me disculpo por los retorcidos rodeos que suelo dar para intentar decir algo.

enero 22, 2008 8:00 p. m.  
Blogger Miss.Burton dijo...

Qué fuerte, 23 años y final heavy, a eso le llamo yo tener un par de pelotas, por mcho que la gente diga que el suicidio es la manera cobarde de evitar la vida... sí lo es, pero recnozco los huevos que no tienen todos para ejecutarlo. Y digo yo... qué pena que mueran y terminen sus historias en ese cuarto de baño, cuantas veces he pensado que nunca oiré mas canciones nuevas de Nirvana, o de cualquier grande que se tomó la vida demasiado a pecho... Podríamos hablar de inexperiencia??? Cuando uno sufre con el alma en un puño, y decide salir, sabe que vendrán mas golpes de esos de doblarse, incluso quedar tumbado... pero es cuestión de salir, y la experiencia de una primera prueba superada, suele ser el preludio de una batalla constante por venir, pero ganada. Siempre hay que luchar, respeto su decisión, que es su vida, coño, pero creo que le faltó un poco mas de tesón... valentía...
El amor será lo que nos separará... totalmente de acuerdo. Aunque habría que puntualizar: en lo que nos convirtamos por amor, será lo que nos acabará de separar, sí, para mi es así, no se para ti...
No creo en cuentos, pero sí en los cuentos chinos que nos montamos en la cabeza, y que distan tanto de la realidad, ese amor, sentimiento irracional, para mi, lo tiñe todo de una locura que nos quita todo sentido de la realidad, y después... después vienen las consecuencias... los reproches. No hay una fórmula perfecta, pero sí podría creer en una historia construida en cimientos sólidos, en la que ambas personas no jugarán a ser otros para conquistarse, simplemente, se aceptaran como fuesen, punto. Este tipo debió arrancar muy fuerte... y supongo fué lo que lo dinamitó. Cuenta también la personalidad... pero hay un sentimiento lógico que no todos tienen, el de seguir adelante, el de no separar dimensiones, el de vivir en la misma.
Sí... perdón, me enrrollé demasiado, y además, a mi aire, saliéndome siempre por esa tangente que a mi me toca...
Un besazo, que sepas te echo de menos... por casa.

enero 22, 2008 10:05 p. m.  
Blogger Margot dijo...

Señor Lagarto, pues no sé, con 16 años me podían la inocencia y el descubrimiento más que los manuales y los análisis y ni siquiera recuerdo si era capaz de deletrear la palabra nihilista en aquel entonces... jeje

Listillo...

enero 23, 2008 7:43 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Para mi siempre será el amor nos destrozará, no puedo evitar recordar a un sensible muchacho que me habló de Ian Curtis y Joy Division hace muchos años y me regaló aquella letra desolada en una hoja de papel manoseada. No sé que habrá sido de él, si le destrozó el amor una y mil veces, cuántas veces se repuso y siguió adelante, como todos. Este es el epitafio de Ian Curtis, seguramente si él hubiera podido elegirlo habría escogido otro ("And walked upon the edge of no escape", "Time for one last ride before the end of it all", "Heart and soul, one will burn" y tantos...)pero, ¡cuánta razón en tan pocas palabras!

enero 23, 2008 2:15 p. m.  
Blogger BACCD dijo...

Al leer el título pensé automáticamente en U2. En un concierto donde tocaban "With or without you", Bono insertaba ese estribillo. Pero ni zorra idea de que era de Ian Curtis. Vaya, es que, hasta que no he leído este post, ni idea de quién era Ian Curtis.

No deja de parecerme triste, aterrador, ese sentimiento tan profundo de desengaño y desesperanza a tan temprana edad. Como si se hubiera acelerado de golpe el proceso de una enfermedad del alma, como si 23 años se hubieran convertido en unos 200 de agotamiento puro.

enero 23, 2008 2:55 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Buena descripción de una época, no tan lejana. Un saludo :-)
S.

enero 23, 2008 6:03 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Ah, mi admirada Ana, New Order ya no tenía la magia de Joy Division. Pero me encanta esa época a mí también. El amor une y separa, sí. Cuando se ama, algo se destroza por dentro para siempre. No hay arreglo posible. Tengo ganas de ver esa película. Muchos besos, Anita!

Brisuón, Joy Division sólo publicaron dos discos, entre 1979 y 1980. Pero casi todos los músicos que luego se apuntaron a ese sonido new age de los ochenta siempre trataron de imitarles. U2 no existiría sin Ian Curtis, no le quepa duda. Me alegro de presentárselo. Un saludo.

enero 23, 2008 6:13 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

K, intenté ver esa peli una vez, en un canal de pago. Pero no consiguió engancharme, debí esperar a esta canción :) desde luego, prefiero Casablanca. Eso sí que es una historia de amor brutal. Y esa frase, “love will tear us apart” se la podría haber dicho Ilsa a Rick (o viceversa) perfectamente. Yo también vi Casablanca hace poco, ¡qué bien lo pasé!

Arcángel, a estas flores creo que es mejor no imitarlas. Es más saludable verlas desde una cierta distancia, pagando una entrada y regresando después a casa, eh.

enero 23, 2008 6:13 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Gracias doctora Antígona. Sus halagos me sonrojan, pero siga, siga… realmente la canción, traducida, habla de lo que usted dice. Pero una anécdota de juventud que ocurrió mientras sonaba el tema de Joy Division me lleva a mí a ver en esta letra una especie de metástasis, de cáncer maligno del amor. Un amor que crece y en su propio crecimiento lleva el horror de la separación. Bueno, yo me entiendo. Y desde luego que de ese dolor los protagonistas salieron, y para bien. Un beso, doctora Antígona.

Aprendiza, qué difícil se me hace leerla; la vista se me queda clavada en su avatar ¡y se niega a regresar! Cuando el amor es verdadero nos da libertad, dices… y no sé si estoy seguro de ello. Porque del amor no se puede huir, no se puede dominar. Besos!

enero 23, 2008 6:13 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Petitapetitesa, eso es muy elegante, sí. Pero ya te he dicho que me puedes apear el tratamiento, eh ;) cada uno vive su vida como puede. Y a veces sobrevivir es un milagro en sí. El amor es un lujo, sí. Un lujo hermoso que queda muy por encima de lo que es mera necesidad física o emocional. El amor, como decía Ovidio, es un Arte. Y no conozco muchas parejas que lleven 20 años juntos que estén unidas o separadas por amor, sino por otro tipo de cuestiones más perentorias. Te devuelvo mas besos, Petitapetitesa!

Delirium, como bien me ha aclarado carrascus, Ian Curtis no murió en el baño sino en la cocina de su casa. Tampoco este detalle cambia mucho la cosa, en cualquier caso. Pero la muerte es parte de la propia vida. Y cuando un poeta tan joven se suicida, es que su poesía estaba impregnada de lo que le llevaría a tal final. No se puede disociar una cosa de la otra. Si Curtis o Cobain vivieran ahora, nunca hubieran hecho esa música ¿no crees? Y yo no creo que el amor nos vuelva locos. Más bien pienso lo contrario; que la falta de amor nos vuelve locos. Y sabes que tus rollos son bienvenidos, Tremends, ¡claro que sí! A ver si tengo tiempo esta tarde y me paso por tu sitio. Un beso.

enero 23, 2008 6:13 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Margot, pues se ligaba más, a esas edades, cuando se pronunciaban palabras como “nihilista”. Le hacían a uno parecer más interesante :P

Ay, Ladydark ¿cómo no ibas a aparecer por aquí, cuando se está hablando de un suicida, tu especialidad magnífica? :P Curtis escribió versos preciosos y muy duros, sí. Pero la verdad es que la frase que escogió su viuda (que era su ex ya de facto en ese momento, a pesar de que trincó la herencia y los derechos) está bien escogida, para mí. Y, aunque no salgan suicidas, pásate por aquí cuando quieras, que eres muy bien recibida ;)

enero 23, 2008 6:14 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Duschgel. A Bono le encanta eso de meter trozos de clásicos entre sus temas. La primera vez que le vi en Madrid lo hizo con una de Dylan, la última con una de Lou Reed. La verdad es que tiene buen gusto, el tipo. Una enfermedad del alma, sí ¡eso es lo que mejor define a Curtis! Kuss!

Ay, inquietante Sonámbula, eso es lo malo; que no la siento tan lejana. Todo ha pasado en un suspiro, sí.

enero 23, 2008 6:14 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Le acabo de descubrir. Me gustó mucho su post. Volveré.

enero 23, 2008 9:58 p. m.  
Blogger ella dijo...

No entiendo eso de que sea el amor lo que separe a alguien, pero a lo mejor me da la explicación de varias cosas.
Un beso.

enero 24, 2008 9:01 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Casi casi como la movida de Madrid, nada más que aquí el nihilismo adquiría otros tintes más lúdicos, más acordes con el carácter ibérico. En fin, recuerdos y recuerdos.
Un saludo, nosurrender.

enero 24, 2008 4:28 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Gracias por pasarte por aquí, Osiris. Tenemos zona de fumadores y siempre ponemos algo de tapa con las bebidas. Espero que te sientas bien.

Ella, el amor es una de las experiencias más intensas que puede vivir un ser humano. Después de él, nada puede ser igual con la persona amada ¿no crees? Hay amores, incluso, que llevan el dolor como marca de agua. Un beso!

La verdad, capitán Luján, es que no veo yo a Madrid muy nihilista, no. No es compatible con el cachondeo y las ganas pasarlo bien, especialmente en esa época. Madrid hoy, comparado con lo que era en los ochenta es poco más que un cementerio. Un saludo, Javier!

enero 24, 2008 8:41 p. m.  
Blogger ella dijo...

Perdona que insista, pero entonces, lo que te separa no es el amor sinó la falta de.
Eso de que tengas un espacio para fumadores es el toque definitivo para instalarse en éste sitio y quedarse.
Un beso.

enero 24, 2008 9:16 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Bueno, Ian Curtis era un auténtico poeta, Ella. Y juega en esta canción con la contradicción de la propia palabra “amor”, con la esencia trágica del acto de amar. Como si el amor, per se, fuera una trampa, como un órgano vital que crece en metástasis hacia el dolor final. Algo así.

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