viernes, febrero 08, 2008

Introspección



“He matado a mi hermano. Fui yo quien dio la orden. Mi hermano, mi propio hermano. Lo recuerdo continuamente. Esa losa sobre mi conciencia me aplasta desde hace casi treinta años. Cada gesto mío, cada respiración me delata. Me muevo despacio, para no interrumpir mis atormentados pensamientos. Observo con cansancio la mirada que me tienden los míos, llena de temor.

Lo hice. Lo hice con la conciencia de que no era yo quien decidía, sino el destino que me manejaba a su antojo, al pairo, en la oscuridad de la tormenta en que entró mi vida tras la muerte de papá. Desde entonces he dado muchas nuevas órdenes. He matado tantas veces a mi hermano”


- Es así ahora, ¿no, Francis? Anthony va a empezar a cantar la canción siciliana. Me quitaré las gafas, con derrota y tristeza. Tengo que mostrar que recuerdo aquella mujer que amé en Taormina. Montareis ahí el flash back, ¿no, Fracis?.


“Hace cuarenta años ya de aquello, pero en mi precipitada ancianidad me doy perfecta cuenta de que fue la única vez que amé en mi vida. La única vez que fui feliz. Aislado del mundo, en el sur de Sicilia, bailábamos al atardecer y bebíamos vino bajo las parras. Puedo oler aún los olivos, sólo cerrando los ojos. Puedo sentir el tacto eléctrico de los dedos de Apolonia sobre mi piel. Apolonia, la única vez que amé en mi vida. Y ahora mi hija, al fondo de esta sala ¿le daré el mismo destino a ella que a mi amada Apolonia?



Introspección. Busco en mi memoria emocional hasta beber en las alcantarillas del dolor, con copas de magnífico cristal helado. Introspección.


Mi hermano muerto. El dolor es la penitencia amiga de mi conciencia. El dolor, que me acompaña en silencio por este plató. El dolor, que me protege cada noche quitándome las ganas de beber.


Tanta luz. Tanto frío en mi interior, vacío, consciente. Es el momento. Ahora es el momento. Respiro, siento el nervio azul de mis sienes y me relajo mientras cierro los párpados. Respiro tres veces y ya soy Michael Corleone. Entre claquetas, micrófonos y cámaras, miro a mi hijo Anthony con orgullo de padre herido. Y me juro que él será diferente, que podrá huir del terrible destino negro que persigue a esta familia de hermanos muertos.


Me duele esta realidad, sus horizontes tan cercanos e interiores. Porque mis personajes son reales y están más vivos dentro de mí que yo mismo. Tantas realidades que me han vaciado por dentro. Soy todos ellos, todos están en mí y me dominan. Respiro tres veces”


- Estoy preparado, Francis. Podemos empezar.


Francis se acopla el puro a la comisura de los labios. Se sienta en su silla, encorvado ante el monitor que sujeta en las manos. Mira a su ayudante. Todo está preparado.

- ¡¡Acción!!





Una canción para Anthony Corleone: Save me, de Queen

Un libro para Anthony Corleone: La cartuja de Parma, de Stendhal

Una película para Anthony Corleone: El filo de la navaja, de John Byrum

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35 Comments:

Blogger Unknown dijo...

"Me duele esta realidad, sus horizontes tan cercanos e interiores. Porque mis personajes son reales y están más vivos dentro de mí que yo mismo. Tantas realidades que me han vaciado por dentro. Soy todos ellos, todos están en mí y me dominan."
en este parrafo se ressume toda una filosofia existencialista del universo corleone....
grandes clasicos = grandes guiones
un abrazo

febrero 09, 2008 1:15 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

A veces se hacen cosas que no te permiten descansar en tu vida. Que te hacen incapaz de llevar esa carga. Es difícil ver sufrir tanto a alguien en una pantalla como aquí a Michael Corleone.

febrero 09, 2008 8:23 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Para que después vayan diciendo por ahí que los malos no tenemos sentimientos.
Un saludo.

febrero 09, 2008 10:18 a. m.  
Blogger Antígona dijo...

Ay, doctor Lagarto, yo no sé si Al Pacino pensaría en todas estas cosas antes de rodar esa escena, si tenía esa comprensión tan profunda y lúcida de su personaje que usted plantea, si trataba efectivamente de rebuscar entre sus propias emociones vividas algo que se pareciera a ese dolor ante el destino y ante la derrota de quien nada puede contra él, si fue capaz de sacar de dentro a un Michael Corleone herido y anticipadamente viejo que nunca había sido.

Pero uno ve la escena, ve cómo traga saliva en el momento en que suenan los primeros acordes de esa preciosa canción, cómo baja la cabeza con una mezcla de vergüenza y pudor, cómo mira tristemente en torno suyo y luego vuelve a recluirse en su tormento ocultándose tras las gafas oscuras, y no puede dejar de pensar que efectivamente todo eso debía de estar pasando por su cabeza cuando interpretaba.

Impresionante el contraste entre ese Michael vencido por el destino y el joven sonriente que baila el día de su boda. Y es que Coppola, más allá de la magnífica interpretación de Al Pacino, es un maestro para transmitir emociones. Y usted, doctor Lagarto, no le va a la zaga.

Me conmueve la idea de un actor dominado por sus personajes, vaciado para darles vida en su propia piel. Me conmueve esa capacidad de transformación que no teme revivir el dolor del que constantemente huimos. Me ha conmovido su texto, doctor Lagarto.

¡Un beso!

febrero 09, 2008 1:33 p. m.  
Blogger Angeles dijo...

Querido Lagarto, tienes la increíble habilidad de hacer que se me remuevan cosas por dentro, en ocasiones directamente en las tripas.

Esta vez me haces plantearme, si realmente somos lo que creemos ser, somos lo que creen los demás que somos, o solo con el tiempo y revisando lo vivido podremos hacernos una vaga idea de lo que una vez fuimos.

Esto me recuerda a mi amado Gabriel Garcia Marquez cundo dijo en “Vivir para contarla”

“La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y como la recuerda para contarla.”

Hoy me quedan pocos besos; es un día malo. Pero aun así, haré un gran esfuerzo y te mandare el más grande que he conseguido.

BESO GRANDE

febrero 09, 2008 5:03 p. m.  
Blogger Madame Vaudeville (Chus Álvarez) dijo...

Genial guión.
Me quedo con esta frase de la película: "Toda mi vida he estado luchando por no ser una marioneta movida por los hilos de los poderosos"
Besos cinéfilos.
Me encanta De Niro. Siempre

febrero 10, 2008 1:09 a. m.  
Blogger Sintagma in Blue dijo...

Qué majos son los mafiosos, ayss.

besos

febrero 10, 2008 3:06 p. m.  
Blogger Brisuón Çafrén dijo...

Cuando uno ve una película mil veces y no se cansa de verla, cuando uno ve una saga y cada detalle le demuestra lo bien hilvanada que está la historia, llega a la conclusión que el guión es la clave de todo. Los matices posteriores, los que hacen enorme la historia, son en muchos casos responsabilidad de un gran director o la genialidad de los actores.

En esta ocasión y con la trilogía de "Francis" se unieron todos los factores, naciendo de esta manera una de las más brillantes obras del cine.


A veces cuando leo sus post siento también, que lo trabajado de sus guiones y la genialidad de su realización los elevan a pequeñas obras te arte de este medio llamado, bien o mal, blogosfera.

febrero 10, 2008 3:21 p. m.  
Blogger Churra dijo...

Terrible llegar a viejo con tanto peso y un solo recuerdo de felicidad .(realmente uno no elige a su familia...mala suerte )
besos

febrero 10, 2008 6:40 p. m.  
Blogger Makiavelo dijo...

Al pacino y Francis Ford Coppola un buen coctel.

Saludos.

febrero 10, 2008 9:59 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Es una gran película, es verdad, pero a Tony Corleone yo no le daría ni los buenos días...

Un besito,

febrero 10, 2008 10:17 p. m.  
Blogger Tamaruca dijo...

A veces uno salta determinadas barreras que no debería haber saltado, cae hacia el lado inadecuado desde filo de la navaja y, a partir de ahí, todo da igual.

¿Sabes que me pusieron esa película en clase de filosofía de COU y todavía la recuerdo? Y créeme si te digo que pasaba las clases de filosofía jugando a los barcos. Esto fue una excepción.

Besetes.

febrero 11, 2008 7:05 a. m.  
Blogger atikus dijo...

Que peliculón porfavor, es que cada vez que veo la primera o la segunda parte en especial saco siempre algo nuevo, espectacular...simplemente. La tercera parte es una maravilla tambien, por cierto, un viaje de los imprescindibles es Sicilia, estupenda comida, estupenda gente y unos paisajes y sitios alucinantes, como Taormina o lugares y localizaciones de El padrino, como Corleone , claro.

febrero 11, 2008 1:45 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

No hay que olvidar que Al Pacino es un actor del "metodo". Maravillosa trilogía y magnífico actor ¿que más se puede pedir?.
Y el pobre Fredo...no le quedo más remedio que buscarse la vida por su cuenta,superado en valor e inteligencia por sus dos hermanos.
Digamos que Michael Corleone tuvo que sacrificar su alma por los pecados de otros.
Saludos

febrero 12, 2008 2:19 a. m.  
Blogger Mityu dijo...

A mí también me ha conmovido el texto. Al hombre que describe, la horrible realidad que no puede cambiar. Me retrotrae inmediatamente al post de hace unos días. El también debería cargar su lastre hasta que fuera liberado. Nunca es tarde.No acepto que sea tarde.
Las cadenas fueron hechas para apresar, pero no conozco ninguna eterna más que la que decidimos no arrancarnos. Antes cortarnos la pata, como cualquier animal que tiene la sabiduría de querer sobrevivir. Sí, instinto. Da igual.

Un saludo respetuoso

febrero 12, 2008 2:36 a. m.  
Blogger Miss.Burton dijo...

Un hombre atado a su pasado, pasado perfectamente cimentado sobre una personalidad que lo vuelve loco, sobre una fuerza que le hace cometer la mas horrible de las fechorías, un montón de sensaciones de secar el paladar, y darse una tregua, él se la daba, en aquella, su introspeccion...
Está bien mirar atrás, reconocerse en los errores, aprender de ellos, dolerse por ellos. Pero no hay que hacer de ello una penitencia eterna. Somos lo que somos. Pagamos el precio en la tierra, lo pagamos con intereses. No hay mal que deje libre a ningún preso. Todos somos presos de nuestra conciencia. Quizás deberíamos pasar un tiempo mirándonos adentro... y luego, recordándonos que el daño no proviene de fuera, que nosotros mismos lo capturamos con nuestras mentes emfermas ó no, necesitadas de emociones fuertes, ó no... Estamos diseñados para errar... pero luego ese diseño trae en todo su dimensión algo grande: la redención, la propia, el saber aprender de esos errores, hacernos mas grandes, dejar cosas atrás...
Todos llevamos algo de Corleones dentro... es sólo cuestión de medirlo, sopesarlo, y no darle tanta rienda suelta, las consecuencias suelen ser devastadoras, y ya ves que no hay vida suficiente para que los hechos no dejen de recordarnos las grandes cagadas que atesoramos con el tiempo.
Bonito post... me gusta lo de la introspección... es... eso, la vida desde el objetivo adecuado, aquel que va con filtro genuino, el de uno mismo. Sí, es subjetivo, pero en uno mismo, es la única verdad, objetiva siempre. Y al final, los que nos rendimos cuentas somos nosotros, no el público de allá fuera, que no lleva lo que cada uno portamos, lo que cada uno somos...
Un besazo, lagartijo, me ha encantado¡¡¡¡¡¡¡¡
Bestial la escena¡

febrero 12, 2008 11:07 p. m.  
Blogger BACCD dijo...

Joder, ahora que iba a ver el vídeo, y me dice el majo del You Tube que no está disponible...

Desde luego hay que poder meterse mucho en la piel de una persona para ser un buen actor. Y llevar el arte dentro. Que habrá gente que tenga mucha empatía, pero de ahí a saber representarlo y transmitirlo hay tres (o más) pueblos.

(Te digo por lo bajinis que te habría concedido un premio, pero cedo el honor a otra persona).

¡Un beso!

febrero 13, 2008 12:35 p. m.  
Blogger Soy ficción dijo...

Uff! Como me ha gustado este post, más que leerlo lo he bebido con ansiedad. Genial.

Deje algo para ti en mi blog :) Nos vemos.

febrero 13, 2008 1:44 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

...de lo mejor que el señor Francis nos ha brindado...

febrero 13, 2008 10:26 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Buf, he estado unos días en Barcelona por cosas de trabajo y ahora me encuentro aún más trabajo :P

febrero 13, 2008 10:30 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Extraño, el universo Corleone es muy shakespeariano, todo un clásico, ¡sí! ¿se nota que me gusta la peli? Un abrazo.

Carrascus, el dolor está muy interiorizado en Michael durante las dos primeras partes. Pero en la tercera ya estalla. La confesión es uno de los momentos más brutales de la historia del cine. No sabía si quedarme con esta escena de las gafas o con la confesión. Me pareció más visual esta al final. Un saludo!

febrero 13, 2008 10:34 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Capitán Luján, a veces no es tan sencillo separar a los buenos de los malos. De hecho Michael repite mucho a lo largo de las tres películas que todo lo que ha hecho ha sido para proteger a su familia. Hasta matar a su hermano es un acto de protección a su familia. Tremendo. Un saludo.

Bueno, doctora Antígona, no tengo la menor idea de lo que Al Pacino pensaba cuando rodaba esas escenas. Pero hay por ahí un documental sobre el make of de los Padrinos, y una de las cosas que más me gustan de él es ver a Francis Coppola hablar con sus actores de las emociones que estos personajes arrastraban. Es un gran documental, si conoce a alguien que lo tenga, ¡haga que se lo pasen! Y yo le transmito a usted las emociones que haga falta, doctora. Sólo tiene que silbar ;) Un beso.

febrero 13, 2008 10:34 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Petitapetitesa, no me leas después de comer entonces :P Yo creo que somos una mezcla de todo: lo que creemos ser, lo que creen los demás que somos, y, por supuesto, nuestros recuerdos vivos y mutantes, tan sensiblemente presentes como el café caliente de cada mañana. Muy interesante la frase de Gabo. Algo he leído últimamente en Cercas que me hará hacer un post sobre el peso de lo recordado. Gracias por tu enorme beso, otro mío para ti. Espero que hoy sea un día mejor!

Genial Madame, sí. pero lo más interesante de esa frase que pronuncia Michael en la tercera parte, es lo que viene después. Cuando se da cuenta de que la Iglesia, lo que creía su salvación moral y la limpieza del nombre de sus hijos, es muchísimo peor que la propia mafia. Tremenda película, sí. Bicos!

febrero 13, 2008 10:35 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Sintagma, son un poco complicados, pero están forrados de pasta. Si algún día conoces a alguno ¡no me lo presentes! :) tienes una ciudad preciosa, Sintagma. Aunque el tiempo era más frío que en Madrid, eh.

Brisuón, opino como tú: el guión es lo más importante. Pero que no me oigan mis amigos de la industria, que me capan :) Pero como bien dices, en esta peli se juntó todo. Y sobretodo la manera de contar historia de Coppola, que con una imagen (como ésta misma, es capaz de trasladar tus emociones y empatías mucho más allá que cualquier línea de diálogo. Eso es Arte. Gracias por tus palabras, me abruman pero me encantan :)

febrero 13, 2008 10:35 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Churra, y si descubre esa sensación perdida en la memoria es gracias a ese azar, a la selección de la canción por parte de su hijo, que no tiene ni idea de esa historia. A veces la vida es así, que te da la vuelta como un jersey con sólo el sabor de una magdalena. Besos!

Makiavelo, desde luego fue una combinación explosiva. Y Coppola tuvo que pelear mucho porque Michael fuere Al Pacino. Los productores se negaron en redondo, llegaron incluso a amenazar a Coppola con despedirle si no ponía en ese papel a ¡¡ Ryan O´Neal!! Acojonante. Y qué valor el de Coppola de aguantar y dejarnos así esa obra de arte. Saludos.

febrero 13, 2008 10:36 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Los pasos, pero si Tony Corleone es el bueno de la familia. Un simple músico que tuvo los huevos de decir “no” a su padre, lo que Michael nunca tuvo el valor de hacer (no pudo más bien). Eso sí, no te pega nada el Tony Corleone; demasiado conservador para ti :P Besos!

Tamaruca, es una gran novela de Somerset Mauham, pero me gustó mucho Bill Murria en esa película (me encanta Murria en general, creo que es uno de los mejores) A veces la búsqueda de uno mismo exige mandar a la mierda ese destino. Huir y, aunque no se encuentre nada, no volver a donde sabemos que no pertenecemos. Conozco alguna profesora de filosofía de COU que si te leyera se enfadaría, eh :) Besos!

febrero 13, 2008 10:37 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Sí, Atikus., siempre se saca algo. Siempre ocurre algo cuando la ves. Taormina es donde están rodados la mayoría de los exteriores de la tercera parte, aunque la Opera es la de Catania. Ay, que ganas de visitar esa isla, sí. ¿Nos organizamos entre varios un viaje?

Oli, casi todos los actores del Padrino son del método, sí. Duval, de Niro, Pacino, Caan, Cazale... eran unos críos cuando hicieron Aquello. De hecho, y a modo de coña, le dieron el papel de malo malísimo al mismísimo Lee Strasberg, el auténtico creador del “ método” californiano.

febrero 13, 2008 10:37 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Bueno, supongo que mis obsesiones son también limitadas, y que más de un post tiene que ver con otro. Me fascina la idea de la redención, del dolor interno y esas cosas, sí. Un saludo!

Tremends, pero es que la penitencia siempre es la que nos autoimponemos nosotros (católicos aparte) Y cuanto más responsables nos sentimos, más nos duele el alma. Eso es la conciencia, y no la moral católica de cuatro padrenuestros y a la calle, pienso. Y esa conciencia somos nosotros, sí. Lo expresas tú muy bien. ¡Estamos solos con nosotros mismos! Siempre. Besazos!

febrero 13, 2008 10:38 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Duschgel, a veces pasa eso con los youtubes. Pero normalmente con que reinicies la página, ya puedes verlo. Espero que te guste ;) Gracias por tus premios, Kusss!

Nausicaa, ahora me paso. Acabo de llegar de Brcelona y llego con el pantumaca-lag aún :) Gracias por beber aquí!

Elena, y eso ya es decir. Para mí Francis es uno de los mejores sin duda. O creo que La ley de la Calle, por ejemplo, tenga mucho que envidiar a algunas de las mejores películas de la historia.

febrero 13, 2008 10:38 p. m.  
Blogger Margot dijo...

Ummm esa maravillosa trilogía, esa evolución de los personajes y yo con ellos mientras comía palomitas engullendo las tres en una tarde. Varias veces a lo largo del tiempo.

Y la derrota en los ojos y su conciencia. No hubo salida para él, otros trazaron su camino y no se me ocurre peor encierro que ese: el de terminar aceptándolo siendo consciente.

Ummm los pelos como escarpias, señor Lagarto!!

Besote!

febrero 14, 2008 10:46 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

margot, pues eso sí es una buena sesión de palomitas. ¡A ver ese colesterol después! Sí, la conciencia plena y lúcida de la resposabilidad, eso define cada paso que da el personaje. Genial película. Besos, Margot!

febrero 14, 2008 5:45 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

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épico!
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febrero 15, 2008 12:30 p. m.  
Blogger Ana dijo...

Yo a Pacino se lo perdono todo.

Ya le quito las melancolías a base de tarantelas, no problemo.
Envíamelo!!

Me encanta esta trilogía, no sabría elegir una peli de las tres.

Un beso.

febrero 16, 2008 7:10 p. m.  
Blogger Coronel Kurtz dijo...

Vaya por delante que las tres películas de la saga de El padrino están muy arriba en entre mi top ten particular.
Una interpretación como la de Pacino en esta saga sólo se puede conseguir interiorizando al personaje como tan bien describes en este excelente post. Además era un actor del método, no lo olvidemos. El vídeo no se ve ya pero me da lo mismo porque me las sé de casi de memoria.
Un saludo

febrero 16, 2008 11:12 p. m.  
Blogger Coronel Kurtz dijo...

Donde digo era... quiero decir es... a pesar de los pesares... Me traicionó el subconsciente ;)

febrero 16, 2008 11:13 p. m.  

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