El río
Estamos en crisis económica, dicen. Los factores son muy diversos pero los más importantes son, sin duda, la demanda energética creciente de China e India y la pérdida de solvencia de algunos fondos hipotecarios americanos.
Pero en España se suma, además, el reajuste del sector inmobiliario ¡Horror! ¡Los precios de las viviendas bajan!
Pero ¿y cuáles son las consecuencias de que la oferta inmobiliaria supere a la demanda y, por tanto, los precios bajen, desde el punto de vista del mercado libre?
Uno. A igualdad de salarios, los que quieran acceder a su primera vivienda podrán hacerlo a precios más bajos. A éstos les viene bien, sin duda.
Dos. Los que han adquirido un piso para vivir en él (y no especular) verán que el valor de mercado del inmueble será más bajo. Si se quieren cambiar de casa, les pagarían menos. Pero también pagarían ellos menos por la nueva casa. Además, los impuestos por la plusvalía serían menores. A éstos les viene bien, sin duda.
Tres. Los millonarios que han decidido especular con la subida de precio de los pisos, comprándolos y dejándolos vacíos, para sacar rápidamente una buena tajada vendiendo mucho más caro... pues parece que éstos tendrán que conformarse con menores beneficios. A estos millonarios les fastidia la compra del nuevo modelo Rolex, sin duda.
Cuatro. ¡¡El robocop!! (lo siento, no he podido evitarlo. Ustedes sabrán perdonarme. Ya saben, la presión mediática y tal)
Ergo. Esta crisis sólo perjudica a los especuladores de bienes básicos protegidos contra cuya especulación se supone que nos defiende la propia Constitución (“Artículo 47. Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación.”)
Bien. Pues las inmobiliarias más capitalizadas de España (que por cierto son de las más capitalizadas del mundo, por encima de las británicas o las de los Estados Unidos ¿es esto normal?) han tenido la gran idea de pedir al Gobierno (es decir, a los impuestos de todos los españoles) que inyecte 40.000 millones de euros (esto es, el doble del superávit fiscal que tenemos) para evitar el ajuste “drástico” del sector. El Gobierno, con cara de flema, les ha dicho que no van a destinar fondos públicos a evitar el ajuste “natural” del sector. ¿Pero de qué van estas inmobiliarias?
El problema que tenemos no son las empresas constructoras, no. El problema, como siempre, son los empleados que despiden. Y sin llevarse un Rolex de recuerdo, siquiera. Las víctimas son los amantes de todas las Mary, que ven desvanecerse todos sus sueños en el aire mientras nadan en un río que cada vez está más seco.
“Yo vengo de un valle donde, tío, cuando eres joven te educan para que hagas exactamente lo mismo que hizo tu padre. Mary y yo nos conocimos en el instituto, cuando ella tenía sólo diecisiete años. Salíamos lejos, fuera del valle, y llegábamos hasta allí donde los campos se volvían verdes. Bajábamos hasta el río. Y en el río nos zambullíamos. Y junto al río hacíamos el amor.
Entonces dejé a Mary embarazada. Y, tío, eso fue todo lo que me escribió. Así que el día que cumplí los diecinueve me hice con un permiso de trabajo y un traje de boda. Fuimos al juzgado y el juez hizo el resto. No hubo sonrisas de boda, no hubo paseo hasta el altar. No tuvimos flores, no tuvimos vestido de novia. Aquella noche nos fuimos hasta el río. Y en el río nos zambullimos. Y junto al río hicimos el amor.
Conseguí un trabajo en la construcción, con la Johnstown Company. Pero últimamente no hay mucho trabajo por culpa de la economía. Ahora, todas esas cosas que nos parecían tan importantes, tío, se han desvanecido en el aire. Yo hago como que no me acuerdo, Mary hace como si no le importara.
Pero, tío, recuerdo cuando cogíamos el coche de mi hermano, recuerdo su cuerpo bronceado y mojado junto al lago. De noche me despertaba en aquella orilla y la abrazaba fuerte para sentir cada una de sus respiraciones. Ahora todos esos recuerdos vuelven para acosarme, me persiguen como una maldición. ¿Es un sueño una mentira si no se hace realidad o es algo aún peor lo que me lleva allí cada noche, aunque sé que el río ya se ha secado? Lo que me lleva al río esta noche. Al río donde hacíamos el amor.”
Una canción para las inmobiliarias: The River, de Bruce Springsteen
Una película para las inmobiliarias: Huevos de oro, de Bigas Luna
Un libro para las inmobiliarias: Todo un hombre, de Tom Wolfe
.
Pero en España se suma, además, el reajuste del sector inmobiliario ¡Horror! ¡Los precios de las viviendas bajan!
Pero ¿y cuáles son las consecuencias de que la oferta inmobiliaria supere a la demanda y, por tanto, los precios bajen, desde el punto de vista del mercado libre?
Uno. A igualdad de salarios, los que quieran acceder a su primera vivienda podrán hacerlo a precios más bajos. A éstos les viene bien, sin duda.
Dos. Los que han adquirido un piso para vivir en él (y no especular) verán que el valor de mercado del inmueble será más bajo. Si se quieren cambiar de casa, les pagarían menos. Pero también pagarían ellos menos por la nueva casa. Además, los impuestos por la plusvalía serían menores. A éstos les viene bien, sin duda.
Tres. Los millonarios que han decidido especular con la subida de precio de los pisos, comprándolos y dejándolos vacíos, para sacar rápidamente una buena tajada vendiendo mucho más caro... pues parece que éstos tendrán que conformarse con menores beneficios. A estos millonarios les fastidia la compra del nuevo modelo Rolex, sin duda.
Cuatro. ¡¡El robocop!! (lo siento, no he podido evitarlo. Ustedes sabrán perdonarme. Ya saben, la presión mediática y tal)
Ergo. Esta crisis sólo perjudica a los especuladores de bienes básicos protegidos contra cuya especulación se supone que nos defiende la propia Constitución (“Artículo 47. Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación.”)
Bien. Pues las inmobiliarias más capitalizadas de España (que por cierto son de las más capitalizadas del mundo, por encima de las británicas o las de los Estados Unidos ¿es esto normal?) han tenido la gran idea de pedir al Gobierno (es decir, a los impuestos de todos los españoles) que inyecte 40.000 millones de euros (esto es, el doble del superávit fiscal que tenemos) para evitar el ajuste “drástico” del sector. El Gobierno, con cara de flema, les ha dicho que no van a destinar fondos públicos a evitar el ajuste “natural” del sector. ¿Pero de qué van estas inmobiliarias?
El problema que tenemos no son las empresas constructoras, no. El problema, como siempre, son los empleados que despiden. Y sin llevarse un Rolex de recuerdo, siquiera. Las víctimas son los amantes de todas las Mary, que ven desvanecerse todos sus sueños en el aire mientras nadan en un río que cada vez está más seco.
“Yo vengo de un valle donde, tío, cuando eres joven te educan para que hagas exactamente lo mismo que hizo tu padre. Mary y yo nos conocimos en el instituto, cuando ella tenía sólo diecisiete años. Salíamos lejos, fuera del valle, y llegábamos hasta allí donde los campos se volvían verdes. Bajábamos hasta el río. Y en el río nos zambullíamos. Y junto al río hacíamos el amor.
Entonces dejé a Mary embarazada. Y, tío, eso fue todo lo que me escribió. Así que el día que cumplí los diecinueve me hice con un permiso de trabajo y un traje de boda. Fuimos al juzgado y el juez hizo el resto. No hubo sonrisas de boda, no hubo paseo hasta el altar. No tuvimos flores, no tuvimos vestido de novia. Aquella noche nos fuimos hasta el río. Y en el río nos zambullimos. Y junto al río hicimos el amor.
Conseguí un trabajo en la construcción, con la Johnstown Company. Pero últimamente no hay mucho trabajo por culpa de la economía. Ahora, todas esas cosas que nos parecían tan importantes, tío, se han desvanecido en el aire. Yo hago como que no me acuerdo, Mary hace como si no le importara.
Pero, tío, recuerdo cuando cogíamos el coche de mi hermano, recuerdo su cuerpo bronceado y mojado junto al lago. De noche me despertaba en aquella orilla y la abrazaba fuerte para sentir cada una de sus respiraciones. Ahora todos esos recuerdos vuelven para acosarme, me persiguen como una maldición. ¿Es un sueño una mentira si no se hace realidad o es algo aún peor lo que me lleva allí cada noche, aunque sé que el río ya se ha secado? Lo que me lleva al río esta noche. Al río donde hacíamos el amor.”
Una canción para las inmobiliarias: The River, de Bruce Springsteen
Una película para las inmobiliarias: Huevos de oro, de Bigas Luna
Un libro para las inmobiliarias: Todo un hombre, de Tom Wolfe
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31 Comments:
Hoy querido Lagarto hablas de un asunto que consigue sacar lo peor de mi misma, que me hace perder los papeles y me llena la boca de bilis.
Porque esos que no podrán comprarse el nuevo rolex, prácticamente han borrado mi infancia y mi adolescencia en unos pocos años.
Esos que nos llaman a la cara románticos obtusos y trasnochados, que solo queremos vivir del pasado y nos negamos a que el progreso avance, y cuando van a perpetrar un nuevo paso en su “cacareado progreso” se rodean de policías (porque el progreso es lo que tiene, ha de ser protegido por las fuerzas de seguridad).
Pasen y vean nuestra deslumbrante modernidad, donde antes había tierra ahora hay cemento, donde vivían los labradores y cultivaban la tierra como lo hicieron todos sus antepasados, ahora hay torres de lujo, con verjas y cancelas para preservar su intimidad,
Donde estaban las charcas llenas de ranas y peces, solo hay desechos y suciedad; porque pocos rolex se pueden comprar dotando las nuevas construcciones con depuradoras, zonas verdes, servicios sanitarios, educativos, sociales….
En menos de diez años la población donde vivo se ha duplicado por tres, y lo que queda, si el paron inmobiliario no lo remedia. Tenemos marinas de lujo, atraques para yates, copa de America, formula 1, y mil y una fantasías más. Pero no se ha creado ni una sola plaza escolar (publica por supuesto) ni un solo centro de día (municipal por supuesto) la biblioteca no tiene libros, si te pones enfermo te dan cita para un mes después (la seguridad social naturalmente), tiran a ancianos de sus casas donde han pasado toda su vida para hacer PAIS residenciales, expropiándoles en nombre del progreso y dándoles a cambio una miseria.
Es cierto que esta crisis la pagaran los de siempre, y lo lamento profundamente, pero lo insostenible, es eso, insostenible.
Por otra parte hay muchos de mis vecinos que están de acuerdo con este fantástico progreso, y que como te he dicho antes piensan que los que pensamos como yo, no tenemos visión de futuro, y se ríen, se ríen de nosotros y de nuestros recuerdos.
Es triste ver como existen personas que no pueden entender que recordemos con felicidad nuestra infancia, que lo que vivimos y recordamos de aquellos años sea tachado de tontería, que para ellos nuestros recuerdos sean más o menos producto de una experiencia “psicotrópica”; quizás piensen que no fuimos niños “normales”.
Me produce una tristeza infinita, pensar que existe gente incapaz de evocar el pasado sin una pizca de nostalgia, sin una minima sensación de perdida por lo ya desaparecido, que la visión del color verde no les trasporte a paraísos perdidos, que el color azul no les haga recordar tardes de verano de juegos y siestas. Que sean incapaces de añorar el caos, el descubrimiento y las sorpresas de la infancia.
Que al abrir una ventana y notar la brisa del mar, no lo imaginen virgen, enorme y hermoso.
Es por eso que yo añoro las tardes de primavera jugando a indios y a vaqueros, las escapadas en pandilla a recorrer caminos y sendas, imaginando conquistar nuevos continentes, teníamos todo el tiempo del mundo, no nos esperaban las clases de judo y de ingles después del colegio, ni el ultimo juego informático del momento en la nueva “play”, y nadie nos llamaba por el móvil para recordarnos cosas de poca importancia.
Nadie, nadie, podrá nunca quitarme esos recuerdos, ni desvirtuarlos, ni mancharlos con el raciocinio de gente que no sabe lo que es soñar, de alguien que nunca fue niño o no lo recuerda, que no llego a casa con las rodillas magulladas, satisfecho por sus heridas de guerra, convencido de ser un capitán de 15 años en busca de la ciudad encantada.
Nadie que pase esas vivencias y recuerdos por la licuadora de lo correcto, de lo previsible, del progreso, de la modernidad pero se olvide de los sentidos, de la imaginación, se olvide del “corazón”, podrá nunca quitarme “mis recuerdos”.
Y Hoy que ya no juego a indios y vaqueros, no me resigno a que mis hijos conozcan lo que es una vaca y una gallina por haberlas visto en la televisión, que crean que los cacahuetes crecen ya pelados dentro de unas bolsas de colores, que detrás de cada cosa que comemos, solo esta el cajero del supermercado, y me niego, a que piensen que sus padres siempre han sido señores con bigote, que nunca fueron niños.
Recuerdo unos párrafos del maravilloso libro de Manuel Vicent “Contra Paraíso”
“Después de una hora de viaje el carro de quico la Paula llego a la partida de la seyt junto a los marjales de Nules donde se criaba el arroz y allí había frutales entre acequias y grandes copas de sauces llorones que se elevaban sobre la llanura de las aguas estancadas y en las placas inmóviles de limo habían extasiado el vuelo las libélulas y el sol iluminaba como neutrones las nubes de mosquitos que daban vueltas alrededor de un núcleo invisible en el aire. Desde los carrizos de las sendas saltaban las ranas hacia las charcas y había sapos palpitando debajo de la verdolaga que te miraban fijamente con ojos vidriosos y todo estaba sumido en un silencio del cuaternario pero dentro de el sonaban voces de otras pandillas que habían comenzado a preparar también las paellas a la sombra de higueras lejanas.”………. “Yo veía los renacuajos en el fondo de las acequias estancadas que olían a limón podrido, me quedaba extasiado contemplando los triángulos que los insectos abrían en la superficie del agua dormida cuando navegaban sobre ellas y descubría en el fondo de los estanques las ranas inmóviles y abiertas de piernas y no muy lejos escuchaba las risa de las chicas que acompañaban al crepitar del fuego”
Te mando un beso de una romántica trasnochada
No soy un experto, más bien no tengo la menor idea en estos temas, pero me parece bien en principio que bajen los precios de los pisos, lo que no me parece bien es que tengamos crisis en la construcción, porque se quedan en paro un montón de gente...claro que esto en tremendamente simple no..a mi las inmobiliarias no son un enemigo siempre que respeten un codigo etico, supongo que eso es difícil..ya digo que no se nada, y supongo que se construye sin ton ni son; como lo de Marina Dór uno de los ataques al buen gusto mas bestiales y otras cosas peores (socialmente hablando o politicamente...no se), esperemos que la politica de la construcción mejore, en viviendas de alquiler sociales,,,etc
Es que es tremendo que esos señores anden pidiendo ayuda, han invertido en pisos como quien invierte en bolsa, no? pues la bolsa sube y baja.
Vamos que si la cosa seguía así, en un par de años habría que implantar el índice de hipotecas per cápita. Es absurdo.
Pertenezco a tu clase nº 1, o sea que me viene bien.
Pero no tengo en mente adquirir mi primera vivienda. Me da pavor, como si metiera la cabeza en una horca y a medida que pasan los años se ajustara un poco más la cuerda hasta quitarme el aire.
Vengo curada de espanto de mi país natal, y no me gusta sentirlo así, quisiera poder darle más chances al mundo.
Me encantaría tener mi propia casa, claro! Pero no pienso si mas adelante me arrepentiré o no. Me gusta decidir sobre mi vida y disfruto mucho de cada momento.
Un abrazo, querido Lagarto!
Aquí, el precio de las viviendas es imposible. No sé lo que haremos.
Te dije que gracias a vos me enamoré de Bruce Springsteen, ¿no?
Bueno, bueno, doctor Lagarto, ¡me encanta cuando se pone usted crítico!
Lo de estas inmobiliarias no tiene nombre. Bueno, sí, absoluta desvergüenza que podría rayar incluso en la psicopatía, si consideramos esta enfermedad como la incapacidad enfermiza de ponerse en la piel del otro. Porque creo que es lo que hay en el fondo de todos aquellos que han convertido su incremento de beneficios y el mantenimiento de su millonario tren de vida en único objetivo por encima de cualquier otro tipo de valoración relativa a la justicia social o al posible cumplimiento de ese derecho a la vivienda que recoge la Constitución y que hace usted muy bien en recordar aquí. Menos mal que el gobierno esta vez, con suma elegancia no exenta de ironía, eso sí, les ha dicho que su petición se la pueden meter por donde les quepa.
En efecto, lo ha señalado usted muy bien, las víctimas son los empleados que despiden. Nadie dice que no haya que tenerlas en cuenta. Pero esos 40.000 millones que piden las inmobiliarias o la cifra que sea son los que el Estado deberá, o debería al menos utilizar para pagar un paro digno a tales empleados, o para inversiones públicas por medio de las cuales poder recolocarlos. Para el cumplimiento de tales principios propios del estado del bienestar no hacen falta intermediarios, y mucho menos esa clase de intermediarios que pretenden verse favorecidos sólo para renovar su Rolex. Más aún cuando son tan obvias, para una gran mayoría, las ventajas que se derivan de la bajada del precio de la vivienda.
Hace poco me contaron que en Viena el precio del metro cuadrado en alquiler es de 5 euros, así como proporcional a ello en el caso de metro en compra-venta. ¡Viena!, una ciudad en la que tomarse un café cuesta entre 3 y 4 euros, e imagino entonces cuál debe ser entonces el salario medio del austríaco. Lo del precio de la vivienda en este país es de locos. Yo estoy pensando ya en mudarme a la ciudad de Freud, al menos allí tendré un techo bajo el que guarecerme.
Preciosa la letra de la canción de Springsteen. Ya la conocía pero nunca me había detenido lo suficientemente en ella. Me gusta cómo en ella es capaz de hablar de la derrota sin sentimentalismos baratos y apelando a la dignidad del recuerdo.
Por cierto, tengo a mitad ver un documental muy crítico sobre las multinacionales que estoy segura de que le interesaría. Se llama “La corporación” y en él hablan figuras del calibre de Noam Chomsky. Espero que lo pueda ver un día de estos.
¡Un beso, doctor Lagarto!
No pienso entrar a hablar del tema inmobiliario, que hoy estoy de buen humor.
SON UNOS CABRONES!!!!
Ejem...
Que me gusta la canción.
Y a los del Rolex, que les zurzan con bramante.
Un beso de árbol, Lagarto.
Bravo, bravo, bravisimo.
(Y no me refiero al robocop)
Es curioso, antes teníamos un problema, la situación ha cambiado pero el problema sigue allí, sólo ha cambiado de apellido, a quienes no entendemos nada que nos lo expliquen!!!!
Otra vez en el clavo amigo:
¿Es un sueño una mentira si no se hace realidad o es algo aún peor....
una luz de esperanza: Waiting on a sunny day
Tom wolf, otro grande, lástima que sea poco prolífico
Greetings from embolica que fa blog park
Ay, petita, no me pierda usted los papeles, que luego nos hacemos muchos líos. Pierda mejor el pudor, o así. El “cacareado progreso”, como las judías blancas o el acelerador de un coche, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Todo tiene esa dicotomía. Y ese progreso ha creado riqueza y bienestar social también, no podemos (ni debemos) negarlo. Quizás el problema lo tenemos en definir qué es “progreso”. Porque a mí no me parece “progresar” la creación de nuevas autopistas de peaje, por ejemplo.
Te veo muy melancólica hoy. Tienes unos recuerdos preciosos y esos no te los podrá quitar nadie ya. Es tu herencia, es tu vida. Yo no me crié bajo los cielos azules intensos mediterráneos precisamente, sino bajo los grises y helados de las faldas de Gredos. Allí también se “progresa” de la manera que denuncias, pero mucho, muchísimo más lentamente.
Besos!
Claro atikus. El paro es la consecuencia de las desaceleraciones económicas. Esa es la parte dura. Pero es que era evidente que no se podía crecer al 20% anual siempre... porque no hay suelo suficiente, y el precio de éste hace subir aún más el precio de la vivienda final sin que exista una demanda real (quiero decir no especulativa). Vamos, que era obvio que no se podía seguir así toda la vida. Los obreros que ahora quedan en el paro no lo pensaron. Pero sus constructores jefes sí lo sabían. Y por eso aprovecharon estos años para diversificar sus beneficios. Lo pagarán, como siempre, los trabajadores. El mercado de Rolex es mucho más estable que el de viviendas, no lo dudes.
No son malas las constructoras, claro que no. Como no son malos tiburones o los buitres. Lo malo es que no hemos reaccionado en su momento a la hipertrofia del sector y ahora vemos como la caída será dura. Suerte con el alquiler.
Esabelblog, eso es. Claro. Han invertido en viviendas como si invertieran en bolsa. Y, claro, no es lo mismo que suban o bajen las acciones de una empresa que cotiza en bolsas internacionales, y cuyos precios se ajustan a toda leche... que hacerlo con el suelo de un barrio de una ciudad. Creo que debería haber leyes que fomentaran la inversión en bolsa y castigaran la inversión en bienes inmuebles vacíos. Y que no desgravaran, como llegó a ocurir en España a mediados de los noventa (que creó empleo, sí.... pero inestable, precario y no consolidado, como se está viendo ahora)
Bueno, Melina, no es Argentina el paradigma de la estabilidad económica, no. Es curioso que uno de los países con más recursos del mundo entero no pueda estabilizar su estructura económica. La empresa que me paga tiene subsidiaria en Argentina, y algo he trabajado con ellos. Y, bueno, tengo mis propias teorías acerca de las causas de esos problemas. En cualquier caso, tienes razón en pensar en asa soga que representa la hipoteca. Cuntas menos cosas llevemos en el equipaje de la vida, más libres seremos. Eso sí, seguro. Un abrazo, querida poeta!
Arcángel, los precios son altísimos porque se especula con ellos. Nadie compra pan para tenerlo guardado en un cajón, con la idea de desabastecer los mercados y esperar a que el hambre haga subir el precio y entonces sacarlo. Pero sí se hace con otro bien de primera necesidad, como la vivienda. Debería castigarse esa manera de hacer dinero, pienso.
Es un placer para mí, Arcángel, compartir a Bruce contigo. Dentro de unas cuantas semanas volveré a verle tocar, en Madrid y en Barcelona. Qué ganas tengo.
Doctora Antígona, yo me pongo lo que haga falta; crítico, jersey o chaqueta. Todo me queda sexy. No sé si podemos trasladar antropomorfismos a las grandes empresas, como para hablar de psicopatologías. Se trata de entes que no tienen moral alguna, ni se les pide que la tengan. Su objetivo es hacer más dinero durante más tiempo. Y eso en principio no es malo, ya que crea empleo, riqueza, progreso, impuestos, etc... sólo que requiere mucha atención por parte de los consumidores y los estados, para vigilar todos sus efectos secundarios y cortarlos rápidamente (ecología, sanidad, derechos de los trabajores, etc, etc)
Yo también creo que la atención que debe proporcionar el Estado debe centrarse en los trabajadores. Pero también en las condiciones financieras de las empresas provedoras, que verán aumentar mucho sus impagados.... en fin, todo es muy complicado. Pero lo que sí estoy seguro que no es bueno es destinar los recursos públicos (mis impuestos y los de todo el quiera comprar una vivienda) a mantener artificalmente la subida desorbitada de los pisos.
Lo de Viena está muy, pero que muy bien. En Madrid cuesta entre tres y cuatro veces más. Resulta escandaloso, sin duda. Pero no se me mude alli, doctora. Que hace mucho frío y se come fatal.
Las letras de Bruce tienen algo que te deja clavado en el sitio. Ésta es sólo una más. Sobre este mismo tema hay varias (Promised Land, por ejemplo, con la que ayer mismo empezó el concierto en Dublín). La dignidad del “working class hero” es una constante en la carrera de Springsteen.
Un beso, doctora Antígona!
Árbol, menos mal que estás de buen humor y no entras al tema... que si llegas decir lo que piensas tiembla hasta la pantalla :P Es una canción muy emotiva, desde luego. Me alegro de que te guste. En cuanto al Rolex... en fin, yo nunca llevo reloj de ningún tipo. Si me quieres regalar alguno lo cambiaré por un montón de cervezas ;) Besos.
Brisuón, tampoco me parece peor lo del Robocop que cualquier cursilería al uso de ese rancio festival. Supongo que todas las provocaciones son bien recibidas. Gracias.
Sese, el problema siempre seguirá allí, con distintos disfraces. Esa frase de la canción de Bruce que mencionas (“is a dream a lie if it don't come true, or is it something worse
that sends me down to the river”) es el momento más impresionante, sin duda. Y sí, sin duda es algo peor lo que nos arrastra a agarrarnos a lo que ya no existe para hacer como que seguimos creyendo que estamos vivos. Tom Wolfe es un gran tipo también. Charlie Crocker, el contructor estoico de su novela, es uno de los personajes mejor creados en la literatura norteamericana de los últimos años, para mí. Saludos desde a oscuridad del borde de la ciudad!
los precios bajan??
hombre he oido algun caso en algunso barrios de algunas ciudades...
pero...
han bajado...
la vivienda es un bien de larga duracion, los especuladores, lo tendran sencillo.
esperar a que se termine la tormenta y volver a elevar los precios.
yo de momento he visto mas bien noticias de que suben menos.. no de que bajen.
de hecho el mes pasado salio una notica diciendo que los precios d elos pisos suben.... pero menos...
osea que NO bajen.
conclusion... mas paro, menos inversion publica(el gobierno no puede recuadar tanto y encima tiene que dar mas subsidios de desempleo) y encima el precio de la vivienda continuan subiendo (bueno vale.. sube menos... pero sube que total, para caros que estan, ya seria dificil que subieran mas ).
http://www.lavanguardia.es/lv24h/20080418/53455922414.html
PD aviseme si los precios de la vivienda bajan...
Pues sí, se espera que bajen en los mercados más relevantes del sector. El artículo al que te remito es más moderno que el que me recomiendas tú y hace referencia a la tendencia de 2008 y no a los datos históricos de 2007 (http://www.elmundo.es/elmundo/2008/05/16/suvivienda/1210935183.html). De todas maneras, no se trata de un fenómeno extraño e insólito. Pasó lo mismo en Inglaterra en los setenta y en Japón a finales de los ochenta. Lo del caso japonés fue mucho más grave, ya que la cosa se cargó, literalmente, la relevancia económica que que un día llegó a alcanzar Japón en el mundo y el Nikkei ya nunca volvió a tener la referencia internacional de antes. Claro que es posible que no todos los especuladores inmobiliarios sepan mucho de historia de la economía y no hayan leído mucho más allá del Marca. Allá ellos.
Quedas avisado/a :)
Dicen que bajan los precios de la vivienda, cuando en realidad lo único que sucede (al menos en las grandes urbes) es que no suben vertiginosamente y siguen siendo inaccesibles para el común de los mortales, y luego nos vienen con el cuento de las inmobiliarias...
Con lo bonito que es bañarse en el río (como muy bien dices mi querido lagarto).
Un abrazo desrolexado.
Sinvergonzonería se llama, desfachatez moral, también... hideputas los llamo yo, cuestión de gradación moral.
Esa crísis, la de fuera y la dentro, viene marcada por la especulación. Y señor mío olvidó mencionar usted a la banca, cómplices del meollo inmobiliario, y por supuesto al Estado, que como mucho levantó cejas y no reguló el mercado permitiendo que uno y otros se enriquecieran; por no hablar de la implicación política en la mayor parte de las barbaridades ilegales que este hecho generó. No existe una política de vivienda real, se permiten todo tipo de tropelías y conviene mantener a una población sujetada por los huevos hipotecarios. Por no hablar de mi vecino, del suyo, de mi primo, del de aquel, que en estos años se frotaron las manos pensando y creyéndose el engaño de que tener un piso era tener un tesoro... la venta privada, sin intemediarios, también ha hecho lo suyo. Desconoce los chanchullos de la vivienda de protección oficial?
En fin, señor mío, vivimos en un país de nuevos ricos y lo conseguimos a golpe de pelotazo inmobiliario... abomino del mundo de la construcción y son los primeros culpables, por supuesto, pero no los únicos.
En cualquier caso las víctimas serán las de siempre, las que se compraban los relojes en el todo a cien. No los del Rolex pero tampoco los del Swatch. Aquellos que sólo tienen un río, ajá.
Así que dentro de unos años, un año? todo seguirá igual, la moral desaparecida en combate que ese es el auténtico problema, la concepción del "todo vale" y el prestigio del canalla como ascenso social.
Un besote!
Es que ya no hay que "lavar" pesetas negras en euros.
perreaaa, perreaaa
Pedazo de BLOG, compañero!!!!
Alturas intelectuales para bajura económicas...
El crusaito! ups se me escapó a mi también
Wow, una entrada fantastico chico. Me temo q como mi pan depende de los ladrillos directamente soy una de esas que suspiran ante un río q se seca por momentos.
Q le vamos a hacer, a buscarse el pan en otras orillas no?
Un beso.
Bueno, Isa, no creo que esta crisis baje los precios de las viviendas demasiado. El problema siempre estará allí. Yo me conformo con que no privaticen los ríos. O, al menos ¡pillar acciones! :P un abrazo.
Ay, Margot, no se me excite aquí así, mujer. Aunque bien pensado, el diccionario está para algo, sí. y eso de hideputa tiene grandes implicaciones literarias. Siendo justos, no toda la crisis internacional proviene de la especulación. El crecimiento económico de China hace que se demande allí más energía y materias primas. También tienen derecho a salir de la miseria ¿no crees?
De todas maneras, Margot, el prestigio social lo entregamos nosotros. Quizás no podemos evitar las grandes especulaciones de unos cuantos, pero sí podemos elegir a nuestros héroes, educar a nuestros hijos, elegir a nuestros amigos. We got the power, hermana. Besos.
Sintagma, eso del dinero negro influyó mucho, desde luego. Y, mientras, los responsables de la política económica de este país aquellos años miraban para otro lado y encogían los hombros porque, al fin y al cabo, se creaba empleo. Un empleo que ahora se ha demostrado inestable y precario. Estaba claro.
Gracias, Eduardo. Espero que te guste pasarte por aquí. En cuanto a la altura intelectual, depende del día.
The Sea, the sky, the dust... si es que nos tienen lobotomizados ¿verdad? Gracias por pasarte por aquí. He visto tus otros cometarios, más abajo. Ya verás, si vienes más por aquí, que el cine de Huston es uno de los dioses que aquí se veneran. En cuanto a Napoleón, bueno.... mientras Hitler traía fascismo a Europa, Napoleón traía libertad, igualdad y fraternidad. Pero es cierto que la metodología de la balloneta nunca es la más efectiva. Desde luego. Un saludo.
Nausicaa, espero que todo tienda a la normalidad pronto y que no te afecte personalmente. No sé por qué, pero me da el pálpito de que los dueños de la empresa para la que trabajas no tendrán la misma angustia. Pero el río es nuestro, y no de ellos. Nosotros somos los ricos. Un beso.
Joer, qué tontería, si cambias el reloj por cerveza, te ahorro el esfuerzo y te invito a una cogorcita verborreica, y aquí paz y después gloria!!
Un besooo (arbóreo, of course)
Voy a quedarme con esa pedazocanción que resume perfectamente todo tu post, hay algo en el camino, que se nos escapa, algo que se hizo mal, de generación en generación, estamos en analizar esos errores del pasado, no cargar con convencionalidades obsoletas, y mirar el día a día, como aquel río donde el cuerpo de Mary lucía perfecto...
Respecto a lo de las inmobiliarias, sello mi boca para no herir sensibilidades ajenas, me parecen una mafia. Pero la culpa no es directamente de ellos, viene del sistema, del cual se aprovechan para lucrarse mas si cabe.
Lo de perreaperrea, haré que no lo escuché aquí... porque, joderrrrrrr, el festival me parece patético, y como broma está muy bien llevar al jachondo ese, que no me cae mal, pero coño... mumal, joder, experimentos en laboratorios, y punto.
Un besazo de esos lascivos, te lo has ganado a pulso, con esa canción... la llevo en un cd en el coche, me trae muchos recuerdos, la solía escuchar a mis 16, con los amigos, al acabar la noche, el bar cerrado, y nosotros dentro... divina juventud...
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