Vértigo
Decía Milan Kundera que el vértigo no es el miedo a caer desde la altura. El vértigo es el deseo de dejarnos caer que nos entra cuando estamos en esa altura. El deseo suicida que nos entra, el impulso terrible que nos habla desde dentro y nos dice “Venga, hazlo ahora. Salta”.
Ese pensamiento dura apenas un segundo, luego lo controlamos. Pero el recuerdo de haber tenido ese deseo es lo que nos marea, lo que nos hace temblar las piernas. Un recuerdo plenamente consciente y lúcido de ese lado oscuro que todos llevamos dentro.
Como decía el poeta inglés Coleridge, una visión para ser soñada, no contada.
En la película Remando al viento, de Gonzalo Suárez, Byron y Shelley llegan hasta el tenebroso castillo de Chillon, junto al lago sobre cuyas aguas reman. Y hablan.
SHELLEY: Es sólo un castillo. El horror está en los hombres que hicieron de él un símbolo de la opresión del hombre por el hombre.
BYRON: ¿Crees de verdad que el Horror lo inventaron los hombres? Yo creo más bien que los hombres son una horrible invención. ¿Qué existía antes de que ellos existieran? ¡El Horror! ¿Qué existirá cuando ellos ya no existan? ¡El Horror! Créeme, querido Shelley, el Horror es la única realidad que sustenta nuestra existencia.
Quizás Byron se pasó un poco, al fin y al cabo era un hombre muy exhibicionista y provocador. Pero Freud consideraba que todos llevamos dentro dos instintos; Eros y Tánatos. La pulsión de la vida y la pulsión de destrucción. Y es imposible separar uno del otro. No podemos amar sin miedo, ni odiar sin deseo de vivir. Marcuse después desarrollaría toda una teoría sobre cómo la sociedad ha podido dominarnos y eliminarnos como individuos proporcionándonos las vías de exteriorizar nuestro Tánatos.
Pero lo mío es aún peor. Llevo dos móviles en el bolsillo, uno de ellos una blackberry. A veces la miro con extrañeza, sin saber bien quién pertenece a quién, mientras susurro, como Brando en Apocalipsis Now, “el horror.... el horrooooor”
Deberíamos estar todos aún más locos de lo que estamos. O quizás lo estamos ya, y sólo falta que lo anuncien los informativos.
Una película para los que tienen vértigo: Apocalipsis Now, de Francis Ford Coppola
Una canción para los que tienen vértigo: la canción de las montañas albanesas, de Lord Byron
Un libro para los que tienen vértigo: Nocilla Experience, de Agustín Fernández Mallo
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Ese pensamiento dura apenas un segundo, luego lo controlamos. Pero el recuerdo de haber tenido ese deseo es lo que nos marea, lo que nos hace temblar las piernas. Un recuerdo plenamente consciente y lúcido de ese lado oscuro que todos llevamos dentro.
Como decía el poeta inglés Coleridge, una visión para ser soñada, no contada.
En la película Remando al viento, de Gonzalo Suárez, Byron y Shelley llegan hasta el tenebroso castillo de Chillon, junto al lago sobre cuyas aguas reman. Y hablan.
SHELLEY: Es sólo un castillo. El horror está en los hombres que hicieron de él un símbolo de la opresión del hombre por el hombre.
BYRON: ¿Crees de verdad que el Horror lo inventaron los hombres? Yo creo más bien que los hombres son una horrible invención. ¿Qué existía antes de que ellos existieran? ¡El Horror! ¿Qué existirá cuando ellos ya no existan? ¡El Horror! Créeme, querido Shelley, el Horror es la única realidad que sustenta nuestra existencia.
Quizás Byron se pasó un poco, al fin y al cabo era un hombre muy exhibicionista y provocador. Pero Freud consideraba que todos llevamos dentro dos instintos; Eros y Tánatos. La pulsión de la vida y la pulsión de destrucción. Y es imposible separar uno del otro. No podemos amar sin miedo, ni odiar sin deseo de vivir. Marcuse después desarrollaría toda una teoría sobre cómo la sociedad ha podido dominarnos y eliminarnos como individuos proporcionándonos las vías de exteriorizar nuestro Tánatos.
Pero lo mío es aún peor. Llevo dos móviles en el bolsillo, uno de ellos una blackberry. A veces la miro con extrañeza, sin saber bien quién pertenece a quién, mientras susurro, como Brando en Apocalipsis Now, “el horror.... el horrooooor”
Deberíamos estar todos aún más locos de lo que estamos. O quizás lo estamos ya, y sólo falta que lo anuncien los informativos.
Una película para los que tienen vértigo: Apocalipsis Now, de Francis Ford Coppola
Una canción para los que tienen vértigo: la canción de las montañas albanesas, de Lord Byron
Un libro para los que tienen vértigo: Nocilla Experience, de Agustín Fernández Mallo
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40 Comments:
Ando yo pensando como era mi vida antes de tener móvil .No es por hacer arqueologia , pero no hace tantos años que existe internet, y el correo electrónico .¿Como era todo antes de Gran Hermano?.Y antes de Google?.
Te has preguntado qué comeremos dentro de unos años cuando tengamos unas enormes reservas de biodiesel?
Horror , y vértigo ... dices...?.
Ufff! dejate la blackberry en el bolsillo del pantalón y méte el pantalón en el tambor de la lavadora.Claro que para enchufarla tendríamos que empezar a plantearnos la cuestión de la energia nuclear.
También podemos entonar el "Take me to the river" y fluir y dejar que el futuro nos alcance.
Huy! te acuerdas de las galletitas Soylent Green?.
Arqueologia ...ya te digo..
Yo en vez de móviles llevo Moleskines. En una escribo lo que mi particular vértigo nunca me dejará publicar, en la otra lo que nunca publicaré ya que al leerlo también pienso "el horror.... el horroooor".
Personalmente creo que no estamos tan locos como usted sugiere.
Aún.
Si lo estuviéramos, Piqueras ya nos habría sacado en su triste informativo.
Es una sensación fortísima. Yo, al quinto escalón, ya estoy malita, pero es una extraña y fugacísima fascinación, no sabría explicarlo.
Considero los parques de atracciones una extensión de las torturas inquisitoriales, no te digo más.
Horror? Sólo con leer las portadas de los periódicos de la morning ya lo tienes en los morros.
En fin...
Un beso de árbol, y tal.
Creo q el vertigo es el resultado de sentirnos insignificantes,el horror al ver con que poco dejariamos de existir.
La vida esta repleta de horror, el mayor de ellos el de perderla.
El horror no es uno, grande y libre, como la patria de antaño. Ni por suerte, ni por desgracia. Simplemente ha de competir con muchas más características que nos configura como humanos. No pienso en darle una primacía que no tiene, más que en momentos concretos.
Sí, yo he experimentado esa especie de fascinación por tirarme desde lo alto de un campanario que he visitado, como si el ángel fuera a rescatarme, como si la naturaleza mágica fuera a manifestarse y hacer brotar dos alas en mí, o como si fuera a estrellarme contra el suelo y conocer la otra parte.
Me viene a la memoria la escena final de Alemania, año cero. ¿De veras el horror tiene tanta fuerza? Sin duda, pero no la fuerza del instante. Hay larvas profundas en ese deseo.
Claro que... no son más que pensamientos, que vienen y van.
Se ruega un post que contradiga a este último tuyo. Te reto a ello, Nosurrender.
Un abrazo
A mí me dan vértigo hasta los escalones chiquitos, así que imagino a ese tal Tánatos acoplado a mi médula, con cara de sádico y disfrutando de lo lindo con mis vahidos... joer, qué mal rollo, Lagarto!!
Ummm más chula esa película, por mucho que González Suárez tenga fama ( y a veces acertada) de pedante y rebuscado.
Y no sé, yo en los bolsillos suelo llevar calderilla, es el acuerdo al que llegué con esta vida tan puta: cuando ella me agobia lo justo yo le pago con moneda en curso y legal. Pero me sucede lo que a ti, no sé quién pertenece a quién.
Besos frenopáticos.
Una vez, hace ya algunos años, le pregunté a un conocido común cómo podía ser que un escalador experimentado pudiera saber lo que era el vértigo. Me contestó que no se producía vértigo cuando vas escalando el abismo, atado y sujeto. Que el vértigo te ataca cuando te asomas al abismo de repente y sin protección, que nadie está libre de sentir algo así. Bueno, no viene mucho a cuento pero siempre me acuerdo de eso cuando leo sobre el vértigo.
Aquí en realidad de lo que se habla es de la fascinación de lo horrendo. Por qué nos quedamos prendados de algo que nos provoca una sensación de rechazo profunda e intensa, como tu Blackberry. Una amiga mía no puede soportar que llegue al bar donde estamos un chico que lleva las cejas exquisitamente depiladas (mucho mejor que nosotras mil veces): no soporta sus cejas pero no puede dejar de mirarlas, fascinada.
Es, la doctora Antígona seguramente sabe más de esto (y tú también, fijo), la sensación de lo sublime, en alguna de sus acepciones, tengo una idea difusa. Algo sobre la sensación que produce observar algo malo, que puede causarte dolor o destruirte. En fin, lagarto. Lo que eres capaz de sacar de una blackberry sí que es sublime, tío.
uy!, pensaba todo el rato en los pegamoides mientras leía el post; Vertigo, cuando te acercas a mi, siento, vertigo...Terror en el hipermercado Horror en el ultramarinos...en fin esto realmente no me da Pánico sino el festival de Eurovision, OT, etc...puff
Totalmentde de acuerdo con la definicion de vertigo de Milan Kundera. Con Byron no tanto, el horror son Algunos Humanos.
Y el Nocilla Experience en cola esperando acabar con el Mal de Montano que el Nocilla Dream ha sido mi última gran sorpresa.
También yo estoy totalmente de acuerdo con la descripción de Kundera del vértigo, doctor Lagarto. Precisamente porque así lo he sentido cada vez que lo he sufrido. A mí me gusta llamarlo la tentación del abismo. Porque los abismos tientan, vaya que sí. Y el deseo de lanzarnos al vacío nos acomete con fuerza cuando éste se nos ofrece tan al alcance de la mano poniéndonos en contacto con aquellos aspectos más oscuros y siniestros de nosotros mismos. Aún me recuerdo temblando como una hoja subida una madrugada a un tejado, para risa y sorpresa de mis compañeros de juerga, y la extraña sensación de no poder dominar el temblor por más que lo intentara. ¡Y no me definiría precisamente como una persona con tendencias suicidas!
Tiene razón al decir que Byron, en esa genial escena de la película de Gonzalo Suárez, exagera un tanto. Pero no es menos cierto que, sin ser el horror la única realidad que sustenta nuestra existencia, es sin embargo un componente fundamental sin el cual no podríamos entendernos en aquello que somos. Así lo vio tardía pero muy lúcidamente el señor Freud, como usted muy bien señala, al reconocer la existencia, junto al principio de placer, de una pulsión de muerte tan elemental y constitutiva de nuestra naturaleza como aquél. No de otra manera se dejaba comprender, a su juicio, el horror que supuso la primera guerra mundial en la Europa civilizada y orgullosa de sus progresos morales. En cuanto a Marcuse, espero que algún día desarrolle en un post eso que apunta sobre su interpretación del Thanatos y que suena tan interesante.
La escena que ha puesto de Apocalypse Now es para mí la escena clave de toda la película, la que siempre recuerdo cuando pienso en ella, porque es la que realmente desvela quién es el Coronel Kurtz y qué busca con su nueva existencia, para el ejército sólo producto de una manifiesta locura. Pero Kurtz no está loco. Sólo ha concluido que la única vía para que el horror no nos domine ni nos paralice es que seamos capaces de dominarlo a él, que nos habituemos a su presencia, la provoquemos incluso, para hacer de él un aliado. De ahí su voluntad de enfrentarse al horror último que es la muerte a manos de Willard. Un planteamiento tan inteligente, por una parte, como difícil de asumir por otra, y que hace por ello de Kurtz un personaje tan fascinante.
Ah, y con respecto a la sensación de lo sublime que mencionas, K, no es que sepa yo mucho sobre el tema pero sí creo que es por ahí por donde van los tiros. Al menos, siempre me ha parecido muy acertado ese verso de Rilke que dice que “lo bello no es nada más que el comienzo de lo terrible”.
Disculpe nuevamente tanto rollo, doctor Lagarto, ¡pero es que su post lo merecía!
¡Un beso!
Ese abismo que nos llama a veces está en nosotros mismos...
La atracción del abismo.Saltar siempre me ha parecido una de las formas mas poeticas de suicidio y una de las peores formas de morir involuntariamente.
Se vence el horror sumergiendose en él?Yo llevo un movil y un cuaderno y no se cual de los dos me da mas miedo. Lo suyo señor lagarto mas que horror es vicio...
Un beso
Ante todo te digo que ánimo. Pero es verdad, últimamente se me hace imprescidible o tener el móvil abierto o internet para mirar constantemente la bandeja del correo. Las dos cosas a la vez todavía no se ha dado el caso y espero que siga así por el bien de mi tendencia a la impaciencia...
Besazos!!
Por cierto, me encanta el principio del post. La definición queda Kundera es perfecta.
Besazos!!
Mk, desde luego, no sé a quien se le ocurrió la ecológica idea de dar de comer también a los coches. Que empiezan por el maíz y terminan pidiendo calamares a la romana. No creo qu el mundo esté para biocombustibles, la verdad. Yo, desde luego, no pienso comerme la blackberry. Al menos, no sin salsa ali oli. Creo que no conozco las galletitas Soylent Green. En Ávila, en los años setenta del siglo pasado, no había esas cosas tan interesantes. Nos conformábamos con campurrianas caseras :)
Brisuón, quizás la pregunta debería ser ¿existe algún hombre completamente cuerdo, o es un mito? Sería interesante conocerle. Saber qué desayuna por las mañanas, qué pie calza… supomgo que las moleskines modernas tienen pantalla y teclado, en lugar de pastas negras y una goma.
Árbol, el vértigo ns paraliza, nos domina, sí. Como el miedo, o el horror que menciona Brando en la secuencia que he puesto. Es parte de nosotros mismos, de nuestra dualidad freudiana constructivo/destructiva. Lo único que podemos hacer es hacernos amigos de él, admitirlo en nuestro consciente y convivir con él. Supongo. Y, desde luego, las portadas de los periódicos son insaciables en la busca y captura de horrores. Aún estoy conmocionado de que el gobierno de Birmania no acepte la ayuda humanitaria por carecer de visas.
Algo así, Nausicaa. Pero, más que la conciencia de la insignificancia, yo creo que es la conciencia de la facilidad, del poder tan aboluto y sencillo que tenemos para acabar con todo: sólo soltar una mano, echarse un poco hacia delante. Tan sencillo como pestañear, tan voluntario como consciente.
Desde luego, Mityu. No estoy de acuerdo con Lord Byron. El Horror existe, es inevitable. Pero no es la única fuerza, ni mucho menos. Yo creo en el Amor, en la voluntad de vivir, en la belleza, en la confianza, en una buena tortilla de patatas. Pero creo que el señor Sigmund tenía razón y que no podemos negar que existe dentro de nosotros una pulsión destructiva. Intentaré aceptar tu reto, pero no prometo nada ;) Un abrazo.
Ay, Margot, no seré yo quien te diga quién debe acoplarse contigo o no :P Pero tanto Eros como Tánatos tienen su atractivo, atávico y sustancial. Tan fuerte el uno como el otro en el principio de placer. Gonzalo Suárez es un poeta, y ésta es una de sus mejores películas. Me alegro de que, esta vez, coincidamos. Besos duales!
Supongo, K, que cuando escalamos sujetos y atados nos alejamos más de la tentación porque la resolución no serái tan inminete. Quiero decir, no estamos a un parpadeo de dejarnos caer, no sería una decisión única y sencilla. Primero deberíamos soltarnos, quitar los arneses, etc. Escapamos así al instante de lucidez del horror.
Y tienes razón; la fascinación es previa a lo moral. Y el horror, lo feo, el dolor, llegan incluso a ser fetiches eróticos. No tengo ninguna tendencia sadomasoquista, nunca la he tenido. Pero entiendo que es un elemento sexual en un importante gurpo de gente, desde los tiempos más pretéritos. Eros y Tánatos se mezclan y se diluyen, a veces, con concupiscencia. Quizás, algún día, tu amiga acabe en la cama con el chico de las cejas ;) Tampoco hay que llegar al campo de lo sexual para encontrar la fascinación por la destrucción, que se lo pregunten a la casta mujer de Lot si no. Seguro que la doctora Antígona tiene algo interesante que decir sobre la sensación de lo sublime, en cualquier caso. Gracias por el comentario, se lo diré a la blackberry, para que se anime :)
Atikus, la verdad es que en la música de Alaska y los distintos grupos que ha formado sí que hay esa fascinación por el mal. Me encanta esa canción de las flores ensangrentadas. Pero has dado en el clavo con eso de OT y Eurovisión. Tengo que confesar que algo he visto, alguna vez… con esa completa y conscuente sensación de lo terrible. Me entra como un cosquilleo de placer cuando escucho algo tan espantoso y tan desafinado :)
Esadelblog, el Mal de Montano es un gran libro. Uno de los mejores de las últimas décadas, sin duda. Espero que te esté gustando esa extraña historia que nunca sabes si está pasando o no. Nocilla Experience no sorprende tanto como Nocilla Dream. Obviamente, cuando vas a por el segundo, ya conoces el estilo caótico, de colás imposible del primero. Pero tiene imágenes muy impactantes en todos los escenarios/personajes que colecciona. Ya me dirás qué te ha parecido, cuando lo leas.
Los abismos tientan, sí. Lo expresa usted muy bien, doctora Antígona. Quizás sentimos que tenemos la necesidad de conocer ese Yo que se nos oculta. Quizás lo buscamos porque sabemos que no podemos huir de él, que siempre estará ahí, esperándonos. Pero la próxima vez que las cosas de la madrugada le lleven a la cima de un árbol, avíseme y subiré con usted. Nos reiremos de los que quedan abajo.
En cuanto a las causas de la primera guerra mundial, me parece muy bien lo que dice Her Sigmund, pero me temo que el juego de la política hizo principios de cuestiones menos básicas, en cualquier caso. Marcuse, precisamente, utiliza esa teoría de Freud para llevarla al campo de lo social, para salir del Ello interno y socializarlo. Marcuse pensaba que el Sistema se asienta sobre ese Tánatos que a todos nos encanta externalizar para creer que no lo mantenemos dentro. Es algo complejo, algún día hablaré aquí del bueno de Marcuse.
Estoy de acuerdo con usted, esa escena de Apocalipsis Now es de las más brutales que se han rodado en cine. El texto, la interpretación, la luz… todo es una genialidad. No creo que nadie que lo haya visto haya podido olvidarlo. Efectivamente, Kurtz va a dejar a Willard que le mate, pero no creo que sea por el “placer” de enfrentarse a ese último horror, sino, más bien, porque una vez que ha adquirido la completa lucidez de comprender el Horror, ya no queda nada más por hacer.
Me encantan sus rollos, Antígona. Un beso!
¿Sólo a veces, Sintagma? No sé, no creo que busquemos nunca nada que no sea a nosotros mismos.
Churra, no tengo tendencias suicidas, pero siempre he pensado que sería lo más sencillo y lo más horrible a la vez. En la caída tiene que dar tiempo a sentir cosas que no quiero ni imaginar. A mí me daría más miedo el teléfono que el cuaderno. Los cuadernos no ofrecen reuniones de antiguos alumnos, ni reclaman informes a primera hora de la mañana. Son más pacíficos, aunque tengan más mala leche :) Un beso.
Vir, dicen los expertos en publicidad que vivimos en la era del “multitask”. Esto es, que utilizamos varias vías de información a la vez, que quien ve la tele tiene el msm encendido, o que mientras escuchas la radio buscan en la red la noticia que te estñan contando… dicen que es algo propio de la nueva sociedad de la información. Pero mienten. En el siglo pasado mucha gente ya veía los partidos de la tele con el espantoso sonido frenopático de la radio. Sobre Kundera, poco se me quedó de aquella Levedad del ser. Pero siempre recordé esa idea. Besazos.
En Lérida , que yo recuerde y afortunadamente , tampoco tuvimos que comernos las galletitas Soylent Green.
Recuerdo eso sí , las cajas de Galletas Birba , que siguen produciéndose en este siglo y que te recomiendo .
Envidio esas campurrianas...
http://es.wikipedia.org/wiki/Cuando_el_destino_nos_alcance
Todos estamos más locos de lo que pensamos. Los que salen en el telediario es por afán de protagonismo. Las mayores barbaridades tienen lugar por afán de protagonismo.
El horror, el verdadero horror, es no tener moral ni consideración al juicio, ni a las consecuencias de nuestros actos.
El vértigo está en saber que una delgada línea roja, nos puede convertir, si la trapasamos en otra persona, de la que tal vez, una vez traspasada esa línea, no podamos volver atrás y tengamos que acarrear el resto de la vida, con lo insoportable.
Tal vez, ceder al vértigo sea encadenarnos para siempre a las más viles y bajas pasiones...
Saludos:)
Buena frase de Kundera, sí señor, la desconocía.
Creo en el Amor. Sí, creo. Y no estoy de acuerdo con Byron en absoluto.
Besos, lagartillo, y perdón por mis ausencias, que el trabajo me atrapa sin descanso. MUA!
Tengo vértigo desde alturas absurdas.
Antígona me ha quitado las palabras de la boca: "atracción a los abismos". Qué aburrida sería la vida sin ese oscuro abismo acechando, aunque sea para poner todo el empeño en evitarlo.
Ya ni me acuerdo cómo era mi vida sin móviles, sin Internet ¿pero hubo vida antes de Internet?
Besos vertiginosos.
Esa foto de Kundera me encanta, en todas las entrevistas ficticias que le hago a veces, sí, estoy tarada con él... siempre pienso en esa foto, me encanta.
Y respecto a los vértigos, sí, seguramente lo de subir peldaños, es pura adrenalina, pero seguimos subiendo, y lo jodido viene cuando nos damos cuenta de que subimos demasiados, y que cada vez estamos mas alejados de la madre tierra, el puto suelo. Y claro, el abismo, mayor, atrae el triple, como poco...
Creo que es necesario tener ciertos vértigos... hice un post titulado así hace un par de meses... hay situaciones que son buenas, sentir esa sensación de mareo, de expropiación de vida, de salirnos de madre... creo que esos vértigos sanos que nos colocan en nuestro sitio, y nos alertan de posibles caidas desastrosas, son hasta sanos.
Luego están los otros vértigos, los que son fijos, estáticos, y hay que erradicar como sea.
Bueno, ya te dejo con mis contradicciones, que a estas horas ya no rijo tanto como quisiera, me vence el sueño.
Un beso grande, tío, cuando vi a Kundera casi lloro de la emoción. Tengo siempre pensado, pero no lo hago, un diccionario de la vida según Kundera y Proust... sí, molaría... tienen tantos conceptos de esos de tatuarse en el pecho...
Un post de uno, y luego de otro, que juntar a Kundera y Proust no se me ocurriría en absoluto, batalla de dioses...
Asusta reconocer los instantes suicidas del vértigo, pero también los instantes destructivos de Byron.
De acuerdo con las dos partes de una misma persona, pero para eso está el control no?
Pd: Ayer todo él día sin móvil, lo olvidé en casa y sentí el horror!!! jajaja
Un beso
Ay, mk, ¡era esa película! Sí, la vi hace muchos años, y me impresionó mucho. Creo que ese colorcillo verde no se me volvió a olvidar :) la verdad es que esto del maltusianismo es un clásico que siembre vuelve, como la moda.
Ruben, yo creo que todos estamos más locos de lo que decimos, no de lo que realmente pensamos ;) en cuanto al afán de protagonismo, supongo que tiene más que ver con la vanidad… ¡y no sabría muy bien dónde encajar la vanidad entres nuestras dos mitades!
Sibyla, esa es la historia del doctor Jekyll y Mr Hyde, todo un clásico de la literatura precisamente por eso, por descubrirnos tan abiertamente el poder de nuestras más oscuras pulsiones. Saludos!
Madame, es de la Insoportable levedad del ser. No es textual. No tengo el libro en casa y no pude contextualizarla. Pero alguien habló de algo parecido hace poco y volví a recordarlo. Ay, es que el trabajo no nos hace libres, no. Nos esclaviza y nos anula. Buena suerte en tu trabajo y besos!
Arcángel, quizás lo importante no son los centímetros que separan nuestros pies del suelo, sino la puerta que abre en nuestro interior ese miedo.
Bueno, lula, hay abismos que nos atraen, sí. Pero también conozco gente que atrae a los abismos. Cuídate de ellos! Bicos!
Ya sabía que Lindera te gusta mucho, Tremends. Yo no le pondría en el altar de mis predilectos. Incluso me gusta más otra suya, La broma, que la insoportable levedad del ser. Tienes razón cuando dices que hay algo biológico en nosotros que trata de protegernos. El mismo instinto que suelta nuestra adrenalina para que nos apartemos en décimas de segundo de la carretera cuando va a pasar un camión, es el que nos hace paralizarnos ante el vértigo. Porque la manera de salvar nuestra vida en ese momento es esa; no hacer nada. Porque realmente lo que queremos hacer es caer. Estaré encantado de leer tus dos post sobre Kundera y Proust, pero te retaría a juntarlos a ambos ;) besos!
Mavi, tienes razón. El control. El equilibrio. El monólogo de Brando en esa película lo explica todo muy bien, por muy terrible que nos parezca. El horror tiene que ser nuestro aliado. Besos!
Yo que sufro vértigo encuentro de lo más acertada esa definición de Kundera... por cierto que estos días se cumple el 50 aniversario de la película "Vértigo" de Hitchcock...el plano famoso del campanario también es bastante descriptivo de esa sensación :)
Joder, juntarlos a ambos... Tengo, debo decirte, que mi memoria está a bajo rendimiento... Kundera sí puedo defenderlo mas o menos dignamente, pero Proust, recuerdo que me envenené con ese libro alemán último leido, creo que era de un escritor alemán, no me mates si me equivoco, ese que rezaba algo así como: La vida según Proust. Ahí me caí con el equipo entero, porque hacía una disección y análisis de su obra, poco menos que mínima, lo limitaba, y a Proust no se le puede reducir a un libro que contenga citas y referencias de su vida y punto.
Pero un día de estos me pongo las pilas, y cojo todos los libros de Kundera en fila, y hago esa entrevista ficticia que tantas veces soñé.. sin atreverme, ofcourse, a darme réplica a mi misma, por dios... Kundera es Kundera. Y yo... no soy él, desgraciadamente.
( Mi hermano dice que tengo una especie de obsesión con escritores determinados, que parece de loca total, y sí, este es uno de ellos. Mishima otro. Murakami, otro. Douglas Coupland, otro. Fitzgerald, otro. Hanif Hureishi, otro.... Joder... son todo tíos...y se me quedan en el tintero una remesa importante de mas hombres... ya lo decía mi ginecólogo, nena, vas sobrada de estrógenos...ejem.. ).
Un besazo de buenos días, mandahuevos las horas que son, y no me entra el sueño.
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Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Perdona, que se me publicó el comentario repetido y tuve que borrarlo, sorry, que queda fatal eso de el autor ha suprimido esta entrada....
Besos¡
No, no estamos locos, por lo menos no lo suficiente.
Pq si lo estuviesemos de verdad hace tiempo que deberiamos saltar por los aires
No me dan miedo los moviles, me dan m�s miedo las libretas, pero me gusta sentir dentro de mi bolso su peso, su necesidad de abrirla, mi necesidad de sentirla
muakkkkkkkkkkkkkkk
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