jueves, agosto 14, 2008

Leonard Zelig en el aeropuerto


Quizás esto pueda sonar exagerado, pero creo que Allen S. Konigsberg (Woody Allen) es una de las pocas personas de las que soy contemporáneo que pueden ser consideradas abiertamente como un genio.

Zelig es una de las mejores películas de Woody Allen, según el propio autor. Es divertida, conmovedora, sorprendente, inteligente. Utiliza una técnica de documental de los años 20 -rodado con cámaras de época- e introduce a sus personaje en acción con grabaciones reales de Scott Fitzgerald, Adolf Hitler o Josephine Baker. Allen, incluso, dañó los fotogramas que rodaba para dar más veracidad a la imagen.

La película trata la vida y terapia de Leonard Zelig (Woody Allen), un hombre que tiene la insólita capacidad de cambiar su apariencia adaptándose al medio en el que se desenvuelve. Como el lagarto, dotado con un sistema de protección que le permite cambiar de color para mimetizarse con el entorno, Zelig también se protege convirtiéndose en quien le rodea. Así, se volverá gordo cuando se encuentre entre gordos, negro entre negros, nazi en la Alemania de Hitler, o rabino judío en las sinagogas. Su crisis de identidad conmociona a todos los psiquiatras de Nueva York, entre los que destaca la psicoanalista Eudora Fletcher (Mia Farrow). Evidentemente, cuando le intentan tratar los psiquiatras, la tarea resulta imposible: enseguida se convierte en uno de ellos.

En una de las secuencias de la película, la doctora Fletcher hipnotiza a Zelig con el fin de indagar más en su psique:


FLETCHER- Dígame, ¿por qué adopta la personalidad de quien tiene delante?

ZELIG- Me da seguridad.

FLETCHER- ¿ A qué se refiere? ¿ qué quiere decir con “seguridad”?

ZELIG- Seguridad... ser como los demás me da seguridad.

FLETCHER- ¿ Quiere sentirse seguro? ¿por eso lo hace?

ZELIG- Quiero caer bien a la gente.




¿No reconocéis en Zelig al hombre del nuevo milenio? ¿Hasta qué punto, a veces, no renunciamos a nosotros mismos para sentirnos aceptados en el entorno que nos rodea? En la sociedad televisada que vivimos, cada vez queda menos sitio para lo diferente.

Todo esto viene a que he intentado comprar un libro en la librería del aeropuerto del Madrid. Imposible: sólo se ofrecen patéticos libros de autoayuda o de novela histórica con tintes esotéricos. Cojones, ya.




Un libro para Leonard Zelig: Fahrenheit 451, de Ray Bradbury

Una canción para Leonard Zelig: What’s wrong with this picture, de Van Morrison

Una película para Leonard Zelig: Forrest Gump, de Robert Zemeckis

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73 Comments:

Blogger Soy ficción dijo...

Jajaja Muy bueno el cartel publicitario del tabaco, me hizo gracia.

No es una buena idea comprar libros en un aeropuerto si no buscas literatura fastfood, seguro que alli tampoco encuentras un buen restaurante, o el vinilo que llevas buscando años, alli solo encontraras lo minimo y necesario para sobrevivir. Para todo lo demás hace falta tiempo y un buen paseo.

agosto 14, 2008 1:40 p. m.  
Blogger Vintage dijo...

Pues estoy de los libros históricos hasta los ovarios, mardito er dia q escribieron La saga del médico
Si es hacen uno y todos a lo mismo

En referencia a la pelicula, pues decirte q muchas veces me veo haciendo de lagarto, intento ser yo , pero cada dñia es más complicado
Pero por lo menos me doy cuenta e intento arreglarlo

ayyyyyyyy q vida esta, queriendo ser siempre lo q no es
muakkkkkkkkkkkkkkkkk

agosto 14, 2008 2:27 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Hola :La película genial desde luego y el autor aún más.Totalmente de acuerdo con lo que cuentas.Y añado¿porqué las ciudades se estan convirtiendo todas en el mismo parque tematico?...los mismos resturantes franquicias de todo tipo...y lo peor es que destruyen toda la vida e identidad que las hacian únicas .
Esas tascas,esas tiendas,esos mercados....duermen en la memoria de quienes los conocimos.
Saludos

agosto 14, 2008 5:26 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Si al menos cambiáramos de época historica..que yo no soporto más a los templarios!!Idem para la autoauyuda: no más recetas rapidas de felicidad

Me enganchó de este blog lo de los real visceralistas del título (estoy ahora con un libro de Bolaño) y hoy me ha hecho gracia esto que cuentas y me he animado a saludarte, asique eso: saludos y enhorabuena por el blog.

Ch

agosto 14, 2008 5:44 p. m.  
Blogger Rara Avis dijo...

Muy pero que muy bueno... algunas peliculas de este hombre nos pueden gustar mas que otras... pero no podemos dejar de reconocer que el genio lo lleva...

besitos guapo!!!

agosto 14, 2008 6:03 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Algunos la consideran la obra maestra de Allen. A mí me fascina, y le reconozco todos los méritos habidos y por haber, pero en mi corazoncito ocupan demasiado espacio Manhattan, Hannah y sus hermanas y alguna que otra delicia made in Woody, como para quedarme sólo con una.

Besos orgiásticos

P.D.: Pobrecito Zelig. ¿Cómo le atribuyes la obra maestra de Bradbury junto con ese bodrio de Zemeckis (que además intentó copiar a Allen)?

agosto 14, 2008 9:19 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Claro nausicaa. Todos sabemos que en la librería de un aeropuerto no se puede encontrar nada diferente. Todo queda estandarizado. Es normal, rentable económicamente y bueno para la salud de los viajeros. De eso me quejo precisamente; de que nuestras vidas tienden a “aeropuertizarse”


Bolero, realmente también somos nosotros cuando dejamos de serlo. Es una paradoja, sí. Pero cierta; somos nosotros los que voluntariamente y totalmente consensuado con nuestro Yo, nuestro Superyo y nuestro Ello nos decidimos por adaptarnos. Eso sí, jamás leeré cosas como las que venden en los aeropuertos, aunque me suponga el mayor de los ostracismos. Ea.

agosto 14, 2008 10:55 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Oli, es muy interesante lo que planteas: las ciudades se están convirtiendo en parques temáticos.

Recuerdo la primera vez que fui a Londres. Todo era diferente, notaba claramente que había llegado a un sitio diferente. Comí diferente, bebí diferente, hablé diferente... ahora viajar a Londres, aparte de que conducen por el otro lado, es igual que viajar a Móstoles. Reto a cualquiera a encontrar, como en el juego, las siete diferencias. Es triste. Lo llaman globalización. Y Zelig estaría encantado.

Saludos!

agosto 14, 2008 10:55 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Ch, yo también estoy de templarios hasta el escroto. La literatura de consumo se estandariza como las sopas de sobre. Tampoco creo que sea algo completamente nuevo. Quizás es sólo que ahora se publicita más y más. Bolaño es una especie de Dios en este blog, creo que es lo mejor que le ha pasado a la literatura hispana desde hace treinta años. Gracias por pasarte por aquí y comentar. Es un placer leerte aquí.


Ayshane, Allen tiene muchas obras maestras, sí. Personalmente me quedo con Hannah y sus hermanas y Delitos y faltas. Creo que fue su momento más sublime. Besos!

agosto 14, 2008 10:56 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Gracias por pasarte por aquí, Ella. Puedes dejar a tu orgía a la entrada, donde el perchero. O que pasen todos, si lo desean.

Estoy de acuerdo contigo: me llegan más las dos películas que has comentado. Yo añadiría además Annie Hall y Delitos y faltas (quizás, incluso, Balas sobre Broadway y Desmontando a Harry)

No le pretendía atribuir ni la película ni el libro. De alguna manera, la película de Allen me recuerda al libro de Bradbury por la persecución legal de la diferencia. Por otra parte, como bien has dicho, esa película tan oscarizada y tan famosa, imita descaradamente la técnica fílmica de Allen en Zelig. Por eso la he relacionado.

Besos!

agosto 14, 2008 10:56 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Lui, creo que vivimos continuamente con una presión enorme para renunciar a nuestras propias inquietudes. Lo llaman publicidad, y cada vez es más agresiva. Entiendo que Zelig se sintiera más seguro cayendo bien a la gente, siendo como ellos. Vivimos en un mundo donde todo se estandariza y todo tiende a ser igual. Porque Zelig lo necesita, porque es lo más cómodo (aunque Zelig lo llame “seguro”).

Pero estás muy guapa sin televisión, sigue así :)

agosto 14, 2008 10:56 p. m.  
Blogger Eduardo dijo...

Ah, Larry the Lizard... Qué momento maravilloso del cinematografo. Sobre lo de comprar libros en el aeropuerto... LA cuestión es que de aquí a poco, ni fuera de los aeropuertos encontraremos otra cosa que novela historica, que es una manera de no aprender historia sin leer una novela (no hay errata). Pero lo que más me preocupa son dos cosas:
1ª- Que ni los titulos son originales (el secreto de Van Gogh, el reloj de Atila... o el judío de bagdad, el gitano de atapuerca, el murciano de venecia...)
2ª- Que más peligroso que no haber estudiado historia es haberla estudiado mal...
Y entre las novelas y lo que se enseña con las LOGSES...
Un abrazo. Y me alegro de la coincidencia Zeligica

agosto 15, 2008 1:14 a. m.  
Blogger Carlos Caillaux dijo...

Es el gran dilema, ser uno mismo en medio de un entorno digitado (hasta en la alimentación), no quiero pensar lo que este nuevo siglo agregará pero estoy seguro que las nuevas generaciones reaccionarán, de otro modo el ser humano perderá su esencia.

Allen ilustra nuestra pequeñez con sutil y mordaz ironía; creo que Manhattan lo relevo a una categoría superior (esto respecto a su genialidad).

agosto 15, 2008 1:23 a. m.  
Blogger Novicia Dalila dijo...

Para mí es un genio. Todos, absolutamente todos sus diálogos son geniales.
Sí es verdad que tiene auténticas obras maestras, pero yo, llámame romántica, me quedo con la primera película suya que ví: "La última noche de Boris Grushenko". Me impactó. Recuerdo especialmente un trocito del diálogo y todavía me río. Acababa Grushenko (Allen) de echarle en 5 minutos el polvo de su vida a una noble devorahombres, insaciable, y ella, exhausta le dice:
- Eres el mejor amante que he tenido...
Y él le contesta :

- Sí, querida... es que practico mucho cuando estoy sólo....


Ya sé, no tengo gracia contándolo, pero es que hay que imaginársele con su "cuerpazo" en gayumbos de esos hasta los tobillos, despeinaos sus 4 pelos....

Es un tío lleno de complejos que ha conseguido reírse de sí mismo y hacernos reír a los demás a costa de ellos, y a la vez, con ese humor absolutamente genial, algunas veces hacer que nos replanteemos ciertas cosas...

La que propones no la he visto. Voy a ver si me la bajo esta tarde... Es buen momento ahora, estoy de "remember"... el otro día me bajé "El jovencito Frankenstein"... otra genialidad :D

Un abrazo

agosto 15, 2008 11:10 a. m.  
Blogger Brisuón Çafrén dijo...

Esperando en la estación de Atocha, un día agarré un ejemplar de FP (foreign policy) y la cajera mirándome muy serio extendió su brazo y me preguntó, ¿cuanto vale eso?

Reconozco que mentí. Tres euros contesté. Lo hice por que ni siquiera se molestó en mirar la portada de lo que me vendía para mirar el precio real.
El caso es que me di la vuelta y dije: espere, deme también un ejemplar del FHM (de ese si sabía el precio).

Así me senté (disfrazado de viejo verde)a leer una hipótesis sobre un oriente medio sin Islam bajo la protección que me brindaban los enormes pechos de la señorita de la portada.

Como decía alguien al que leí estos días, Que va, que va, que va......

agosto 15, 2008 11:22 a. m.  
Blogger Brisuón Çafrén dijo...

Afortunadamente Allen es un genio pero no un visionario.

¿Imaginan un mundo con orgasmatrón? Creo que muchos de nosotros no estaríamos por aquí.

agosto 15, 2008 11:24 a. m.  
Blogger Miss.Burton dijo...

Allen es un genio, eso es indiscutible, y tiene mil registros amparados todos ellos por ese miedo a lo inesperado, viviendo siempre amparándose en las cosas que le crean cierto control personal, aferrándose a referentes que se le caen, como a todos, y que originan esos largometrajes casi perfectos, en los que todos nos sentimos identificados con uno o incluso varios personajes. Supongo que es bonito caer bien a todo el mundo, pero se cae en el error de perderse la aventura de ser uno mismo, es de lo que trata lo que cuenta, se ríe de toda esa gente, en la que a veces, muchas, se incluye el mismo, para venir a decirnos eso que tu dices, que es maravilloso caer bien a todo el mundo, pero que dista mucho de ser real, y si lo es, las cnsecuencias son letales.
Prefiero un camino hecho a base de desilusiones, pero pisándolo con personalidad, a desvanecerme intentando agradar a gente que quizás ni en años que vengan podré terminar agradando.
Lo importante es ser uno mismo, y es altamente recomendable, pues encuentras gente en ese camino que también sigue directrices correctas, y propias, y es un lujo entonces la vida.
Un besazo, Allen siempre riéndose de sus propios miedos, y ofreciendo maravillas de esas de revisionar varias veces en la tv.
Cuídate, y aprovecha el verano, y eso... sigue siendo siempre tu... Suena cursi de cojones, pero es lo que te da ese halo de Lagartijo único e inconfundible.
( La pelota se retira a la piscina... ).

agosto 15, 2008 1:32 p. m.  
Blogger Arcángel Mirón dijo...

¿Y qué esperabas? ¿Una joya literaria en medio de una multitud apurada que corre para no perder su avión que la llevará a otro aeropuerto en el que correrá para llegar a tiempo de tomar un taxi?

Bueno. Yo también lo esperaría.
A diferencia de Zelig, no me adapto a las muchedumbres.

agosto 15, 2008 5:16 p. m.  
Blogger Antígona dijo...

Uff, doctor Lagarto, qué película ésta más genial. Ideal para ver en su cómodo sofá comiendo langostinos y en inmejorable compañía para después comentarla.

No es que sea probablemente tampoco mi película favorita de Woody Allen. Aunque bueno, tampoco sé si sería del todo correcto decir esto, porque me resulta imposible determinar cuál podría ser mi película favorita en el caso del señor Allen. Son tantas de él las que me gustan a rabiar y por motivos tan distintos que las comparaciones entre unas y otras me parecen realmente odiosas.

Allen me parece un auténtico maestro en presentarnos y hacernos reflexionar sobre asuntos de gran enjundia de una manera amena y divertida, y sin que por ello la gravedad del asunto, ni la seriedad de fondo con que éste es tratado, resulte en absoluto menoscabada. Ambas condiciones se cumplen a mi entender a la perfección en esta película.

Porque no es nada trivial el asunto de cómo no podemos evitar tratar de mimetizarnos en cierta medida con aquello que nos rodea. En eso consiste, además, el proceso de socialización, que tiene por objetivo convertirnos en individuos capaces de vivir en sociedad. Para lo cual se requiere, obviamente, que compartamos con nuestros semejantes todo un conjunto de intereses, ideas, actitudes y formas de afrontar la realidad en las que se nos educa para que las sintamos, sin conflicto, como propias. La mimetización de partida, digamos, es inevitable, así como la uniformización que implica. Pero ese mismo proceso de socialización no es capaz de formar individuos idénticos y las diferencias nunca dejan de hacer acto de presencia. Siempre hay individuos con mayor grado de rebeldía o disconformidad frente a lo uniforme. Individuos que, por múltiples razones, se alejan de la media en su forma de pensar o actuar.

Sólo que, dado que ser diferente conlleva sus problemas –el aislamiento, la falta de aceptación, el rechazo, la incomprensión-, siempre acecha la tentación de la mimetización incluso allí donde ésta, ya lejos de la mimetización de partida, puede libremente decidirse. Porque, reconozcámoslo: ser como la media resulta bastante más fácil y menos costoso que no serlo. Uno tiene muchas más cosas que compartir, comentar, o hacer sintiéndose reconocido por el resto cuando sus gustos y actitudes coinciden con los de la mayoría. Uno es más fácilmente querido y aceptado cuanto más se asemeja al resto. Y de ahí la sensación de seguridad a la que, con gran acierto, apela Zelig cuando se le pregunta por qué se mimetiza con sus semejantes.

Pero supongo que, como quiere mostrar cómicamente la película, no hay que ceder a la tentación. Entre otras cosas porque, como decía Agustín García Calvo, las mayorías siempre son feas. ¿Y quién quisiera ser feo pudiendo optar por no serlo? No, fuera bromas, para mí el problema es que las mayorías son planas y aburridas. La riqueza no se encuentra en la uniformidad, sino en la diferencia, tanto la de uno mismo como la del resto.

Excelente su recomendación de Fahrenheit 451. Un libro estupendo, vaya que sí, doctor Lagarto.

¡Un beso!

agosto 16, 2008 12:09 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Ve, NoSurrender...? por eso yo en las librerías de las estaciones y aeropuertos solo compro "El Jueves", que además su lectura viene a durar el mismo tiempo que un viaje en AVE a Madrid o un vuelo Sevilla-Barcelona con sus esperas.

Pues yo sí puedo decir que "Zelig" es mi peli favorita de Woody Allen. Y la más currada además... joé, si mientras completaba ésta le dió tiempo de rodar otras dos más enteritas. Hasta que punto no cuidaría los detalles!?

Parece ser que el año pasado unos doctores italianos descubrieron un tumor cerebral que afectaba a sus víctimas en la misma forma en que le ocurría a Zelig, pero sin las transformaciones físicas, claro. Quieren ponerle a la enfermedad el "Síndrome Zelig", en honor al personaje de Allen.

Un abrazo.

agosto 16, 2008 1:56 a. m.  
Blogger Sibyla dijo...

Coincido en todos en que Allen es un genio, por eso me agrada que lo hayas traído.

Gustar a todo el mundo, caer bien a todos, es un riesgo imposible si quieres ser consecuente contigo mismo. El cambiar de piel, según la situación o el entorno, para ser aceptado o para sobrevivir, es una forma cobarde o cómoda, si uno está sacrificando sus propias y firmes convicciones.

Tenemos que estar en guardia constantemente, en este sistema, para no ser "Zelignizados"...

Un post genial!

Salud:)

agosto 16, 2008 10:31 a. m.  
Blogger Madame Vaudeville (Chus Álvarez) dijo...

Jamás sería objetiva hablando de Woody Allen. Me encantaaaa!!! Tengo toda su filmografía en casita. Besos grandes, agradecidos por la dedicatoria al genio. MUA!

agosto 16, 2008 2:47 p. m.  
Blogger Madame Vaudeville (Chus Álvarez) dijo...

Jamás sería objetiva hablando de Woody Allen. Me encantaaaa!!! Tengo toda su filmografía en casita. Besos grandes, agradecidos por la dedicatoria al genio. MUA!

agosto 16, 2008 2:47 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Eduardo, eso que dices me ha recordado una página web que genera automáticamente tu propia novela de Dan Brown: http://probar.blogspot.com/ ¡Es genial! Menos mal que, fuera de los aeropuertos, aún hay vida. Saludos!


Carlos, supongo que este nuevo siglo batirá el record en códigos de barras. Eso seguro. Manhattan es una obra de arte, pero no es la única que ha escrito. Eso es lo que hace de él un genio. Allen está obsesionado con las relaciones de pareja. Es más pesimista que yo, pero su lucidez es tremenda.

agosto 17, 2008 12:21 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Novicia, Me encanta La última noche de Boris Grushenko. Aparte los gags geniales, tiene una capacidad increíble para reírse de los clásicos rusos, la existencia de Dios y de la filosofía más dura. Espero que te guste ésta de Zelig cuando la veas. Un abrazo!


Brisuón, yo también ese artículo de Javier Cercas en el País, con la referencia al gag ése de Kierkegaard de Faemino y Cansado. Realmente estamos cada vez peor. Hiciste bien en cubrir tus vergüenzas ;) En cuanto al orgasmotrón, creo que lo mejor era la cara con la que salía Allen de él :) Salud!

agosto 17, 2008 12:22 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Tremends, no nadar a favor de la corriente no tiene porqué deparar necesariamente la infelicidad. La dureza del camino lo hace más hermoso, sin duda. Pero siempre necesitaremos a los demás, no podemos evitar nuestra condición de animales sociales. No tenemos más remedio que adaptarnos mínimamente. Yo nunca leí el Código Davinci, pero un día en la FNAC me leí algunas páginas del principio y el final: al menos así ya sé de qué habla la gente, ya les comprendo mejor (lo que hace que me deprima más, claro). Besos!


Bueno, Arcángel, hay aeropuertos y aeropuertos. El peor servido en literatura que he visto es, sin duda, los de Barcelona y Londres. El mejor, Charles Degaulle, en París, donde se podía comprar ensayo y poesía. Ah, cómo son estos franceses!

agosto 17, 2008 12:22 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Doctora Antígona, langostinos y Allen es una buena combinación, la tendré en cuenta para futuras veladas. Yo tengo la impresión de que, de alguna manera, todas las películas de Woody Allen son la misma película, que el neoyorquino viene escribiendo con continuidad la misma historia desde La última noche... y los capítulos a veces se repiten (como Match Point y Delitos y Faltas) por la propia obsesión del autor con los mismos temas que perduran y perduran.

Desde luego que somos individuos sociales. Es más, cualquier extroversión por nuestra parte no es ajena a esa socialización y la hacemos tomando otro rebaño, de alguna manera. Digamos que se puede crear un grupo social también entre quienes nadan a contracorriente (los que no quieren ser “feos”; según García Calvo) y que la sociedad necesita tener este pequeño referente para reafirmarse más a sí misma.

Respecto a la “comodidad” de sumarse a la mayoría, hay un tema importante en la película que aún no ha salido a colación: el nazismo. El personaje de Zelig acaba yendo a la Alemania de Hitler, donde se integra con las SS. Y esa es la denuncia más relevante, a mi modo de ver, de Allen.

Un beso, doctora Antígona!

agosto 17, 2008 12:23 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Carrascus, hace siglos que no leo El Jueves, pero me lo pasaba bien cuando lo hacía. Quizás lo haga la próxima vez que vuele. Zelig es una película técnicamente muy complicada para la época en que se hizo. Quizás eso es lo que retrasó su proceso de posproducción. Y con lo prolífico-neurótico que es Allen, no me extraña que le diera tiempo a dejarnos mientras un par de películas. ¿Seguro que se necesita tener un tumor cerebral para mimetizarse neuróticamente con la masa? No sé, no sé :) Un abrazo.


Sibyla, efectivamente, caer bien a todos es imposible. Quizás es ese vano intento lo que hace que los políticos nos parezcan tan extraños y falsos, sean del signo que sean. Me estoy acordando ahora de Bill Clinton, cuando, ante una pregunta de un periodista sobre si había fumando marihuana o no de joven, respondía “sí, pero no me tragué el humo”. En cuanto a lo de “sacrificar las propias convicciones”, supongo que estarás de acuerdo conmigo en que, primero, hay que tener esas convicciones. Y creo que la sociedad actual cada vez tiene menos. Salud!



Madame, pues ya te pediré que me pases alguna que me falta por ver, eh. Besos!

agosto 17, 2008 12:24 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Ella y su orgía, rompo una lanza (ó las que hagan falta) a favor de Forrest Gump, es una gran peli, con una estupendísima banda sonora, por cierto...
Dices que Zemeckis intentó copiar a Allen en Zelig, bueno, existen grandes peliculas de las que se podría decir lo mismo. En mi opinión, más que copiar, existe una influencia derivada de una clara admiración. A Michael Moore, "Fahrenheit 451" inspiró su premiado y estupendo documental "Fahrenheit 9/11"..., puede ser enriquecedor ¿no crées?.

Directores de cine, escritores, músicos,etc., han declarado abiertamente sus influencias, influencias que en muchos casos han contribuído a crear interesántes, nuevas y personalísimas formas de expresión y comunicación, que en defitiva es lo importante, ó por lo menos a mi me lo parece.
El plagio descarado sería otro cantar...

Nosurrender, me siento cómo "Eliza Doolittle" cuando te léo, eres estupendo, me aportas mucho. También tu genial "comunidad".

Un sincero abrazo!

agosto 17, 2008 1:42 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Al hilo del anterior comentario de "diciembre" y lo que dice sobre las excelencias de la banda sonora de "Forrest Gump", a mí me gustaría apuntar alguna cosa.

En realidad a mí no me gustó en absoluto el planteamiento de la banda sonora de esa película. No voy a decir que las canciones no fuesen buenas, claro, pero los productores y el director tenían a su disposición toda una década de la música más asombrosa que dió el mundo hasta esa época, y eligieron los grandes éxitos más baratos y trillados de ella, sin demostrar imaginación ninguna. Y además no estaban sincronizados cronológicamente siquiera.

Las bandas sonoras deben tener más chispa, y usar las canciones de forma narrativa, no como simple acompañamiento.

No sé si muchos habreis visto la película "Grace of my heart"... en ella está el ejemplo perfecto de lo que es una magnífica banda sonora. Usaron a los compositores de la época en que se desarrollaba la acción de la película para crear canciones nuevas, pero que tuviesen el aire de aquella época y además reflejasen los estados de ánimo de los personajes. Así surgieron canciones fantásticas, como el "God give me strength" de Burt Bacharach, que nos conducían perfectamente a aquella época, y a lo que se grababa en ella. Nunca he visto una película mejor respaldada musicalmente que esa.

agosto 17, 2008 2:37 p. m.  
Blogger dany dijo...

bueno.woody allen es mi favorito, y de sus pelis, zelig, esta en el podio...me causa garcia cuando hablas de q es un genio, por que mi hijo de dos años cada vez que pongo una peli de el..me dice woody allen es un genio..un beso.........

agosto 18, 2008 12:24 a. m.  
Blogger Miss.Burton dijo...

Leerse el Código Da Vinci para sociabilizarse??????? Antes me echo un chorro de lejía en la fanta de limón¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Yo sigo en el circuito ese del mundanal ruido, con sus gentes... muchas distintas, y buenas, y peores. Pero los kilómetros andados ya me dan otra perspectiva, y es que como dice mi madre... Tienes cuerpo de niña, y corazón de vieja... Sí, nos hacemos falta... pero el círculo con los años se va cerrando, y afortunadamente, uno elige lo que sí le ayuda a crecer-evolucionar, así que voy a seguir negándome a leer el Código Da Vinci, y de la peli ni hablamos... Sorry, no puedo con Tom Hanks, me parece un tío majo y eso, pero como actor... no puedo con él. Y luego la francesa que sale, la Audrey... uffffffff, vamos, ni harta a vino.
Bueno, me voy a dormir, que mañana curro, y ya me vale.
Un besazo¡

agosto 18, 2008 1:31 a. m.  
Blogger Margot dijo...

Sí, un genio, eso es lo que es... con esta película en particular me moría de risa. Nadie como él es capaz de convertir en sonrisa lo que en principio era una mueca de reconocimiento vital... jeje.

Yo estoy hasta el $$((/&%!!*** de no encontrar libros en condiciones en las estaciones, aeropuertos y demás esperas viajeras. Pero no me llevaran a su tétrico territorio, prefiero leer las líneas de la mano a todo el pasaje que leer una historia que me aburre o me cabrea.

Besos buenaventura...

agosto 18, 2008 11:09 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Carrascus, me he pasado un ratillo por tu web mitómana y véo que eres un auténtico experto en música, muy bueno tu blog ¡enhorabuena!, me quito el sombrero ante tanta sabiduría musical...

Comparto tu punto de vista sobre la importancia de una buena banda sonora, créo es fundamental para complementar y narrar, cómo bién dices, una buena historia, a la par que enriquece también una buena interpretación.

Personalmente, la elegida para Forrest Gump no la tocaría, me gusta mucho tal cual, en cada plano y secuencia, pero también tengo claro que todo puede mejorarse.

Sabemos que cada autor/a está en su derecho de mostrar su obra tal y cómo la ha concebido en su totalidad, faltaría más, pero en mi humilde opinión, grandes peliculas (y no tan grandes) que todos conocemos hubiéran mejorado considerablemente si la banda sonora hubiera estado a su altura.

Nosurrender, tampoco te he confundido con un programa de "la Gemio" jeje, pero permíteme que exprese mi alegría enorme por ése bronce que acaba de ganar hoy Leire Olaberría, a la que tengo el honor de conocer, me consta que se lo ha currado y se lo merece, con el añadido de que es un encanto de persona. ¡Un abrazo Leire, campeona!!!

agosto 18, 2008 12:16 p. m.  
Blogger Sintagma in Blue dijo...

Y lo peor de todo es que le llaman "literatura".

agosto 18, 2008 2:15 p. m.  
Blogger Dante Bertini dijo...

Están los que quieren ser idénticos al resto para ser queridos -pobres chicos, tímidos, miedosos,nada creativos-, pero también están los amos de de la mass media -qué casualidad de nombre, verdad?- que impulsan a esa clonicidad masiva porque les asegura buenos dividendos, buenas elecciones, menos conflictos en sus corruptos desgobiernos...

Conozco lo de los aeropuertos catalanes y/o españoles: la ley del Hola! MEDIOCRES MODELOS MEDIÁTICOS VESTIDOS CON FALSOS GUCCI, VIVIENDO EN CASAS DE OPERETA -INHABITABLES-, LUCIENDO FACCIONES QUE NO LES PERTENECEN, ALIMENTADOS CON CARÍSIMAS PÍLDORAS DE LA FELICIDAD.

Recomiendo biografías de seres especiales: Buñuel, Manuel Puig, Picasso, Colette, Hitchcock, Edith Piaf, Gauguin, Capote, Virginia Woolf...hay miles.

agosto 18, 2008 6:26 p. m.  
Blogger Dante Bertini dijo...

NO TERMINO DE ENTENDER SU COMENTARIO EN MI BLOG, AUNQUE AGRADEZCO SU VISITA.

ALLEN ES UN GRAN TALENTO QUE SE AGIGANTA CON LOS AÑOS.

agosto 18, 2008 6:29 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Muchas gracias "Diciembre", te agradezco tus palabras.

NoSurrender, envíeme la factura de la publicidad...

agosto 18, 2008 7:11 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Supongo que a muchos de nosotros, en algún momento de nuestras vidas, se nos podría haber diagnosticado el "sindrome Zelig" (que decía Carrascus), aunque sólo séa en su fase inicial y motivado por una especie de proceso vírico presente en ésta extraña, sistemática y fría sociedad que hemos creado, en la que sentimos la necesidad de ser aceptados, aún a costa de renunciar en muchos casos, tal y cómo bién dices Nosurrender, a nosotros mismos.

Cómo si de una especie de "sindrome de Estocolmo" colectivo se tratase, justificamos o asumimos nuestro comportamiento cómo algo normal, y porque si nos apartamos de la comodidad que supone ser un borrego más del rebaño, seremos tratados, en cierto modo, cómo "bichos raros".
Por cierto, aquí un bicho raro, presente; debe ser la edad, cada vez me la tráe más "al pairo" lo que opinen de mí, ah, y no por ello soy asocial, por supuesto, me encanta relacionarme con la gente, también es una cuestión de respeto...

agosto 18, 2008 9:08 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

De nada Carrascus, me encanta la música y contribuye a mi felicidad, está siempre muy presente en mi casa y en mi vida, desde que era una "renacuaja", voy a disfrutar mucho leyendo tus comentarios, oséa que muchas gracias a tí majo.

agosto 18, 2008 9:16 p. m.  
Blogger Dante Bertini dijo...

LO PONGO AQUÍ Y EN EL MÍO, YA QUE NO SÉ DÓNDE LO LEERÁS: recién me entero lo de las mayúsculas como mayúsculo enojo. No era mi intención: no sé nada de códigos de internet, nunca chateo.
Seguiremos hablando.

agosto 18, 2008 11:47 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Vivir renunciando a nosotros mismos por caer bien y ser merecedor de afecto y aceptación es espantoso...ahora, cuando ya haces eso con tu pareja y un dia salta inevitablemente la bomba de tiempo que se estaba cargando por imponerte una ctuación con un rol demasiado duro para ti....en fin.
Un placer conocerlo, doctor Lagarto...

agosto 19, 2008 3:44 a. m.  
Blogger Novicia Dalila dijo...

Releyendo vuestros comentarios (flipo lo bien que os explicais la mayoría) me doy cuenta de que casi todos nos hemos centrad en la genialidad de Allen y hemos obviado el tema principal que era la obsesión de la peña por caer bien a los demás... Algunos sí lo habeis comentado, pero yo no, así que dejo aquí mi opinión al respecto, que se basa en mi experiencia personal, como casi todo lo que escribo.
Tuve un tiempo en que me pareció imprescindible agradar a todos los que me rodeaban. Si encontraba alguien a quien no le cayera bien, me esforzaba por que cambiara su opinión sobre mí, aunque ello supusiera cambiar yo mi forma de ser o de comportarme (nunca mis principios básicos, que los he llevado siempre a fuego)... Pero con el tiempo, me he dado cuenta de que realmente ser del gusto de absolutamente todos es imposible y no sólo eso, sino que ni siquiera es importante, y más aún, es mejor que así sea... Encontrar opiniones y actitudes adversas me ayudan a replantearme las mías y a valorar como se merecen tanto las afines como las que no lo son...
Yo he tenido siempre, por motivos personales que no vienen al caso ahora, la obsesión (creo que podría llamarlo así) de ser siempre yo misma, de mostrarme tal cual le pese a quien le pese... antes me controlaba, ahora es mi carta de presentación... Creo que este es uno de los beneficios de ir creciendo...

agosto 19, 2008 8:36 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

"Zelig" tomo nota, Nosurrender, no la he visionado aún.

Suscribo tus palabras, Woody Allen es un genio.

A mi me parecieron magistrales y cuento entre las mejores "Match Point" e "Interiors". De género dramático, cual antítesis de su especialidad, me parecieron más profundas que muchas de Ingmar Bergman. Pero todas sus comedias son geniales, hasta las peores. Cuando visioné "The Curse of the Jade Scorpion" muy disgustada pensé que su carrera tocaba a su fin y nada más lejos. A continuación remontó prolífico y exhuberante, soberbio. Es un genio.

He descubierto tu blog realizando "turismo blogero" aprovechando las horas de asueto de mis vacaciones. Es una forma de turismo que aconsejo por lo instructiva y económica. Tu blog, me parece de lo mejor que está circulando por ahí. Enhorabuena y disculpa la intromisión.

Gemmayla

agosto 19, 2008 1:10 p. m.  
Blogger Makiavelo dijo...

Esta es una de esas exquisiteces que nos regala de vez en cuando el maestro.No lo sufientementte valorada por el público de calle,aunque sí por la crítica y los afines.

En el aeropuerto te van a temer cuando se te arrugue la frente la próxima vez.

agosto 19, 2008 2:25 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Nosurrender, coincido con todas las películas añadidas a mi lista (se habría hecho tan larga...) y podría sumar alguna más. No mencioné Annie Hall a posta, para no resultar tan previsible. ¿Qué ser humano que adore la obra de Allen es capaz de no amar esa película?
En cuanto a Diciembre, por alusiones directas (y aquí doy por zanjado el debate -entre otras razones porque yo no soy anónima cuando dejo un comentario en un blog, y me gusta estar en igualdad de condiciones-): me parece genial que rompa usted una lanza a favor del señor Zemeckis. Sólo faltaría, pero, desde luego, yo no voy a darle la razón, si es lo que pretende. Forrest Gump es una película vacua y sensiblera. ¡Ah!, y no me refería a que Zemeckis hubiera plagiado a Allen, ni siquiera a que hubiera inspirado su obra en Zelig (no llega a tanto el pobre) en cuanto a una trama inteligente se refiere. Simplemente se las dio de superinnovador en cuanto a los efectos especiales de su peliculita, y Allen ya había hecho los mismo que él bastante tiempo atrás.

Besos orgiásticos, Nosurrender

agosto 19, 2008 3:17 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Ella y su orgía, mis mas sinceras disculpas si la he ofendido,no era en absoluto mi intención. Le aseguro que tampoco pretendía que me diera la razón, únicamente dába réplica a su opinión, algo que no debería de haber hecho ya que Ud. había dirigido el comentario a nuestro anfitrión, en mi ignorancia, no me había dado cuenta. Siento la intromisión, de véras.

En cuanto a mi anonimato, es puramente circunstancial, no tengo blog y no créo que a nadie le interese mi nombre, dónde vivo y demás. Si así fuera, no tengo problema en decirlo.

Un saludo

agosto 19, 2008 4:15 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

la anterior soy yo Diciembre, me he despistado...

agosto 19, 2008 4:17 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Lagarto: me he ilustrado leyendo no sólo esta entrada, sino también todos los comentarios. Mira que he chapado a Woody, pero no he visto Zelig y ya estoy arañando la pantalla con los dientes.

El diálogo entre Zelig y la siquiatra es muy esclarecedor: "Me da seguridad...quiero caer bien a los demás". Es un comportamiento propio de la adolescencia que en algunos casos se prolonga hasta la vejez. También que el miedo a la libertad es grande, comporta el riesgo de equivocarnos y de responsabilizarnos de nuestros errores.

La uniformidad es plana, aburrida, poco creativa y "Fea". Y vamos caminando hacia ella. A nivel social, los nacionalismos integristas me parecen nefastos, pero preservar identidades es necesario. Y a nivel individual, lo mismo.

Y pido perdón, pero sí he leído El código da Vinci...hasta donde pude. Quería opinar por boca propia y puedo decir que es un fraude (personajes planos, engaños al lector con vueltas y reviravueltas, refritos históricos, trucos simples de la peor serie B...) Pero también entendí por qué engancha a tanto personal.
Y aunque prefiero el papel, los libro digitalizados pueden ser una opción para no tener que verse en el apuro de comprar en los aeropuertos.

agosto 20, 2008 1:40 a. m.  
Blogger la ventana dijo...

hola!
wena, yo tambien creo que allen es un genio de nuestros tiempos, aunque he visto pocas peliculas de el todas me han gustado mucho, voy a arrendar proximamente esta, no la he visto y ahora me tinca mucho, zelig se llama, cierto?
saludos

nico

agosto 20, 2008 2:08 a. m.  
Blogger Lokita dijo...

Cuando se sale de viaje hay que llevarse los libros puestos, como el cepillo de dientes, Lagartillo, en los aeropuertos y estaciones, están los cassettes de gasolinera pero en letras :)

La gracia es ser como uno es y caer en gracia,
porque el resto, tarde o temprano, acaba descubriéndose…

Besitos

agosto 20, 2008 3:53 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Reholas a tod@s:

Rompo una lanza por los libros de autoayuda y los que se exhiben en las estanterías de los quiocos de prensa de los aeropuertos.

Creo que tarde o temprano todo el mundo deberá recurrir alguna vez a la lectura de algún libro de autoayuda. Tarde o temprano cualquiera se ve en la triste y desesperada tesitura de no encontrar salida y no ver la luz al final del túnel propio o ajeno. Creo que los libros de autoayuda cumplen esa función, esto es, la de paliar el duelo, el dolor y dar un poco de esperanza a la gente. Distinto es que se compren y lean de manera compulsiva como conozco algún caso.

En mi caso particular, me ayudaron muchísimo en su día Lair Ribeiro, Louise L. Hay y Eduardo Punset. Creo que "Viaje a la felicidad" y "Viaje al amor" de este último son libros que debiera leer todo el mundo alguna vez. Os los recomiendo.

Los quioscos de los aeropuertos son eso, quioscos y no librerías especializadas. Creo que exigir a un quiosco literatura más especializada es sencillamente un despropósito. De todas formas se puede pedir en los aeropuertos hojas de reclamaciones y sugerencias a los quiosqueros indicándoles algunas ediciones de bolsillo que podrían poner a la venta. Es cuestión de probar y esperar los resultados.

Cambiando de asunto y tomando el otro hilo de la conversación, creo que nunca habíamos asistido nunca a un mundo que, a pesar de la penosa globalización, permite tantas oportunidades a la diversidad y multipluralidad cultural. Creo que cualquiera puede expresar libremente su opinión en los países democráticos y reivindicar su manera peculiar de vivir, su parcela de libertad, su espacio, ¡vamos! la República Independiente de su Oikós. Creo que Londres no se parece a Madrid, aunque tengan franquicias comunes y espacios urbanos globalizados. Los que no podemos viajar mucho porque la economía no nos lo permite, tenemos la oportunidad de visionar programas televisivos como "Madrileños en el mundo" o "Afers exteriors" del incomparable Miquel Calçzada, "MIkimoto" y poder caer en la cuenta los puntos que guardamos en común con otras culturas, pero también las curiosas divergencias culturales, legítimas y reivindicables. Los nacionalismos no dejan de ser "pataletas" a veces violentas, que expresan que los individuos queremos preservar nuestra identidad y los pueblos también.

Muy féliz día tod@s !!!

Gemmayla

agosto 20, 2008 11:20 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Diosdemivida!!!, Nosurrender, me está dándo por visitar a varios de tus colegas (y a parte de no dar a basto), estoy francamente impresionada por las cosas tan interesantes y también preciosas que contais y por cómo las contais. Debo de ser la única que jamás lograría encontrar las palabras adecuadas para expresar todo lo que me haceis sentir cuándo os léo. ¿Que os dában de comer de pequeños?, es que a mí me sucede algo así cómo a ésa señora que tras alucinar con Meg Ryan y su orgasmo, le pide al camarero que le sirva lo mismo que ha tomado ella...

Ya sé que todo ésto no viene a cuento en éste post, ya me vale, estoy abusándo, perdón, pero si no lo digo reviento, y tampoco es cuestión de ponerle perdido el blog...

agosto 20, 2008 11:38 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Hola Diciembre. Forrest Gump fue una película de mucho éxito comercial. Y el éxito se mide en la cantidad de gente que le gusta la película. A mí me parece una película muy bien realizada (aunque insisto en que técnicamente esa realización ya estaba hecha por Allen) con unos mensajes muy concretos y muy americanos (esa fe casi ciega en la superación personal, ese vacío personal revestido de religiosidad, lo competitivo y lo mimético del personaje, la autoconfianza patológica, etc).

Me gusta más, ya que lo mencionas, el documental de Michael Moore. Representa una América muy distinta de la de Forrest Gump, casi antagónica.

El blog de carrascus es uno de los mejores sitios para perderse si te interesa la música. Es de premio, de verdad. Un gran trabajo de alguien que sabe de verdad de lo que habla. Yo lo aprecio mucho. Espero que te guste (Veo ahora que has puesto otro comentario más destacando otros blogs de gente que viene por aquí. La verdad es que es un placer leerlos. Paséate por ellos, sí).

Respecto a tu comentario más abajo sobre el síndrome Zelig, siempre he pensado que debería haber otro síndrome psicológico para esa masa que tanto miedo tiene a los “bichos raros” que mencionas. Sí, la masa tiene miedo de los que apartan del camino porque ¡horror! podría demostrar que están desaprovechando sus vidas, que hay alternativa a su aburrimiento vital y sobrevenido.


Besos y enhorabuena a tu amiga campeona!

agosto 20, 2008 12:41 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Bueno, Carrascus, la banda sonora de Forrest Gump es tremenda. Tienes razón en lo que expones, pero supongo que los productores vieron la oportunidad de vender un buen montón de discos apelando a la historia sentimental de una generación. Es como un recopilatorio de canciones americanas de la época vendido con todo el marketing de apoyo de la película. De alguna manera, Forrest Gump es un caso de escuela de negocios, aparte de una película. Y es una buena recopilación, para aquel que no tuviera mucho de esos años en sus estanterías, sin duda.

Me gustó Grace of my heart, sí. Pero se trata de otro modelo de película, que busca la experiencia musical de la época desde el punto de vista de su creación, de su autor. Forrest Gump funciona de otra manera: no le interesa el proceso creativo de la música, sino la mirada a una época.

Respecto a películas sobre música (podrías hacer un post sobre películas de música, si no lo has hecho ya), hoy me quedaría con Backbeat y The Blues Brothers.

Y respecto a la factura por la publicidad, me conformaré con unas cervezas algún día que vaya por Sevilla.

Salud!

agosto 20, 2008 12:41 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Dany, me alegro de coincidir contigo y con tu hijo en Woody Allen. Espero que no se le pase cuando sea mayor ;) Un beso!


Tremends, es que hay tantas y tantas y tantas cosas maravillosas que no leeremos porque no da tiempo en una sola vida, que no podemos perder el tiempo con cosas que sabemos de antemano que no nos pueden aportar nada. Socializar es bueno, sin duda. Pero mejor aun es descubrir a Valle Inclán, por ejemplo. Pero yo creo que Hanks, a pesar de ser tan-tan americano, es un buen actor. Películas como Camino a la perdición, Salvar al soldado Ryan o Philadelphia lo demuestran.

agosto 20, 2008 12:42 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Claro, Margot. Y no sólo lo convierte en sonrisa para todos, sino que no pierde un ápice de trascendencia en la puesta en escena. ¿Lees la mano? Qué miedo :)

Sintagma, también he leído en algún sitio a alguien llamando “literatura financiera” a los informes de los bancos. ¡Acabáramos!

agosto 20, 2008 12:42 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Cacho de pan, eso es cierto. Los productos de consumo generan más beneficio cuando más unidades se venden, ya que distribuyen los costes fijos entre más ingresos. Lo llaman economías de escala. Así, la mayoría de lo que nos intentan meter machaconamente con atroces campañas de comunicación buscan ese fin precisamente: estandarizarnos para obtener mayores márgenes comerciales. Y que suba la bolsa.

No soy muy de biografías. Las últimas que leí fueron de Hitler y Lenin. Creo que debería cambiar de personajes, o acabaré invadiendo Polonia.

Respecto a las mayúsculas, yo no soy ningún experto en esto. Pero sí es cierto que me lo contaron una vez. No tiene la menor importancia.

Un saludo!

agosto 20, 2008 12:42 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Hola anónimo, me suena mucho eso que cuentas. Tienes razón, el campo de la pareja es, muchas veces, una gran fuente de alienación. Nos enamoramos de alguien y acabamos siendo vegetarianos, de derechas o, peor aun ¡leyendo a Juan Manuel de Prada! Pero también es posible encontrar a alguien que te haga crecer en ti mismo. la vida está ahí fuera, sólo hay que esperarla. Un placer tenerte a ti aquí. Gracias por venir.


Novicia, tengo unos comentaristas estupendos, por eso sigo aquí. Es muy sensato lo que expones: es imposible caer bien a todo el mundo. El momento en que lo asumimos es cuando empezamos a madurar y a crecer como personas. Nos obliga a conocer mejor nuestras emociones, a tener un comportamiento ético hacia nosotros mismos y dirigirnos hacia lo que realmente queremos. Un saludo!

agosto 20, 2008 12:43 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Gemmayla, el turismo bloguero es más barato que otros destinos en estas fechas, sin duda. Y siempre hay cosas interesantes, mejores que mis manías :)

A mí sí me gustó La maldición del escorpión de jade, aunque obviamente no es una de mis favoritas (me gusta mucho más, por ejemplo, la siguiente que hizo, Hollywood Ending). Es una película muy inocente, sin pretensiones de ningún tipo, donde Allen nos quiere decir que la ilusión es parte sustancial de la vida. De alguna manera tiene mucho que ver con La rosa púrpura de El Cairo.

En cuanto a los libros de autoayuda que mencionas más abajo, supongo que hay de todo. Me pareció interesante aquel de la Inteligencia emocional. También se acaban colando algunos de Marina en esas estanterías. Y, por supuesto, como bien mencionas, esos de Eduard Punset (me encanta la actitud de Punset, es una debilidad). Pero la verdad es que no creo en fórmulas mágicas que el editor considera que son comunes para cualquier mortal. Más bien creo que esos libros pecan de una falta de profundidad dolorosa. En cualquier caso, he puesto a esos quiscos como ejemplos de estandarización del consumo literario. Estandarización a la baja, claro.

Desde luego que el mundo hoy en día permite expresiones que antes no podían darse. Que mejoramos, sí. Sobretodo en Europa. Pero te aseguro que eso de la globalización es cierto. Y que si te ponen una foto de una calle de Madrid, otra de Barcelona, otra de París y otra de Buenos Aires, verás una esquina con un Starbucks, enfrente de un Zara presidido por una marquesina que anuncia Coca cola con una gran sonrisa. He viajado mucho, mucho a Londres desde hace muchos años. Y, de verdad, Londres se parece cada vez más a Madrid. Otra cosa puede ser el sudeste asiático, o el África occidental, no sé. Pero Europa es, como decía Oli un poco más arriba un parque temático de franquicias, sí.


Se agradecen mucho tus intromisiones, Gemmayla. Saludos!

agosto 20, 2008 12:43 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Makiavelo, la verdad es que se me cae la cara hasta el suelo cuando voy pasando la mirada por esas cosas que venden en los aeropuertos, sí. Pienso que deberían colgar un cartel a la entrada que dijera: “leer estos productos perjudica su salud mental. Y además crea impotencia”. Un saludo!


Ella, Annie Hall es una maravilla del cine desde todos los puntos de vista, técnicos y literarios. Es la más conocida de Allen, sí. Pero quizás también una de las que tienen un planteamiento más pesimista, aunque la mayoría del público se quede en los gags y el aire fresco que respira. Besos lascivos!

agosto 20, 2008 12:43 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Shandy, no creo que te resulte difícil encontrar Zelig en el Emule. Además, seguro que está de oferta en alguna tienda (aquí en Madrid, los Vips tienen las películas de Allen en oferta de 8 euros). Es muy interesante lo que planteas del miedo a la libertad. Cuantas más normas de comportamiento preestablecidas tengamos y sigamos, menos posibilidades tendremos de tener que enfrentarnos al posible fracaso. Porque si fracasamos junto con todos los demás no nos daremos cuenta. Sólo la soledad nos permite el autoexamen.

Cualquier nacionalismo, desde mi punto de vista y sin ánimo de entrar en un debate político, es la expresión máxima de la des-individualización ¡hasta hablan de derechos de pueblos, algo que sólo puede tener sentido en el campo de la ética de las personas! La integración en un colectivo por razón de origen, raza o equipo de fútbol es la mejor ayuda para no pensar. Y Zelig también habla del nazismo, claro. Saludos!

agosto 20, 2008 12:44 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Hola Nico. Se llama Zelig, sí. Y es del año 1983. no es una película normal, en el sentido de que se trata de un falso documental en blanco y negro. Pero estoy seguro de que la disfrutarás. Saludos!


Lokita, cuanto tiempo sin verte por aquí. Se te ve un poco más agresiva con este avatar que te has puesto :) Siempre llevo libros cuando viajo. Pero a veces hay imponderables. Y tiempos de espera en los que uno pasea y pasea y acaba metiéndose en esos distribuidores de imbecilidad encuadernada. Besos!

agosto 20, 2008 12:45 p. m.  
Blogger Isabel chiara dijo...

Pero Lagarto, eso que pides es más difícil que ver a Helena de Troya con los rulos puestos. En los lugares de tránsito se dan dos circunstancias muy estudiadas por los psicólogos:

a- la leche que te entra es menuda debido a los atrasos, la mala educación, lás pérdidas, etc.
b- tanto altavoz anunciando destinos y tanto forastero de su padre y de su madre provoca desubicación, pérdida de memoria.

Por eso los libros de autoayuda y de entresijos históricos ayudan al viajero a superar el tránsito y la desorientación.

Si los curas cayeran en el suculento caldo de cultivo de fieles en que puede devenir un aeropuerto... El negocio redondo.

Allen un genio. Totalmente de acuerdo. Y Zelig un ser entrañable.


Un besote :)

agosto 20, 2008 2:30 p. m.  
Blogger Tamaruca dijo...

- ¿Y este?
- Ese también me lo he leído.
- ¿Y este otro?
- También.
- ¿Y ese de ahí?
- Ese ni me lo he leído ni me lo leeré jamás (en referencia a "Los hombres vienen de Marte, las mujeres de Venus" o algo así, pfffss).

Conversación recientemente mantenida en librería de un pueblecito costero de cuyo nombre no quiero acordarme.

Besitos ;)

agosto 20, 2008 3:33 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Diciembre, eres respetuosa y maja, así que disculpa si yo me he pasado de incendiaria.

Besitos orgiásticos

P.D.: Oye, que estoy dando por hecho que eres chica. Espero no equivocarme y meter la pata.

agosto 20, 2008 6:57 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Le agradezco mucho sus palabras sobre mí en el comentario de Diciembre, amigo NoSurrender. Sepa usted que el aprecio es mutuo, y también tengo siempre muy en cuenta sus opiniones y análisis, aunque a veces choquemos, como por ejemplo en el caso de LVG, de la que yo sí soy partidario, porque ahí, en esa emisora, "La Voz del Guadalquivir", fue donde comencé a escuchar muchas de las canciones que me engancharon para siempre... jejejeje... y los demás lectores perdonen este chiste privado entre nosotros.

Un abrazo.

agosto 20, 2008 7:12 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Ichiara, lo que sí es cierto es que nunca he visto libros o películas sobre catástrofes aéreas en los aeropuertos. De hecho, los he buscado deliberadamente siempre. Besos!


Ay, Tamaruca ese tipo de títulos deberían pitar al pasar el control en un aeropuerto. O encarcelar a sus editores directamente. Todos los hombres y mujeres que yo conozco son del planeta Tierra y toman raciones en los bares ¿Cómo es posible escribir algo tan sexista? Ay. Besos, Tam. Espero que todo vaya estupendamente en tu isla.

agosto 20, 2008 7:56 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Ella, que me estáis llenado todo de disculpas y se va a poner todo perdido, mujer :P No hace falta disculparse, me parece muy bien que cada uno exprese su opinión, la tuya y la de Diciembre. Nos enriquecemos todos. Besos lascivos.


Carrascus, es que usted es muy perseverante, eh :) El debate en el blog de la doctora Antígona ha sido muy constructivo, aunque no nos pongamos de acuerdo. Prefiero su LVG, sí. Seguro que la música era buena. Saludos!

agosto 20, 2008 7:57 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Ella, no te preocupes guapa, suelo enredar en tu blog eroticofestivo (con tu permiso), y tenía claro que eres temperamental y tierna a la vez. Es genial lo que escribes..., y yo me repito cómo el ajo...; que baje yá el santo Job, que sube el señor Nosurrender a relevarleee...

Besitos XX!

agosto 20, 2008 11:36 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

¿Que enredas por mi orgía? Pues será en silencio, nena. Te invito a atravesar sus puertas cuando te apetezca.

Besos orgiásticos

P.D.: Vale, vale, Nosurrender, yo no tengo la culpa de que Diciembre sea maja.

agosto 21, 2008 3:28 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Gracias Ella, eres un encanto. De momento disfruto enormemente siendo una voyeur en tu excitante mirilla...

Besitos...voyeuriles!

Nosurrender, lo merezco, pero no me destierres de tu blog, te lo pido por Springsteen...

agosto 22, 2008 12:12 a. m.  
Blogger frikosal dijo...

"sólo se ofrecen patéticos libros de autoayuda o de novela histórica con tintes esotéricos. Cojones, ya."

Que bien lo resumiste.

Yo vi Zelig cuando era un niño, fui al cine a ver una de niños y también ponían Zelig. Casi hasta el final pensé que era cierto y me impresionó muchísimo. ¿Puede ser que mis síntomas se deban a eso?

octubre 07, 2008 10:33 p. m.  

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