domingo, septiembre 07, 2008

Utilidades, valores y otras hierbas literarias



No sé si este post inaugura una nueva sección en el Laberinto que pudiera llamarse “Peticiones”, pero hace unos días Dama Shandy propuso que se comentara aquí acerca de un artículo que apareció en Babelia la semana pasada en el que afirmaba: "La lectura tiene una utilidad sensorial y una utilidad práctica, pero tal vez no tenga ninguna utilidad ética, que es la que tanto se pregona”

Las experiencias literarias simplemente se presentan y es el lector el que decide libremente tomarlas o no tomarlas. La información es la misma, pero cada uno la toma como puede y quiere. Yo puedo conocer el bien, pero eso no implica que tenga que hacerlo.

Creo que la cultura no edifica necesariamente a las personas. Simplemente nos proporciona nuevas experiencias. Leer nos puede llevar a vivir la vida de Tom Joad en la América profunda de principios del sXX. O la angustia de Raskolnikov tratando de justificar por qué asesinó a aquella anciana rusa. O las consecuencias de la infidelidad de Emma Bovary en la Francia del sXIX. O la ambición ambigua de Julian Sorel en la época en la que la Europa que vivimos se inventó. Conocemos lo que les pasa, lo que sienten ante lo que les pasa, las decisiones que toman ante lo que les pasa y las consecuencias de sus actos. Y al final, descubrimos que nuestros miedos y deseos no son tan diferentes de los que atenazaban a Tom Joad, Raskolnikov, madame Bovary o Julian Sorel.

Comprender las vidas de otros nos ayuda a interpretar un poco mejor nuestra propia vida. A conocernos un poco mejor a nosotros mismos. Esto nos permite ser un poco más libres, ya que con estas nuevas experiencias (que no hemos tenido y que sólo hemos podido conocer a través de lo que hemos leído) aumenta el espectro de posibilidades de decisión que podemos tomar ante cualquier nueva encrucijada de la vida. Entonces la literatura sí tiene una aportación al campo de la ética. No nos hace más buenos, pero sí nos proporciona más información para tomar nuestras decisiones.

Creo que este conocimiento no tiene por qué ser útil en sí mismo. Puedo usarlo o no usarlo. Incluso, puedo usarlo interpretándolo a mi particular manera. Sólo es información. Pero no podemos negar que tiene un valor. Y es que hay que distinguir entre utilidad y valor. En este sentido, la ética puede tener más valor que utilidad.

Bret Easton Ellis nos presenta a Patrick Bateman en American Pycho . Se trata de un alto ejecutivo de Wall Street, joven, millonario, preparado en las mejores universidades. Moderno, elegante y de gustos elitistas y refinados. Sólo tiene un pequeño defecto: le gusta descuartizar mujeres y vagabundos. Este pequeño defecto, no le impide a Patrick Bateman ser un modelo social en el mundo en que vivimos. Cualquier banco de inversión le contrataría y le pondría un despacho enorme.


“El vagabundo, un negro, está tumbado a la puerta de una tienda de antigüedades abandonada de la calle Doce (…) Un cartel escrito a mano sujeto a la parte delantera del carrito dice:” ESTOY HAMBRIENTO Y NO TENGO CASA POR FAVOR AYÚDENME” (…) La pestilencia de algo así como alcohol barato mezclado con excrementos se alza como una nube pesada, invisible, y tengo que contener la respiración antes de acostumbrarme a ella. El vagabundo se despierta, abre los ojos, bosteza, y enseña unos dientes muy sucios entre unos labios púrpura agrietados.

(…)

- Hola - digo, tendiéndole la mano-. Pat Bateman.

El vagabundo me mira, jadeando debido al esfuerzo que tiene que hacer para sentarse. No me estrecha la mano.

- ¿Necesita dinero? - le pregunto amablemente -. ¿Y algo de comer?

El vagabundo asiente con la cabeza y se echa a llorar, agradecido.

Busco en el bolsillo y saco un billete de diez dólares, luego cambio de idea y sujeto uno de cinco.

- Es lo que necesita, ¿verdad?

El vagabundo vuelve a asentir con la cabeza y aparta la vista, y después de aclararse la voz, dice tranquilamente:

- Tengo mucha hambre.

- Además hace frío - digo yo -. ¿No es así?

- Tengo mucha hambre.- Tose una vez, dos, tres, luego aparta la vista, avergonzado.

- ¿Por qué no trabaja? - le pregunto, con el billete en la mano, pero lejos del alcance del vagabundo -. Si tiene mucha hambre, ¿por qué no trabaja?

Respira, tiembla y entre sollozos admite:

- Me quedé sin trabajo… Me echaron. Me pusieron en la calle.

Lo acepto, asintiendo con la cabeza.

- Vaya por Dios, eso está muy mal.

(…)

- Tengo hambre - susurra.

- Ya lo sé, ya lo sé - digo -. Vaya, parece usted un disco rayado. Estoy tratando de ayudarle… - Mi impaciencia aumenta.

- Tengo hambre - repite.

- Oiga. ¿Cree usted que está bien pedirle dinero a la gente que trabaja? ¿A quien tiene trabajo?

Se le contrae la cara y dice entrecortadamente, con una voz ronca:

- ¿Qué puedo hacer?

(…)

- Tiene que conseguir un trabajo, Al - le digo seriamente -. Tiene usted una actitud muy negativa. Eso es lo que le impide conseguirlo. Debe mostrarse decidido. Yo le ayudaré.

- Es usted tan amable, señor. Es usted tan amable. Es usted un hombre muy amable - balbucea -. Se lo aseguro.

(…)

- ¿Se da usted cuenta de lo mal que huele? - susurro, dándole un golpecito en la cara -. Apesta. Dios mío…

- No consigo… - Se ahoga, traga saliva -. No consigo encontrar sitio donde vivir.

- Apesta - le repitió -. Apesta usted a…mierda. ¿Sabe una cosa? Maldita sea, Al…, míreme y deje de llorar como un marica - grito. Mi enfado aumenta, luego se aplaca y cierro los ojos, llevándome la mano a la nariz para tapármela, luego suspiro -. Al…, lo siento. Lo que pasa es que…, no sé. No tengo nada en común con usted.

El vagabundo no escucha. Llora con tal fuerza que es incapaz de responder de modo coherente. Vuelvo a guardarme lentamente el billete en el bolsillo de mi chaqueta Luciano Soprani. El vagabundo deja de sollozar bruscamente y se sienta, buscando con la vista el billete de cinco dólares o, supongo, su botella de Thunderbird. Adelanto una mano y le vuelvo a tocar la cara suavemente, con compasión y susurro:

- ¿Sabes que eres un jodido perdedor?

Él empieza a asentir, desesperado, y yo saco un largo y delgado cuchillo con hoja de sierra y, con mucho cuidado para no matarle, le hundo aproximadamente un centímetro de la hoja en el ojo derecho, empujando con el mango y sacándole la retina.

El vagabundo está demasiado sorprendido para decir nada. Se limita a abrir la boca, aturdido, y se lleva lentamente una mano sucia y con unos guantes sin dedos a la cara. Le bajo los pantalones de un tirón y, a la luz de los faros de un taxi que pasa, distingo sus blandos y negros muslos, con un sarpullido asqueroso debido a que se mea constantemente con los pantalones puestos. El hedor a mierda me llega inmediatamente a la cara y, respirando por la boca, me agacho y le apuñalo en el estómago, sin hundir demasiado el cuchillo, por encima de la densa mata de vello púbico. Esto parece que le deja un tanto sobrio, e instintivamente trata de protegerse con las manos, mientras el perro se pone a aullar, de un modo furioso de verdad, pero no me ataca. Sigo dándole puñaladas al vagabundo, ahora entre los dedos, en el dorso de las manos. El ojo le cuelga de la cuenca y le oscila por delante de la cara, y él sigue parpadeando, lo que hace que lo que le queda dentro de la herida suelte una especia de yema de huevo roja. Le agarro por la cabeza con una mano, se la echo hacia atrás y con el pulgar y el índice le sujeto el otro ojo, se lo mantengo abierto y meto la punta del cuchillo en la cuenca, rompiendo primero la membrana protectora, de modo que la cuenca se le llena de sangre. Luego le corto el globo ocular… y él empieza a gritar cuando le corto la nariz en dos, lo que hace que la sangre me salpique un poco. Deslizo rápidamente la hoja por la cara del mendigo, abriéndole el músculo por encima de la mejilla. Todavía arrodillado, le tiro una moneda de veinticinco centavos a la cara que brilla debido a la sangre y tiene las dos cuencas vaciadas y llenas de coágulos de sangre, y lo que queda de sus ojos balanceándosele literalmente por encima de sus labios que gritan. Le susurro tranquilamente:

- Ahí tienes venticinco centavos. Cómprate un chicle, jodido negro asqueroso.”



Quizás, a veces, también hay lecturas que no tienen una utilidad sensorial ni una utilidad práctica (a no ser que se quiera aprender a descuartizar señoras), pero tal vez sí tenga un valor ético, ése que tan poco se pregona.



Un libro para Patrick Bateman: El guardián entre el centeno, de J.D. Salinger

Una canción para Patrick Bateman: Sympathy for the devil, de Rolling Stones

Una película para Patrick Bateman: La naranja mecánica, de Stanley Kubrick

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87 Comments:

Blogger josef dijo...

Ese tal Patrick Bateman encaja con la pandilla de violentos que protagoniza la naranja mecánica,e incluso podría ser su jefe. Espeluznante relato. En cuanto al conocimiento del porqué usa la violencia el Sr Bateman, tienes razón, no me sirve para convencerme de alguna gran cosa en particular, excepto que es un demente esquizofrénico muy muy peligroso. Un saludo!

septiembre 07, 2008 2:01 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Lagarto, creo que a la pregunta "La lectura tiene un valor ético" no se puede responder con un simple "Sí" o "No". Como tú apuntas se puede contestar on un "Tal vez" o un "Quizás".

Sí creo que nos hace más libres, porque nos ofrece más perspectivas y amplia nuestros campos de percepción. Por tanto si conocemos más caminos, tenemos más opciones, más posibilidades para poder elegir. Pero elegir no significa acertar o escoger lo mejor, lo más útil o lo más ético. Ante una misma lectura, las conclusiones a las que llegamos pueden ser distintas; las interpretaciones,las percepciones, los sentimientos o emociones que depierta son diferentes en las distintas personas que la leen. ¿Por qué?... Supongo que la interpretación y como procesamos la información recibida depende de nuestros prejuicios, valores, educación, vivencias, experiencias, cultura a la que pertenecemos... Además habría que tener en cuenta qué leemos y qué buscamos en la lectura aparte del placer del entretenimiento ( uno de los principios básicos para disfrutar de la lectura, me parece).

Desde un punto de vista personal, sí creo que mejora la ética. Parte de como soy y como pienso se lo debo a la lectura. Al menos muchas de las lecturas han hecho despertar mi mala o buena conciencia. Otras me han descubierto que el "mal", la parte oscura del ser humano, también puede estar dentro de mí. Por tanto me hace estar alerta e, incluso por egoísmo, controlarla o reprimirla.

Mientras leía el texto de "Americam Psycho" pensaba en el protagonista de "La naranja mecánica", en el guiño que hace al expectador al final de la película. Siempre me he preguntado si después de someterlo a ver las escenas más terribles y repugnantes de violencia ha funcionado la terapia?

Gracias por plantear el tema.

(Zelig me pareció una estupenda lección de cine, además de una inteligente crítica no sólo al comportamiento del camaleón -casi lo veo como a una víctima- sino también a toda la estupidez de los comportamientos sociales. Creo que "la masa" también se "zeligniza")

Un abrazo

septiembre 07, 2008 2:47 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Bueno, Moderato. Patrick Bateman encajaría en la Naranja mecánica sólo hasta cierto punto. Es un violento patológico, sí. Pero a diferencia de Alex (el protagonista de la peli de Kubrick), Patrick es un miembro de la elite de la sociedad. Mientras que uno de los problemas de Alex es que no tenía donde vivir, Patrick tiene uno de los apartamentos de más lujo de Nueva York.

El psicópata de la novela de Bret Easton Ellis está perfectamente adaptado a la clase dirigente de Wall Street. Lo que deberíamos preguntarnos, entonces, es qué tipo de elite financiera se ha creado en el mundo, que es capaz de mantener a un individuo así sin que nadie lo detecte.

Un saludo!

septiembre 07, 2008 8:25 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Dama Shandy, es que la pregunta estaba trucada. Porque a la ética, como a la filosofía es difícil pedirle “utilidad”. Quiero decir, un destornillador de estrella es útil, pero una idea subjetiva acerca del aborto no lo es, en principio, si no va acompañado de cuestiones médicas y legales después.

Leer no nos proporciona herramientas, sólo experiencias vicarias. Y hay personajes que nos llegan más que otros.

Dices una cosa que me parece que plantea otro debate muy interesante: “Ante una misma lectura, las conclusiones a las que llegamos pueden ser distintas; las interpretaciones, las percepciones, los sentimientos o emociones que despierta son diferentes en las distintas personas que la leen…” Y es que las interpretaciones, percepciones, sentimientos o emociones que se despiertan en nosotros cuando leemos… ya están previamente perfiladas por nuestras experiencias, esto es, también por las películas o los libros que hemos leído antes también. Vamos, que estamos como siempre, rodeados de huevos y gallinas sin saber qué fue primero.

Respecto a la Naranja mecánica, yo siempre he pensado que ese guiño significaba que, evidentemente, la terapia no había funcionado. Lo que sí funciona es la represión. Quiero decir, los instintos violentos permanecen en Alex intactos en todo momento. Lo que pasa es que esa terapia le provoca una nausea que le impide ejercer la violencia práctica. Por eso es genial esa peli, por el debate moral que plantea.

Un abrazo!

septiembre 07, 2008 8:25 p. m.  
Blogger Novicia Dalila dijo...

Creo que la literatura nos da todas las herramientas posibles para ser mejores a través del conocimiento remoto de lo que jamás podríamos conocer por nuestros propios medios. Creo que tiene un valor incalculable lo que nos aporta todo lo que leemos, sobre todo si somos capaces de aplicarlo en nuestra propia vida.

De todas formas, respecto al relato, que me ha impresionado muchísimo, veo una cosa clara, que se da en cualquier sociedad, en cualquier sitio, a tu alrededor: La vida se ve de distinta forma desde arriba que desde abajo. Una persona triunfadora es posible que no sea capaz de entender la cantidad de handicaps que tiene que vencer una persona desfavorecida...

A mi me ha dado mucha pena el texto. Veo muy a menudo gente perdedora, que ya no tiene fuerzas, ni ganas, ni medios, ni ayudas ni nada para salir a flote.

La vida desde arriba se ve muy fácil, y ese no es el problema. Lo peor es cuando los que están arriba son incapaces de sentir la más mínima piedad y cuando no saben entender la cantidad de circunstancias que han podido llevar a ese negro, por ejemplo, a estar tirado en un rincón pestilente, sin casa, sin comida, sin abrigo....

Ese tío es un psicópata con pelas y con status social. Nada más.

septiembre 07, 2008 8:45 p. m.  
Blogger Novicia Dalila dijo...

Se me ha olvidado decir que La Naranja Mecánica me parece una genialidad. El guiño yo tb lo he interpretado siempre como un corte de mangas a la terapia... Igual es verdad eso de que "bicho malo nunca muere"

septiembre 07, 2008 8:49 p. m.  
Blogger Lula Fortune dijo...

Bueno, no hay chicos en bolas para digerir este post, pero por lo menos están los Rolling. Voy a retirarme a reflexionar sobre el valor ético de la lectura pensando en la cantidad de cabrones que hay sueltos con una gran biblioteca.
Besos en las cuencas vacías.

septiembre 07, 2008 9:35 p. m.  
Blogger Gemmayla dijo...

Lo que más me impresiona de este maquiavélico diálogo de sordos es cuando el ejecutivo le pregunta y le increpa al vagabundo por qué no trabaja, con esa pertinaz insistencia, cuando casi todo el mundo sabemos que un alto porcentaje de los mendigos que podemos ver malviviendo en la calle son enfermos mentales crónicos, alcohólicos en su mayoría. Pero en general les aplasta la enfermedad mental y la locura. Preguntar a un enfermo mental por qué no trabaja, me parece tan depravado como someterle a esa implable tortura sin piedad. En realidad nos damos cuenta de que ambos están locos de atar y la locura del ejecutivo cobra una dramática y espeluznate relevancia.

septiembre 07, 2008 9:50 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Yo considero que la buena literatura, esa que se convierte en obra maestra e indispensable con el paso de los años, no intenta aleccionar, ni moralizar, ni edificar: expone un universo y presupone la inteligencia del lector.
Toda obra indispensable, pone sobre el tapete una, dos o varias cuestiones morales. Luego nosotros las recogemos o no, pero ahí están, dándonos vueltas en la mente cuando recostamos la cabeza sobre la almohada.

Besos orgiásticos

P.D.: Ya imaginarás lo que ha supuesto para mi encontrarme al fin, en medio del laberinto, con mi Holden.

septiembre 07, 2008 9:50 p. m.  
Blogger Inquisidora dijo...

Profundament patético, un blog que manifiesta lo que muchos piensan.

http://profundamentepatetico.blogspot.com/

septiembre 07, 2008 9:56 p. m.  
Blogger Arcángel Mirón dijo...

Este Bateman entra en la lista de los diez personajes ficticios más despreciables.
Porque es ficticio, aunque haya gente como él.

La literatura sirve para mucho más de lo que parece a simple vista. Es largo este tema, muy largo.

septiembre 07, 2008 11:32 p. m.  
Blogger Sintagma in Blue dijo...

La película era impresionante (y él estaba mejor que en Batman).

septiembre 08, 2008 12:14 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

¿Cómo no va a influir en la ética personal lo que uno lee y sobre todo lo que lee de joven? También a mi me sorprendio esa afirmación.
En cuanto al personaje de Pat Bateman, nos sirve para exorcizar todos esos miedos oscuros que llevamos muy pero que muy dentro...
Saludos

septiembre 08, 2008 2:19 a. m.  
Blogger princesadehojalata dijo...

Jo, hoy internet va de pena por no decir como el culo. Se me ha borrado el comentario.
Decía que leí el artículo en su día y me dejó un poco perpleja su manera de concluir generalidades a partir de casos particulares. Ahora te leo y no puedo estar más de acuerdo con lo que escribes. La literatura es información, conocimiento que uno puede o no usar. Leer sirve para leerse a uno mismo entre otras cosas. Si uno se deja, claro.
Un beso.

septiembre 08, 2008 11:56 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

La literatura en general -y la lectura en particular- puede tener un valor ético, o una "utilidad" ética, pero no tiene por qué tenerlo, porque no es su función primordial, ni es algo sustancial ni definitorio del hecho literario.

Y puede tener ese valor o esa utilidad ética si el que la lee se la da. Ni siquiera que la intención de un autor al escribir una obra tuviera algo que ver con la ética sirve de mucho si el que la lee no quiere o no puede percibirlo y asumirlo.

La utilidad ética, como la belleza, está en el ojo del que mira. Y para el ojo del que mira casi todo puede tener esa utilidad o ese valor ético. Y en ese sentido, la literatura solo sería otra cosa de tantas.

Pero sí, es un debate largo y muy muy complicado.

septiembre 08, 2008 12:16 p. m.  
Blogger Belnu dijo...

La lectura está unida al placer, y a la compañía simbólica que nos hace una voz afín, o los personajes que se quedan con nosotros cruzados y entretejidos con nuestro momento y con nuestra vida. Sería absurdo pensar que hay que leer para aprender una ética o para sustituir unos estudios, para mí hay que leer respondiendo a un deseo.

septiembre 08, 2008 12:33 p. m.  
Blogger Vintage dijo...

Hola nosurrender, ya sabes q filosofar no es lo mio, lo mio va m�s por los derroteros de las percepciones
Planteas hoy un tema muy bueno
LO q nos aportan los libros, es asi??, o lo he reducido mucho

Pueden darnos como bien dices, conocimientos hist�ricos, personalmente creo q conozco Rusia por la cantidad de escritores q he podido leer, pq son magistrales describiendo situaciones, personajes pero sobre todo la personalidad rusa. ( Dostoievski, para mi el mejor)
Pueden aportarnos conocimientos en diferentes materias ( jardineria, botanica, fotografia, etc...)
Pero a nivel �tico ya es m�s complicado si realmente nos aportan algo.
He leido libros duros, ( recuerdo a Lord Byron, asi de golpe, Justine )
Hizo q leer a Justine cambiara mi �tica ?, no, pero si me la confirm�La literatura no edifica a las persona, pero no solamente nos proporciona nuevas experiencia, nos proporciona visiones diferentes de una misma realidad.
Leer a Bovary no hace q sea infiel o no lo sea, hace q entienda mis emociones al serlo o no serlo.

Creo q leer es maravilloso, pq me abre la mente a nuevos sentimientos, no a nuevos perd�n a entenderlos ( Sandor Marai, me est� ayudando mucho por poner un ejemplo)

Un dia creo q fuste tu me dijiste nadie es tan malo ni tan bueno, es cierto este personaje q hablas no es tan malo, ni tan bueno
Es malo aquel hombre q mataba a las personas q estaban sufriendo por una enfermedad ( creo q era un medico holandes)??, es malo??, no se si realmente ser malo malo existe, creo q no.

Quiero preguntarte una cosa
Pq todo elo mundo habla de el guardian entre el centeno?
Pq cuando lo le� cre� q era uno de los libros peores q habia leido?
Q fue lo q no entend�?

Creo q deberias abrir una secci�n de peticiones
PQ tengo alguna q otra

como siempre encantada de leerte
muakkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkk

septiembre 08, 2008 12:39 p. m.  
Blogger Vintage dijo...

Te hagi mi primera petición
EL GUARDIAN ENTRE EL CENTENO
si hablas de él me releo el libro, lo prometo por el arreglo de mi lavavajillas
muakkkkkkkkkkkkkkkkkk

septiembre 08, 2008 12:41 p. m.  
Blogger Sibyla dijo...

Pienso que hay que la utilidad ética la da la buena literatura, y no el simple hecho de leer "cualquier" libro.
Existen libros que son bazofia, y que jamás podrán llegar a ser ni pácticos ni útiles para la formación cultural y ética de un individuo.

Salud2:)

septiembre 08, 2008 6:11 p. m.  
Blogger Carlos Caillaux dijo...

Escalofriante frialdad la de Bateman pero ningún aporte para el lector, salvo exaltar su perversidad o escandalizarlo por ciertas taras urbanas, concuerdo con Sibyla (sobre este comentario), existe variedad de textos y no todos aportan.

Saludos.

septiembre 08, 2008 6:34 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Yo creo que todo lo que te enseñe a pensar y te obligue a fundamentar tus opiniones tiene utilidad ética. A mí la literatura, muchas veces, no siempre, depende de la historia y de cómo la he percibido, me ha hecho pensar, sobre todo si me ha descubierto otro punto de vista o si en una frase ha sido capaz de resumir todo un pensamiento con el que me he sentdio identificada y sobre el que nunca había pensado. Por ejemplo, el relato que escribes y que creo que transmite muchísimo, no creo que para mí haya tenido mucha utilidad ética, la verdad (yo tengo muy asimilado que gente muy cultivada y con mucho éxito social tienen comportamientos poco o nada éticos, o al menos muy diferentes a los míos). Y sin embargo, el post y y los comenatarios (para no variar, que este sitio ha sido para mí el descubrimiento del verano!!) pues creo que tienen utilidad ética.
Saludos!!

Ch

PD: totalmente de acuerdo con Bolero con lo del Guardian entre el centeno. Qué alivio no ser la única!!

septiembre 08, 2008 6:50 p. m.  
Blogger Margot dijo...

Leí el articículo y me gustó, me hizo gracia, ejercía de abogado del diablo el escritor... y me parecía acertado mucho de las cosas que decía, he conocido tantos-as hijosdeputa leídos que no pude por menos que darle la razón, jeje. Aunque como él mismo, difícilmente yo podría vivir sin libros, y procuro que los que me vienen detrás lean y sé que la persona que soy (y no me caigo del todo mal) es en buena parte gracias a ellos. Como siempre, delimitar si o no a algo nos deja muchas matizaciones en el camino. Los libros son un buen punto de partida para la vida pero no son la vida, me digo y me quedo tan pancha. Tal vez a eso se refería...

Y no pude con ese libro, en la página diez me resultó innecesario y no disfrutaba con él. Pero lo que es aún peor... El Guardián entre el Centeno me pareció igual de innecesario. Para gustos se hicieron los colores, señor Lagarto.

Besos con olor a papel nuevo.

septiembre 08, 2008 8:14 p. m.  
Blogger Antígona dijo...

Vaya, vaya, doctor Lagarto, veo que anda usted complaciente con su público. Esta nueva sección de peticiones promete y compruebo además por los comentarios que ya desde el primer post está siendo un éxito. Prepárese, porque lo que es trabajo en el blog me parece que no le va a faltar :P

En relación al tema planteado, diría que ha sido usted muy inteligente proponiendo esa distinción entre la utilidad y el valor ético. En efecto, tal vez el problema de la cita de la cual se parte sea el hablar de utilidad en relación a la ética, dado que ello presupondría algo así como que de determinados actos o ejercicios –leer en este caso- cabría esperar un aprendizaje inmediato y una respuesta coherente con tal aprendizaje en lo relativo a la distinción entre el bien y el mal. Y nada más lejos de la realidad en el terreno de la ética, no sólo porque en él todo resulta tremendamente más complejo, sino porque, además –lo ha expresado usted muy bien- en él topamos de lleno con la cuestión de la libertad: ni tan siquiera el hecho de conocer, para una situación concreta, cuál sería la actuación moralmente aceptable frente a otra inaceptable, me llevará a optar por la primera.

Ahora bien, que ese conocimiento no me lleve, de manera inmediata y, sobretodo, necesaria, a optar por el bien, no significa que esté totalmente desconectado de ella. Y supongo que es aquí donde entra en juego el valor ético de la literatura. Porque yo puedo tener la pretensión de ser una buena persona, por ejemplo, y, sin embargo, no disponer de las herramientas suficientes, dado mi desconocimiento del mundo, de los otros, o de mí mismo, para discernir lo bueno de lo malo. O también: ante una determinada situación puedo actuar ciegamente guiado por una serie de prejuicios según los cuales mi actuación sería la correcta y no saber, sin embargo, que si en algún momento hubiera tenido la oportunidad de poner en cuestión tales prejuicios, de analizarlos, de revisarlos, mi actuación podría ser la radicalmente opuesta. Nuestro conocimiento de la realidad no determina nuestras acciones. Si así fuera, eso eliminaría nuestra condición de seres libres. Pero no puede dejar de reconocerse que alguna influencia tiene sobre ellas, fundamentalmente porque el conocimiento amplía nuestras posibilidades de actuación. Y justamente esto, como usted ha señalado en el post, es lo que puede proporcionarnos la literatura: un mayor conocimiento de nosotros mismos, de los otros, y del mundo que nos rodea, que puede conducirnos a decidir con mayor conocimiento de causa y ampliar nuestras posibilidades de elección gracias a su capacidad para hacernos vivir vicariamente situaciones, circunstancias, dilemas, a los que tal vez nunca tengamos que enfrentarnos, pero que también podrían ser nuestros o incluso lleguen a serlo con el tiempo.

A mí me parece indudable que determinadas lecturas ensanchan nuestro conocimiento de la naturaleza humana e invitan, cuanto menos, a la reflexión ética. A fin de cuentas, lo que en los libros aparecen no son más que seres humanos como nosotros, movidos por motivaciones, anhelos, necesidades muy parecidas a las nuestras, que reaccionan, eligen, toman decisiones y sufren consecuencias derivadas de las mismas ante las cuales, cuando nos metemos de verdad en la lectura, nunca permanecemos indiferentes: las alabamos, las admiramos, las criticamos, nos distanciamos de ellas; en definitiva, las valoramos y juzgamos desde una perspectiva moral, aun cuando no hayamos aprendido nunca lo que términos como moral ni ética significan. Y eso supone embarcarse en un ejercicio de reflexión que puede acabar influyendo de algún modo en nuestra manera de pensar tanto sobre nuestra propia conducta, como sobre la de las personas que nos rodean.

Muy adecuado me parece para el post el fragmento que nos ha transcrito de “American Psycho”. Entre otras cosas, porque a través de él puede ilustrarse muy bien esa imposibilidad a la que he aludido más arriba de, como lectores, permanecer indiferentes ante aquello que se nos cuenta. Auténtica repugnancia es lo que a mí, particularmente, me suscita el comportamiento de Bateman ante el vagabundo. Pero una repugnancia que no dudaré en calificar de moral, puesto que es lo cruel, sádico e inmoral de su comportamiento ante otro ser humano lo que me repugna y hace revolverse mis tripas, más allá de lo truculento del fragmento. ¿Pudiera ser que Bret Easton Ellis no tuviera pretensión alguna de despertar tal repugnancia moral en mí, sino que, por el contrario, fuera un psicópata que disfrutara con la narración de semejantes animaladas? No lo creo en absoluto, pero pudiera ser. Y sin embargo, lo importante no son sus intenciones como autor, sino mis reacciones ante el texto como lector. Reacciones que, afectando a las fibras de mi percepción moral, no dejarán de contribuir, de la manera que sea, a mi propia formación moral.

Como no quiero seguir abusando de su paciencia, doctor Lagarto, y me temo que esta vez ya he abusado más de la cuenta, sólo añadiré que la película de Kubrick que le recomienda a Bateman merecería igualmente un post, dada la genialidad y lucidez con la que reflexiona sobre una cuestión tan complicada la de la violencia. Pero tranquilo, en absoluto pretendo que interprete usted esta apreciación como una nueva petición, eh? :)

¡Un beso, doctor Lagarto!

septiembre 08, 2008 8:15 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

La verdad es que es muy útil leerse "American Psycho"... queda uno vacunado de seres como el Bateman éste al menos durante lo que le dura el recuerdo.

Porque no solo es su carácter, sino también esa forma de darte en la cara con todo lo que sabe, el estilo que tiene y lo cool que llega a ser. ¿A que tu también conoces a alguien así? A mi me resultaban tan vomitivas las descripciones que hacía de toda la ropa y complementos de firma que llevaban todos los personajes que iban saliendo (no he visto nada más cansino en letra impresa en mi vida) como las trilladas reseñas que hacía de los cantantes tan lights y establecidos que le gustaban, como las maldades que llegaba a realizar con ratas muertas de hambre y genitales femeninos... aunque una de las cosas que hizo fue muy descriptiva sobre lo que habría que hacerles a mucha gente que va por la vida de gourmet de la cultura: cogía las pastillitas redondas éstas que se echan en los urinarios masculinos para desinfectar (o para el olor, no estoy seguro); pero las cogía usadas, del interior de los meaderos públicos a los que iba; y las recubría de chocolate, ofreciéndoselas así como delicatessen a los invitados de las fiestas esplendorosas en las que también se movía... qué espléndida metáfora, verdad?

septiembre 08, 2008 9:17 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Bueno, Dalila, quizás la literatura no nos puede dar “todas las herramientas” porque a veces necesitamos de “herramientas intermedias” para poder acceder a lo escrito. Quiero decir, yo no me siento capacitado para asumir todo lo que Heidegger propone en Ser y Tiempo ya que me falta base intermedia. En cualquier caso, siempre hay más o menos cosas que sí podemos pasar a asumir como experiencias propias.

En este relato de American Psycho conocemos a un personaje absolutamente inmoral. Desde mi punto de vista, Bret Easton Ellis está una crítica ética a la sociedad en la que vivimos. El “triunfador” demuestra un comportamiento patológico y sádico con quien no puede tener la misma suerte que él tiene. No sólo no entiende los handicaps que le diferencian del mendigo, como bien dices, sino que piensa que es una simple cuestión de voluntad lo que les separa (“tienes que buscarte un trabajo”), de manera que entiende que hay algo “natural” en la diferencia entre ambos que puede justificar su “superioridad”.

En cuanto a la Naranja mecánica, también pienso que es una crítica ética a la sociedad que nosotros creamos cada día. Porque no hay terapia, sólo control de las consecuencias. Y ¿es estro estable? Esa mirada final nos dice que no.

septiembre 08, 2008 9:46 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Lula, tienes toda la razón. El texto es enorme y denso hasta decir basta. Debería haberlo amenizado con alguien en pelotas, esta vez un hombre. ¡Pero es que a mí me ha pillado sin depilar! Me alegro de que te gusten los Stones, esa canción tiene una magia especial. Bicos rodados!



Gemmayla, lo has expresado muy bien: el triunfador de Wall Street también es un enfermo mental. Sin embargo la sociedad no es capaz de intuirlo. Es como si la locura de Patrick pasara desapercibida en un mundo tan psicópata como el de los brokers de Nueva York. Un mundo en el que cada vez existe menos humanidad y más comportamientos agresivos.

septiembre 08, 2008 9:46 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Ella, la buena literatura no es moralizante, no. Hay que dejar la historia en manos del lector y presuponer un mínimo de inteligencia en éste. La historia deja de pertenecer a quien la escribe en cuanto la edita y ésta para a formar parte de la idiosincrasia del lector. Que edifique o no ya depende de todo lo que habite en el propio lector; su formación, su momento emocional, sus condiciones particulares… de hecho, es normal que a veces tengamos que dejar aparcado un libro que sabemos que es buenísimo sólo porque creemos que no es el momento apropiado. Respecto a Holden, cuando he hablado de “peticiones” al principio, ya pensé en él… Por cierto, veo por aquí que está levantando mucha polémica ¡a ver si te mojas! :)



Inquisidora, si vienes aquí a hacer publicidad de tu blog, al menos podrías hacerlo con un poco más de implicación. Aquí no son costumbre los minutos publicitarios.

septiembre 08, 2008 9:47 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Arcángel gracias a Dios es ficticio, sí. Lo que no es ficticio es el hecho de que en las puertas de los bancos más poderosos de Manhattan duermen vagabundo expulsados del sistema por no poder adaptarse. Dice que es largo el tema, pero me interesa mucho tu opinión ¿por qué no te lo tomas como un meme y escribes algo sobre el papel ético de la literatura? ;)



Sintagma, la película estaba muy bien, sí. Aunque algunas escenas son verdaderamente estremecedoras. No me extraña que se censurase en medio mundo.

septiembre 08, 2008 9:48 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Oli, todo nos influye, claro que sí. Yo no puedo identificarme con los miedos de Patrick, gracias a Dios. Aunque jamás mataría a nadie por conseguir mesa en un restaurante que yo no he conseguido, entiendo que la sociedad es tan competitiva y genera tantas psicopatías que podría hacer que esto llegara a pasar. Saludos!


Princesa de Hojalata, el artículo me parece una boutade. A veces nos ponemos a hablar y sentenciamos con el único propósito de provocar. Me gusta cómo lo expones; nos pasamos la vida intentando interpretarnos a nosotros mismos. Besos!

septiembre 08, 2008 9:48 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Kamala, como siempre, es muy interesante tu manera de plantearlo. No es su función primordial porque el hecho literario engloba todo lo escrito. Es un mundo enorme que abarca desde el prospecto de un analgésico hasta la Biblia. Es obvio que estos dos escritos pretenden fines diferentes. Pero creo que en ambos se produce “información”. Y que la información es básica para ampliar las esferas de posibilidades de decisión de las que se nutre una ética formada.

Me gustaría proponerte lo que he propuesto a Arcángel. Ya que te parece un tema largo, podrías hablar de ello en tu página, como una especie de meme más intelectual que otros ;)

septiembre 08, 2008 9:49 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Zbelnu, bienvenida a esta página. Creo que tampoco toda literatura, per se, está definida por el “placer”. Leer un manual de derecho procesal debe procurar un placer bastante limitado. En cuanto a las novelas, sea cual sea su estructura, nos permite vivir vidas vicarias y, por tanto, asumir como propias algunas experiencias.

Creo que son estas experiencias las que pueden procurar un valor, más que una utilidad práctica. Desde luego, no se “aprende” ética leyendo una novela. Gracias por pasarte por aquí!

septiembre 08, 2008 9:49 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Bolero, los libros nos aportan experiencias de otras personas que pueden ayudarnos a tener más referencias a la hora de tomar nuestras decisiones, sí. Las películas también, claro. De hecho, las calles de Nueva York, por ejemplo, han aparecido tantas y tantas veces en las películas que hemos visto, que tenemos la sensación de que nos podríamos hasta orientar en ellas aunque no hayamos nunca pisado la ciudad.

No creo que el Marqués de Sade, o cualquier otra lectura que no sea explícitamente moralista en su forma y en su fin (como el Corán o la Biblia), cambien nuestra ética. Pero el conocimiento que podemos tener, por ejemplo, de los efectos de la guerra y la miseria en Somalia se quedarán más en nuestra memoria si alguien es capaz de contárnoslo bien y hacer que participemos de esa realidad. No es que vayamos a ingresar en una ONG por ello, pero al menos tendremos más conocimiento de cómo se comporta la dignidad humana ante la miseria. Y, como bien dices, leer Madame Bovary te permite tener la experiencia de la infidelidad sin haberlo sido. Y eso nos enriquece, nos da valor a nuestra vida limitada.

El Guardián entre el centeno cuenta la historia de un adolescente que se llena de amargura con el mundo. Cree que todo el mundo está corrompido, que nada merece la pena porque todo está dispuesto para destrozar nuestros corazones según vamos creciendo. El protagonista no llega a matar a nadie, eh. Pero lo he puesto porque a ese libro se le buscaron en su momento unas connotaciones éticas muy relevantes, ya que el asesino de John Lennon lo veneraba y decía que se sentía identificado con Holden Caulfield, el protagonista de la novela.

Besos!

septiembre 08, 2008 9:50 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Sibyla, pero es que ese ejercicio de distinguir entre la buena y la mala literatura ya lo hace el lector, y no el autor. Quiero decir, somos nosotros los que libremente nos enfrentamos a lo que leemos. Para mí, por ejemplo, Muerte en Venecia de Thomas Mann es cien mil millones de veces mejor en todos los aspectos a American Psycho (sólo he puesto la obra de Ellis como ejemplo de una “no utilidad sensorial ni práctica”). Pero soy yo el que juzgo eso y lo hago de acuerdo a mí mismo. No puedo hacerlo por los demás. El debate que está aquí montándose acerca de la literatura de Salinger demuestra que no puode estandarizarse la aportación que una obra puede tener en todos los individuos ¿no crees?



Carlos, estoy de acuerdo contigo. Eso es lo que quería mostrar con ese texto. En cualquier caso, Ellis tiene una gran facilidad para escribir. Lo hace muy bien y ese mérito no podemos quitárselo. La capacidad para contar algo no tiene que medirse por el alcance ético de lo que cuenta. Saludos.

septiembre 08, 2008 9:50 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Ch, el texto que he puesto de Ellis no tiene ninguna utilidad, no. a no ser que alguien quiera aprender a descuartizar cadáveres, nadie va a sentir empatía por semejante personaje. Pero el autor nos muestra un mundo de elite y buen gusto que está podrido en el fondo. Un mundo en el que un verdadero psicópata no sólo puede pasar desapercibido, sino triunfar completamente. Esa es la denuncia de Ellis que, cuando leemos su libro, se nos queda impresa en algún lugar de nuestra mente. Por eso decía que no tiene utilidad ética, pero sí valor ético. Porque da más valor a nuestra experiencia como hombres y mujeres. Hablaremos del Guardián entre el centeno, vale., pero primero quiero que venga Ella y su Orgía y hable de la novela también, que sé que le gusta muchísimo.




Margot, claro que hay leídos hijos de puta. Y como ejemplo, este Patrick Bateman que he utilizado en este post. No sólo somos libres de tomar o no tomar lo que leemos, sino que también lo somos de tomar nuestros puntos de vista. Cervantes simplemente creó a Don Quijote. Es el resto de la humanidad la que lleva siglos discutiendo acerca de si realmente era un loco o no lo era. Y el mundo está lleno de Lady Macbeths por todas partes, por mucho que todos renieguen de ella cuando la ven en escena. Vamos, que tener la información no nos obliga a digerirla desde un punto de vista ético kantiano, pero no podemos negar que la información queda aportada. Besos.

septiembre 08, 2008 9:50 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Ay, doctora Antígona, no me hable usted de “ mi público” en tercera persona, que me deprime usted. Trabajo no falta, no. Pero la verdad es que disfruto más de éste que del que me pagan por hacer.

Si le digo la verdad, doctora Antígona, esa distinción entre “valor” y “utilidad” me la sugirió alguien con quien comenté previamente esa frase que abre el post. Así que le haré llegar a esa persona su comentario acerca de su inteligencia. Como bien dice usted, la lectura (como experiencia vicaria) nos aporta más libertad porque amplía nuestras posibilidades de elección. Y creo que la ética está intrínsecamente relacionada con este conocimiento de más posibilidades de elección, precisamente para hacer de nuestros actos algo más consciente y menos automático e irreflexivo. La ética es libertad, ¡qué coño!

Realmente no podemos saber si Bret Easton Ellis escribió ese fragmento (y le aseguro, doctora, que no es el peor del libro) disfrutando de la tortura o lo hizo para denunciar la crueldad de la sociedad que vivimos. Pero es que nos da igual. Quiero decir, la obra, una vez editada, ya no le pertenece al autor, sino a la cosmovisión de la sociedad que le lee. Así que tenemos una experiencia moral en torno a un psicópata de Wall Street. Es ya nuestro patrimonio, lo entendamos como lo entendamos. Es parte de nosotros y de nuestra experiencia y condiciona nuestra imagen mental de “psicópata” o de “vagabundo neoyorquino”.

Es curioso, creo que nunca he hablado de Kubrick, uno de mis ídolos más venerados, en este blog. Tomo en cuenta su petición.

Un beso, doctora Antígona!

septiembre 08, 2008 9:50 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Carrascus, eso es. Patrick Bateman es un personaje que se define por más cosas que matar prostitutas. Ese carácter del que hablas a todos nos recuerda a alguien concreto. Y Ellis abunda en eso precisamente para provocarnos esa sensación de hastío, de vómito ante lo “elegante”, que se confunde tan naturalmente con lo hortera de sus gustos musicales.

septiembre 08, 2008 9:51 p. m.  
Blogger Vintage dijo...

la obra, una vez editada, ya no le pertenece al autor, sino a la cosmovisión de la sociedad que le lee.
Nosurrender esta frase me la pego en la cabeza tipo post
q manera de resumir lo q pienso
jo majo eres ... bah ya lo sabes
muakkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkk

por cierto lo del guardian del centeno, creo q no me gustó pq no me gustó, no voy a darle mas vueltas
Tú lo acabas de decir, una vez sale de máquinas yo leo lo q quiero ver, y en este caso no vi nada
muakkkkkkkkkkkk

septiembre 08, 2008 10:03 p. m.  
Blogger Arcángel Mirón dijo...

Acá lo hice de algún modo: http://elarcangelmiron.blogspot.com/2008/07/macondo.html

Pero igual voy a pensar algo más, aunque odie la palabra "meme".

:)

septiembre 08, 2008 11:05 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

¡Uy!, pues no me he leído todos los comentarios. Mañana lo hago con tranquilidad. ¿Que me moje? Vamos, con El guardián entre el centeno más que con ningún otro libro. J.D. Salinger es Dios, y quien opine lo contrario no tiene ni pajolera idea sobre literatura, ni el más mínimo resquicio de sensibilidad artística ni humana.
Vamos, si esto no es mojarse...

Besos salvajes

septiembre 08, 2008 11:46 p. m.  
Blogger Kurtz dijo...

En realidad la pregunta tiene su chicha. La lectura del extracto con que nos obsequias puede resultar repulsiva o causar gracia e incluso admiración. No contribuye en nada a formar la ética de la persona que lo lee... puede, quizás reforzarla en un sentido o en otro.

Yo soy de la opinión que nuestros fudamentos éticos (locuras aparte)se cimentan en la primera infancia (Sé que es muy freudiano el asunto, pero así lo creo).

Es por ello que el extracto (extremo) que transcribes puede repugnar o encantar. Interpretas las lecturas en función de la ética que has mamado, que se ve reforzada por lo que ves o espantada.

salud

septiembre 08, 2008 11:56 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Aclaro: este momento talibán era broma (Diciembre, aparte del Lagarto, me conoce). He leído tu comentario pidiéndome que hable de El guardián..., pero creo que es un libro que se defiende por sí sólo. Me alegra comprobar que a Bolero también le gusta. Por cierto, que no te perdono la causa por la que lo has mencionado en este post. Todavía hay analfabetos que se atreven a decir que si este libro ha hecho correr ríos de tinta ha sido porque el asesino de Lenon llevaba un ejemplar en el bolsillo. En fin, la estulticia humana me abruma siempre, pero, desde luego, unas veces más que otras.

Besazos bacanalescos

septiembre 08, 2008 11:57 p. m.  
Blogger panterablanca dijo...

El guardián entre el centeno, genial.
Existen tantas versiones de una misma historia como lectores. Todos las interpretamos a nuestra manera Y yo creo que eso está bien.
No se puede moralizar al escribir historias, porque si lo haces, les estás diciendo a los lectores que no son suficientemente inteligentes como para llegar a conclusiones propias.
Un lametón de pantera.

septiembre 09, 2008 12:50 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Me ha costado entender la diferencia entre el concepto de "utilidad ética" y "valor ético" con respecto a la lectura - me muevo mejor en el lenguaje de la ficción que en el del pensamiento-, casi tengo agujetas en el músculo cerebral. Pero después de leer todos los comentarios -en especial el de Antigona- lo he captado. y entiendo la conclusión a la que se llega: la lectura no tiene una utilidad ética, pero sí puede tener un valor ético . Así, podemos entender que el texto literario seleccionado no tiene una utilidad ética en si mismo, pero sí muestra un comportamiento humano eticamente y moralmente reprobable. Y este es su valor ético para el lector que lo percibe y lo asume como tal.

Tu post y todos los comentarios me han sido muy útiles. Y no veas el debate que levantó en mi casa...

Y por último , copio literal:"Lo que sí funciona es la represión. Quiero decir, los instintos violentos permanecen en Alex intactos en todo momento". Ay, Lagarto, ya sé que se te acumula el chollo, pero vaya tema. Más provocador que el valor ético de la lectura .
Tomátelo con con calma y sobre todo disfruta . Menos mal que el disfrute personal no tiene precio:)

septiembre 09, 2008 1:03 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Bolero, te regalo la frase de la cosmovisión, que me gusta compartir reflexiones ;) Cada uno tiene sus gustos. A ti te gusta Sandor Marai y no Salinger. Y eso está muy bien, claro que sí. Marai también me parece muy interesante, algún día quiero hablar de algún pasaje concreto de su Último encuentro. Besos.



Ese post tuyo sobre GGM me encantó, como siempre que paso por tu página. Pero la verdad es que yo andaba pensando en algo más teórico, más deductivo que inductivo. La palabra “meme” nos lleva a pensar en cadenas de respuestas más bien simples, por eso me parecía interesante usarla para algo tan diferente. Me parece interesante intelectualizar el concepto del “meme” y me gustaría que tú contribuyeras a ello ;)

septiembre 09, 2008 2:08 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Vaya, Shangri-la, parece que hoy es el día de la publicidad by-the-face. ¿Te hago una factura? :) Un saludo.



Coronel Kurtz, planteas un tema interesantísimo sobre el que han corrido ríos de tinta psicoanalítica. Yo no pienso que todo lo aprendido desde un punto de vista ético provenga de nuestra infancia, que estemos absolutamente determinados por el entorno de nuestra infancia. Creo que sí conservamos la potestad de aprender comportamientos. Más que nada porque muchos de estos comportamientos éticos son respuestas a cuestiones que sólo la vida nos permite conocer con el paso del tiempo. La postura ante la eutanasia o el aborto, por ejemplo, no son las mismas cuando uno ha tenido que vivir una situación de ese tipo en primera persona. La respuesta puede ser el mismo “sí” o el mismo “no”, pero indudablemente está asentado sobre una información más compleja. Esa tesis, llevada al extremo, supone la negación de cualquier tipo de aprendizaje. Y es obvio que el hombre no es el mismo cuando tiene veinte años que cuando es un anciano. Salud!

septiembre 09, 2008 2:08 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Ella, es la primera vez que alguien me llama analfabeto en mi blog.

Me ha sorprendido, qué quieres que te diga. Además, no entiendo en qué lo basas. No sé tú, pero yo tengo 40 años (aviso a todo el mundo, dentro de poco es mi cumpleaños) y cuando leí El guardián entre el centeno, Chapman ya se había cargado a Lennon. Yo conocía mucho más a Lennon que a Salinger. La primera noticia que tuve de este libro fue, efectivamente, por las crónicas de aquel asesinato (todo el mundo sabe que el asesino Chapman estaba obsesionado por esa obra de Salinger, que compró por novena vez aquella mañana ese libro y que, tras disparar sobre Lennon, se quedó junto a su cadáver leyendo El guardián entre el centeno). Quizás tú permaneciste ajena a todo el fenómeno mediático que se montó entonces, pero yo no. Y esto no tiene nada que ver con la calidad del libro (que me parece muy bueno y que, para mí, nada tiene que ver con esa sociopatía que se le atribuyó entonces), sino con cómo una persona interpreta libre y personalmente una obra que el autor en modo alguno pensaba que iba a tener estas implicaciones. Estoy hablando de valores éticos en la lectura, sí. De eso iba el post ¿recuerdas?

Por otra parte, Sympathy for the devil, la canción que acompaña al Guardián entre el centeno en las recomendaciones para Patrick, la tocaron los Stones en su famoso concierto de Altamonte en 1969. En aquel concierto, mientras estaban interpretando esta misma canción, alguien asesinó a una persona en la primera fila, a la vista de los músicos. Jagger tardó casi veinte años en volver a reunir el valor de interpretarla en un concierto, ya que le obsesionaba la idea de que, con su obra (literaria, ejem) podría haber convocado todo el mal que desencadenó ese hecho.

De la Naranja mecánica hemos hablado mucho ya. Pero si está en esta lista es porque la película fue criticada porque se dijo que incitaba a la violencia.

Vamos, que he querido poner tres ejemplos en los que el arte se enfrenta a una interpretación ética que condiciona a quien lo consume, por encima de la neutralidad del texto en sí.

Normalmente no explico por qué pongo unas cosas u otras entre las recomendaciones. Espero que sirva para que no consideres que hago correr “ríos de tinta” sobre el hecho que condicionó tanto tantísimo la repercusión social de El guardián entre el centeno. No creo que esto que he escrito tenga mucho que ver con la estulticia del ser humano, pero eso ya es cuestión de opiniones.

Besos alfabéticos!

septiembre 09, 2008 2:09 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Pantera, efectivamente, yo lo leí de una manera muy diferente a la del asesino de Lennon, por ejemplo. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Si hablamos de “valor” ético es porque una buena novela no arrastra las conclusiones sino que llega a la inteligencia del lector para que éste las saque por sí mismo. Lametones de lengua bífida!




Dama Shandy, la doctora Antígona se expresa muy bien, como siempre, y no tengo más que aportar. Creo que su comentario ha sido muy interesante y concluyente. Me hace ilusión que este debate se haya trasladado a tu casa. Yo también estoy debatiendo sobre estos temas delante de unos Martini esta noche. En cuanto a hacer un post sobre la Naranja mecánica, creo que Antígona (si nos está leyendo) podría hacerlo mucho mejor; ha dejado ideas muy interesantes y le reto a hacerlo.

septiembre 09, 2008 2:12 a. m.  
Blogger Lobita Esteparia dijo...

la literatura no es siempre enseñanza, puede ser perfectamente una herramienta para despertar sensaciones, temor, odio, deseo, pasión, alegría, esperanza incertidumbre. Hay para todos los gustos y búsquedas, muy interesante tu blog, un saludo.

septiembre 09, 2008 8:00 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Creo que la literatura más sugerente y seductora es la trangresora, aquella que sitúa al lector en los límites del Bien y del Mal. Cuestionar valores, cuestionar la propia utilidad ética es en literatura una baza a favor en la capacidad seductora del autor hacia el lector.
¿Qué nos atrae de Madame Bovary? ¿Su mortal aburrimiento, su apatía e indolencia burguesa? No. Nos seduce su capacidad transgresora de mala madre - deja a su hija al cuidado de una nodriza sin ningún apego maternal - , el adulterio, el desamor, la quiebra financiera, su suicidio. ¿Buscaba Flaubert una finalidad ejemplarizadora, didáctica, una utilidad ética en definitiva? Creo que no. Al igual que Eurípides en "Medea", exalta la figura y los valores femeninos mediante una baza muy poderosa, la de la transgresión, que no deja de ser una especie de "revolución estético-ética" muy sutil, pero muy erosiva a corto o largo plazo. Si es a largo plazo estamos ante una obra clásica cuya vigencia nunca languidece.
Pero si la transgresión sobrepasa ciertos límites ético, morales o/y estéticos, los/las lectores rechazarán la obra por saturación, pienso. Creo, en definitiva, que los excesos ético-estéticos, se pagan.

septiembre 09, 2008 9:34 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Es cierto que "El guardián entre el centeno" ya era una obra famosísima antes de que saliese de nuevo a la luz tras el asesinato de Lennon. Probablemente Chapman la estaba leyendo porque quería ser un tío guay de esos que se interesaban en aquella época por esta clase de lectura. Seguramente también yo... la leí más o menos por aquella época, a principios de 1.980, antes del asesinato. Y no colmó en absoluto las espectativas que tenía sobre este libro.

A lo mejor el problema era más mío que de Salinger, seguramente. Yo creo que el problema es de las deleznables taducciones que se hacían por aquellas épocas, porque también me pasó con "Escupiré sobre vuestras tumbas" de Boris Vian, y "A sangre fría" de Capote, y éste último lo he releído ahora y me ha encantado.

Quizás tenga que volver a intentarlo también con Vian y Salinger. Aunque con Salinger debo confesar (y que me perdone Ella y su orgía) que me da cierta pereza, porque guiado por lo que siempre se ha dicho de él, y temiendo que el bicho raro fuese yo, lo intenté, y Dios sabe que me tragué enteritas "Franny y Zoey" y "Levantad carpinteros la viga maestra"... pero es que su prosa, y su estilo de emplear tantas palabras bonitas para decir tan pocas cosas no termina de engancharme... a lo mejor ahora, con otra clase de visión...

septiembre 09, 2008 10:27 a. m.  
Blogger Brisuón Çafrén dijo...

He ido dejando este post suyo en tareas pendientes hasta que he tenido un rato tranquilo.
Después de leerlo, mi humilde opinión es que la literatura ha de servir para llenar nuestra mente.

Hay libros que nos llenan y con los que nos sentimos completos al leer su última página. Libros de esos por los que te dejarías lavar el cerebro solo por poder volver a leerlo de nuevo una primera vez. Otros, como el American Pycho, me vaciaban tanto en cada una de sus paginas y descripciones que no me permití acabar de leerlo. (No por la violencia, "La parte de los crímenes" -2666- contiene una carga de violencia tan alta como la que puede tener "American", pero, por algún motivo, en ningún momento me pareció gratuita). Respecto al guardián, no creo que su éxito se deba al anecdótico portador por el que tristemente se le conoce. Solo demuestra que los asesinos también pueden tener grandes gustos literarios.

Respecto a entender e identificar el bien y sin embargo no aplicarlo, hace tiempo vi una película. The Vanishing,interpretada por Jeff Bridges. Es un remake de una película holandesa titulada Spoorloos, en la que un profesor de universidad después de realizar un acto heroico (salva a una niña que se está ahogando) comienza a preguntarse si el bien y el mal podrían estar presentes en una misma persona. Este pensamiento le hace secuestrar a una joven matarla y torturar con su recuerdo al novio de la misma durante años.

No recuerdo si la película era especialmente buena, pero me impresionó el concepto.

septiembre 09, 2008 10:35 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Desde luego, me dejas helada con tu último comentario, porque, por lo que escribes y lo que respondes a tus visitantes, te presuponía cierto sentido del humor. De hecho, si no me hubieras imprecado, no habría entrado en el debate absurdo de la defensa de un libro (allá cada cual con sus lecturas) tan controvertido como éste (ignoro por qué). Yo, en la fecha que señalas, era demasiado pequeña para estar al tanto de revuelos mediáticos. Me enteré de la muerte de Lenon, claro, pero no del libro que su asesino llevaba en el bolsillo.
Te pido mil disculpas por haberte ofendido sin pretenderlo. No volverá a ocurrir, te lo aseguro.

Besos orgiásticos

septiembre 09, 2008 11:20 a. m.  
Blogger Angeles dijo...

En primer lugar dejar claro mi analfabetismo literario (no sea que diga alguna inconveniencia) y en segundo lugar plantear la posibilidad de que la literatura además de ser una herramienta, (y no entro en si buena o mala) que nos ayuda a conformar nuestra visión propia de la vida, nos condiciona a tener una visión particular de determinados aspectos culturales, sociales, económicos, humanos….

Como creo que resulta un poco confuso lo que acabo de intentar argumentar, pondré un ejemplo en primera persona; tengo una opinión del mundo árabe ciertamente influenciada por la “visión” de Naguib Mahfuz, así como tengo una perspectiva de las dictaduras del Este por aquello que narra Ismaíl Kadaré en sus historias; no dejo de estar influenciada en mi opinión de América del Norte y del Sur por los autores de estos países que leo, y así con lugares, épocas, culturas, formas de entender todos los aspectos de la vida en general.

Pero entiendo que esto ocurre por que algo a lo que no sabría poner nombre y adjetivo subyace ya, en nuestra forma de ver las cosas, y lo que leemos solamente lo refuerza, y no siempre para todos de la misma forma.

La literatura, refuerza, complementa y amplia algo que de antemano ya somos, nos da argumentos, salidas, posibilidades… tanto para lo bueno como para lo malo; pero sin una predisposición previa, dudo que pueda hacer que alguien cambie de manera de ser.

Creo que el ejemplo mas obvio de lo que digo, podrían ser los programas de radio, nadie con un planteamiento vital ya predispuesto, seria capaz de aplaudir y corear cadenas como la COPE, creo que toda expresión creativa puede de alguna manera crear talibanes literarios, radiofónicos, cinematográficos... o al mismo tiempo puede hacer entender la multiplicidad de realidades.

Besos

septiembre 09, 2008 1:19 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Pero que muy interesante el post y todos los comentarios. Hay libros que pueden aportar ética, otros, cultura, o ambas cosas, ó ninguna de ellas. También cualquier novela aparentemente “vacía” ó intranscendente, puede provocar el placer de la evasión, sin más, y esto también es una buena aportación. He leído recientemente una de éstas novelas, de “pasar el rato” que las llamo yo, cuya sinopsis me enganchó. Prometía y finalmente me resultó “tontorrona” total. Sin embargo, la cultura Celta Escocesa que tan sólo servía de escenario al asunto, ha despertado en mí un gran interés…, una “aportación sorpresa” en toda regla…

Bueno, esto no aporta nada interesante a todos vuestros magistrales comentarios, yo sí que aprendo con todos ellos, me encanta.

Ah, y que cierto es Nosurrender, eso que dices sobre las diferentes interpretaciones y percepciones, ante una misma lectura. Cada persona-lector, con su circunstancia, es un mundo…, algo parecido pasa ante la visión de una misma película…

Besos!

PD.: Nosurrender, ¿acaso eres el Yeti?, ¡que obsesión con la depilación!. Te aseguro que ante mis ojos, tu eres guapísimo, seas cómo seas…, yo soy de las que se enamoran de Cyrano de Bergerac, no de Cristián…, ¿te animas ahora?

septiembre 09, 2008 1:19 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

...fijate si me aportais y motivais, que me ha dado por leerme un libro sobre criminologia (de un tal Hans Göppinger), que tenemos por casa...

mas besos!

septiembre 09, 2008 1:28 p. m.  
Blogger Angeles dijo...

Hace un par de días buscando un libro entre el desorden que suele reinar en mis estanterías, encontré uno que ignoraba tener, seguramente fue un regalo de algún amigo que quedo olvidado; el libro es “Entre paréntesis” de Roberto Bolaño, confesare que apenas le he levantado la falda. El libro es un compendio de artículos publicados en prensa, sobre todo de critica literaria (un tanto peculiares eso si) he leído algunos, sin mucho orden (ni concierto), pero después de hacerlo he quedado terriblemente afectada.

Este libro ha sido el motivo de que en mi anterior entrada me declarase analfabeta literaria, y es que hay autores y libros que nos hacen descubrir cuanto nos queda por aprender.

Besos (no estoy del todo de acuerdo con muchas cosas que el Sr. Bolaño dice en sus artículos, pero eso no creo que sea lo más importante, lo que más me ha impresionado, es la bastedad de universos que me quedan por descubrir)

septiembre 09, 2008 3:58 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Hola Lobita, gracias por pasarte por aquí. Tienes razón, un texto escrito puede buscar muchas cosas muy diferentes. Un poco más arriba comentábamos la diferencia entre un prospecto de un medicamento y la biblia, por ejemplo. Pero todas esas sensaciones que mencionas también forman parte de nuestro “ser en el mundo”. Somos lo que sentimos. Es más, ni siquiera podemos estar seguros de que exista algo más allá de lo que sentimos o pensamos ¿no te parece? Un saludo para ti, y gracias otra vez por pasar por aquí.



Claro Gemmayla. Pero eso no está al alcance de cualquier escritor. Flaubert sabe cómo generar una empatía porque conoce la condición humana. Nabokov, por ejemplo, trata el durísimo tema de la pederastia en Lolita (para mí una de las mejores novelas del siglo XX sin duda) y todos los que la leemos podemos latir con las emociones de Humbert Humbert a pesar de que claramente traspasa esos límites éticos y estéticos de los que hablas. ¿Significa esto que somos unos pederastas? Obviamente no. Significa que podemos entender la condición humana.

septiembre 09, 2008 7:40 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Carrascus, no niego que fuese muy famosa antes del asesinato de Lennon, claro que no. Sólo decía que (casi) toda mi generación tuvo conocimiento de ese libro tras el asesinato de Lennon. Chapman estaba como una cabra y nadie que lea ese libro con un mínimo de inteligencia puede ver ninguna incitación al magnicidio. Yo no pude evitar leerlo, como le decía a Ella, después de aquel asesinato. No pude evitar tener en la cabeza a Chapman mientras empezaba a leerlo, pero pronto me olvidé de él. Porque el libro es bueno y expone muchos más temas mucho más interesantes.

A Boris Vian también se le acusó de muchas cosas. Pero leerle merece la pena. A mí me encantó La espuma de los días, con todo ese aire surrealista y romántico que tiene.

septiembre 09, 2008 7:41 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Brisuón, estará usted de acuerdo conmigo en que ese “llenar la mente” que usted usa no es muy diferente a ese “información” que yo propuse.

Me menciona usted 2666 para comparármelo con American Psycho, por el recurso de ambos a la violencia. Bueno, independientemente de la calidad literaria de uno y otro (para mí sería algo así como comparar a Jesucristo con un monaguillo), la motivación es completamente diferente. Bolaño nos acerca, con un lenguaje casi periodístico, a una situación salvaje que ocurre en Sonera. Bolaño, con la frialdad de la exposición que elige, nos hace espectadores de una realidad tozuda que no se acaba de explicar pero que condiciona nuestro entorno. En cambio, Ellis nos cuenta una historia en primera persona donde el culpable está clarísimo desde el primer momento y no hay entorno condicionado alguno. Creo que son dos “violencias” muy diferentes, que mueven inquietudes muy diferentes en los lectores.

No conozco la película que menciona, pero desde luego que sí tiene buena pinta. Tomo nota.

Saludos!

septiembre 09, 2008 7:41 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Ella, no te hieles, mujer. Yo creo que sí tengo sentido del humor, la verdad. Pero supongo que esto también es relativo y opinable. Te pido disculpas si mi comentario te ha parecido muy vehemente. Me descolocó anoche, tengo que reconocerlo. Supongo que el medio (Internet) se presta poco a la ironía. Mea culpa entonces.

No pretendo juzgar la obra de Salinger por un fenómeno mediático que nada tiene que ver con el libro en sí, Ella. La verdad es que no pensaba hablar de El guardián entre el centeno, sino sólo quedarme en eso de la utilidad ética de leer un libro, que proponía Shandy. No tiene más historia, no te enfades, anda ;)

Besos lascivos!

septiembre 09, 2008 7:41 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Petita, estoy de acuerdo contigo. Lo que leemos (como parte de la experiencia en general) nos condiciona a pensar de una manera o de otra. No se trata de lavados de cerebro incontrolados, no. La mayoría de las veces ya buscamos algo concreto que nos ha llamado la atención de una manera particular, probablemente consecuencia de otras lecturas (experiencias) que previamente tuvimos.

No he leído “Entre paréntesis”. Creo que es lo único editado de Bolaño que no hay en mi casa. Bolaño era un intelectual desbordante y los artículos de prensa y conferencias literarias tienen mucho peligro, sí :) Yo te recomendaría sus novelas largas; Los detectives salvajes y 2666.

Besos!

septiembre 09, 2008 7:42 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Diciembre, la evasión también es muy importante, ¡claro que si! Pero quizás los libros más evasivos son los que más cercanía acaban mostrando. Libros que se disfrazan de fantasía de otros seres para hablar de valores tan humanos (como El señor de los anillos), o libros que lo hacen de ciencia ficción para contar cómo es la sociedad en la que vivimos ahora mismo. Claro que es interesante lo que planteas: daría para otro post.

No soy el Yeti, no :) pero por el momento me siento mejor vestido, eh. Que ya pronto viene el invierno... gracias por lo que dices.

Besos y ánimo con la criminología!

septiembre 09, 2008 7:42 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

No estoy enfadada, sino abochornada de ver la que se ha montado. Será mejor que deje mis bromas salvajes para mi círculo de amigos de la vida real, porque mi última intención es la de ir ofendiendo a nadie en ningún sentido.

Besos

septiembre 09, 2008 7:50 p. m.  
Blogger Dante Bertini dijo...

perdón, pero no había caído en el porqué de Salinger en la mesa de noche de Patrick el despreciable.
Ahora, gracias a los comentarios, recordé la anécdota del otro asesino. Alguna vez me detuve largo rato con un amigo en el Central Park, justo enfrente del Dakota, sobre la chapa conmemorativa del crimen de Lennon, tratando ambos de reconstruir aquel crimen ¿absurdo? Sin embargo me importa más el desprecio de Carrascus, una de tus visitas, para un autor, Salinger, que admiro en su sencillez y sensibilidad.
American Psycho es una de las últimas novelas que me impactó, hace ya un montón de años. Está escrita con pasión y talento. Alguien tenía que hacerlo.

septiembre 09, 2008 10:05 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Ella cielo, un fuerte abrazo!!

PD.: es que me has dejado preocupada con ésos Besos para Nosurrender,así, sin aderezar..., parecen pelín tristes.

septiembre 09, 2008 11:14 p. m.  
Blogger Ana dijo...

Me gusta la frialdad con la que describe una escena tan atroz...

Supongo que hace falta tener una cierta madurez, un cierto callo para que estos libros caigan en tus manos y no te vuelvas completamente loco.

Besos con cansancio, don Lagarto.
Se me cuide, ein?

septiembre 09, 2008 11:26 p. m.  
Blogger David dijo...

Hola, Nosurrender:
En primer lugar, quiero felicitarte por tu blog. Lo leo desde hace semanas con mucha atención, asombrado por la calidad de las entradas y de muchos comentarios, tanto que ya me has ganado como asiduo.

En segudo lugar, con respecto al tema que planteas, coincido con la mayoría en que la literatura sí tiene un valor ético. ¿Qué cosa humana podría no tenerlo? Me parece que nuestra perpectiva moral de la realidad nos es innata (como seres humanos), hasta cuando observamos unos zapatos o un edificio, tanto más cuando nos identificamos con otras vidas reales o ficticias. Pero el valor ético siempre se refiere al ser humano. En conclusión, que la literatura, en sí misma, no me parece buena ni mala moralmente. Son sólo los hombres los que pueden ser buenos y malos, los que leen y los que escriben, los que, si se les ocurre, pueden usar la literatura de buena y de mala manera (y en este sentido la litaratura sí puede tener una utilidad ética). Saludos.

septiembre 09, 2008 11:41 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Diciembre, guapa, eres más maja... A ver si alguna vez te pasas por mi orgía. Que no te suene a presión. Es que me encantaría tenerte por allí. Eres un cielo, de verdad.

Besos orgiásticos (para que no te preocupes)

P.D.: Hola, Arturo. Qué sorpresa.

septiembre 10, 2008 1:45 a. m.  
Blogger Soy ficción dijo...

Si, la información nos permite ampliar nuestro espectro de vivencias, y de ese modo imagino que el grado de empatía, o eso me gusta creer.

septiembre 10, 2008 8:56 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

"The Catcher in the Rye" fué un libro del que oí hablar muchísimo a mi hermano tras la muerte de Lennon, pues él también lo había leído. Por aquel entonces yo era una niña y no tuvo mayor trascendencia para mí. Ahora si que está en mi lista de pendientes de lectura, estoy intrigada...

Nosurrender, disculpa la licencia que me he tomado al dejar éste enlace, pero cuándo un libro trasciende al panorama musical, todavía llama más mi atención (ya sabes que la música "me pierde")

http://mx.youtube.com/watch?v=4G8ukliBqA4

Muchas gracias

Besos!

Ella,¡ésta es mi chica!!

Sabrás que me paso habitualmente por tu orgía, y me encanta, pero de momento lo hago "de puntillas", sin hacer ruído.
Tal y cómo le dije a Gemmayla en su estupendo Blog, mis entradas pueden ser cómo las de un "elefante en una cacharrería" jeje, pero si que me pasaré algún día por allí.

Besos guapa!! de ésos "salvajes" de los tuyos, juajua

septiembre 10, 2008 11:04 a. m.  
Blogger Sleeping Woman dijo...

Se me ha puesto los pelos de punta, ni si quiera he podido seguir leyendo... Salu2

septiembre 10, 2008 11:47 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Ella, no has ofendido a nadie, claro que no. Perdona el malentendido. Además, está bien que se calienten un poco los debates eh.

Y tomo como míos también los besos orgiásticos que le lanzas a Diciembre, que si no ¿qué es una orgía de sólo dos? ¿ein?

septiembre 10, 2008 3:44 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Claro que no es absurdo, cacho de pan. El turismo necrológico es un hecho, y creo que hay agencias especializadas, y todo. Mi turismo más necrológico fue en Berlín, buscando la ubicación exacta de la casa de Hitler, o del cuartel de la SS.

No sé si Carrascus querrá explicarse más, pero os dejo el debate abierto aquí, del que seguro aprenderemos todos. A mí sí me gusta Salinger, aunque entiendo que su manera de narrar esa historia en primera persona obliga a utilizar el lenguaje y la gramática de una forma particular con la que quizás no todo el mundo se sienta cómodo (de alguna manera, pasaba lo mismo con Faulkner y nadie le discutió un Premio Nobel). En cualquier caso lo leí hace mucho tiempo, quizás sea tiempo de retomarlo.

Se agradece que por fin alguien defienda a Bret Easton Ellis en este post, eh :)

Salud!

septiembre 10, 2008 3:45 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Tormento, qué bien ¡otra defensora del estilo de Ellis! Esto se anima :) Tienes razón, hay una literatura para mayores de 18 años que nada tiene que ver con el sexo. Y este es uno de ellos, sin duda. Si lo tienes en tu casa, ponlo en la estantería más alta.Besos!


Arturo, gracias por pasarte por aquí. Lo mejor que tiene este blog son sus comentaristas, sin duda. Es difícil disociar la ética de la condición humana, tienes razón. Pero yo, en cambio, no creo que sea algo innato. La ética es una conquista humana que no existe como tal, fuera de nuestra interpretación intersubjetiva del mundo. Necesitamos tener conciencia de nuestro Yo en el mundo para poder llevarla a cabo. Y, por tanto, cuanto mayor es esa conciencia, más posibilidades tendremos de aumentar nuestra “visión” ética de la cosa. Y aquí ya vuelvo a estar de acuerdo contigo: siempre tenemos la libertad de elegir entre el bien y el mal. Saludos!

septiembre 10, 2008 3:45 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Nausicaa, eso es. Cuanta más información tengamos acerca de la condición humana, mejor entenderemos a los hombres y más cerca nos sentiremos de nuestro propio corazón. Shakespeare fue el Rey en esto.


Diciembre, es que somos toda una generación los que quedamos marcados por el asesinato de Lennon en nuestra adolescencia. Y, como El guardián entre el centeno es un libro que suele empezar a interesar en la adolescencia (aunque sólo sea por la edad del protagonista y por el tipo de preguntas que empezamos hacernos en esa edad), a tu hermano y a mí nos pilló de la misma manera. Gracias por el enlace de Green Day. La verdad es que este libro ha tenido una gran influencia en muchos otros artistas. Ahora recuerdo que el libro sale en Annie Hall, también)



Vir, cuanto tiempo sin verte por aquí. Lo que a mí me pondría los pelos de punta es que a ti no se te pusieran de punta leyendo ese pasaje :P ¡Saludos!

septiembre 10, 2008 3:45 p. m.  
Blogger Antígona dijo...

Doctor Lagarto, acepto encantada el reto de escribir algo sobre la Naranja Mecánica. Pero antes tienen que dejar de martirizarme mis muelas, ay, que están en plena insurrección. Lástima que hace poco haya escrito ya un post sobre el Dolor, porque ahora volvería a escribirlo pero a mordiscos.

¡Un beso dolorido!

septiembre 10, 2008 7:19 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Lo siento, señor Lagarto, pero esos besos eran exclusivos para Diciembre. Ya sé que no te gusta nada el rollo bollo que nos venimos montando en tu casa, pero es que la chica es tímida, y no se atreve con las bacanales. Tú ya sabes que las puertas de mi orgía están abiertas para todo tipo de depravados, pero la chica de invierno prefiere jugar por aquí.

Besos lascivos (éstos sí son únicamente para ti)

septiembre 11, 2008 1:13 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Doctora Antígona, le agradezco que acepte el reto. Estoy seguro de que su punto de vista sobre todo lo que plantea esa película será muy interesante. Iré comprando un mono blanco y un bombín negro para leerla :P

Creo que la Naranja mecánica plantea mucho más que la simple teoría del conductivismo. En el fondo, creo que es una película muy política.

Le deseo la mejor anestesia para sus muelas, y un beso admirado!

septiembre 11, 2008 1:56 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Ella, mi casa está abierta a todo tipo de relaciones sinceras, libres y positivas, bollos incluidos. Eso sí, animo desde aquí a Diciembre (y a todos los demás) a que se pasen por tu página... si consiguen superar todas las medidas de seguridad que hay que superar para entrar en tu casa :P

Besos lascivos!

septiembre 11, 2008 1:57 a. m.  
Blogger Ana dijo...

Pues es que también hay que saber diferenciar churras de merinas, no?

Una cosa es la historia en sí, y otra cómo la presenta. Y el tipo es un maestro, así que reconozco que no tengo American Psycho, pero sí un par de libros de B. Easton Ellis y acabaré por caer en sus garras. Me reconozco un poco coja en literatura americana contemporánea, ya sabes que soy un poco clasicorra y me hago las pajas mentales con producto interior bruto (Quevedo y esos escritorcillos menores:P )

Cuídese y felicidades, que tiene usted ya una peaso parroquia!!!
Beso.

septiembre 11, 2008 11:30 a. m.  
Blogger Tamaruca dijo...

Ouf... Me temo soy demasiado impresionable para determinados libros/películas; sufro mucho con estas cosas, me sumerjo demasiado en las lecturas, las historias, tanto que llego a creer que estoy ahí mirando como una pava sin ser capaz de hacer nada. Lo paso mal :(

septiembre 11, 2008 3:56 p. m.  
Blogger Churra dijo...

Pues la verdad sea dicha no se que opinar de este tema , en principio para mi la literatura tiene un valor emocional y placentero, me enseña cosas y perspectivas ajenas a mi. Hablar de valor etico me parece algo peligroso tomado al pié de la letra .
Como veras tengo las ideas claritas como un pozo de petroleo.
Un beso

septiembre 11, 2008 7:06 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Mira que eres exagerado con lo de las medidas de seguridad. En lugar de pensar que te estás inscribiendo en un club canalla selecto... ¿Qué pasa, que no te gustó cómo te cacheé el primer día?

Besos salvajes

P.D.: Y gracias.

septiembre 11, 2008 7:11 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Tormento, yo sólo leí American Psycho. Aunque llamó mucho mi atención, tampoco me impulsó a hacerme fan de Ellis. Aunque veo sus novelas en la Fnac, siempre acabo encontrando diez o doce cosas que me interesan más. Y si hablamos sólo de literatura norteamericana contemporánea se me ocurren Paul Auster, Cormac McCarthy, John Irving... o, sin salirnos de la ultraviolencia, Chuck Palahniuk. Venga, que ya tienes trabajo! :P Besos!



Tamaruca, en cambio recuerdo que tú y yo coincidíamos en que nos gustaba Chuck Palahniuk. Y, ay, te aseguro que la escena de la piscina que abre Fantasmas no la olvidaré en la vida. Tuve que dejar de comer ese día. Besos!

septiembre 11, 2008 7:25 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Churra, pero cuando hablas de “un valor emocional y placentero que me enseña cosas y perspectivas ajenas a mi”, estás entrando de cabeza en la ética hedonista ¿no te parece? Me alegro de que no tengas las idas claras, es la única forma de seguir vivos ;)



Ella, claro que exagero. Pero sí me llamó la atención que se requerían más pasos que en esta casa. Siempre me sentido muy cómodo en tu orgía desde el primer día. Besos a ti.

septiembre 11, 2008 7:25 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Ya, porque tú ya sabes el desagradable incidente que te conté.

Más besos de esos

septiembre 11, 2008 8:43 p. m.  
Blogger eSadElBlOg dijo...

lei el artículo, la verdad es que estuve bastante de acuerdo, los libros están ahí, pero el lector escoge con lo que se queda. Eso si, leer da más perspectiva.

Además si los libros tuvieran tanto poder hubiera dejado de fumar con cualquier libro de autoayuda no?
De hecho cuando mis amigos "no lectores habituales" me hablaban del triunfo sobre su adicción del best seller "dejar de fumar es fácil si sabes como" yo, que lo había leído sin éxito, siempre les contestaba que yo igual estaba inmunizada por ser lectora habitual, y precisamente les ponía por ejemplo que había leído el American Psycho y todavía no había despertado en mi un instinto asesino...

por cierto que si eso de las peticiones va en serio, leí una entrevista a Carlos Luís Zafón que creo que te daría para un post...

septiembre 11, 2008 10:52 p. m.  

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