martes, noviembre 10, 2009

La canción del pescador


Me gustaría ser el pescador que se tambalea sobre los mares, lejos de la tierra firme y de sus recuerdos amargos. Lanzando el dulce sedal con amor y soledad, sin nada que me cubra excepto un cielo lleno de estrellas. Con la luz en mi cabeza y contigo en mis brazos.

Me gustaría ser el hombre del freno en un tren febril y desbocado que choca contra el corazón de la tierra, como una bala de cañón en la lluvia. Con el latido de los que duermen y el calor del carbón. Mirando las luces de las ciudades que van quedando atrás en una noche llena de música. Con la luz en mi cabeza y contigo en mis brazos.

Sé que seré liberado de todos los lazos que me atan y que todas las cadenas que me rodean caerán. Y ese inmenso día que el destino me depara te cogeré de la mano. Viajaremos en tren y seré el pescador con la luz en mi cabeza y contigo en mis brazos. Con la luz en mi cabeza y contigo en mis brazos.

(Mike Scott, 1986)


Fue hace demasiados años, en un ferry que cubría el trayecto desde Cherburgo (Francia) a Rosslare (Irlanda). El mar del norte estaba picado y el barco se movía en todas las direcciones, imposibles de anticipar. No podía dormir así, y ya había amanecido. Tomé mi guitarra y mi mochila y salí a cubierta para respirar el salvaje aire del mar. No fui el único que había tomado esa decisión. En proa estaban un violinista irlandés y un guitarrista americano. Me uní a ellos. La costa verde de Irlanda aparecía ya en el horizonte y empezamos a tocar esta canción de The Waterboys.

No es una canción complicada, funciona con cuatro acordes muy elementales (yo la empiezo en sol mayor, se aceptan ideas). En realidad, casi todo lo que nos emociona y nos hace crecer el alma hasta sobrepasar la piel nunca es complicado. Los cuatro acordes tienen un poder chamánico al que la melodía da un sentido espiritual. La letra nos muestra la belleza de la debilidad en un mundo que nos sobrecoge a la vez que nos llena de vida. Y es que Mike Scott, además de ser uno de los músicos más interesantes que se pueden escuchar, siempre ha sido un poeta, desde que era un estudiante de filosofía en la Universidad de Edimburgo que preparaba una tesis sobre Yeats y aún tocaba en los pubs de la ciudad.

Aquel viaje, tambaleándome sobre los mares, lejos de la tierra firme y de sus recuerdos amargos, es uno de los recuerdos más vitales que conservo, casi veinte años después. La excitación de la planificada huida, el malestar físico y emocional que sentía en aquel momento, la sensación de fragilidad ante el inmenso océano como una metáfora de mi propia vida, y la música como única fuerza que nos llevaba sin freno, febril y desbocado, hasta el corazón de la isla verde. Con la luz en mis brazos y tú en mi cabeza.



Una película para Mike Scott: Moby Dick, de John Huston

Un libro para Mike Scott: Una visión, de William B. Yeats

Una canción para Mike Scott: Because the night, de Bruce Springsteen

.

59 Comments:

Blogger RBC dijo...

Las huidas `con o sin´ destino, siempre conllevan una dosis de excitación, de desapego, de aventura y es precisamente ese tipo de emociones las que nos desnudan frente a nosotros mismos y frente al inmenso universo, con la compañía de nuestra música, nuestros recuerdos, nuestros afectos...nuestros sueños en una embarcación a veces serena, otras veces inquieta, como es la vida en sí misma.

Saludoss viajeros

noviembre 10, 2009 2:26 a. m.  
Blogger LOLA dijo...

Siempre me gusta encontrar ...sin buscar...y tu me lo has dado.
Muy bacán.

Lola Cienfuegos

noviembre 10, 2009 7:05 a. m.  
Blogger Novicia Dalila dijo...

Las dificultades unen mucho a los extraños. Creo que cuando uno no se siente seguro, además de recordar con más intensidad lo propio, se siente más cercano a los desconocidos.... Compartir esas circunstancias pueden dar lugar, además de a un recuerdo para toda la vida, a una amistad importante.

Un beso, Nosu

noviembre 10, 2009 8:55 a. m.  
Anonymous MK dijo...

"casi todo lo que nos emociona y nos hace crecer el alma hasta sobrepasar la piel nunca es complicado".
Añadiría que algunos descubrimos esa sensación un día cualquiera de hace demasiados años y nos pasamos el resto de nuestra vida resistiéndonos a que sea sólo pasado.
No Surrender , Lagarto , por siempre jamas No Surrender..
Besos , con el salobre de la tormenta.

noviembre 10, 2009 9:56 a. m.  
Blogger Merce dijo...

Cada momento importante en la vida tiene su propia banda sonora...

noviembre 10, 2009 11:01 a. m.  
Blogger atikus dijo...

Jaja...ya pensaba que ibas a tocar esa de "tuuu has venido a la orillaaaa..."

si la música ademas de relajar a las fieras, sirve para provocar muchos mas estados de animos ;)


buen rollito

noviembre 10, 2009 11:33 a. m.  
Blogger kamala dijo...

Las canciones, algunas canciones, son cajitas de recuerdos.

Un saludo

noviembre 10, 2009 11:48 a. m.  
Blogger MBI dijo...

Una canción inolvidable.

noviembre 10, 2009 12:25 p. m.  
Anonymous El peletero dijo...

En Cork fuimos a un pub por la noche, la gente se subía al escenario, agarraba el micrófono y cantaba su canción. Parecían profesionales sin serlo, era una maravilla oír aquellas baladas celtas llenas de sentimiento, dulzura y fuerza, tan bien cantadas. Cuando llegó la hora de cerrar todos se pusieron de pie y cantaron algo que parecía un himno, se me erizó la piel al escucharlos, no sé si de emoción o de temor.

Saludos.

noviembre 10, 2009 2:13 p. m.  
Blogger Jah Work dijo...

Bonita historia y bonita canción. El sol mayor va perfecto para empezarla.

Saludos!

noviembre 10, 2009 5:11 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Digo lo del de arriba, bonita historia y bonita canción, me habría gustado estar allí de pasajera oyente, habría sido un puntazo.

noviembre 10, 2009 5:30 p. m.  
Blogger Raquel dijo...

Puedo imaginarte, allí en la proa, con la guitarra en el regazo, despeinado, ojeroso, algo mareado, pero con los ojos brillantes de expectación, miedo, e ilusión por lo que iba a venir.
Bonita historia, muy evocadora.
Muy bonita canción.
Un abrazo. NoSurrender.

noviembre 10, 2009 6:06 p. m.  
Blogger ana dijo...

Me quedo en silencio. No puedo estar de otro modo, sobretodo ahora, en este instante... en que me gustaría ser el pescador que se tambalea sobre los mares, lejos de la tierra firme y de sus recuerdos amargos. Tú siempre arrastrándonos con palabras por todo este laberinto de circunstancias.

Y no tuvo que ser mala compañía el azul, nunca, ese mar enfurecido y la costa a lo lejos.

Un abrazo lagarto.

Quizá sea el momento de ir planificando una nueva huída...
;))

noviembre 10, 2009 6:24 p. m.  
Anonymous carrascus dijo...

Mike es un grandísimo poeta, y ésta es la mejor canción que escribió. Siglos de tradición folkie están detrás de cada frase... "el pescador que se tambalea sobre los mares", "lejos de la tierra firme y de sus recuerdos amargos", "el dulce sedal lanzado con amor y soledad" (esto es toda una novela en solamente ocho palabras), "nada me cubre excepto un cielo lleno de estrellas", "con la luz en mi cabeza y contigo en mis brazos"... cada frase podría ser el título de una de las canciones que nunca escribió.

¿Y sabe, amigo NoSurrender...? ésta última podría tratar perfectamente del viaje de usted en aquel barco; solo habría que modificarle un poco el título tal como hace usted mismo al final del texto: "Con la luz en mis brazos y tú en mi cabeza".

Y una cosa... se le ve a usted el plumero con Springsteen, jejeje. Por mucho que se empeñe, Patti canta mejor que él eso de que "la noche está hecha para los amantes".

noviembre 10, 2009 6:43 p. m.  
Blogger Tesa dijo...

Te leo y escucho esa canción y pienso en un pescador de río a quien quiero. Muchas veces le acompañé a pescar.
Puedo ver sus manos manipulando, empatillando el anzuelo, clavando el cebo y puedo verle lanzando la caña tan larga... a mitad del río.
Apoyarla en la cadera y acariciar el sedal con su mano derecha en lugar de manejar el carrete.
Jo, parece que lo estoy viendo.
Eran buenos, muy buenos tiempos.

noviembre 10, 2009 8:42 p. m.  
Blogger Inma Luna dijo...

Me fascina la escena que describes, Lagarto querido. Los pasos más vacilantes, como los que se dan en la cubierta de un barco movido por la tempestad, puedes ser los más seguros, los más fructíferos, los que resulten, a la larga, definitivos para alejarnos de cosas más complicadas que hermosas. Gracias, como siempre, tus miradas se hacen mías.
Besos.

noviembre 10, 2009 10:19 p. m.  
Blogger Zorro de Segovia dijo...

joder chico, pedazo de post. Me encanta. No sé tocar la guitarra, pero por un momento me ha parecido ver las costas de Irlanda a través de seis cuerdas.

noviembre 10, 2009 10:50 p. m.  
Anonymous Ch dijo...

No S, me ha llegado muchísimo lo que has escrito hoy. Me acabas de trasladar a momentos de inflexión en mi vida en los que he sentido que, por fin, salen las emociones afuera y me he puesto a cantar o a llorar o simplemente he sido capaz de hablar sobre algo..Una preciosidad de post, igual que la canción.Gracias!

Ch

noviembre 11, 2009 12:03 a. m.  
Blogger Food and Drugs dijo...

Bonita experiencia la que nos has relatado. Impactante, digna de ser vivida, sobre todo por el giro tan inesperado que de pronto la transforma en un momento único e irrepetible.
Uno de esos recuerdos que no se pierden en el olvido, sino que son indultados ante el clamor popular.
Un abrazo.

noviembre 11, 2009 12:24 a. m.  
Blogger Jota dijo...

Me ha emocionado este post. Me gusta mucho esta canción, aunque en su día llegó a cansarme el oírla por todas partes. Y, desde luego, ningún sitio mejor para revisitarla que en una improvisada sesión con dos músicos desconocidos en la cubierta de un barco que surca el mar del norte, y ningún momento mejor para hacerlo que en la juventud de corazones rotos, viajes iniciáticos y futuros abiertos.
A sus pies, fisherman.

noviembre 11, 2009 8:23 a. m.  
Anonymous Gemmayla dijo...

NoS. lo llamarán "peloteo asqueroso", pero te voy a proponer para Nobel literario de la blogosfera !!!

"En proa estaban un violinista irlandés y un guitarrista americano. Me uní a ellos." Me encanta esta imagen y somos capaces de verte ahí en la proa comunicándote con tus tocayos gracias al único y verdadero lenguaje universal que es la música.

Enhorabuena, No.S por este magnífico post!!

noviembre 11, 2009 9:51 a. m.  
Anonymous Diciembre dijo...

Mi vida personal está muy ligada al mar, no sólo por haber vivido siempre cerca de él. Tu bellísimo post me ha emocionado y llegado al alma. Esa conjunción de mar infinito y embravecido, de cielo, y esa preciosa canción con aires Celtas, resulta realmente mágica y evocadora al igual que esa hermosa ventana al mar, que nos has abierto. Son tus palabras y las de Scott las que hacen que en este mismo instante podamos sentir y respirar ese aire salvaje...

Me has hecho recordar esta poesía, una de las mas bellas que se han escrito nunca:

¡Hombre libre, tu siempre preferirás el mar!
La mar es el espejo en que tu alma se mira,
en su onda infinita eternamente gira,
y tu espíritu sabe lo amargo saborear.

Hundiéndote en su seno, desnudo para el viaje,
la acaricias con brazos y ojos; tu corazón
se distrae muchas veces de su propia canción
al escuchar la suya, indómita y salvaje.

Los dos sois tenebrosos y a la vez sois discretos:
hombre, nadie ha llegado al fondo de tu abismo;
¡oh mar!, nadie ha llegado a tu tesoro mismo;
¡con tan celoso afán guardáis vuestros secretos!

Y entre tanto que pasan siglos innumerables,
sin piedad y sin miedo uno y otro atacáis,
de tal modo la muerte y el combatir amáis,
¡oh eternos luchadores, oh hermanos implacables!

Charles Baudelaire

Un abrazo!

noviembre 11, 2009 10:10 a. m.  
Blogger Miss.Burton dijo...

He tenido la misma sensación de estar en el barco, el no poder dormir, el mareo, la necesidad de avistar tierra, de parar de una vez, de llegar a alguna parte, una lejana de la que huyo... y siempre con alguien en mi cabeza, casi siempre el mismo amor...
La canción es brutal, y la necesidad de partir, es compartida, soltar lastres, que las cadenas se oxiden y pierdan su función...
Yo estoy en ello, aunque acbo tirándome en alta mar, porque me va la marcha. Pero entiendo lo que me cuentas, aunque esté impregnado de esta subjetividad mía tan particular, por eso de la subjetividad...
Nos vemos en los bares, lagarto, sí, en los bares...
BSSSSSSSSSSSSSSSSSSS

noviembre 11, 2009 10:53 a. m.  
Blogger ROSA ALIAGA dijo...

he sentido los cuatro acordes

noviembre 11, 2009 1:56 p. m.  
Blogger ROSA ALIAGA dijo...

he sentido los cuatro acordes

noviembre 11, 2009 1:56 p. m.  
Blogger Sintagma in Blue dijo...

Y eso somos aún ya lejos del naufragio...

noviembre 11, 2009 3:34 p. m.  
Blogger Vivian dijo...

Preciosa entrada, llena de recuerdos de esos que emocionan porque se recuerdan desde el sentimiento, sentimientos que has conseguido transmitir a través de tus palabras, con esa descripción de tus sensaciones frente a esa inmensidad que te hacía sentir pequeño y a la vez acompañado entre extraños.
La canción, banda sonora perfecta para tus palabras, y, hablando de tus palabras

“En realidad, casi todo lo que nos emociona y nos hace crecer el alma hasta sobrepasar la piel nunca es complicado.” Me encantó esta frase.

Saludos

noviembre 11, 2009 6:14 p. m.  
Blogger Brisuón Çafrén dijo...

Creo que ya he dicho alguna vez que escucho de manera distinta a muchos de los músicos que usted enlaza, después de leer sus escritos. Bien porque me acerca a letras a las que no me había acercado, bien por que el fondo de la historia que nos deja, me hace interesarme por las mismas.

The Waterboys son uno de esos grupos en los que no reparé de manera especial años atrás y que he redescubierto gracias a sus referencias.

Su recuerdo sobre el barco, la mar salvaje y los músicos en cubierta, están contados de manera que dan ganas de estar en ese barco para sentirse mareado y quien sabe si escuchar la canción vomitando en cubierta.

Salud Lagarto

noviembre 11, 2009 8:48 p. m.  
Blogger difusa dijo...

Hello Dear Fisherman,
Qué buen casmiento has logrado entre texto y música, felicitaciones!

Saludos.

noviembre 12, 2009 1:01 a. m.  
Blogger Mcartney dijo...

El acorde de Sol M es el que ocupa el número 1 en mis canciones cantadas y el de Re M en las melodías sin voz.
☺ ♪ ☺ ♪ ☺

noviembre 12, 2009 7:20 p. m.  
Blogger JOAKO dijo...

Solo los olores son más evocadores que las canciones...

noviembre 13, 2009 1:20 p. m.  
Blogger panterablanca dijo...

Qué hermoso post, lleno de poesía. Así me siento yo ahora mismo, como un pescador que se tambalea sobre los mares, lejos de la tierra firme, pero cerca de recuerdos que ahora se me antojan demasiado amargos aún.
Besos selváticos.

noviembre 14, 2009 6:32 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Tienes razón, RBC, vivir es un extraño viaje a la búsqueda de nuestra alma. Podría seguir citando a Mike Scott:

Navegamos en un extraño barco,
Alcanzando una extraña playa,
Llevando la más extraña carga
Que nunca embarcó.
Navegamos por un extraño mar,
Impulsados por un extraño viento,
Llevando la más extraña tripulación,
Que nunca se contrató.
Conducimos un extraño coche,
Seguimos una extraña estrella,
Escalamos la más extraña cumbre
Que nunca se alcanzó.
Vivimos un tiempo extraño,
Persiguiendo un extraño objetivo:
Transformar nuestro cuerpo en alma


Besos!

noviembre 15, 2009 12:53 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Lola, quizás sólo encontramos lo que nunca buscamos ¿no te parece? Besos.


Novicia, no volví a ver a esos tipos, pero hice buenos amigos en Irlanda, aunque con el tiempo se perdieran como lágrimas en la lluvia. Besos!

noviembre 15, 2009 12:53 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Mk, espero que eso no signifique que con la edad la piel se nos hace más dura, que aún nos queda mucha vida y necesitamos más luz en la cabeza :) Besos.


Merce, tienes razón. La banda sonora de estos días, para mí, está siendo Lou Reed ;) Besos.

noviembre 15, 2009 12:53 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Atikus, jaaaa, no por Dios, no... aunque estaba viendo con mis hijos La Misión y cada vez que veo esa película casi me dan ganas de hacerme jesuita con Robert Deniro :) Buen rollito!


Kamala, sí. Y esas cajas se abren solas, de pronto, un montón de años más tarde. Es la magia de la música. Saludos!

noviembre 15, 2009 12:53 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

MBI, para mí sí, desde luego. Y espero que os guste a todos. Es una gran canción.


Peletero, no conocí Cork, pero sí Dublín, Belfast, Donegal... y sobre todo Galway, donde me hubiera quedado a vivir mirando la bahía. Pero el ambiente de pub que describes lo conozco perfectamente, claro que sí. Ese ambiente sólo se encuentra en esa isla. Saludos!

noviembre 15, 2009 12:53 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Jah Work, me alegro de que te guste la canción. Entre springstinianos como tú como yo estas cosas deben darse :) Salud!


Miabi, es preciosa la canción ¿verdad? Pero no creas que hubieras disfrutado mucho de ese mareante viaje. Nunca lo he pasado peor en el mar :)

noviembre 15, 2009 12:54 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Raquel, me alegro de que te parezca evocadora. La música provoca sensaciones difíciles de explicar con palabras, ya que pertenece a otro tipo de lenguaje. lo considero un piropo :) Un abrazo!


Ana, el mar es una buena compañía, sí. El horizonte se confunde con uno mismo. te hace sentirte pequeño y grande a la vez. Como somos. Por el momento la única huída que tengo planificada es salir a leer el periódico y tomar una cerveza en un bar cercano. Aunque Lisboa me está tentando para un fin de semana largo de paseos. Abrazos!

noviembre 15, 2009 12:54 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Carrascus, me resultaría difícil decir cuál es la mejor canción de Mike Scott (creo que me quedaría con algo de This is the sea, pero cambiaría de opinión enseguida), pero ésta tiene un montón de versos hermosos, desde luego. Las letras de Mike Scott no son boberías sencillas, tan comunes en otras estrellas, no.

El cambio de la frase final es todo un homenaje a su música, a la sensación maravillosa de poder apresarla en los brazos cuando tocas una guitarra. y en cuanto a lo de Because the night, escogí esta canción porque se la he visto tocar a él, enlazada con el sexual Pan within. Si la escuchas, es un tercer candidato serio al debate Bruce/Patty que hemos tenido en cuanto a la interpretación del tema, ya verás :)

Salud!

noviembre 15, 2009 12:54 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Tesa, como decía el poeta, todo pasa y todo queda. Me alegro de que tengas recuerdos hermosos, y espero que fabriques nuevos aún más hermosos. Nunca dejaremos de pescar. Besos.


Inma, no son mis miradas, sino la propia vida la que compartimos. Las emociones humanas son muy sencillas, sólo hay que reconocerlas para dejar atrás lo complicado. Besos.

noviembre 15, 2009 12:54 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Zorro, pues es una canción como para aprender a tocarla. Es muy sencilla, aunque hace muchos años que no la toco. Irlanda es una isla hecha de música. Salud!


Ch, la catarsis emocional es necesaria para tirar en la vida, sí. Hace demasiado tiempo de aquel viaje, y por mi vida han pasado varias catarsis más. Somos saltos en la normalidad. Besos.

noviembre 15, 2009 12:55 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Food&Drugs, más bonita es relatarla que vivirla. De verdad, recuerdo el mareo de aquella noche con horror, mientras la gente vomitaba a mi alrededor :) Pero el juicio sobre las experiencias debe darse mucho más tarde, y dejar que la memoria manipule a su antojo las sensaciones que han quedado apresadas. Salud!


Jaaa, Gemayla, ¡que no tengo esmoquin para ceremonias! La música, como bien dices, es un idioma universal. Yo aún diría más, es un idioma más elevado que la poesía, capaz de comunicar más verdades menos restringidas. Besos y gracias!

noviembre 15, 2009 12:55 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Jota, odio cuando las canciones que me gustan se repiten tanto en la radio. Las vulgarizan, por mucho que se hayan hecho con otra actitud (el autor no es responsable de la promoción muchas veces).

Escuchar una canción que consigue decirte algo, con su letra o su melodía, es un experiencia única e intransferible. Es una comunión muy privada porque uno desnuda su alma ante lo que siente. No, no me gusta nada compartirlo con la masa. Es una cuestión de pudor.

Salud!

noviembre 15, 2009 12:55 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Diciembre, me fascina el mar, me fascinan los barcos. Y me atemorizan a la vez. Siento toda la fragilidad biológica ante la inmensidad. He viajado en barco por alta mar pocas veces, pero siempre me ha dejado ese estado de fragilidad en el ánimo, hasta cuando lo veo en una película :)

Baudelaire me fascina también, es uno de mis poetas favoritos. Y no conocía el poema, pero es cierto que encaja muy bien con la sensación de te describía.

Besos!

noviembre 15, 2009 12:55 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Tremends, quizás es, simplemente, que nunca llegaremos a ningún sitio, que no hay meta, que no hay puerto. Sólo tormentas y calmas en un viaje extraño y sin sentido. Quizás nos cuenta comprender que estamos solos ante nuestra extrañeza, tanto como lo están los extraños que nos acompañan en el viaje. La vida la inventamos cada día, y no siempre los pasos que damos son los mejores, pues desconocemos no sólo a dónde nos dirigen , sino también el suelo que pisamos. Un montón de besos!


Trilceunlugar, el folk celta tiene magia: no todos los cuatro-acordes son iguales :)

noviembre 15, 2009 12:56 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Sintagma, decía Neruda, que entendía mucho de las emociones marinas: “todo en ti fue naufragio”. Nos asiremos a los restos del naufragio, hasta el siguiente :) Besos.


Vivian, supongo que la emoción vive en esa ósmosis que la música crea con nuestro “latido de dormidos” y nos despierta con una certeza, con una sonrisa y con un Yo reconocido. Saludos!

noviembre 15, 2009 12:56 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Brisuón, me encanta poder compartir la música. Creo que, muchas veces, la música es la mejor manera de expresar emociones complejas que se tornan sencillas cuando consiguen comunicarse en un cuatro por cuatro. Waterboys es una gran cosa que compartir. Me alegro.

Pero lo del barco no se lo recomiendo a no ser que traiga mucha biodramina y varias bolsas de plástico. Tampoco intente coger una pinta de cerveza que repose sobre la mesa: no lo conseguirá :P

Salud!

noviembre 15, 2009 12:56 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Hi, Difusa. Eso pretendía: dar palabras a emociones que no las tienen. Muchas gracias y saludos!


Mcartney, y los tonos menores cuando nos queremos poner más sentimentales, nunca fallan ;)

noviembre 15, 2009 12:56 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Joako, eso diría Marcel Proust, blandiendo su magdalena, desde luego :) Salud!


Pantera, quizás nunca dejamos de sentirnos así. Quizás no hay “that grand and fateful day” que dice esta canción. Quizás sólo hay viaje, y tenemos que agarrarnos fuerte para no caer durante la tormenta. Un montón de ánimos, de agarres y de calor para ti, Pantera! Besos!

noviembre 15, 2009 12:57 p. m.  
Blogger Antígona dijo...

Es una canción inmensa, doctor Lagarto, vaya que sí, tanto por su música como por su letra. La música la conocía, quién no, pero en la letra jamás había reparado. Y me emociona leerla, por lo que dice, por el modo en que lo dice.

Creo que, frente a lo que dice la canción, los animales que somos buscamos con tenacidad, como cualquier otro animal terrestre, la tierra firme, los vínculos, incluso los recuerdos amargos que nos atan a lo que nos parece seguro por conocido y familiar. Tambalearnos nos produce angustia y vértigo, el movimiento nos descoloca y desubica. Sin embargo, esa tierra firme sólo es, en el fondo, una quimera inalcanzable en el horizonte que nos fuerza a permanecer en continuo movimiento. Y hay ocasiones en que sentimos con plena intensidad la necesidad de ese movimiento, de ese tambaleo sobre el mar porque la tierra que pisamos nos asfixia, nos aprisiona y todo deviene impulso en nosotros para salir de ella, para ofrecerse al vértigo soltando amarras y exponerse a la velocidad y al tránsito.

Descubrimos, supongo, que ante las ataduras indeseables sólo nos queda la huida hacia adelante. Incluso sin rumbo, sin mapa, sin brújula. Porque, ¿los hay alguna vez, verdaderamente? Sólo en la ficción que se empeñan en crear nuestras cabezas. Una ficción a la que no siempre cedemos, conscientes del poder de la suerte y el azar sobre los destinos que elegimos.

Y descubrimos, supongo, que la inseguridad de ese vértigo y de ese tambaleo también es habitable. Que, en realidad, es nuestro único y quebradizo habitáculo. Y que tanto más habitable será cuanto más lo asumamos. Cuanta más luz arrojemos sobre él. Y que una mano firme sobre la propia mano puede ser más firme que cualquier tierra en medio del inevitable tambaleo.

Precioso post, doctor Lagarto. Me da envidia su recuerdo.

Un beso!

noviembre 15, 2009 1:40 p. m.  
Blogger Fiebre dijo...

Nunca hace demasiado tiempo, y nunca es demasiado tarde para volver a hacerlo.
Aunque nuestro ´cuerpo´evolucione y pida hotelitos de 3 estrellas en vez de albergues a la aventura.

Pero la sensación de libertad y de catarsis sigue siendo la misma.

O por lo menos para mí, que me dejas a mi libre albedrío y me emociono hasta con un cartucho de pipas y la música adecuada.

noviembre 15, 2009 6:19 p. m.  
Blogger rubén dijo...

Recuerdo como si fuera ayer cuando escuché por primera vez a los Waterboys. No se puede decir eso de muchos grupos.

noviembre 16, 2009 4:21 a. m.  
Blogger Claudia dijo...

Huir es necesario siempre, el héroe, el que se queda es que no tiene corazón, no es un ser humano con sus grandes miserias y miedo.
Enhorabuena por ese viaje, que me imagino que recuerdad mucho en esta ciudad donde cada día hay menos luz, y mas recuerdos.

Un beso

P.D.: gracias por la música, gran elección.

noviembre 16, 2009 10:28 p. m.  
Blogger ana dijo...

... volvería a caminarla de nuevo, y también, de una forma absolutamente diferente... hace ya tanto tiempo...

http://www.youtube.com/watch?v=NKop7JkXt3o

Nos es mal plan, el tuyo. Ojalá la camines de nuevo... sí. Te acompaño con el pensamiento...

noviembre 17, 2009 11:20 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Doctora Antígona, creo que expresa usted muy bien las emociones que provoca la canción de Mike Scott. Efectivamente, la vida es sólo el viaje, sin destino, entre calmas y tempestades. Pero tenemos compañeros de viaje que encontramos en el barco con los que poder sentir la música.

No existen las brújulas en este viaje. Supongo que por eso mismo las religiones han tendido tanta popularidad entre las civilizaciones; porque ofrecen esas falsas brújulas que hacen más sencillo afrontar las tempestades. Claro que entonces hay que renunciar a la luz y a la música, tan inútiles como hermosas.

Besos, doctora Antígona.

noviembre 18, 2009 12:22 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Fiebre, eso es lo malo: que ahora necesitaría tres estrellas… como mínimo. Y sobre todo, lo que más echo de menos: tiempo. Desde hace muchos años apenas cuento con tres o cuatro días libres seguidos en mi vida, lo que restringe mucho el campo de los viajes de placer. Digamos que me encuentro en busca de la catarsis perdida :) besos.



Rubén, tienes razón: los Waterboys no son cualquier grupo. A mi modo de ver, es lo más interesante que surgió en los ochenta, a pesar de no haber tenido la popularidad de otros (o gracias a eso, quizás). Salud!

noviembre 18, 2009 12:22 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Claudia, Dublín es una hermosa ciudad pequeña. Sin grandes museos, sin grandes parques. Pero con una vida cálida y una cerveza estupenda :) besos.



Ana, sólo conozco Lisboa por viajes de trabajo. Creo que ni siquiera he llegado a dormir allí, que yo recuerde. Seguro que tus paseos por allí han sido más gratificantes que los míos y los de mi corbata :) besos y gracias por el video.

noviembre 18, 2009 12:23 p. m.  
Blogger hécuba dijo...

Hay algo en esta canción de los Waterboys que me empuja a vivir siempre que la escucho.

enero 18, 2010 3:09 p. m.  

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