jueves, enero 07, 2010

You talkin’ to me?


“Trabajo doce horas y aún así no consigo dormir. Maldita sea. Los días pasan y pasan. Uno tras otro, sin fin. Lo que he necesitado toda mi vida es sentir que tengo un sitio al que ir. No creo que uno deba dedicar su vida sólo al morbo de cuidar de sí mismo. Pienso que uno debería poder sentirse tan persona como cualquier otro. La vi por primera vez en la oficina de campaña electoral de Palantine, en la calle 63, esquina con Broadway. Ella llevaba un vestido blanco. Parecía un ángel en medio de toda esa sucia aglomeración. Iba sola. La basura no podía... tocarla.”

(Travis recordando el día en el que vio a Betsy por primera vez, en Taxi Driver)




Me fascina el personaje de Travis en Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976).

El guionista de Taxi Driver, Paul Schrader, escribió la historia cuando su mujer acababa de dejarle. Entró en un estado depresivo que le hizo sentirse vacío, solo, con impulsos suicidas, obsesionado por la pornografía y la violencia. No veía más que dolor. Dolor fuera y dolor dentro de él mismo. No podía dormir y se encontraba en una permanente reflexión sobre la angustia de vivir. Fue entonces cuando encontró a Travis Bickle en algún lugar de su cerebro. Schrader tuvo que hospitalizarse para recuperarse del estado depresivo en que había caído durante aquellas semanas.

Travis, excombatiente en Vietnam y con graves problemas de insomnio, trata de pasar las noches conduciendo un taxi por las violentas calles de Nueva York. La miseria moral y la falta de amor con la que tiene que enfrentarse cada noche le lleva a obsesionarse con limpiar las calles de dolor y de corrupción. Travis busca el gesto definitivo que pueda llevar algo bueno al mundo podrido en el que se sumerge cada noche. Un gesto que tal vez sirva para dar algún sentido a su existencia, aunque en ello le vaya la propia existencia. Da igual que nadie le comprenda, está solo y solo debe tirar de la cadena.

Travis no me parece un héroe, ni mucho menos. Es torpe, antisocial, no tiene amigos, no tiene ambiciones. Ni inquietudes, ni códigos. Cree intentar dar un orden a su vida a base de ritos y disciplina, pero está lleno de contradicciones en sus actos. Lo único que tiene son sus pensamientos, que cada vez le hablan de manera más precisa.

Sus pensamientos, a medida que se van convirtiendo en certezas, arrastran a Travis al dolor. Y del dolor a la locura. Porque el dolor se combate con locura. Sí, la locura es la liberación del dolor. Y a veces sentimos que la justicia está en esa misma locura, en buscar un inútil ajuste de cuentas con la realidad. Quizás todos tenemos algo de Travis en la oscuridad de nuestro inconsciente.

El dolor se combate con locura. Esta frase que me viene a la cabeza cuando pienso en Travis, me lleva ahora a poner en mi iPod You know you’re right, la última canción que Kurt Cobain grabó en su vida, apenas dos meses antes de encontrar él también su gesto definitivo.


Nunca te incomodaré
Nunca haré promesas

Nunca te seguiré

Nunca te incomodaré


Nunca hablaré más
Me arrastraré lejos para tu bien

Me iré lejos de aquí

Y ya no tendrás miedo al miedo


No he puesto ningún pensamiento en esto
Siempre supe que llegaría a esto

Las cosas nunca habían estado tan henchidas

Y yo nunca he fracasado en fracasar

Dolor, dolor, dolor!
Sabes que tienes razón

Estoy tan cálido y tranquilo por dentro
Ya no me tengo que esconder

Vamos a hablar de cualquier otro tipo

La sopa ya está a punto


A ella nada le molesta en realidad
Ella sólo quiere amarse a sí misma

Me iré lejos de aquí

Y ya no tendrás miedo al miedo


Dolor, dolor, dolor!
Sabes que tienes razón






Una canción para Travis: You know you’re right, de Nirvana

Una película para Travis: The Wall, de Alan Parker

Un libro para Travis: Deseo de ser punk, de Belén Gopegui


.

71 Comments:

Blogger Tesa dijo...

Sobre Schrader, creo que se han escrito verdaderas obras de arte desde el dolor, desde ese fondo o esa caída en picado.
Quizá el drama personal, la depresión, es más inspirador que los instantes efímeros de felicidad.

Feliz Año, lagarto.

enero 07, 2010 1:40 p. m.  
Blogger Merce dijo...

El dolor se combate con locura. Hace un rato ya que leí este post, pero la frase no ha dejado de dar vueltas en mi cabeza... Es cierto; terrible pero cierto...

Sólo me queda quitarme el sombrero ante tu publicación de hoy.

Besos.

enero 07, 2010 2:34 p. m.  
Blogger Sese dijo...

Sabías que el personaje de Travis está inspirado en un tal Arthur Bremen:

http://embolica.blogspot.com/2009/10/personajes-de-ficcion-reales.html

Sabías que la famosa frase "are you talking to me?" está inspirada en Bruce Springsteen:

http://embolica.blogspot.com/2009/06/taxi-driver-are-you-talking-to-me.html

Seguro que sí

Un saludo

enero 07, 2010 3:44 p. m.  
Blogger Vivian dijo...

“El dolor se combate con locura.”
Precisa frase que resume la esencia del personaje, ante una realidad que le supera, Travis recrea en su mente su propia realidad, llena de delirios, de obsesiones, pero en la que vive mucho mejor que en ese día a día de insomnio y mediocridad que es su vida.

La fascinación por Travis es absolutamente entendible por todo aquel que haya visto la película, aunque, por otra parte, no deja de ser inquietante que nos provoque precisamente fascinación.

Magnífica entrada, me encantó tu disección del personaje, tan simple y complejo a la vez.

Desconocía la historia de Paul Schrader, la historia detrás del personaje… Me gustó descubrirla a través de tus palabras.

Un beso

enero 07, 2010 4:12 p. m.  
Blogger Maeve dijo...

Pienso...¿hay en Navidades una plaga de insomnio depresivo?
Sólo es una reflexión.

enero 07, 2010 5:35 p. m.  
Blogger Dante Bertini dijo...

buen año, lagarto!

enero 07, 2010 6:13 p. m.  
Blogger Food and Drugs dijo...

Las depresiones son como tempestades en alta mar de las que todo lo menos que se puede esperar es un naufragio moral, como le sucede a Travis.
Unas veces el barco se va a pique y ya no hay remedio, caso de Kurt Cobain (nunca olvidaré como le afectó aquello a un colega mío que lo idolatraba, lo sintió como una traición), y otras se sobrevive, con la suerte de que además te saca de las rutas marítimas architransitadas por todo el mundo y descubres un paraíso que no estaba cartografiado por el resto del orbe borreguil, caso de Schrader.

Saludos

enero 07, 2010 7:06 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

buf.. este post resume gran parte de mi bakground...

enero 08, 2010 3:23 a. m.  
Blogger Margot dijo...

Pues sí, siempre he pensado que todos llevamos dentro a un Travis (o cualquier otro desquiciado), cómo no? llevamos dentro el dolor y la locura, al menos la capacidad de sentir el primero y desatar a la segunda.

En ésto de los locos recuerdo a mi madre repetir: ni están todos los que son, ni son todos los que están, con su acento cantarín. Tal vez por eso siempre pensé que la línea era muy difusa y de vez en cuando me planto el capirote, para no olvidarlo.

La fascinación del abismo, del miedo que nos causa y que nos causamos nosotros mismos, no?

Un placer hablar de locos contigo.

Besos dementes (o era de-mentes?) (curiosa coincidencia fonética, mala leche tiene el lenguaje a veces, no? jeje)

enero 08, 2010 11:40 a. m.  
Anonymous Mr. Pink dijo...

Mal que me pese, cada día me siento más identificado con este personaje. Pienso mucho en él, sobre todo en los momentos de soledad absoluta.

enero 08, 2010 2:19 p. m.  
Blogger Fiebre dijo...

Veo a todo el mundo en tus comentarios "tan identificado", que me siento, para no variar... como la cateta que pone el punto "boina".
Somos muchos los que lo ´hemos dejado´.
Sin un puto duro (perdón, euro estamos)
Y a veces, alguna noche, deseamos un alma limpia para compartir el lecho y hacer el amor y no follar.

Y se encuentra uno, un día tras otro, una pena de gente.
Y llegas a sentir dolor de corazón.

Y no nos volvemos escritores malditos, depresivos, suicidas, gentes susceptibles de culto...etc etc...

Sí. Supongo que soy rubia.
O no te acabo de captar.
Siento si te ofendo, sólo escribo lo que me viene sin ánimo de molestar.

enero 09, 2010 3:19 a. m.  
Blogger Neo dijo...

Yo me pregunto si somos capaces de ver cuáles fueron los errores de Travis.
¿Porqué nos fascina algo que vemos en otra persona?
¿De verdad piensas que el dolor se combate con locura? es una descripción o una sentencia de cómo debe combatirse?
es algo que piensas tú, que afirmas o que cuestionas?
El problema de lo que nos fascina no viene porque no sabemos porqué lo hace?
Salud!

enero 09, 2010 9:57 a. m.  
Blogger Zorro de Segovia dijo...

pues algunos días me da que alguno de los taxistas de Madrid se van a montar una peli parecida. Hay cada uno que ...

enero 09, 2010 12:43 p. m.  
Blogger Makiavelo dijo...

Qué difícil es la vida del solitario, solo ante sus neuras y las de los demás.

Muy buena película, Schrader sabe de lo que escribe.

saludos.

enero 09, 2010 7:36 p. m.  
Anonymous satenight dijo...

Todas las veces que he visto esta película, siempre me quedo sobrecogida,sé que voy a padecer viendola pero sé que voy a ver una historia que nos toca dentro, en ese lugar tan cálido y escondido que se llama conciencia porque nadie puede evitar el sentirse Travis, mirarse al espejo y decirte que puedes hacer algo respecto a los malos de la peli, respecto a los abusos y a lo que no te gusta de ahí fuera, me despierta una angustia y una complicidad a la vez y sobretodo despierta y abre un monton de cajitas cerradas que todos llevamos dentro de nuestra cabeza. Magnifico post Lagarto, me gusta venir a visitarte...

besos

enero 10, 2010 6:55 p. m.  
Blogger Antígona dijo...

Quizá Travis sea un personaje fascinante porque también es a un tiempo enigmático. O al menos para mí lo es. Cuando empieza la película, ya sabes que algo no funciona bien en su vida, que algo falla intrínsecamente en él. Haber pasado por Vietnam es, sin duda, un elemento esencial para entender su estado mental, su estado emocional. Pero no lo explica todo. Intuyo en Travis una inadaptación previa, una soledad, un dolor anteriores a esa bajada a los infiernos que supone la participación en una guerra. Intuyo una vida desgraciada, profundamente herida quizás desde sus orígenes, que motivan el modo en que actúa, su escasísima habilidad para relacionarse con la gente, su falta de destreza en las claves mínimas de socialización que prácticamente todo el mundo conoce.

Para mí Travis es, en cierto sentido, como un extraterrestre caído en medio de Nueva York. Como alguien que se hubiera encerrado en un mundo propio y padeciera de un profundo desconocimiento del mundo que le rodea. Porque es cierto que, noche tras noche, Travis debe enfrentarse a la mugre y la miseria de las peores calles de Nueva York. Pero Travis debería saber que existe otro mundo al margen de ese. Podría alejarse de toda esa mierda pero no lo hace. ¿Por qué? ¿Es ya parte de lo que podríamos llamar su locura? ¿Es esa visión tan sesgada, tan reducida, que tiene de la realidad, el síntoma más claro de su desequilibrio?

Entiendo que al director no le interese contarnos esa historia previa. Pero yo nunca dejo de preguntarme, cada vez que veo Taxi Driver, qué le puede haber pasado a Travis, cuál debe haber sido su trayectoria, para llegar a ser el tipo que es en el momento en que la película nos lo presenta.

De todos modos, lo que sí entiendo es por qué sentimos una singular cercanía con respecto a Travis, pese a toda la extrañeza que nos provoca. Creo que en su fragilidad vemos un reflejo de la nuestra. En su locura, un estado mental que también podría ser nuestro. Y, en efecto, la clave la da la conexión que ha establecido usted, doctor Lagarto, entre dolor y locura. Cuando el dolor se hace insoportable, cuando el dolor hace de nuestra propia piel un espacio inhabitable, no es raro que la mente y el corazón se refugien en la sinrazón. Hay quien mantiene la lucidez hasta buscar la salida del suicidio. Pero muchos otros se ven conducidos por ese dolor inmenso, por ese dolor monstruoso, a un terreno en que el dolor ya no podrá ser el mismo, puesto que ya nada será visto ni sentido con los mismos ojos. Todos sabemos que el dolor tiene algo potencialmente enajenante. Y que todos tenemos un límite en nuestra capacidad para soportarlo, más allá del cual no podremos permanecer intactos.

Por eso creo que los locos, los enfermos mentales, son, en la mayoría de los casos, gente que ha arrastrado durante años mucho sufrimiento. Quizá un sufrimiento muy íntimo, difícilmente comprensible desde fuera, pero sufrimiento al fin y al cabo. Un sufrimiento que al final ha acabado por desbordarlos.

Estupenda la canción de Nirvana que ha colgado, doctor Lagarto. Me ha encantado descubrirla :)

Un beso!

enero 10, 2010 6:59 p. m.  
Blogger Miss.Burton dijo...

Pues claro que nos identificamos con Travis, todos tenemos momentos de esos de ida sin vuelta, donde al final triunfa el sentido común, y una cabeza bien armada, y podemos salir de ellos, viendo la luz donde sea que creamos que está. Travis lo tiene mas jodido, el tiene el famoso cortocircuito interno que si te llega estás jodido de cojones, y además, su cabeza está perdida, y no encuentra allá dentro nada bueno como para poder salirse de la situación en la que se encuentra. Su vida no es facil, y aún pensando que sí pudiera haberlo sido en algún momento, está claro que el señor que crea este personaje, está en un pozo muy profundo, en el que todo lo que salga de él es puro veneno para uno mismo, es dolor, es desolación, es incomprensión, es todo horror, color negro, y sin pinta de tener solución alguna.
Supongo que supo plasmar muy bien esa soledad no elegida que derivó en una depresión de caballo. Y supongo que no quiere arrojar luz alguna sobre el personaje, porque él simplemente no veía ninguna en su vida.
Se llega a querer a Travis, conecta con el lado salvaje al que podemos llegar aquellos que hemos rozado el abismo, pero que no hemos llegado a caer en el.
Y la verdad, cierta empatía también en esa mirada que tiene hacia la sociedad que le rodea, porque ya sabemos que el ganado existe y es numeroso, y que salirse de él siempre es una muestra de inteligencia, en su caso, locura.
Daría para mucho este post, y yo se que podría seguir escribiendo, pero... no lo voy a aburrir mas, señor lagarto.
Un placer verlo por los bares,
Un post lleno de interrogantes y de muchas reflexiones.
La canción?¿ Una señal de mi identidad... no digo mas.
Besos fuertes, por fin acabaron las p.navidades.

enero 10, 2010 10:12 p. m.  
Blogger isis de la noche dijo...

Pues yo no sé si al dolor se combate con locura... Pero sí sé que el dolor cuando se vuelve insoportable puede conducirnos a la locura. Sea tal vez esa la forma de eludirlo o la forma de disociarnos de una realidad que es, sencillamente, insoportable.

Lo cierto es que la mente llega a un límite de sus posibilidades de brindarnos soporte psicológico para el colapso emocional y al parecer, tan simple como romper una nuez, se desintegra.. Se desestabiliza, se refugia en su infierno particular.

Me viene otra película cuando pienso en esto... En 'What dreams may come', una mujer que perdió a su familia no puede soportar el dolor y enloquece. Las palabras del maestro de su esposo, quien desciende al mismo 'infierno' para rescatarla o unirse fatalmente con ella, son acertadas cuando le dice que la locura de su mujer está en su inconsciencia, cuando ya no distingue qué es lo real. Y cuando lo real duele tanto, hay tantas formas de evadirse.

La fragilidad de la psiquis no me asombra cuando pienso en que la realidad se estructura en ella de manera tan sólida, que cuando lo 'insoportable' o 'inaceptable' en esa 'realidad' ocurre, se derrumba toda esa estructura que nos mantenía a salvo en el mundo. Algunos son sepultados por los escombros, otros soportan la debacle y renacen convertidos en una nueva versión de sí mismos.

El ser humano... con su neurosis potencial, inconsciente o manifista a cuestas, va por la vida sin saber a lo que se enfrentará.

Supongo que la clave está en la canción de Nirvana (muy buena!): perder el miedo al miedo... Al fin y al cabo, cualquier construcción de la realidad, por muy sólida que parezca haber quedado después de toda una vida de esfuerzos por edificarla y mantenerla a salvo de lo desconocido o impredecible, pudiera sucumbir... No importa el motivo.. Es una posibilidad que habremos de aceptar inexorablemente...

jeje

besos ;)

enero 11, 2010 4:42 a. m.  
Blogger JOAKO dijo...

Me encanta el personaje, me parece que es un subconjunto que muchos llevamos dentro, me explico, a veces me miro en el espejo y repito eso de Are you fuking talking to me...y me da fuerza, es una catarsis, me imagino que lo mando todo al carajo y por la via rápida "defazco entuertos" sin pregunarme nada ni sentir culpa, como un loco lisergico que tiene, no parte d la razón, si no toda la razón. Afortunadamente ese subconjunto de mi personalidad fue erradicada de mi mismo( o no) por un proceso de rehabilitación que me ha llevado a ser un feliz padre de familia...pero aún así a veces sigo mirandome en el espejo y apuntando con el dedo digo Are you fuking...

enero 11, 2010 11:41 a. m.  
Blogger Sintagma in Blue dijo...

El dolor es un perro que nos muerde las entrañas...

enero 11, 2010 1:35 p. m.  
Blogger Conxa dijo...

Robert de Niro le dió vida a ese Travis que todos podemos reconocer.

Yo no creo que el dolor se tenga que combatir con la locura,Lagarto.

El dolor, las depresiones, las crisis de identidad, las hostias que nos da la vida tienen que servir para descubrir nuevos caminos y estos no tienen porque ser destructivos.

Decía Viktor Frankl, que de dolor sabia mucho,que incluso en las condiciones más extremas de deshumanización y sufrimiento,los seres humanos preservamos la capacidad de elegir la actitud con la que afrontamos nuestras circunstancias. Nos pueden arrebatar todo,salvo una cosa:la última de las libertades humanas,la elección de la actitud personal que puede adoptar frente al destino para decidir su propio camino. Esa libertad interior es la que nadie nos puede arrebatar y la que confiere a la existencia una intención y un sentido.

Todo el dolor que podemos sentir puede servirnos para madurar emocionalmente...eso si, si elegimos ese camino.
El dolor y el miedo no se pueden "matar", porque tanto uno como el otro son parte de la vida, y si lo haces te suicidas o te vuelves loco, pero no vives.

La canción del Cobain es muy buena elección para el post, que me ha dejado un sabor agrio y triste.

Espero que no te depriman los inicios de año,eh?? ( ;

enero 11, 2010 6:59 p. m.  
Blogger Neo dijo...

Lo que dices, Conxa, es muy interesante, pero... ¿estás segura de que sin sufrimiento y sin miedo no se vive?
¿no será una vida mucho más plena sin sufrimientos emocionales y miedos, dado que estas dos cosas realmente no existen?

enero 11, 2010 8:21 p. m.  
Blogger Conxa dijo...

Con tu permiso,Lagarto...
Neo, yo he dicho que el dolor y el miedo no se pueden "matar",son parte de la vida.Aceptar que vivir tiene su parte de sufrimiento es una lección a aprender. El dolor ya sea físico o emocional puede llevarte por caminos muy tortuosos y en ellos puedes encontrar salida.Una de ellas es vivir aceptando ese dolor como parte de la vida, otra puede ser volverte loco, otra matarte en vida y otra terminar con todo.Cada uno elige su salida y la actitud ante ese sufrimiento.
¿El miedo y el sufrimiento emocional no existen,Neo????

enero 12, 2010 10:41 a. m.  
Blogger MK dijo...

Bueno , creo que me lo llevaria al campo.
Un tiempo.

enero 12, 2010 11:58 a. m.  
Blogger panterablanca dijo...

Yo no creo que el dolor se combata con locura, por lo menos no siempre. La locura también engendra dolor, a veces en uno mismo, pero siempre en los que tienes alrededor. Lo mejor sería que no existiera el dolor, en su expresión más intensa, la que nos lleva a la locura.
Besos selváticos.

enero 12, 2010 10:00 p. m.  
Blogger Neo dijo...

Conxa: Yo cuestiono que exista el miedo. ¿Qué es el miedo? ¿no es acaso un pensamiento que tenemos sobre algo que nos puede pasar?
Ojo! Siempre estoy hablando del miedo ante algo que no existe ahora.
Si me va a atacar un tipo con una navaja, me asustaré, pero en ese caso el miedo tiene su razón de ser: el cuerpo se tensa, las pupilas se dilatan, segregamos adrenalina, el corazón late más rápido... ese miedo es bueno, verdad?
Yo hablo de las fobias, del miedo a la muerte, del miedo al futuro...
Ese miedo es algo que nos creamos nosotros mismos en la mente, no?

Es lo mismo que el dolor; hombre, si te rompes un brazo te duele; pero el sufrimiento emocional es por un recuerdo o por una idea o por un pensamiento... nos lo creamos nosotros en la mente... no?

besos

enero 12, 2010 11:16 p. m.  
Blogger Conxa dijo...

Bueno ,Neo, el post de Lagarto nos habla de dolor y miedo real.
Y ese miedo y dolor de Travis lo lleva a convertirse en un demente asesino.
No creo que ningun miedo sea bueno, por lo menos, los tipos de miedo que yo he sentido.El caso es tratar de que ese miedo no te paralice y puedas seguir tu camino.
Una persona valiente no lo es porque no sienta miedo, lo es porque logra controlarlo.
El poder de la mente es infiníto, hay un montón de personas dentro y fuera de psiquiatricos que creen que sus fobias son reales y así las viven.
El dolor físico puede parecer más real, pero el sufrimiento emocional puede llegar a causar mucho más dolor...mira como termina Travis...

enero 13, 2010 9:43 a. m.  
Anonymous Gemmayla dijo...

Creo que Travis simboliza -es en cierto modo el arquetipo - al colectivo amplio de personas de nuestra sociedad "condenados", ya sea por elección propia o por imposición de la vida, a lidiar con la cara oscura de la sociedad. Tengo muchos amigos taxistas y cuentan cada cosa de echarse a temblar. Creo que urge una nueva versión de "Taxi Driver" con un Robert de Niro madurito, obligado a ejercer el taxi por la dichosa crisis, después de muchos años ejerciendo otra profesión. Me lo imagino llevando un taxi con mampara, porque ejercer esta noble profesión ahora mismo en vehículo sin mampara es como si cada uno de nosotros trabajase su jormada laboral con alguien pegado en el cogote no siempre de fiar. En nuestros trabajos respectivos podemos en un momento puntual tener detrás la sombra de un jefe o compañero non gratos, pero el taxista se ve obligado a confiar y exponer su nuca a cualquier desaprensivo.
Me caen muy bien los taxistas, incluyendo a Travis Bickle y su frágil personalidad.

Muy feliz 2010, Nos. para ti y la gente de tu blog

enero 13, 2010 9:49 a. m.  
Blogger Neo dijo...

=), Conxa, si no tienes ninguna duda sobre el miedo y el dolor emocional, entonces es que lo tienes todo claro.
Yo no lo veo así.
bsos!

enero 13, 2010 6:05 p. m.  
Anonymous El peletero dijo...

Tienes toda la razón del mundo, todos tenemos algo de Travis en nuestro cerebro y en alguna parte de nuestro corazón. Es así, tal y como lo dices. Además, “Taxi driver” es una enorme película, una gran película, una extraordinaria película y tú has hablado de ella de una manera casi perfecta. Digo casi, porque la ecuación no es siempre la que dices, “el dolor se cura con locura”, en muchos casos, en la inmensa mayoría, las cosas suceden al revés, la locura es la causa del dolor, de un dolor que no tiene parangón. Una muy querida amiga mía, esquizofrénica, con alucinaciones terribles y espantosas ha sido para mí, y fuera de películas, un ejemplo muy claro de ello. Por suerte, por ella y por los médicos, se ha recuperado y ahora es una mujer alegre, contenta y carente de dolor.

El dolor es literario y peliculero, la realidad es otra.

Saludos

enero 13, 2010 6:09 p. m.  
Blogger ana dijo...

"Lo que he necesitado toda mi vida es sentir que tengo un sitio al que ir"...


Las batallas del dolor son tan incontables como los instantes de locura. Quizá haya que nacer de nuevo para sobrevolarlos. Quizá sea posible si nos sentimos esperados... si volvemos a alzar la mirada.

enero 13, 2010 10:48 p. m.  
Blogger LOLA dijo...

Hola :)

Ha sido siempre una de mis películas favoritas....me encanta ver el taxi con esos vapores que emanan de las alcantarillas y el sonido musical pausado...tétrico pero calmado.

Hmmm..también podríamos decir que Travis tiene mucha mucha suerte.

LOLA CIENFUEGOS

enero 13, 2010 11:58 p. m.  
Anonymous carrascus dijo...

Todos somos Travis. Todos nos hemos enamorado alguna vez de Jodie Foster. Que no...?

enero 14, 2010 7:34 p. m.  
Blogger Ines dijo...

Estupenda pelicula con la que tuve yo mis mas y mis menos quizas porque tenia a Travis demasiado cerca .
A veces creo que es la locura la que se combate con el dolor que es como el tronco al que te agarras para no desquiciarte del todo(si me duele la pierna es que aun la tengo, aunque sea medio podrida )
Impresionante Robert de Niro.
Es una pelicula que vi varias veces pero que no volvere a ver.
Un abrazo

enero 15, 2010 2:10 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Tienes razón, Tesa; El arte mas extraordinario surge muchas veces de los estamos anímicos más terribles. Pero, ¿no da un poco de miedo que esto sea así, que lo que más nos eleve o nos emocione sea fruto de lo que menos deseamos para nosotros? somos seres muy complejos :) Feliz año!



Merce, el dolor nos puede llevar a límites terribles, en los que ni siquiera nos reconocemos. ¡Viva el Ibuprofeno, y muchos besos!

enero 16, 2010 9:55 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Sese, no sabía de la existencia de Arthur Bremen, pero sí que De Niro robó su famosísima frase en un concierto de Bruce Springsteen. A Bruce siempre le ha gustado mucho vacilar con el público y no me extraña que De Niro se fascinara con ese magnetismo. Salud!



Vivian, claro que sí. Es lo malo de la soledad, que crea obsesiones que no son contrastables con la realidad, lo que puede acabar generando psicosis. La mayoría de la gente no lleva a los extremos de aislamiento de Travis, pero si hemos tenido alguna época prolongada de soledad buscada sabemos que el cerebro empieza a hacernos jugadas, y que lo mejor es descolgar el teléfono y llamar a un amigo para tomar unas cervezas cuanto antes. Besos!

enero 16, 2010 9:56 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Maeve, a mí la depresión navideña no me produce insomnio sino más bien todo lo contrario. Me he echado unas siestas terribles esos días :)


Dante, creo que ya nos habíamos felicitado el año antes, pero volveremos a hacerlo ¡feliz año! ;)

enero 16, 2010 9:56 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Food&Drugs, supongo que cuando entras a navegar en esas oscuras aguas de la depresión nunca sabes cómo ni cuándo podrás salir. Pero siempre ayuda un poco de química, un poco de amigos y un montón de voluntad para seguir. Schrader no era igual Cobain en esto último, no. Pero a ambos podemos sentirles cerca, a pesar de que tomaron caminos tan diferentes. Saludos!



Vaya, Jordim, veo que coincidimos en algunos mitos :) debe ser algo generacional. Salud, y gracias por pasarte por aquí!

enero 16, 2010 9:56 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Margot, el dolor es parte de la vida. Es muy difícil, por no decir imposible, pasar por la vida sin experimentar alguna vez un dolor más fuerte del que pensamos que podemos resistir. Y cuando lo superamos, conservamos el recuerdo del límite. Y nos asustamos de nosotros mismos. A veces, esa ambigua línea que separa la razón de la cordura es la misma que separa la genialidad del ridículo. Qué frágiles somos, ¿verdad? :) Besos!



Mr. Pink, espero que sus momentos de soledad absoluta sean más controlados que los de Travis. Quizás no es malo pensar en él, quizás nos ayuda a saber cómo no equivocarnos. Salud!

enero 16, 2010 9:56 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Fiebre, claro que no ofendes, todo lo contrario. Me gusta la polémica, los distintos puntos de vista. Es la mejor manera de ordenar las ideas propias.

Yo creo que la lucha por la vida y por mantenerse en pie (No surrender) es absolutamente necesaria. Pero no es incompatible con la fragilidad, con encontrar un punto débil que nos haga dudar del sentido de lo que hacemos, de la fuerza con que podemos hacerlo. Podría volver al verso del post anterior, de Rilke, “¿Quién habla de victorias? Sobreponerse es todo”, que me parece fundamental para seguir luchando.

Claro que hay que “dejarlo”, pero siempre es mejor dejarlo sabiendo qué es lo que dejamos y por qué lo dejamos. No admiro a Travis como ser humano, sólo es que me Scorsese consigue provocarme al darme cuenta de que le entiendo más de lo que me gustaría entenderle.

Muchas gracias por tu comentario, Fiebre. Un beso!

enero 16, 2010 9:57 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Neo, empiezo por el final de tus preguntas. Creo que lo que más nos inquieta del arte en general es, precisamente, no saber por qué nos fascina. La buena literatura, el buen cine, la buena música o la buena pintura saben tocar fibras muy interiores nuestras que no sabíamos que existían hasta que nos enfrentamos a la obra del autor. Es entonces cuando nos quedamos sobrecogidos y sabemos que la vida nos ha mostrado algo nuevo de nosotros mismos.

No pretendo hacer moral con esa frase de “el dolor se combate con locura” (joé, qué éxito ha tenido esa frase :), sino expresar una situación límite a la que la vida, a veces, nos lleva. El dolor, digo, es indisociable de la vida. Y a veces éste es tan fuerte que nos impide reconocernos en lo que éramos. La locura es la ausencia de racionalidad, de perspectiva, de percepción de la realidad. Y si el dolor es demasiado fuerte, éste nos concentra tanto que no podemos percibir más realidad. Algo así.

Me alegra verte por aquí, Neo. Salud!

enero 16, 2010 9:57 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Zorro, no conozco taxistas personalmente, pero siempre he pensado que es una profesión bastante dura. Yo, como usuario de taxis, también sufro… cuando ponen la COPE :) Salud!


Makiavelo, me alegro de que te guste la película. Realmente me parece de lo mejor del cine de los setenta, lo que es casi lo mismo que decir de toda la historia del cine. Salud!

enero 16, 2010 9:57 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Satenight, veo que has visto varias veces la película, es de ésas que invitan a verla más y más, sin duda. Efectivamente, Travis necesita actuar, hacer algo que signifique algo para sí mismo porque ya no cree en “organizarse” ni cree en Betsy ni cree en nada.

Yo creo que es una peli muy existencialista, en el sentido de que el protagonista necesita algo que le explique a sí mismo, una catarsis emocional. Me alegro de que te guste como a mí.

Besos!

enero 16, 2010 9:57 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Doctora Antígona, efectivamente, uno de los primeros datos que nos da Scorsese del personaje es que Travis es un veterano de la guerra de Vietnam. Quizás ahora esa guerra suena un poco lejana, pero durante aquellos años setenta volvieron muchos soldados muy tocados psicológicamente por la dureza de la experiencia, a la que se sumó el desprecio de una sociedad que pagó con ellos su postura antimilitarista. La soledad deprimida del veterano del Vietman ha dado para varias grades películas (De Niro mismo, en El cazador, por ejemplo). No tenemos muchos más datos de su vida previa, pero su incapacidad de seguir normas tan elementales como no llevar a una chica a un cine porno en la primera cita, nos dejan ver a una persona que no ha tenido mucho contacto real con el mundo que le rodea.

Travis busca voluntariamente las duras experiencias que el taxi le proporciona. Es él quien voluntariamente elige el turno de noche y quien nos dice que atiende los barrios más marginales. Parece que Travis necesita ver por sí mismo la miseria social para entenderse a sí mismo, sí.

Me ha gustado cómo ha expresado usted la enajenación que el dolor puede causar a un individuo. Claro que sí, por eso aparece la locura (como acción y efecto de esa enajenación sobre la relación de yo con su entorno) como salida.

Efectivamente, también existe el camino inverso: la locura provoca muchísimo dolor. Un dolor que suele colaborar a los brotes de esquizofrenia, cerrando el círculo del horror. no creo que Travis fuese un psicótico, sino más bien un chico obsesionado por encontrar un sentido a su ser en el mundo.

Me alegro de que le guste la canción, besos!

enero 16, 2010 9:58 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Claro, Tremends. Podemos comprender a Travis porque nos hemos asomado al abismo, y hemos sentido el vértigo aunque gracias a Dios no hayamos caído en él abismo. Y es que, como decía Milan Kundera, el vértigo no es el miedo a caer desde la altura, sino el deseo de dejarnos caer que nos entra cuando estamos en esa altura. Sólo cuando salimos del agujero tomamos conciencia de lo mal que estábamos.

Lo pasamos bien en aquellos bares, claro que sí. Ya saldremos más.

Besos!

enero 16, 2010 9:58 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Estoy de acuerdo contigo, Isis. Cuando la realidad se hace insoportable, el cuerpo se defiende huyendo de ella. Cuando el insoportable dolor es físico, el propio cuerpo se defiende dejándonos inconscientes. Pero cuando el dolor proviene de nuestro pensamiento la cosa ya no es tan inmediata. Me dan miedo esos límites imposibles, espero no vivirlos nunca.

No he visto esa película, pero tomo nota. Es un tema muy duro, sí. Yo también me estaba acordando de otra, Apocalypse Now, de Coppola, en la que el coronel Kurtz conoce el “horror” y ya no puede volver a ser el mismo.

Los seres humanos somos muy frágiles, debemos cuidarnos mucho ante las adversidades porque no podemos soportarlo todo. Que no nos falte el amor y el apoyo.

Besos!

enero 16, 2010 9:58 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Joako, jaaa, creo que todos hemos hecho alguna vez eso de mirarnos al espejo y decir “are you talking to me?” :) Pero a mí me sale muy mal, me da la risa cuando veo las notables diferencias físicas entre Travis y yo. Me alegro mucho de que ahora estés más en paz contigo mismo y que vivas con ilusiones. La vida, como decía aquel tipo, puede ser maravillosa. Salud!


Sintagma, qué dolor me ha causado esa imagen :) Besos!

enero 16, 2010 9:58 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Conxa, yo el dolor lo combato con Ibuprofeno si es físico y con amigos y música si es más espiritual. Gracias a Dios, los momentos difíciles que he encontrado en mi vida no han desestructurado mi mente. Pero realmente tengo miedo de que alguna vez pueda pasar. Creo que todos tenemos ese riesgo en el interior, que la línea que separa la cordura de la locura es muy delgada, y que podemos estallar cualquier día, como en una película de Peckinpah. Toco madera :)

Viktor Frankl vivió los campos de concentración nazis, sí. Pero Primo Levi, que vivió la misma experiencia, acabó pensando casi lo contrario en “Si esto es un hombre”: que los seres humanos podemos llegar a lo más bajo en circunstancias tan graves, hasta el punto de no reconocernos como seres humanos. En fin, creo en la libertad que mencionas, claro que sí. Pero no sé qué podría pasar en esos límites más allá de lo humano.

Me ha parecido muy interesante tu comentario, Conxa. Besos y gracias!

enero 16, 2010 9:59 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Neo, Conxa, me encanta que os liéis aquí con el debate.

Si me permitís, yo creo que el dolor es indisociable de la vida… como lo es el placer.

Por eso los estoicos, en su búsqueda de la huida del dolor no tienen más remedio que renunciar también al placer. ¿Es eso vida? Bueno, unos días me siento más estoico que otros :)

enero 16, 2010 9:59 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

MK, jaaaa! Qué bueno! Sí, yo creo que a Travis le vendrían bien unas vacaciones en el campo. Besos!



Pantera, claro que la locura genera después más dolor. Es un círculo del que ya es muy difícil salir. Supongo que si pudiéramos elegir fríamente nos apartaríamos de esa dinámica destructiva. Pero creo que lo que pasa es que cuando el dolor es insoportable, no podemos pensar bien, sólo queremos salir de él, renunciar a la realidad que lo provoca. Besos!

enero 16, 2010 9:59 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Gemmayla, desde luego, los taxistas viven ese lado oscuro de la ciudad. También los que trabajan en las urgencias de los hospitales o los policías. La verdad es que yo vivo muy ajeno a ese lado oscuro de mi ciudad, gracias a Dios. Sería muy interesante ese remake de Taxi Driver que propones, habrá que hablar con los tres; Paul Schrader, Martis Scorsese y Robert de Niro. Que piensen dónde está Travis ahora, sería genial. Besos!



Peletero, me alegra que esta vez estemos tan de acuerdo :) Claro que también existe el otro camino: el de la locura que lleva al dolor. También he tenido la posibilidad de verlo en una persona determinada. La enfermedad mental es algo tristísimo, y no estoy seguro de que la sociedad sea lo suficientemente sensible con ese tema. Saludos!

enero 16, 2010 9:59 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Ana, quizás la vida nos enseñe a relativizar, a defendernos mejor del daño que nos puede hacer el mundo. No podemos nacer otra vez, pero sí levantarnos cada mañana con la idea de que estamos vivos. Besos!



Lola, es una gran película, sí. He centrado la cosa en su guión, pero desde luego no vamos a descubrir a estas alturas que Martin Scorsese es uno de los más grandes cineastas, y que cuando él rueda, todo se convierte en magia. O, mejor dicho, se convertía en magia, que hace mucho que no le veo hacer algo que me maraville tanto. Travis tiene suerte, sí… pero personalmente, creo que la coda final es más una imposición de productores americanos que la realidad de la historia de Travis. Creo que Travis muere en el plano en el que pone su dedo sobre su sien. Besos.

enero 16, 2010 10:00 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Carrascus, la Foster está luminosa en esa película, sí. Tenía sólo doce años y los productores no sabían qué pensaría el sindicato de ese papel de prostituta. Pero siguieron adelante, gracias a Dios, y descubrimos una gran historia y una gran actriz. Salud!



Casilda, supongo que hay muchos tipos de dolor y de locura. Entiendo lo que dices. Porque el dolor, en una medida asumible, nos hace sentirnos vivos. Un abrazo!

enero 16, 2010 10:00 p. m.  
Blogger Shandy dijo...

Para mí, los momentos más angustiosos de la película son los de Travis en aquel pequeño cuarto, a solas con sus pensamientos y su sufrimiento. Tengo esas imagenes como un fondo de pantalla en mi retina. El dolor emocional, y sobre todo cuando lo acompaña el insomnio y la soledad, puede llevar a la locura más terrible, la que puede convertir a la persona en un ser que daña a los otros.Pero hay tantos tipos de "locura". Me pregunto ¿qué es? ¿Una forma "distorsionada" de ver la "realidad"? ¿Una forma "distinta" de percibirla? ¿Un universo en el que se refugia la mente para huir de una "realidad" que resulta insoportable? ¿Un crack en nuestra mente que descoloca todas las piezas y cada una funciona sin orden ni concierto?
No pienso sólo en el caso de Travis. Tú lo defines bien, un ser antisocial que provoca rechazo y a la vez fascinación porque sabemos que la línea que separa "cordura" de "locura" es muy delgada, aunque hay sicologías que resisten mejor o están más preparadas que otras. La locura conlleva siempre un gran sufrimento "No conozco degracia más grande que la de estar loco", a veces el loco es consciente de su alienación, tiene momentos de lucidez. Incluso hay locuras con una gran lucidez que suponen una percepción de otras "realidades", y creo que no menos "reales".
El dolor emocional (como el físico) forma parte de la vida, pero creo que en nuestras sociedades no se nos prepara para él (¿Sería bueno hacerlo, una vacuna, pequeñas dosis desde la infancia?). Sólo llegamos a saber lo que somos capaces (o incapaces) de resistir cuando nos llega y nos enfrentamos a él, a veces con las manos vacías y un gran desconcierto.
Y me viene a la memoria esto:
“La felicidad busca la luz, por eso juzgamos que el mundo es alegre; pero el dolor se esconde en la soledad, por eso juzgamos que el dolor no existe”
(Bartleby, el escribiente.)
El dolor físico se experimenta desde la más temprana edad, y hay pastillas para remediarlo. Las pastillas para el otro hummm... Al final estamos siempre nosotros, hay que asumirlo y combatirlo de la mejor manera posible (amistad, amor, solidaridad, arte...) Y siempre la esperanza, porque como dice la maravillosa canción de Jaume Sisa: "Qualselvot nit pot sortir el sol".
Un beso y un fuerte abrazo

enero 17, 2010 1:17 p. m.  
Blogger Luna Roi dijo...

Me fascinan los personajes femeninos de Taxidriver: la política y la puta o ¿quién cada quién? Betsy y Steensma (cuántas veces no habré soñado con su vientre tan blanco).

enero 18, 2010 12:12 p. m.  
Blogger hécuba dijo...

Cada vez que entro en la biblioteca cojo Deseo de ser punk de Belén Gopegui y lo vuelvo a dejar en la estantería. Nunca me decido. Igual debería hacerlo ya.
Sobre el dolor que lleva a la locura y la depresión, prefiero no hablar hoy.

enero 18, 2010 3:07 p. m.  
Anonymous El peletero dijo...

Bueno, apreciado lagarto, alguna vez teníamos que coincidir. Tienes razón, las enfermedades mentales parecen a veces un estigma social, o, en todo caso, la sociedad no es muy consciente de su gravedad y significado.

Saludos.

enero 18, 2010 5:30 p. m.  
Blogger Roberto dijo...

a mi travis también me fascina...es un anacoreta del dolor y de la locura...

esa película es como una pesadilla (repleta de arte y belleza sórdida)

un abrazo

enero 18, 2010 11:51 p. m.  
Blogger Claudia dijo...

Sr. Lagarto, creo que Taxi Driver es una de mis películas favoritas. Veo en Travis un sentimiento que siempre surge en la mente de los habitantes de las grandes ciudades.
Ciudades locas que nos vuelven locos y que nos atrapan sin dejarnos salir, es horrible.
Creo que Travis es el "padre" de Tyler Durden (el protagonista de El club de la lucha) solo que Travis es el estado de ánimo de los años 70 y Tyler de los 90. Ambos personajes me fascinan y ambas películas me parecen obras de arte del cine.
Gran elección!

Un beso

enero 19, 2010 2:36 p. m.  
Blogger ROSA ALIAGA dijo...

siempre que paso por aquí tengo que sacar la libreta y apuntar...me encanta el balance de tu sabiduría

enero 20, 2010 10:23 a. m.  
Blogger Dante Bertini dijo...

audaz Scorsese...casi logra covertir en héroe a un fascista violento y desagradable...Cobain una pena:bollito inmaduro y caprichoso

enero 21, 2010 3:30 a. m.  
Blogger atikus dijo...

Bueno hay muchas maneras de escapar de la angustia de la vida cotidiana...pero yo no me pillaría un taxi y me pondría a dar vueltas por Madrid por la noche eh!!

en fin con ir al cine me vale ;)..y alguna copita o parecido...una escapada...quizás una churri ;)


saludos

enero 25, 2010 2:53 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Es la mejor interpretación de de Niro, desde mi punto de vista, esa soberbia transformación que hace a lo largo de la película es realmente memorable. Después siempre me ha parecido un poquito pasado de histriónico, un poquito sobrepasado en sus actuaciones, un poquito soberbio en las mismas...

El dolor se combate con locura... puede ser cierto, aunque a veces el dolor produce tal clarividencia que ni la locura es capaz de amortiguarlo.

Un besazo, querido dr. Lagarto,

enero 25, 2010 10:00 p. m.  
Blogger Paco Merlo Ansin dijo...

¡FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO 2011!. Espero no llegar tarde esta vez.

enero 26, 2010 12:19 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Shandy, supongo que llamamos locura a un montón de cosas diversas que sólo coinciden en el hecho de alejarse de la percepción más común de la realidad y en conllevar, lógicamente, un agobiante sentido de aislamiento e incomprensión. Actitudes que se consideraban locura hace menos de cien años, como la homosexualidad, hoy son plenamente aceptadas. Me temo que la frontera entre la cordura y la locura es muy poco científica. Personalmente pienso que todos somos bombas de relojería y podríamos romper el hilo que nos ata a la realidad común. Debemos cuidarnos mucho, sí, porque como bien dices, el dolor de sentirse loco es terrible.

Bartleby es un gran personaje. Siempre me ha fascinado mucho. Un día deberíamos organizar un debate sobre su “preferiría no hacerlo” :)

Un beso, Shandy!

enero 26, 2010 6:22 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Bellaluna, los personajes femeninos de Taxi Driver también son fundamentales, claro que sí. Travis se fascina por las dos caras de la moneda, tan dispares y tan necesarias para explicarnos a quienes miramos. La Foster está muy sensual en la película, sí. Eso le causó algunos problemas a los productores, ya que por entonces la actriz sólo tenía 13 años. Gracias por pasarte por aquí!



Hécuba, me ha gustado mucho el libro de Gopegui. De alguna manera, encontramos a un Holden Caulfield revisitado en este principio de siglo, y en chica. Quizás, el cinismo y vacío que ha crecido en la sociedad en estos sesenta años que nos separan de la obra de Salinger, ha definido también el ansia existencialista de Martina. Espero que te guste, me gustará conocer tu opinión. Gracias por pasarte por aquí.

enero 26, 2010 6:22 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Peletero, supongo que se trata de una enfermedad muy incómoda, que exige unas atenciones y una solidaridad diferentes de cualquier otra enfermedad. Los que la hemos visto, sabemos del sufrimiento claramente diferencial de la familia que tiene que lidiar con la situación, con tan escasas ayudas públicas al respecto. Saludos!


Roberto, a veces el arte se muta en pesadilla con pasmosa facilidad. Y la belleza de la verdad siempre es la más sugerente de las bellezas, sobre todo en la literatura. Un abrazo!

enero 26, 2010 6:22 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Claudia, supongo que será por cuestiones generacionales, pero me llega más el Travis de Taxi Driver que el Tyler del Club de la lucha (¡y me encanta Palahniuk, que conste!). La película se estrenó cuando yo sólo era un niño, no la vi en las salas. Pero sí recuerdo esos carteles, y la cantidad de conversaciones que los mayores tenías sobre esa película. En cuanto pude la cogí en un videoclub.

El club de la lucha me gustó mucho y caí en la trampa hasta el final, por lo que mi empatía con el personaje era total cuando me di cuenta de lo que le(nos) pasaba. Efectivamente, también nos habla de todo lo que da de sí el aislamiento social en un entrono tan hostil como el urbano. Gracias por traerla!

Y besos!

enero 26, 2010 6:22 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Trilceunlugar, a mí lo que me encanta es poder compartir este espacio con vosotros y vuestros comentarios, claro que sí. Muchas gracias por venir!


Dante, me maravilla que Scorsese sea capaz de convertirlo en humano, y que tengamos los espectadores que hacer nuestro propio esfuerzo intelectual para saber qué nos separa de él. Creo que el cine de los setenta confiaba mucho más en la inteligencia del espectador que el de ahora. Una pena. Salud!

enero 26, 2010 6:23 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Atikus, el trabajo de taxista me parece no sólo peligroso, sino desquiciante. Yo, para relajarme, también me apunto al cine, la copita y la churri :P Salud!


Los Pasos, tuvo una buena época de Niro en los setenta. También me gusta mucho el papel que hace como joven Vito Corleone en El Padrino II, o en Novecento de Bertoluci, el Cazador de Cimino o New York New York, también de Scorsese… Creo que hasta que hizo El corazón del ángel, a finales de los ochenta, me gusta casi todo. Era un actor especular, aunque es cierto que el Método les vuelve un poco locos a todos ellos :P Besos clarividentes y analgésicos, Los Pasos!

enero 26, 2010 6:23 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Paco, eso es previsión, claro que sí. Deberías trabajar aquí en esta oficina :P

Feliz 2011 para ti también!!

enero 26, 2010 6:23 p. m.  

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