La trampa de la normalidad
A) En la ciudad donde vivo, es más normal ser de raza blanca que de otras razas. Podríamos decir que el 70% son de raza estrictamente blanca.
B) En la ciudad donde vivo, es más normal creer en un Dios que de ser ateo. Podríamos decir que el 70% creen en algo.
C) En la ciudad donde vivo, es más normal ser heterosexual que homosexual. Podríamos decir que el 85% dicen ser heterosexuales.
D) En la ciudad donde vivo, es más normal votar a la derecha que a la izquierda. En las últimas elecciones, la derecha obtuvo el 54% de los votos.
E) En la ciudad donde vivo, la mayoría de la gente tiene en su familia el pilar básico donde descansa su estar-en-el-mundo. Podríamos decir que el 70% de los ciudadanos vive con familiares.
F) En la ciudad donde vivo, la mayoría ha nacido en esta misma ciudad y nunca ha vivido en ninguna otra. Podríamos decir que el 70% sólo han vivido en Madrid.
G) En la ciudad donde vivo, la mayoría conserva un trabajo que les permite mantener su nivel de vida. Podríamos decir que el 80% no está en el paro.
Esto parece querer decir que lo normal en mi ciudad es ser blanco, trabajador, creyente, heterosexual, de derechas y familiar.
Pero las matemáticas dicen que la probabilidad de los sucesos condicionados es la multiplicación de sus probabilidades, lo que hace que disminuya radicalmente la posibilidad final.
Probabilidad del suceso A=0,70
Probabilidad del suceso B=0,70
Probabilidad del suceso C=0,85
Probabilidad del suceso D=0,54
Probabilidad del suceso E=0,70
Probabilidad del suceso F=0,70
Probabilidad del suceso G=0,80
Entonces, la probabilidad de que se den de manera simultanea todos los sucesos sería: 0,70x0,70x0,85x0,54x0,70x0,70x0,80.
Esto es: 0,088 o lo que es lo mismo 8,8%
Así que lo que realmente quieren decir estos datos es que sólo uno de cada once madrileños es blanco, creyente, heterosexual, con trabajo, de derechas y muy familiar. Esto es, una minoría de la sociedad es normal. Vaya contradicción.
La normalidad es un engaño antidemocrático explotado por las fuerzas más conservadoras que sólo sirve para oprimir la individualidad de los ciudadanos. No hay nada más ajeno a nosotros que la Normalidad. Deberíamos ponernos en guardia cuando alguien habla en nombre de la Normalidad.
Para Foucault la clave del poder no es la disciplina sino la normalización de la vida, porque el verdadero objeto del poder es controlar tu vida, lector.
Somos raros, somos maravillosamente raros. Me gusta tu rareza, lector. Es lo que llena la mía.
When you're strange
Faces come out of the rain
When you're strange
No one remembers your name
Una canción para los raros: People are strange, de The Doors
Una película para los raros: Extraños en un tren, de Alfred Hitchcock
Un libro para los raros: Los anormales, de Michel Foucault
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73 Comments:
Eres increíble, Lagarto. Me uno a tu canto contra la normalidad. Supongo que la razón por la que, de una manera casi incosnciente, se rechaza lo extraño es porque hemos caído rendidos ante la dictadura de la normalidad. Pero, ¿quién quiere ser normal cuando lo frecuente duele? Me uno a ti, cerca de The Doors, arropado por Foucault, para gritar bien alto "Por favor, apaguen la normalidad; ¿nos está abrasando!" Un abrazo.
Joer Lagartijo, ¡qué bien escribes! No me cansaré de decirlo.
Yo vengo de familia numerosa y siempre me dijeron en casa que era la ovejita negra (por decirlo más liviano).
Y a ese listado que haces le podríamos agregar otras cuestiones más del sentir en lugar del ser, y veríamos cómo la "anormalidad" se dispara mucho más.
Un besico,
"Raro" sigue usándose con un matiz despectivo que a los raros nos duele un poco.
Yo también tengo claro que la normalidad es un mecanismo de poder y control, un aro por el que quieren hacernos pasar. Un aro por el que a veces nos afanamos en intentar pasar, o parecer que pasamos, o no agobiamo por no poder pasar. Un aro con el que deberíamos romper de manera rotunda, sincera, y profunda. Pero no es nada fácil, la verdad.
Besos
Sin embargo, NoS.,en los espacios de encuentros virtuales lo que más reclama la mayoría es la "normalidad". Me llama poderosamente la atención este tipode reclamos:"Busco gente normal".
Quiere esto decir que todos somos extraños, raros, extranjeros en nuestra propia patria,pero una parcela de normalidad nos hace recobrar la cordura y la compostura.
Si alguna vez leo por ahí "Busco a alguien raro, diferente y extraño", ten por seguro que te lo haré saber.
Besos,genial Lizard !!!!
Yo me vanaglorio de considerarme o que me consideren rara. Porque a medida que pasa el tiempo descubro más y más que ser normal significa ser acomodaticio, no salirse de normas ridículas y convertirte en un borrego más que sigue a la manada.
Muy buen post.
Besos.
Creo que la normalidad termina alienando o al menos, despersonalizando, pero por desgracia es la única manera de vivir con tranquilidad. Durante algunos periodos de tiempo es necesaria.
Un beso, Nosu
Nunca me he sentido más cómoda en mi anormalidad :) Gracias!
Cada vez está más claro: lo raro es ser normal, lo normal no existe, todo el mundo se siente orgulloso de ser diferente.
Pero entonces... ¿qué hay de raro en ser raro?
No entiendo nada. Yo lo que quiero es ser inteligente.
Eso sí que es raro. O normal.
"No eres normal" se traduce en "no te ciñes a la norma" (somos raros hablando, sí), curioso, porque como bien explicas, la norma nunca existe... ergo... quién narices desea ser normal?
Yo, al menos, no conozco a nadie que lo sea, se nos olvida que estamos compuestos básicamente de agua y lo normal, entre otras cosas, deberia ser tener aletas, digo yo... y ya ves, ni uno las tiene.
No, nunca entendí eso de la normalidad...jeje.
Desgraciadamente, nunca como en éstos tiempos nuestros la normalidad se convirtió en una prisión tan precisa y efectiva. Y lo que es peor, el no serlo también... es divertido ver como todo va encaminado a hacerte sentir diferente y que el resultado sea que en eso casi todos seamos iguales, esa vanidad!, y que al final deriva en la normalidad de la diferenciación y sus correspondientes campañas publicitarias. Da un poco de miedo.
Luchar desde la uniformidad es casi imposible, no? (incluso esa de ser diferente, todos los campos cubiertos pues) y ahí debe estar la gracia para el poder.
Besos con escafandra y escamas y aletas y sin nada de ello también, con lo que sea que gustes tener!
Pues me pregunto qué es ser raro hoy día, porque acabas de demostrar que la normalidad en una gran minoría y entonces los raros vienen a ser ellos ¿no? y al fin ¿no se ha luchado siempre para que ser 'raro' o 'distinto' a las normas de tiempos anteriores, se normalice y acepte? Evolucionamos y convivimos aceptando diferencias. Escuchamos y reflexionamos sobre otros enfoques y cada cual saca conclusiones. Eso ya es 'normal'. Lo extraño es que aún haya gente cerrada y que ponga etiquetas, cuando aparecen dan qué pensar en donde estuvieron metidos. Y si son políticos con poder... apaga y vámonos.
¡Ojo! que también hay 'raros' poniendo etiquetas y hay ya se salió todo de madre.
¡Vive y deja vivir!
Un abrazo.
Me voy a centrar en la cuenta que haces: es falsa. Supones que los sucesos que enuncias son independientes, cuando no lo son. La probabilidad de ser de derechas es seguramente superior si eres familiar, heterosexual o blanco, por ejemplo. O la de creer en Dios es mayor si eres de derechas, conservador, etc. Ahí hay una serie de causalidades entre unas cosas y otras que impiden que la aplicación de la multiplicación de probabilidades sea correcta (mira esto)
Por lo demás, pues de acuerdo. Pero la normalidad va a ser que es "normal" porque son más. O al menos unos cuantos más que el resto... Pero ¿eso les da derecho a juzgar o menospreciar al resto? ¿Son mejores o más valiosos por ser más? Eso es otro tema, pero va a ser que no.
Bah... las estadísticas las inventó un matemático que se aburría.
Como ese ruso, Perelman, que pasa de recoger su millón de dólares de premio ...que ya hay que ser rarito.
Visto lo visto, yo no encajo en el perfil madrileño ...claro que me faltan 30 Kms para llegar a serlo.
:)
Pienso que las estadísticas son un medio para intentar percibir la realidad, un grupo de datos que analizados se ajustan más o menos a una realidad.
SIN EMBARGO, el uso o empleo marca la diferencia sobre todo en el ámbito socio político, cuando esta se convierte como bien señalas "en un engaño antidemocrático" y lamentablemente muchas políticas manipulan las interpretaciones o lo peor de todo, deforman los datos.
"Raros" (yo diría "diferentes") somos todos porque somos UNICOS e IRREPETIBLES, sin necesidad de proclamarlo, solo que algunos lo saben y otros no se dan cuenta :)
abrazotess
un buen post como este, normal entre los tuyos, merece un anormal abrazo como el que te hago llegar desde la cercana distancia...
Apreciado Lagarto, en el barrio de Barcelona donde vivo la proporción debe rondar el 50 %, y en el barrio de Madrid, donde vive un familiar, sucede, diría yo, todo lo contrario de lo que afirmas. Me puedo equivocar, sin duda, así que, para no hacerlo, no me creo nada de lo que me dicen y solamente la mitad de lo que veo, de esta manera no tengo conflictos ni con la realidad ni con las estadísticas.
Yo te hablo de “barrios” y tú de “ciudad”, también podríamos hablar de Universo, Galaxia, Planeta, Continente, País, etc., incluso podríamos hacerlo de “mi casa”, según el término que usemos las conclusiones cambian, así que es mejor no decir nada, y en lugar de usar la palabra “normal” podríamos utilizar también, y en su lugar, la palabra, que creo más adecuada, “habitual”. La primera, la que tú usas da por entendido un presupuesto ideológico que permite hacerle la crítica fácil al llevar implícita un antónimo de significado peyorativo “anormal”.
Casi todas las estadísticas están construidas con condicionantes ideológicos que las invalidan.
Saludos.
cuando la digo siempre abro comillas, normal, cierro comillas porque lo que hacen cinco no tiene porque serlo ni viceversa, quedan mejor los abverbios de frecuencia.
una rara
Claro, eso es porque algunos no somos de Madrid. Y aún encima, puestos a oir a los Doors, preferimos "L.A. Woman".
En serio: a mí lo de los estudios estadísticos y tal me pone de los nervios. Dice mi padre, que sabe un rato de eso, que la estadística es una ciencia por la cual si de dos personas una tiene un millón y otra nada, cada una tiene medio millón. Conmovedor.
Aplausos, Lagarto. Y te agrego que eso de la "normalidad" es especialmente cruel con los niños. De hecho, es un trabajo bastante artesanal enseñarle a los hijos a tener un pensamiento propio y defenderlo, sin ser condenado por ello. En fin, es un trabajo de padres, y a mi me da mucho placer hacerlo.
Yo también celebro tus "rarezas", que a partir de conocerte sólo por acá, sospecho que son buena parte de la razón por las que te sigo.
Un abrazo.
La estadística es una ciencia seria y rigurosa capaz de coleccionar, analizar, organizar, presentar e interpretar datos... alguien también la definió como la primera ciencia inexacta ( ;
Creo que todos somos tan diferentes que no se nos puede agrupar en estadísticas, que tal vez ayuden a entender y delimitar un comportamiento colectivo, pero nunca uno particular.
No hay dato estadístico capaz de reflejar la forma en la que una persona ama o sueña o piensa o sufre. Cada uno de nosotros lo hace de forma diferente y en ningún caso igual a cómo lo hace otra persona, por cerca que nos sintamos de ella o por mucho que nos parezcamos.
Y esto es lo verdaderamente grande: ser únicos en el sentido literal del término.¿Normales? ¿Raros?¿Anormales?...Únicos, que es diferente, aunque no lo digan las estadísticas.
Podremos engrosar los listados estadísticos, pero siempre habrá cosas que no se puedan encajonar porque ni son medibles ni son comparables. Quizá las cosas que más importan.
Por eso no me fío de las estadísticas, Lagarto y menos de quien las hace y las difunde.
Que buena la canción de los Doors !!! Gracias por recordármela.
Te agrego algo más, con tu permiso.
Una poema para los raros: Felices los normales, de Roberto Fernández Retamar.
:)
http://www.youtube.com/watch?v=2JHeEw7YQqc
Esto de ser "raro" aumenta con la edad ¿verdad? porque cada día que pasa me siento más y más inmersa en la marginalidad.
Besos raros y ricos.
qué tío el amigo Foucault. Pero un tanto sofista. NO me digas que perder uno o dos de esos factores, te hace "anormal de golpe". Es más, incluso te diría que hasta en el caso extremo de un mestizo no trabajador, no creyente, homosexual, de izquierdas y que vive solo no creo que se le considerara "raro". Los raros son otros.
Por cierto, menos de un 8% de la gente tiene un blog, tío raro.
El problema de la rareza -en realidad de la normalidad- es cuál es el parámetro con el que comparar. Depende de cómo actuemos, vistamos, hablemos, callemos... desnudos nadie distingue nada.
¿Quién es el raro?
Probablemente el más raro sea aquel que se cree normal, creo
Joder Lagarto, si algún día me sale un post como este, me retiro (pero de todo).
Admirado amigo, acepte mis mas sinceras felicidades.
Anormalmente anormal.
Fabulosa fotografía.
Increible, NoSurrender. Y eso es raro, es decir que no es normal, digo lo de encontrar a alguien que escriba como tu. Leer tu blog siempre me hace pensar, no es peloteo. Leerte es ver la luz.
Me gusta esta entrada, me gusta mucho.
Saludos.
Lo de normal o raro como tu bien apuntas está inseparablemente ligado al entorno que nos rodea. Yo me encuentro más cómodo siendo normal, pero si hay que ser raro, se es.
No se me caen los anillos.
Gran post y divertida foto.
:-)
Hoy te odio. Directamente.
Y a la vez te idolatro.
Ya sabes (y si no lo sabes te lo recuerdo) que lo mío es mentir.
Según te iba leyendo, iba sonriendo....casi, casi quería besarte por "afinidad".
Hasta que lleguen los próximos políticos. U otros...
Espero que tengas una entrada preparada (y yo un programa excell) para girar esa verdad 180º.
Psycomoro, a veces pienso que, simplemente, les da miedo lo que se sale de esa normalidad impuesta, porque cuestiona la esencia de la autoridad, que diría Foucault. ¡Y la existencia de la autoridad es tan cómoda! Salud!
Jardinera, siempre me ha hecho gracia esa expresión de “ser la oveja negra”. Tengo un amigo homosexual de familia muy católica que siempre dice: “yo es que soy la oveja rosa de la familia”. Tienes razón, según condicionemos más probabilidades, la probabilidad final de la normalidad será aún menor. Besos!
Kamala, lo “raro” cuestiona todo el sistema, claro. Porque ese aro del que hablas es lo que permite que se mantenga la actual estructura de poder. Y el catolicismo es básico para haber conseguido en Occidente esa manera de entender la vida como una norma que impone el mismísimo Dios. Besos!
Gemmayla, supongo que hay mucha gente decepcionada por lo que no ha podido comprender o, simplemente, por lo que no le ha gustado. El problema es traducir es frustración en la “ausencia de normalidad”, como buscando un mínimo común ético en esa palabra, “normalidad”. Todos buscamos una armonía entre nuestras querencias y las querencias de quienes queremos que nos rodeen. Pero no nos mintamos, nunca se basan las grandes relaciones en esos aspectos “normales”, sino en la complicidad de algo que nos hace únicos. Besos!!
Te Susurraré, tu rareza es un gran valor. Un gran valor para ti, que te hace única. Y un gran valor para todos los que nos relacionemos contigo, porque enriquece (da algo más) nuestras vidas. Es más cómoda y segura la vida de la manda, pero ¿realmente queremos que nuestra vida sea una manada capada? Besos y gracias por pasarte por aquí!
Efectivamente, Dalila: la normalidad es una ideología ajena a nosotros que trata/consigue alienarnos. Ése es su gran objetivo: que dejemos de ser nosotros para ser lo que al poder le viene bien que seamos. Efectivamente, estar “a tono” con ese poder nos hace vivir con más tranquilidad. Nadie duda del poder del Poder :) Besos!
Soy ficción, nuestras anormalidades somos nosotros. Y la piel que nos puede hacer sentir más cómodos dentro es, claro que sí, la nuestra, sin injertos, sin transplantes. Tu anormalidad es un tesoro para ti y para mí.
K, decía Carmen Martín Gaite directamente que lo raro es vivir. Supongo que “lo raro de ser raro” es decirlo y asumirlo, porque nadie lo hace. Y éste no hacerlo es lo que cohíbe cada una de nuestras rarezas. Y las esconde, dando una mayor sensación de poder a esa inexistente normalidad. Tú eres inteligente, eso no lo duda nadie :) Besos.
Margot, supongo que desea ser normal quien busca una manera de vivir con tranquilidad, como bien expone Dalila ahí arriba. Deseamos ser “normales” cuando sentimos que nuestra “anormalidad” nos expulsa de nuestra dimensión social, cuando sentimos que esa “anormalidad” nos resta amor y paz.
Cuando queremos ser normales, empezamos a mentirnos, a esconder nuestro verdadero Yo, dando aún más poder a esa estructura de poder que nos oprime y nos aliena más y mas. Por ejemplo, hasta hace bien poco los psicólogos consideraban una enfermedad la homosexualidad (aún lo hacen algunos), lo que hacía que muchas personas homosexuales escondieran su condición, lo que a su vez hacía que fuera menos visible la existencia de la homosexualidad y que, por tanto, se considerase aún menos “normal”, amargando aún más a quienes lo son. Como bien dices, es una prisión precisa y efectiva.
Besos!
Durrell, la lucha por la dignidad humana de lo raro es bastante moderna, me temo. Al fin y al cabo, los orígenes de nuestra historia moderna los crea la propia Iglesia Católica en acuerdo de reparto de poder con la aristocracia, a quien luego, en una perfecta operación de maquillaje marxista, sustituyó la burguesía para que todo permaneciera más o menos igual.
El poder siempre trata de perpetuarse y para ello necesita que no se cuestione su autoridad. Un buen catecismo y una buena “normalidad” lo consiguieron. Y la lucha por la dignidad de las minorías siempre ha sido bastante cruel. Aún hoy la gran mayoría de los padres preferirían (si pudieran elegir) que sus hijos fueran “normales” en estos siete puntos, porque piensan que así podrían ser más felices.
Un abrazo!
Eulez, has hecho un comentario muy interesante, porque es el quiz de la cuestión. Claro que para desarrollarlo tendré que hacer otro post y hablar de un sociólogo norteamericano que se llama George Lakoff. Ya caerá cuando tenga tiempo.
Efectivamente, existen factores causales más profundos que hacen que esos sucesos no los estemos considerando como independientes. No deja de ser extraño que una persona que, por ejemplo, esté en contra del aborto, esté a la vez a favor de la invasión de Irak. ¿Y que tienen que ver estos dos sucesos entre sí? ¿cómo es posible que intuyamos que dos cosas de dos campos tan diferentes entre sí no sean sucesos independientes? Según Lakoff es por un factor psicológico que él llama “el modelo de padre”. Pero todo esto es más complejo, ya hablaré de ello. Te agradezco el puente.
Pero, en principio, las pulsiones sexuales vitales, el color de la piel, la fe, etc, son parcelas de la vida de cada uno que se viven en campos diferentes. No hay razón biológica para que un ateo, por ejemplo, no vibre con un gol del Madrid o del Barça, o para que un heterosexual tenga el color de piel de la mayoría de la población de su ciudad.
Un saludo!
Tesa, yo tampoco encajo bien en ese perfil madrileño; sólo cumplo tres de los siete criterios de normalidad. Y entre el grupo más cercano de mis amigos, ya no se cumple ninguno. Besos!
Dante, gracias por tus palabras y tus abrazos. Supongo y quiero que lo normal en esta página sea la paz de lo anormal que todos llevamos dentro. Un saludo!
RBC, supongo que la estadística, como metodología, tiene su sitio y su razón de ser. Pero no debemos confundir la probabilidad o la campana de Gauss como la realidad. Es sólo una manera de interpretar (y anticipar, quizás) unas desviaciones de cara a tomar unas decisiones, supongo.
Pero pienso que la trampa de convertirlo en “lo normal” a un nivel psicosocial es destructivo para el individuo, o sea, para (casi) todos nosotros.
Un abrazo!
Peletero, no estoy seguro que a cuál de los factores le concedes esa probabilidad del 50%, o si se la das al conjunto de los siete factores... en cualquier caso, insisto, entre mi más cercano grupo de amigos y familiares no se cumple ninguno en su conjunto. Y me cuesta creer que se den los siete factores en otros grupos sociales en un entorno cultural como el de Barcelona o Madrid, la verdad.
He elegido el universo Ciudad porque me parece el nivel de agrupación social más definitorio de la condición humana, en plan Tockeville. Lógicamente algunas proporciones variarían si ampliamos o reducimos el universo de la muestra, pero no creo que el concepto de la trampa de esa normalidad cambiara mucho.
Saludos!
Tuti, tienes razón, no se puede entender la normalidad sin comillas, ni los actos sin frecuencias. Gracias por pasarte por aquí. Un saludo!
Un paseante, lo que hace la estadística con los millones y las personas yo no lo llamaría ciencia, sino morro :) Yo también prefiero LA Woman, pero esta me iba mejor para la historia. Salud!
Luzdeana, la crueldad de la normalidad con los niños es mucho más grave, tienes razón. yo entiendo que algunos padres caigan en el engaño de que la “normalidad” podría dar más oportunidades de ser felices a sus hijos, pero es un error gravísimo. Lo mejor para esos niños es desarrollar su individualidad, dignidad y autoconfianza. Es una bomba para el poder, sí. Pero que se jodan.
Gracias por el poema, veo que está en la misma onda de que escribía. Desde luego, no es una idea original. La rareza es mucho más normal de lo que pensamos :)
Un abrazo!
Conxa, supongo que la estadística es la “ciencia” de ordenar la información al gusto del cliente. Y también, si se busca, es una máquina potentísima de colar falacias y anular unicidades, claro que sí. Besos!
Ja, ja, Lula, no me acordaba de esa canción. Y mira que escucho a Siniestro Total cuando están mis hijos conmigo, que les encanta :) Y tienes razón, con la edad, lo normal que nos hagamos más raros, es lo normal :P Bicos!
Bellaluna, supongo con Foucault que el parámetro sobre el que calcular la normalidad es lo que conviene al poder para mantener sus privilegios. Por ejemplo, cuanto más cale en la sociedad el católico Valle de Lágrimas, menos luchará el pueblo por mejorar sus condiciones de vida. Y, por supuesto, eliminar todo tipo de desnudez, sino uniformizar más y más a las personas. Besos!
Merce, para mí lo es desde luego, pero también respeto su rareza de normalidad :) Besos!
Brisuón, me voy a sonrojar con tanto halago. Yo sí que estoy deseando retirarme del trabajo, que no tengo tiempo para nada últimamente. Salud y gracias!
Maeve, me alegro de que comentes la foto. Me encanta :) Pero, ¿lo anormalmente anormal no pasa a ser normal? :P Besos!
Raquel, los espacios raros los creamos juntos todos los raros. Gracias por tus palabras exageradas. Besos!
Food&Drugs, estoy seguro de que te pillaría en alguna rareza en un test rápido. Nadie interesante escapa de la quiebra de la norma, gracias a Dios. Además, tienes un blog, y eso ya te hace bastante raro, como dice el Zorro de Segovia ;) Salud!
Joé, Fiebre, prefiero que me idolatres a que me odies :P La afinidad de los raros es Vida, claro que sí.
Hablando de política, en realidad este post esta inspirado en una frase de un político que dijo el otro día que su partido es el partido de la gente normal. Aterrador.
Besos!
Afortunadamente somos raros. Y pienso que lo diferente es lo que nos ayuda a conocernos un poco mejor, pone en tela de juicio nuestra "normalidad", que no siempre se sostiene.
Afortunadamente lo diferente, nos da perspectiva.Y en cierto modo, nos sostiene.
A mí también me gustan tus rarezas.
Como siempre, adicta a tu laberinto... pero sin tiempo... ainssss
Saludos.
El raro es el diferente, el gordito en el cole, el gafotas, el homosexual
¿digamos que son otro tipo de raro? el hipy lo fue en su momento hasta que creo moda y los engullo la sociedad y así una tras otra tribu urbana que ha ido surgiendo.Esta es mi modesta opinión sobre la rarezalidad
Saludos
Siempre me consideré una persona rara (y que dure!)
Sí, supongo que todos ansiamos esa "normalidad", que es una especie como de asidero de estabiliad que necesitamos sí ó sí, pero vamos a reconocer que en situaciones críticas, es donde mas nos partimos el pecho y sacamos a relucir todos nuestros recursos. Así que la normalidad sería el estado ideal del hombre, en mi modesta opinión, pero... creo que sería demasiado aburrido.
Respecto a las personas... somos todos unos completos desconocidos para el de al lado, y rarezas tenemos miles, como manías que van creciendo con los años. Pero al final, lo que cuenta, es que queramos intentar ser mejores personas y superarnos y aprender de la experiencia, madurar. Porque si te digo que me considero rara, y tu me dices que también sientes formar parte de mi bando y el ganado se queda fuera... seríamos también un ganado, aunque fuera un ganado mas interesante que el normal... Bueno, que me lío, y el ego me puede...jejeje.
Que lo entendí, a mi manera, as always....
Un besazo, y oye, ya es hora de vernos en los bares. Me voy para mi tierra esta semana, a la vuelta, cenorrio, ok?¿ BSSSSSSS
No me gusta la normalidad, si necesito o siento que tengo que hacer algo, lo hago, así se cabree todo el mundo porque para ellos no sea normal (como me ha pasado este finde) pues lo siento, no lo puedo evitar.
Gracias por esta entrada.
Con diferencia uno de los blogs más interesantes que he encontrado.
Cuando estuve en terapia descubrí el miedo de la gente a no ser "normal", y a pesar de mi insistencia en que eso no existia, ellos erre que erre. Por mi parte siempre he buscado diferenciarme, y ser diferente, cosa bien sencilla si se piensa detenidamente. Creo que todo tiene una base falsa, que es que en realidad somos tan parecidos que solo tenemos ojos para las diferencias, por ejemplo, la noticia de que tenemos el 70% del material genético identico a "no se qué gusano" nos "impacta", pero, a que nos vamos a parecer sino...a una piedra lunar.
Una canción para los raros: "La habanera rendez-vous de Giorgio Conte.
Un libro para los raros: El necromicon de Howard Phillips Lovecraft.
Una película para los raros: "Eraserhead" de David Lynch.
Lizard:
Es tan raro encontrar gente que piensa que es normal como normal encotrar gente que piensa que es rara.
O igual es al revés, porque la verdad es que me has liado un poco con el batido filosófico-estadístico.
De cualquier modo me has hecho sonreir.
☺
No me he revisado uno a uno todos los comentarios, pero juraría que en ellos nadie afirma ser normal. En lo raro, como decía Kamala, hay un punto despectivo. Pero, ¿no es obvio también que lo hay en el calificativo de “normal” si todos –entre ellos me incluyo- renegamos aquí de la normalidad?
¿Qué extraña dualidad es entonces ésta en la que nos movemos? Porque, pese a que nadie aquí haya afirmado ser normal, también pondría la mano en el fuego de que muchos los que hemos pasado por aquí y hemos renegado de esa normalidad, en algún momento particular de nuestras vidas o ante algún rasgo de nuestra personalidad, hemos gritado o incluso seguimos gritando con desesperación hacia dentro de nosotros mismos: Pero, ¿por qué no podré ser un poco más normal? :)
Quizá todo se deba a que somos una extraña mezcla de rareza y normalidad. En muchos aspectos de nuestras personas, o de nuestras vidas, tan normales como cualquier hijo de vecino. En otros, cargados de rarezas en relación a lo que consideramos una gran mayoría de la sociedad o cuanto menos, de la gente que nos rodea. Rarezas de algunas de las cuales podemos sentirnos perfectamente orgullosos –y es ahí cuando afirmamos ser raros- o perfectamente avergonzados –y es ahí cuando lanzamos el grito de desesperación por poseer esa normalidad de la que carecemos.
Y supongo que no podía ser de otra manera, porque los efectos normalizadores del poder que denunciaba Foucault son efectivos. De lo contrario, no provendrían de eso que llamamos poder y que quizá valdría escribir con mayúsculas, Poder, y de las formas disciplinarias que le caracterizan que todos hemos mamado desde el seno familiar primero, después por medio del sistema educativo, y más tarde a través de nuestra integración en el mundo laboral y de todas las exigencias sociales que asumimos en nuestra vida adulta para ser aceptados por los diferentes grupos en los que nos movemos y pasar en algunos de ellos lo más desapercibidos que podamos. Si la regla es no salirse de la norma para que a uno le dejen mínimamente tranquilo, entonces, ¿por qué salirse de la norma si a cambio obtendríamos repudio social? Además de que Foucault jamás planteó que esos efectos normalizadores fueran intrínsecamente perversos. Por un lado, la convivencia social sería imposible de no seguir todos o la gran mayoría unas ciertas pautas de conductas similares en ciertos terrenos. Por otro, no hay manera de formar a un individuo –teniendo aquí en cuenta todo lo positivo que dicha formación puede también entrañar- sin inculcarle ciertas normas. Y todo ello por más que la normalización sí pueda llegar a ser perversa cuando se ejercita de cierta manera o se adentra en determinados ámbitos de nuestras subjetividades.
Pero, por otra parte, los efectos normalizadores del Poder tampoco son absolutos ni perfectos. De ahí, deduzco, nuestras rarezas, nuestro salirnos de la norma en tal o cual aspecto de nuestras vidas o de nuestras personas, nuestro no acatar la normalidad cuando sentimos que cierto concepto de normalidad imperante, en algún terreno específico, choca frontalmente con nuestros deseos, nuestros impulsos o nuestras aspiraciones.
Así que no es raro ser normal, dado que todos somos normales bajo la perspectiva de ciertos rasgos de nuestro carácter o conductas, y es perfectamente normal ser raro, puesto que todos lo somos bajo la perspectiva de otros rasgos de nuestro carácter o conductas.
Y yo ahora demuestro perfectamente esa rareza mientras dejo aquí este comentario en lugar de estar viendo el partido de fútbol que probablemente la gente normal en España debe de estar viendo en estos precisos momentos :P
Un beso, doctor Lagarto!
Hombre , yo juraría que soy bastante "normalita", dentro de los parámetros que juzgamos.
Partiendo de que hoy son considerados "normales" en la ciudad donde vivo y en las que puedo imaginar que viven el resto de personas que leen este blog otras circunstáncias sociales , características físicas e ideologías opuestas de las que concluye la estadística que citas.
Claro que seguramente habrá en mi día a día gente que me considere "rarita".
Bueno y si me plantas de golpe en el Monte Mabu ,o en Wittenoom ,o en la Base Antártica de Vostok , ya te digo ...rara del todo ,así de pronto.
Pero bueno , sólo hasta que me haga con clima e intercambie con el personal :-P
Pues a mi lo de normalidad siempre me ha sonado a tranquilidad , "quiero ser normal , con una vida normal y que me pasen cosas normales " quizas porque me muevo en un mundo en que las rarezas son bastante dramaticas ...
Pero si hablamos en el sentido romantico del termino pue nó, no quiero ser normal , quiero ser especial y no estar aborregada .
Cuando estaba leyendo todas esas cosas de la ciudad donde vives creí que eras vecino mio, pero no tu hablas de Madrid que es la ciudad mas especial que conozco.
Un abrazo
Es un gran acierto que hayas relacionado normalidad con estadística. En efecto la normalidad es sólo un concepto estadístico. El normal es el comportamiento mayoritario.
Si aceptamos los ítems de normalidad que propones, de hecho muy razonables, es cierto que la gente más normal es minoría pero en todo caso es de todas las variantes posibles la más frecuente.
Quiero decir que el grupo de blancos/creyentes/heterosexuales/con trabajo/de derechas/familiares tiene más representantes que los otros grupos posibles y que por eso se arroga esa condición de normalidad.
Temazo de los Doors, solo añadiría que además ser "normal" debe ser bastante aburrido.
Gran entrada Sr. Lagarto, como siempre.
Enhorabuena por otro ensayo lleno de lucidez. Las encuestas siempre mienten, sobre todo porque mienten los encuestados. Aunque todos seamos uno, cada uno somos único, y eso, de por sí, ya es bastante raro.
Un abrazo.
Es cierto, Ana. Nuestras diferencias se muestran ante los otros, por lo que definen nuestro lugar en el mundo por contraste. Esa distancia es nuestra vida. Saludos!
Una rareza fantástica la tuya, Sintagma ;) Besos!
Juanan, decía Marcuse que la sociedad consumista es capaz de asimilar cualquier forma de oposición que surja contra ella, y, por tanto, no existe ningún movimiento individual ni colectivo capaz de ponerla en entredicho. Todos los movimientos antisistémicos -incluido el anarquismo- han sido fagocitados por el Sistema y operan al servicio de mantenerlo y engordarlo cada vez más.
Me ha parecido interesante el ejemplo del gordito de clase. Porque quizás la sociedad no puede evitar la lotería biológica que ha constituido al gordito de clase, pero procura por todos los medios (televisión y Gobierno fundamentalmente) que no olvide que su objetivo es adelgazar, porque “debe ser” delgado, ya que la felicidad (esto es; salud, dinero y amor) está en la delgadez.
Saludos y gracias por pasarte por aquí.
Claro, Tremends. A veces es tan agotador y solitario percibir esa no-normalidad, que estamos dispuestos a trabajar en contra de nuestros sentimientos o pensamientos e incluso en contra de nuestra naturaleza, para acercarnos a los demás y poder así descansar de las eternas preguntas: ¿quién soy?, ¿y todo esto para qué?
Me ha parecido interesante lo que has dicho acerca de que las manías crecen con los años. Quizás es que, con los años, nos damos cuenta de que lo verdaderamente agotador es tratar de engañarnos.
Nos vemos en los bares, sí. a ver si nos llamamos. Estos días he estado fuera por trabajo, pero espero que el mes de julio sea más tranquilo.
Besos!
Miabi, supongo que entonces el problema estará en los otros, en los normales :) Gracias a ti por comentar!
Tom, me vas a sonrojar. Me gustaría actualizar más a menudo, pero no es tiempo lo que sobra en mi vida. Muchas gracias por tu comentario y por pasarte por aquí.
Joako, supongo que cuando tenemos un problema serio en la vida tendemos a preguntarnos “¿por qué a mí?”. Y supongo que sí habrá un perfil psicológico mas o menos típico de personas que puedan llegar a tener ese tipo de problemas. Pero, en realidad no es cuestión de normalidad sino que es cuestión de suerte, porque todos hemos podido caer en esos mismos problemas. Gracias por las aportaciones al tema!
Mcartney, aquí somos todos raros en alguna cosa, gracias a Dios. Me gusta. Me alegro mucho de hacerte sonreír. Creo que ya me has dado una idea para la siguiente entrada. Salud!
Tiene usted razón, doctora Antígona. Nadie se ha presentado en esta ciberplaza con las credenciales de ser normal. Pero, permítame el juego de palabras, esa anormalidad es normal aquí.
Supongo que esa normalidad que dice usted que todos, a veces, echamos de menos, se refiere más a la aprobación de los demás que a la sensación estadística. Quiero decir, nadie diría nunca “Pero, ¿por qué no podré ser un poco más normal?” si con su anormalidad se sintiera perfectamente aprobado por los Otros. Y nunca nos compensan interiormente diez ítems normales cuando uno de ellos no lo es, porque será éste último el que defina todo nuestro ser de cada a los Otros.
Le agradezco mucho que hay traído el aspecto positivo de la normalización en Foucault, porque su referencia aquí, completamente interesada, me había que dado un poco descontextualizada. Efectivamente, el hombre es un ser social y por tanto su condición social es tan real como la condición social de nuestros vecinos. El problema, supongo, es cuanto se nos quiere decir que son condición social aspectos de nuestra libertad que no tienen nada que ver con nuestro contrato social.
Lo suyo con el partido de España, doctora Antígona, si que rompe toda norma :)
Un beso, Antígona!
Mk, es cierto que nuestra sociedad es mucho más abierta a las minorías que otras. Y que el respeto a estas minorías y la garantía de derechos civiles para todos es una conquista política que empezó en Francia y EEUU y continuó por el resto de nuestros países (una conquista social, por cierto, que ha costado mucha sangre y muchos años). Pero también es cierto que aún quedan aspectos de respeto que hay que mejorar en muchas bolsas sociales que a veces llegan a ser mayoritarias, y que la democracia basa en ese mismo juego de mayorías toda su estructura de poder. Algo así es lo que quería plantear. Besos!
Casilda, lo de la búsqueda de la tranquilidad es una interesante aportación. Es cierto que es el valor que más reclaman los raros para desear ser normales. Pero también creo que es cierto que no hay tranquilidad alguna en el autoengaño social, y que sólo hay tranquilidad en aceptarnos a nosotros mimos como somos y rodearnos de gente que nos quiera como somos. Como siempre, love is the answer. Un abrazo!
Eso es, Castor. La norma es un concepto estadístico (el resultado promedio obtenido a partir de las mediciones de un número suficiente de individuos), pero que interesadamente se utiliza por el poder político para perpetuarse en él; los valores que quedan fuera de un intervalo de confianza, aunque voten, no cambiarán la estructura de poder actual. Algunas sociedades democráticas como la nuestra, incluso fomentan legalmente el dar más poder legislativo a las mayorías gracias a una ley electoral ad hoc.
También tienes razón en identificar el grupo de los normales como mayor respecto a cualquier otro subgrupo. Pero cuando junta todos sus fenómenos (más o menos) independientes que le define para defenderse a sí mismo como conjunto, entonces el grupo que queda fuera de ese conjunto es significativamente mayor. Quiero decir, entre el partido socialista y el PP copan el 93% de los votos en cualquier decisión legislativa en este país, pero sólo cuentan con el 60% de los votos de los españoles. Algo así.
Salud!
Llop, la normalidad es poco interesante, desde luego :) Me alegro de que te guste la canción de los Doors. La manera de cantar de Jim Morrison era única. Salud!
Jota, has dado con otro tema muy importante; la gente miente para aparentar ser normal. Es una manera de evitar problemas sociales, desde luego. En realidad, es una muestra de cómo el Poder acaba apropiándose hasta de las conciencias de los súbditos. Foucault también hablaba mucho de la televisión, pero eso ya sería otro tema. Un abrazo!
Desde pequeña he sabido que era rara, y con el tiempo, y desgraciadamente, aprendí que a la gente no le gustan las diferencias. Digo desgraciadamente porque lo aprendí en mi propia piel. Pero todo es muy contradictorio, porque al final todos somos diferentes, y si a la gente no le gustan las diferencias, ¿eso significa que no nos gustamos a nosotros mismos? Yo creo que sí, que aunque lo inteligente es aprender a aceptarse y quererse tal como se es (y yo lo he conseguido bastante), muy poca gente lo hace, y paga sus frustraciones con los "otros raros".
Besos felinos.
me gusta lo que lei, porque me gusta lo raro, porque amo lo imperfecto, y porque definitivamente, todos somos raros...un abrazo
''As� que lo que realmente quieren decir estos datos es que s�lo uno de cada once madrile�os es blanco, creyente, heterosexual, con trabajo, de derechas y muy familiar. Esto es, una minor�a de la sociedad es normal. Vaya contradicci�n''
�Ser de derechas y adem�s creer en un libro de ciencia ficci�n como es la Biblia es ser normal seg�n t� pues tela... entonces no me sorprende como va este pa�s con tanta ignorancia. Menos mal entonces que s�lo es uno de cada once madrile�os.
''S�lo la inmadurez hace a las personas religiosas. La religi�n es la infancia mental''.
Martin Amis
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