martes, abril 20, 2010

Desterrados en la Calle Principal


“Yo sólo trato de encontrar mi propio lugar, para esconderme en él. Y, bueno, a veces te escondes demasiado profundo. Lo que pasa es que, si quieres tocar bien, no puedes hacerlo sobre seguro. Necesitas buscar los límites. En eso siempre me he parecido a Jimi (Hendrix)” Keith Richards.



A principios de 1972, Keith Richards estaba completamente centrado en las drogas. Mick Jagger se acostumbraba a su nueva vida de aristócrata millonario de la mano de su reciente esposa aristócrata, Bianca. Brian Jones llevaba tres años muerto, y uno de los mejores guitarristas de blues del mundo aunque bastante menos mediático, Mick Taylor, le había sustituido. Los años sesenta habían muerto, los Beatles habían muerto y la juventud también empezaba a quedar atrás.

En definitiva, en 1972 los Rolling Stones ya habían dejado de intentar ser los Rolling Stones, y el éxito de cada nueva canción les importaba muy poco. Quizás por eso consiguieron romper todos los moldes con el disco que crearon aquel año, Exile on Main Street, uno de los álbumes más importantes en mi vida. Y es que hay algunos discos con los que se mantiene una relación sentimental, profunda, más real en muchas ocasiones de la que se mantiene con algunas novias. Y, desde luego, mucho más duradera.

El título del disco, Exile on Main Street, es muy preciso. Por aquellos días, los Stones habían huido de Londres y se refugiaban en una destartalada mansión en el sur de Francia que Richards había comprado. Saliendo de Inglaterra, no sólo habían conseguido ahorrar una pasta en impuestos, sino que también se alejaron de la vanguardia del pop rock, de la prensa, de la fama que ellos mismo se habían creado. En aquella vieja mansión, Richards tenía todo lo que necesitaba para existir: las drogas más duras, la música más libre y Anita Pallenberg, la mujer más dura y más libre. Y con esa combinación demasiado explosiva encontró Keith sus límites más maravillosos, su exilio en una calle principal.

Exile no es un disco normal. No sirve como regalo de Navidades. No puede definir un estilo postadolecente, no es para encontrarlo en una emisora de radio. No es una colección de canciones de tres minutos. No es blues, no es rock, no es gospel. Exile on Main Street es un estado de ánimo, una disposición emocional tan vital como desesperada. Una deconstrucción de nuestra relación más íntima con la música. Un tiempo de surcos que nos devuelve al lugar perfecto donde poder escondernos, a veces tan demasiado profundo. Un sonido que nos lleva a la cima de una extraña pero familiar montaña, una rosa que nos llega cuando no tenemos ninguna, y que con un solo trago nos emborracha.

Loving cup

Soy ese hombre en la cima de la montaña, ven y sube conmigo
Soy ese labrador en el valle con la cara sucia de barro
Soy el torpe conductor a quien el coche no arranca
Soy el manazas que intenta tocar una mala guitarra

Soy ese hombre que camina por la ladera bajo el dulce sol del verano
Soy ese hombre que trae rosas cuando no tienes ninguna
Puedo correr, puedo saltar, puedo pescar, pero no puedo pelear contigo
Si te quedas aquí toda la noche

Dame un pequeño trago de tu copa de amor
Y con un solo trago caeré borracho





Una canción para el hombre en la cima de la montaña: Walk on the wild side, de Lou Reed

Una película para el hombre en la cima de la montaña: Aguirre o la cólera de Dios, de Werner Herzog

Un libro para el hombre en la cima de la montaña: Las ciudades invisibles, de Italo Calvino


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46 Comments:

Blogger Miss.Burton dijo...

Exacto, hay que traspasar los límites, crear nuevos, huir de la monotonía, pirarse de la jungla, establecerse en un paraiso en quiensabedonde, y después de todo eso, chutarse en vena lo que viene a continuación, que es libertad, creatividad, ilusión, esperanzas, traiciones a quemaropa a uno mismo para evolucionar y ser otro.... En definitiva, poder salvarse de lo que se denomina el ganado. Está claro que ellos lo hicieron. Y está claro, leyéndose las memorias, que Richards es auténtico, y que Mick es mas manipulable, amén de que queda extasiado ante valores demasiado banales, ante los que Richard pienso, no sucumbiría. No lo se, son dos egos muy grandes, pero a Mick le veo un poco a todo, a todos, forzado siempre en agradar, varias caras... y a Richards siempre le veo igual: auténtico.
Bueno, es una opinión, no soy experta, por lo poco que se.
Esa canción es muy buena, y tienes razón, no es un disco para regalar en navidades, quizás sí a alguien que se pire a una isla desierta, y tenga el tiempo y el don de apreciarlo.
Bueno, que vivaRichards¡¡¡ Y la verdad, los Rolling son la hostia, detrás de mi adorado grupo que tuyasabes...
Un besazo, a ver si podemos quedar el sábado, porque de momento estoy copada pues tengo la prole en casa, bueno tengo unaprole en casa.
Hablamos,
Un besazo, la primera en comentar, quehonor¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

abril 20, 2010 10:56 p. m.  
Blogger Fiebre dijo...

Una entrada orgasmática.

Con tu permiso, cito una frase tuya:
"más real en muchas ocasiones de la que se mantiene con algunas novias. Y, desde luego, mucho más duradera."

Cambia la palabra real por SINCERA y... no tengo nada más que comentar.

Esto hubiera podido sentirlo yo. Tal cual.

abril 20, 2010 11:53 p. m.  
Blogger Novicia Dalila dijo...

Hay, creo, una edad para todo y la juventud/madurez temprana es la mejor época para trasgredir, sentirse libre y hacer lo que haga falta para que así sea. Pero pasada esa época empiezas a acusar los excesos y si no paras a tiempo tienes muchas papeletas para no vivir lo suficiente para contárselo a tus nietos...
Peeeeeeeeeeeeero, hay algo que se salta esta regla y es la pasta. Si tienes dinero puedes comprar una calidad de vida que te permita alargar este "status" más allá que otros mortales.

Un beso, Nosu

abril 21, 2010 8:43 a. m.  
Blogger Margot dijo...

No me entusiasman los Stones (y por eso mismo desconozco mucho de ellos), ummm... pero ésta canción que has puesto mola, lo reconozco.

Fueron años de límites, sí, todos parecían querer traspasarlos. Lo bueno es que en el plano artístico también lo conseguían. Ays del abismo...

En cualquier caso yo elegiría a Keith como abuelo, palabrita! que pongamos por caso... al de Heidi?sus batallitas resultarían de lo más sabrosas, jeje.

Besos con ritmo.

abril 21, 2010 1:17 p. m.  
Blogger RBC dijo...

Estar en los límites es vital para muchas personas porque les recuerda que huyen de algo pero al mismo tiempo es como una protección interna, un "déjame ser yo mismo por un momento".

Tomando tu frase "una disposición emocional tan vital como desesperada".
Lo interesante es no quedarse todo el tiempo en ese exilio.

Abrazoss

abril 21, 2010 2:28 p. m.  
Blogger Tesa dijo...

Mi comentario, desde la broma y mi ignorancia extrema sobre cine:

Sobre el título de la película que dedicas al hombre en la cima de la montaña:
Lógico, Aguirre (Esperanza) es capaz de encolerizar a cualquiera.

Besos

abril 21, 2010 3:45 p. m.  
Blogger Raquel dijo...

Una entrada muy bien escrita e interesante.
Un saludo.

abril 21, 2010 4:09 p. m.  
Blogger Carlos Caillaux dijo...

Dr. Lagarto, me gustó mucho este envío y la historia de Anita Pallenberg reveladora (para este mortal)

Saludos.

abril 21, 2010 4:59 p. m.  
Blogger Vivian dijo...

He de confesar que no soy muy de los Rolling, de hecho, no conocía el LP que nos comentas, pero tu manera de comentarlo, de contarnos la historia detrás del trabajo, de compartir lo que para ti significa y los sentimientos que en ti provoca,invita a descubrirlo, es aquello de, yo quiero sentir eso…

Como podrás deducir, no conocía la canción que colgaste, me gustó.

Por cierto, me sumo a tu recomendación de “Aguirre, la cólera de Dios”, una película de esas que no deja indiferente ;)

Besos

abril 21, 2010 6:34 p. m.  
Blogger Food and Drugs dijo...

Tengo poco que decir, puesto que, culturalmente hablando, estoy bastante fuera de mis límites en este post.
Sí, soy un poco paleto, musicalmente hablando, menos mal que de vez en cuando me puedo soltar algún farol por ahí, con lo que le leo al Lagarto.
;-)

abril 21, 2010 6:41 p. m.  
Blogger Durrell dijo...

Aparezco como un tanto desubicada, porque he estado poniéndome un poco al día con tu blog, apreciado lagarto;) Y me he decidido a entrar para felicitarte por ese post e interesante debate-comentarios posteriores de "Larry contra el equilibrio". En ocasiones como esta, la minúscula partícula que soy yo, dejo de sentirme tan sola en medio del gran universo que son, tantas voces que gritan con ferocidad de lobos sin darse cuenta que emiten balidos de borregos.
Yo también soy una duda constante, pero sé lo que no me gusta y no quiero, aunque me lo vendan con papel rosa y lacito.

En cuanto a los métodos de seducción de Neil Strauss, me río o mejor me sonrío y no digo más ;)

Un abrazo grande por el tiempo sin venir.

abril 21, 2010 11:01 p. m.  
Anonymous Gilda dijo...

"En definitiva, en 1972 los Rolling Stones ya habían dejado de intentar ser los Rolling Stones, y el éxito de cada nueva canción les importaba muy poco. Quizás por eso consiguieron romper todos los moldes con el disco que crearon aquel año, Exile on Main Street".

Creo que ésa es la clave. Que ya no importe.
Claro que para tener éxito uno tiene que estar de vuelta de algo. Digo: si tu primer disco no te importa, si no te ponés en él, no creo que vayas a tener éxito.
Supongo que hay un momento en que lo que conviene hacer es relajar, sólo relajar. Lo difícil es saber cuándo es ese momento.

:)

Un abrazo.

abril 22, 2010 3:27 p. m.  
Blogger JOAKO dijo...

Buena canción, buen post, buen grupo, mala mujer.
¿Por qué siempre detras de un gran hombre hay una gran mujer, y detras de un mito del rock una mala pécora?
Canción para la mala pecora: mala mujer de la sonora matancera, Pelicula: Lo que el viento se llevó de David O. selznik, libro:"La letra escarlata" de Nathaniel Hawthorne.

abril 22, 2010 3:36 p. m.  
Anonymous El peletero dijo...

Eso de comparar un disco con las novias es un ramalazo de chico malo, apreciado Lagarto, de chico malo bueno, quería decir. A mi me ocurría igual cuando era joven, ahora ya no. Ahora no cambiaría por nada del mundo a mi novia por un disco, ella me sabe “deconstruir” y “reconstruir” mucho mejor que los Rolling, Hendrix o la Joplin, eso sí, no sabe cantar, pero ¿a quién le importa?, tiene una buena discoteca y música no nos faltará nunca, y aunque nos falte, ella es la mejor música de todas.

Lo que me pasa con los Rolling es que ya no sé qué pensar, no sé si me gusta más su música o el careto que han logrado tener todos a lo largo de tantos años. Su rostro es una verdadera proeza tan digna de elogio como sus discos.

Saludos.

abril 23, 2010 8:08 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Desde luego, Tremends, Richards es lo más alejado del ganado que pudiera imaginarse… aunque, desde entonces, hay tantos rockeros que quieren imitarle, que han creado todo un ganado. Creo que si hizo una buena mezcla con Mick, precisamente fue por todas esas diferencias. Besos!


Fiebre, pues cuánta facilidad la tuya, para los orgasmos :P Supongo que es más fácil ser sincero con un disco que con algunas parejas. Al fin y al cabo, el disco no te va a reprochar nada si muestras tus debilidades. Besos.

abril 23, 2010 9:45 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Novicia, no es la transgresión lo que más me gusta de Richards, sino, en todo caso, los efectos que la transgresión hacen en su música durante unos años concretos. Gracias a Dios, comparto con él sus canciones, y no sus drogas. A mí no me sentarían tan bien las drogas duras como a la música de él (que no a él), y no puedo defenderlas. Egoístamente, diré que me alegro de que él las probara, eso sí :) Besos!


Margot, si te gusta esta canción te gustan los Stones. Otra cosa es que, al no interesarte, no les hayas escuchado lo suficiente, y apenas te haya llegado lo más comercial y simplonamente rockero. Keith como abuelo debe ser genial, desde luego… sobretodo por la herencia :P Besos!

abril 23, 2010 9:50 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

RBC, me ha parecido muy interesante la manera en que has expuesto el problema de esas adicciones. Cómo se nota que sabes de psicología, y cómo agradezco que compartas aquí tus opiniones. Supongo que todos huimos de algo, pero hay gente más sensible a los golpes de la vida. Quizás esta es la conexión entre arte y drogas, que, desde luego, no la ha inaugurado Richards en el mundo. Un abrazo!



Tesa, desde luego que lo es. He visto en Facebook un grupo que ofrece a Esperanza Aguirre como sacrificio al volcán islandés para que se porte mejor con nosotros. Creo que voy a apuntarme :) Aparte de esto, la película de Herzog es muy impactante. Ver a Kinski haciendo ese papel no tiene precio :) Besos!!

abril 23, 2010 9:50 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Gracias, Raquel. Vas a ruborizarme. Pero lo interesante lo ponen los músicos, yo sólo escucho. Un saludo!



Carlos, la historia de Anita Pallenberg es interesantísima, sí. Menuda mujer! eso sí que es una mujer fatal. Salud!

abril 23, 2010 9:51 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Vivian, de alguna manera, aquí se ve quienes son y no son de los Rolling Stones porque los primeros les llamamos los Stones y los segundos los Rolling, me hace gracia :) Me alegro de que ye haya gustado la canción, y que veas que hay más música aparte de Satisfaction en esta vieja banda.

He puesto la maravillosa película de Herzog porque se hizo en el mismo año 1972 (como los tres regalos) y hay algo en Kinski que me parece muy Rolling Stones, no podría explicarlo ;)

Besos!

abril 23, 2010 9:51 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Food&Drugs, cada uno tiene sus límites, y los míos no van muy allá, la verdad. Sólo pretendo compartir sensaciones, o al menos explicármelas a mí mismo. Me alegro de que te sirvan ;) Salud!


Durrell, cuanto tiempo! Mi tiempo es cada vez más escaso, y tampoco he podido pasarme por Tu Destino últimamente. Tengo unas ganas de prejubilarme tremendas :) Me ha gustado cómo lo has expresado, “tantas voces que gritan con ferocidad de lobos sin darse cuenta que emiten balidos de borregos”. Lo mejor de este blog son vuestros comentarios, sin duda. Siempre mejora la el texto. Un gran abrazo.

abril 23, 2010 9:51 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Gilda, liberarse de los caminos marcados es la primera norma para hacer algo importante, pero, como bien dices, siempre que hayas conocido antes esos caminos y los hayas recorrido. Estar de vuelta no es lo mismo que no haber partido. Felicidades, escritora, y un abrazo!



Joako, genial resumen :) efectivamente, la Pallenberg es la mujer fatal por excelencia. Algún día tendrán que hacer una película sobre esa mujer tan fascinante como peligrosa. Buenas recomendaciones las tuyas para ella. Salud!

abril 23, 2010 9:51 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Peletero, siempre viene bien un poco de provocación :)

Lo que sí defiendo es que la relación que se puede mantener con un disco puede ser muy íntima, personal y duradera. Quizás por eso nos cuesta más expresar lo que sentimos con aquellos discos especiales... perfectamente compatibles con una relación estupenda con una mujer maravillosa, como también es mi caso.

Salud!

abril 23, 2010 9:52 p. m.  
Blogger Gemmayla dijo...

"Soy ese hombre que camina por la ladera bajo el dulce sol del verano
Soy ese hombre que trae rosas cuando no tienes ninguna


Dame un pequeño trago de tu copa de amor
Y con un solo trago caeré borracho"

Me identifico plenamente con este fragmento de la canción..en otros momento de la vida, otros fragmentos...Estoy deseando llegar a la etapa del "labrador con la cara sucia de barro", etapa que presupongo ecológica total y como de retonorno a la infancia deshinibida, sana y pletórica de felicidad.
Gracias, NoS. por estas reflexiones maravillosas.

abril 24, 2010 2:22 a. m.  
Blogger eulez dijo...

Pues mira que a mi los Rolling no me llaman la atención. No me la han llamado nunca, pero vaya, habrá que darle una oportunidad a este disco a ver que tal.

Menuda historia la de Anita

abril 24, 2010 11:15 a. m.  
Blogger Koloke dijo...

Sábado, dos de la tarde pasadas. Recién levantado después de unas 36 horas en la Feria. Leo tu entrada, escucho Loving cup y vuelvo a la vida.
Sin duda el Exile es la obra cumbre. Coño, voy a ponerlo, que hace ya casi una semana que no lo escucho.
Gracias

abril 24, 2010 2:13 p. m.  
Anonymous El peletero dijo...

Ya lo sé, apreciado Lagarto, ya te había entendido, por eso yo también trato de provocar. Tienes razón, un disco, como un libro, o cualquier otro objeto, puede contener mil símbolos que sólo te pertenecerán a ti, a nadie más. Mil recuerdos, mil confidencias, tu tiempo entero o parte de él. Las cosas también habitan nuestras vidas, tras ellas hay personas, seres tan especiales como nuestros Rolling, mitad diablos y mitad humanos, como todos nosotros.

Pero recuerda que una mujer te puede matar, o tú a ella, un disco no, aunque con él se puede intentar cortarle el cuello a alguien, dicho sea de paso.

¿Cuántos medio ángeles has conocido?, yo a tres, uno fue un músico, el segundo un cineasta y escritor y el tercero es un familiar que todavía me acompaña.

Saludos.

abril 24, 2010 8:02 p. m.  
Blogger PSYCOMORO dijo...

El exilio hacia los recuerdos que no llegaron a convertirnos en lo que queriamos ser, pero que nos mostraon por unos instantes de lo que hubiéramos sido capaces si esas canciones no hubieran dejado de sonar. Como siempre, imprescindble entrada, Lagarto. Un abrazo

abril 25, 2010 12:53 p. m.  
Blogger Antígona dijo...

Doctor Lagarto, tengo que conocer que los Stones no son lo que los ingleses llaman my cup of tea. O todavía no lo son. Aunque fíjese bien que digo los Stones y no los Rolling, tratando de emular a los que, según usted, son de los Rolling Stones, a ver si se me pega algo de ellos :P La cuestión es que, en mi caso, hay música con la que por algún lado –alguna canción determinada- establezco una conexión directa que me lleva espontáneamente a querer indagar más, y hay otra música con la que no encuentro esa conexión y tengo que insistir de una forma más o menos premeditada y consciente para que llegue a gustarme. Porque a la postre, casi cualquier música que no me lleve de entrada al vómito o al aburrimiento puede llegar a gustarme. Y con los Stones, con los que no he establecido esa conexión, aún siento que tengo que insistir más, porque sigo sin pillarles el punto. Y eso que esta canción que ha puesto es una maravilla y me ha encantado.

Como también me ha encantado la frase de Keith Richards, que no sé cuándo la diría, pero desde luego, si fue después de los años 70, hay que ver qué resistencia la de las neuronas de este hombre al abuso de drogas. Me gusta la idea del lugar propio como escondite, como lugar en el que permanecer oculto y a salvo de miradas indeseables. La idea de la búsqueda de ese lugar dentro de uno mismo que nos proteja del mundo, pero donde igualmente reside el peligro de perderse y no ser luego capaz de encontrar fácilmente el camino de salida. De que esa búsqueda necesite confrontarse con tal peligro para topar con los propios límites. Y de que además Keith Richards, para tocar bien, considerara necesario asumir ese riesgo. Creo que desvela muy bien por qué tantos artistas, probablemente más de aquella época, pero el fenómeno nunca ha sido raro ni dejará de serlo entre los artistas, han acabado manteniendo una relación tan estrecha, tan arriesgadamente y en no pocas ocasiones tan fatalmente estrecha, con las drogas. Porque las drogas son también vía de búsqueda de los límites dentro de uno mismo. De esos límites que el artista persigue para poder poner en juego y sacar a la luz toda su potencia creativa. Como si no hubiera posibilidad de creación sin llevarse uno mismo al límite, sin forzarse a vivirlo y a bucear en él para que de esa inmersión en las profundidades emerja lo mejor que uno puede dar de sí mismo.

La relación sentimental que se mantiene con algunas músicas es, en efecto, algo increíblemente real y duradero. Sobre algunas canciones, sobre algunos discos, parecerían haberse marcado de forma indeleble pedazos de la propia vida que luego quedan indisolublemente ligados a ellos. Llegan a ser como pozos de recuerdos o de emociones que nos sobrecogen en el momento en que suenan y nos traen de vuelta el tiempo perdido. Entre las magdalenas y los discos, yo me quedo con éstos dentro de mi propia cartografía emocional ;)

Tengo pendiente esa peli de Herzog. A ver si en breve saldo la deuda.

Un beso, doctor Lagarto!

abril 25, 2010 8:52 p. m.  
Blogger panterablanca dijo...

Desde luego, la búsqueda de los límites es importante para sacar lo mejor que llevamos dentro a nivel creativo, pero no todo el mundo es capaz de hacerlo. Hay gente que no se siente capaz< de sucumbir ante el vértigo que da esa búsqueda de los límites.
Como siempre, muy buen post.
Besos selváticos.

abril 25, 2010 9:18 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Siempre me gustaron los Stones, pero también siempre me quedé en la superficie con ellos(con ellos y con todo...)
Es un gusto leer tanta pasión.

Feliz semana

abril 26, 2010 10:47 a. m.  
Blogger Zorro de Segovia dijo...

Anita garantizaba inspiración, sin duda.

abril 26, 2010 10:42 p. m.  
Blogger Conxa dijo...

A mi Lagarto, la canción de este disco que más me "ponía" era esta

http://www.youtube.com/watch?v=UPbozLRU3so

Ese vivir al límite es una característica de muchos artistas, no solo músicos, la pena es que en el límite también pierden la vida.
Nunca he sido fan de los Stones, pero hay que reconocer que el pacto con el diablo lo han hecho ( ;...con la caña que se han dado y estan ahí y siguen tocando con la misma fuerza.

abril 28, 2010 10:29 a. m.  
Anonymous Lady Blue dijo...

Reconozco que he descubierto a estas alturas a los Stones...hasta ahora sólo existían para mí por algunos de sus temas más conocidos y comerciales. Por suerte, un amigo me los "presentó" hace poco... y desde entoces no he podido resistirme a sus tremendos encantos. Dada mi evidentemente ignoracia puesto que aún sigo en "pañales" con su trayectoria musical no puedo opinar...pero si puedo decir que estoy completamente de acuerdo con algo que comentas, como tú bien dices, hay discos con los que se mantienen una relación sentimental duradera y en la mayoría de ocasiones para siempre, por lo menos en mi caso.

Saludos lagarto

abril 29, 2010 1:08 a. m.  
Blogger Dante Bertini dijo...

Amigo, siempre me gustaron más que los Beatles, siempre los encontré más pasados, pasotas, extremados, queribles, pero no quisiera haber estado en sus pieles de millonarios recientes con droga dura al alcance de la mano. Un infierno, seguro. No envidio sus suertes de exilados.
Un saludo

abril 30, 2010 5:21 p. m.  
Blogger Roberto dijo...

pura lírica stoniana...

se te ve que eres un adicto que ha caído en sus fauces...a mi me pasó hace unos cuantos años...

voy a escuchar el disco entero, me abriste una nueva ventana para su comprensión

mayo 01, 2010 2:11 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Gemmayla, yo no sé con qué etapa me identificaría de la canción. Desde luego, no me siento en la cima de ninguna montaña en estos días de mi vida. Quizás con eso de tocar mal una mala guitarra :) Gracias a ti. Besos.



Eulez, cada uno tiene sus gustos, y los Stones no son ninguna verdad absoluta. En cualquier caso, sí creo que Exile es uno de los mejores discos de los años setenta y que merece, al menos, ser conocido. Anita era muy peligrosa, sí :) Salud!

mayo 03, 2010 2:33 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Koloke, me alegro de que este disco sirva de apoyo a la resaca de la Feria, y me alegro de que conozcas el Exile y sepas disfrutarlo. Gracias por pasarte por aquí. Salud!



Peletero, la verdad es que conozco ese disco de los Stones desde mi adolescencia, así que me ha acompañado en casi todos los momentos buenos y malos de mi vida. Así que, de alguna manera, mis emociones están ligadas a esa música que a veces pienso que me conoce mejor a mí que yo a ella. Pero, evidentemente, no sustituye a las personas. Salud!

mayo 03, 2010 2:33 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Psycomoro, supongo que los cambios en la vida son siempre inevitables. Y que nunca podremos sentir la mayoría de las cosas de la misma manera que a los quince años. Pero hay pequeñas parcelas que mantienen algún fuego en nuestra estructura emocional, y la música a veces es una de ellas.

Algunas canciones aún me emocionan igual que hace veinte años, y siguen sonando de vez en cuando. Hay discos que, de alguna manera, han crecido conmigo, me han formado y aún me muestran nuevas maneras de sentirlos. Éste es uno de ellos, no el único.

Un abrazo!

mayo 03, 2010 2:33 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Doctora Antígona, llamarles los Stones y no los Rolling ya indica un cierto grado, claro que sí :P Al igual que ocurre con las personas, o con las comidas o la arquitectura, no toda la música que acabará diciéndonos algo entra a la primera con toda la facilidad. Es más, creo que es bueno desconfiar de lo que entra a la primera, ya que podemos encontrarnos con que no hay más que esa primera y superficial impresión. Los Stones no son una banda fácil, a pesar del peso comercial de su nombre. O, al menos, no es fácil lo que de verdad les ha hecho grandes, como este disco del que hablamos. Yo le aconsejaría un poco de paciencia y un buen asesor stoniano que la guíe ;)

Supongo que el mundo interior es tan inabarcable como el que queda al otro lado de nuestra piel. Sobre todo para un artista con la necesidad de buscar sus límites y afición a las drogas duras. En cualquier caso, no creo que Keith fuera feliz en ese descenso a los infiernos interiores. De hecho, también ha dicho alguna vez que necesita tocar con su banda porque esa es la única manera de controlar sus adicciones y sentir ese mundo exterior. En fin, que supongo que todos necesitamos un equilibrio.

Hace muchísimo tiempo que vi aquella película de Herzog. En realidad, Herzog siempre me ha recordado a Richards, por eso de la exploración de los límites y la ausencia de reglas. Yo también tengo ganas de verla de nuevo.

Besos, doctora Antígona!

mayo 03, 2010 2:34 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Pantera, yo desde luego que no quiero explorar esos límites míos. Prefiero verlos desde la cómoda y burguesa distancia. Me alegro de que Richards me haya dado su música, que es importante para mí. Pero a mí no me compensaría hacerlo. Besos saurios!



Miabi, seguro que exageras, seguro que hay cosas que te llegan a fondo. La pasión no se explica. Ocurre. Besos.

mayo 03, 2010 2:34 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Zorro, ya lo creo ¿sabías que la idea de poner coros en Sympathy for the devil, que es lo que a la larga le ha dado más inspiración al tema, fue idea de Anita?

En realidad Anita era un Rolling Stone más, un elemento clave para que la marca Rolling Stones signifique lo que hoy significa, tantos años después. Deberían pagarle royalties :)

Salud!

mayo 03, 2010 2:35 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Ah, tienes buen gusto, Conxa ;) A mí también es el tema que más me gusta del disco. Pero no había ningún video de aquellos ensayos con esa canción, así que me decidí por Lovin’ Cup, porque el post es un homenaje a una actitud, y creí que era necesario que el video lo mostrase.

En cuanto a los límites, yo le agradezco a Richards que buscara el suyo. Como se lo agradezco a Rimbaud, a Cobain o a Bolaño. Pero yo jamás lo haría. No soy tan generoso.

Make every song you sing your favourite tune

mayo 03, 2010 2:35 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Lady Blue, nunca es tarde. La música siempre permanece. Pasa lo mismo con la de Bach, y aún se puede descubrirle. Es maravilloso el momento de descubrir algo. Decía Fernando Pessoa, ““Haber leído ya los Pickwick Papers es una de las grandes tragedias de mi vida. (No puedo volver a releerlo)” Saludos!



Dante, yo tampoco envidio su suerte. Prefiero mi papel en la cosa: ellos crean y yo lo disfruto. A mí también me interesan más los Stones que los Beatles ;) Salud!

mayo 03, 2010 2:36 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Roberto, mi relación con los Rolling Stones se mantiene desde que era un niño y mis tíos los escuchaban. Ya entonces notaba que algo me seducía en esas guitarras y en esa rabia. Disfruta del disco. Salud!

mayo 03, 2010 2:36 p. m.  
Blogger Ines dijo...

El abismo es como un iman al que a veces hay que oponer una resistencia feroz. Yo ya no quiero traspasar limites aunque se que el lado mas canalla de la vida da siempre mucha cosecha...
No conocia yo a esta mujer ..
(yo tambien soy mas de Stones que de Beatles)
Besos

mayo 04, 2010 12:47 p. m.  
Blogger ana dijo...

"Yo sólo trato de encontrar mi propio lugar, para esconderme en él".

Todos tratamos de encontrarlo... quizá porque no sabemos muy bien quiénes somos... o porque somos demasiadas cosas... y ya estamos un poco cansados...

"Soy ese hombre en la cima de la montaña, ven y sube conmigo
Soy ese labrador en el valle con la cara sucia de barro
Soy el torpe conductor a quien el coche no arranca
Soy el manazas que intenta tocar una mala guitarra...


... soy."

mayo 06, 2010 11:10 p. m.  

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