martes, junio 01, 2010

Vamos a tocarlo y descubrirlo



Hubo un tiempo en que vestías muy bien. Lanzabas monedas a los vagabundos desde el apogeo de tu vida, ¿verdad? La gente te avisaba; “Ten cuidado, nena, porque todo lo que sube baja”. Tú pensabas que estaban de broma. Solías reírte de todo eso, porque pensabas que todos eran unos colgados. Pero ahora ya no hablas tan alto ¿eh?. No se te ve tan orgullosa ahora que tienes que gorronear tu próxima comida. ¿Qué se siente, eh? ¿Qué se siente al no tener un hogar, siendo una completa desconocida, como una piedra en el río?

Fuiste a los mejores colegios, oh, muy bien señorita solitaria. Lo aprovechaste para exprimir oportunidades, pero nadie te enseñó cómo vivir sin apoyos. Y es ahora cuando te das cuenta de que deberías empezar a acostumbrarte a buscarte la vida. Decías que no era lo tuyo eso de comprometerse con los desamparados. Pero ahora te das cuenta de que los pobres no venden ninguna coartada, cuando les miras al vacío de los ojos y tratas de llegar a un acuerdo con ellos.

Nunca te fijaste en que los malabaristas y los payasos ponían muecas de dolor mientras hacían sus trucos para ti. Nunca trataste de hacerles sentir bien, y nunca comprendiste que aquello estaba mal. Solías cabalgar sobre caballos cromados con tu amigo diplomático, aquel que llevaba sobre sus hombres un gato siamés. ¿No te dolió cuando descubriste que él ya no estaba allí, después de haberte robado todo lo que pudo?

Las princesas siguen en sus campanarios, y toda la gente guapa bebe celebrando sus triunfos y se intercambian regalos. Tú, en cambio, deberías quitarte ese anillo y empeñarlo, nena. Tú, que solías divertirte tanto con la manera de hablar de aquel vagabundo que se creía Napoleón. Vete con él ahora, que te está llamando. No te puedes negar. Cuando no tienes nada, no tienes nada que perder. Eres invisible y ya no hay ningún secreto que guardar. ¿Qué se siente, eh? ¿Qué se siente al no tener un hogar, siendo una completa desconocida, como una piedra en el río?

(Bob Dylan, Like a Rolling Stone)



Bob Dylan grabó Like a rolling stone en la primavera de 1965, cuando ya se había planteado dejar su carrera musical porque, simplemente, no aguantaba más al personaje que de él habían creado los fanáticos del folk, quienes veían en él una especie de Dios revolucionario de la poesía y la lucha de clases. Quizás Estados Unidos necesitaba un gurú en esa nueva generación, y Dylan, con su arrolladora personalidad, debía ser el elegido. Pero él nunca quiso creerse ese papel.

Joan Baez, musa indiscutible de la música folk en América, estaba locamente enamorada de él (lo que le creó ciertos problemas con su esposa) y era una de las personas que más le pedían ejercer ese papel de gurú de la revolución poética. Incluso grabo una canción en la que le exhortaba a tomar las riendas y liderar las masas. Dylan no podía soportarla.

El New York Times le había entrevistado para su edición de fin de semana. El reportero le preguntó directamente, “¿es usted el portavoz de la nueva generación?” a lo que Dylan respondió “no, yo no soy el portavoz de nadie, sólo soy un músico”. El titular del artículo finalmente publicado fue: “Portavoz niega su condición de portavoz”. Dylan no podía soportar a esos periodistas.

Pocos meses después, en el Festival de Folk de Newport, Ronnie Gilbert había presentado a Dylan al público diciendo: “Y aquí lo tenemos, ¡Bob Dyan! tomadlo, ¡es todo vuestro!”. Aquello aterrorizó a Dylan, alguien que nunca ha querido pertenecer a nadie y que ha huido hasta de sí mismo con tal de sentir su libertad a lo Moriarti en La Carretera de Kerouac. Dylan no podía soportar a los fanáticos del folk.


En fin, que la situación en la primavera de 1965 era insostenible para Dylan, y fue cuando escribió diez folios en los que daba rienda suelta a su rabia y su impotencia en los que repetía cada cierto tiempo la frase “¿qué se siente?, ¿qué se siente?”. Un día, a la vuelta de una gira por Inglaterra, Bob se sentó al piano y empezó a leer esos diez folios. Cuando llegó al primer “How does it feel?” ya tenía la melodía de la mejor canción de la historia en la cabeza.

El productor, Tom Wilson, se acercó a Dylan y le dijo “es un vals”. Bob Dylan respondió “no, no es un vals”. “entonces, ¿qué es?” Le inquirió Tom. “Aún no lo sé. Vamos a tocarlo y descubrirlo”, dijo Bob.

Supongo que, a veces, intuyes que las cosas tienen que cambiar, que van a cambiar, pero únicamente lo sientes sin saberlo con seguridad. Algunos detalles prefiguran lo que está por venir, pero uno no siempre lo reconoce. Entonces, pasa algo inmediato que te proyecta a otro mundo, a lo desconocido, y es entonces cuando lo entiendes instintivamente. Entonces eres libre. Supongo que esa es la sensación de escribir una obra maestra.

Y cuando, tantos años después, aún la escuchas, sientes esa rabia melódica y arrastrada, esa manera de frasear que te dice que todo es verdad cuando nada lo parece, en una vida tan dura como hermosa. ¿Qué se siente, eh?

Thank you, Bob.




Una canción para la chica sin hogar: To Bobby, de Joan Baez

Una película para la chica sin hogar: Cowboy de medianoche, de John Schlesinger

Un libro para la chica sin hogar: Crónicas, de Bob Dylan


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47 Comments:

Blogger Food and Drugs dijo...

Jejeje. Suelo esperar a que comenten unos cuantos para contrastar un poco mi opinión antes de verterla.
Pero esta vez, ahí va por delante.
Yo, como Dylan, siempre he creido que las cosas auténticas son las que se hacen por gusto y no con un propósito definido. Otra cosa es predecir lo que se vaya a acabar convirtiendo en un éxito, lo que no, y lo que se hará tan inmenso que te llegará a eclipsar a ti como persona.
Dylan, evidentemente quiso quedarse en esa cómoda zona intermedia, pero una masa sedienta de mesías, a los que más tarde crucificar, no se lo querría permitir.
En fin, muy buen post acerca de las arenas movedizas del éxito.
:-)

junio 01, 2010 10:10 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

sencillamente excelente!

junio 01, 2010 11:25 p. m.  
Blogger Maeve dijo...

Dylan odiaba a Joan Baez.

¡jajaja, qué grande!

junio 01, 2010 11:29 p. m.  
Blogger Margot dijo...

Da gusto comenzar mi mañana acompañada de esta música... y tus letras, claro!! jeje

Te recomiendo, por si te apeteciera, "No direction home", un documental de Scorsese que habla precisamente de los comienzos en el folk de Dylan y el salto al rock más tarde, huyendo entre otras cosas, de maniqueismos, fanáticos con ansias de gurús y demás... hay que entenderlo en su tiempo, ya, pero menuda panda de chiflados plastas! jeje. Entiendo a Dylan... ufff.

Un tipo contradictorio es lo que resulta... y por eso me gusta tanto, creo.

Besos tarareando.

junio 02, 2010 9:11 a. m.  
Blogger Soy ficción dijo...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

junio 02, 2010 11:21 a. m.  
Blogger Soy ficción dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=It_iSr6eDVs

Los abucheos al verle con la guitarra eléctrica me impresionaron bastante la primera vez que vi esta actuación, ahora que te leo veo su lucha contra el público de forma diferente.

(Me quité el traje de Nausicaa, supongo que a veces el cambio es bueno, esperemos que esta sea una de esas ocasiones)

junio 02, 2010 11:22 a. m.  
Blogger k dijo...

Lo que duele es pensar que los chiflados plastas que menciona Margot somos nosotros, el público. Nosotros somos los que hacemos el personaje y no le permitimos ser humano, una persona que tiene una mujer que no nos gusta o alguien que conduce su vida hacia un final que decepciona nuestras expectativas privadas.

Me parece de lo más valiente el ejercicio de libertad que ha constituido siempre la vida de Bob Dylan.

(Traigo otras opciones para tu chica sin hogar... Canción, Bobby Jean, de Bruce Springsteen; película, que no lo es, el episodio 2x02 de Lost, What Kate Did; novela, El mundo según Garp, de John Irving)

junio 02, 2010 1:30 p. m.  
Blogger k dijo...

(El episodio es 9x02, no 2x02)

junio 02, 2010 1:51 p. m.  
Blogger Dante Bertini dijo...

a veces no puedo soportar su aspecto de rabino aburrido y sabelotodo, pero un segundo después oigo su Hurricane y mis pies bailan solos...

un grande
abrazos

junio 02, 2010 2:21 p. m.  
Blogger Raquel dijo...

Muy interesante la historia que cuentas sobre esta canción. Es verdad, se percibe esa rabia, esa impotencia, esas ganas de gritar, de escapar.
Una gran canción.

Saludos.

junio 02, 2010 2:49 p. m.  
Anonymous El peletero dijo...

Puede parecer fuera de lugar, apreciado Lagarto, pero siempre me gustó el rostro del Dylan joven,el de aquel niño tímido, esos rasgos andróginos, su nariz fina, puntiaguda y algo curvada, sus ojos rodeados y medio escondidos detrás de su armónica y por su enorme pelambrera rizada; su cuerpo todavía adolescente, juvenil, frágil, esa manera de cantar sin mover un músculo, canciones sencillas cargadas de dinamita, pero sin usar los estereotipos fáciles que usan los que quieren cambiar el mundo o convertirse, como dices tú muy bien, en portavoces de nada, corriendo todos como borregos detrás de Forrest Gump.

Hacían buena pareja con la Báez, una preciosidad latina y una gran cantante, en aquellos tiempos yo también estaba enamorado de ella.

La Báez ha envejecido bien, está más guapa ahora que antes, pero Dylan no, se ha ajado y le cuelgan las mejillas, por eso te decía que puede parecer fuera de lugar referirme a cosas como esas, unos mofletes caídos o una madurez femenina espléndida y seductora, pero sé que me perdonarás.

Saludos.

junio 02, 2010 6:08 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Tenía toda la razón don Roberto huyendo de la masa progre que lo jaleaba. Aquel "¡Judas!" que le lanzó un exaltado en Newport por pasarse a la guitarra eléctrica y presentarse con la banda de Butterfield resume muy bien la situación: ¡Anatema! Dylan es nuestro guru, no tiene derecho a cambiar.
Integrismo, llaman a eso. No me extraña que huyese de la Baez y demás especímenes similares.

junio 02, 2010 8:25 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Thank you, Bob, de todas formas es que debe ser muy duro estar sometido a las corrientes de las masas... menos mal que no soy TAN famosa :P

besos mil

junio 03, 2010 11:12 a. m.  
Blogger Durrell dijo...

Muy interesante entrada, como siempre. A mi siempre me ha gustado Joan Baez y sus canciones, además siempre ha sido una persona consecuente con sus ideas y lo mismo pienso de Dylan. Hubo un Dylan que en una parte de su vida pensaba y actuaba de una manera y cuando se dió cuenta que aquello no era lo que él quería seguir haciendo, cambió su itinerario.

Baez no lo entendió, pero no es que ella estuviese enamorada de Dylan, es que TODOS estaban enamorados de Bob. Y se lo tomaron como una traición. Recuerdo haber escuchado esas palabras en boca de Joan en un reportaje. Yo tampoco lo entendía pensando en todo lo que él podía haber conseguido en aquella época de reivindicaciones y de cambios.

Ahora, puedo comprenderlo, era su derecho a la libertad y a seguir su camino como cualquier otro mortal. No debemos crear Dioses a los que admirar ,más allá de unos límites. Aunque por lo que veo, Dylan no se ha escapado de serlo :)

Pero es una lección para aprender a pensar y buscar la fuerza en uno mismo, sin necesidad de líderes a los que seguir como borregos. Escuchar sí, pero ante todo la reflexión.

Valla rollazo, Lagarto. Espero que me hayas entendido bien.

Un abrazo.

junio 03, 2010 3:47 p. m.  
Blogger LLop dijo...

Me encanta la historia de Joan Baez y Bob Dylan jajajaja pobre tipo lo que tuvo que aguantar.

junio 03, 2010 7:25 p. m.  
Blogger Sese dijo...

Es la puta manía de colgarle una etiqueta a todo. El propio Springsteen fue presentado como el nuevo Dylan. Suerte del talento y de la personalidad de Dylan (aunque esté como una chota) para que no se haya perdido la referencia musical que supuso/supone para futuras (y coetáneas) generaciones.

Saludos

junio 03, 2010 9:32 p. m.  
Blogger JOAKO dijo...

Yo también le tengo un poco de manía a Joan Baez, a pesar de que me resulta muy atractiva, pero un poco plasta. Dylan siempre ha sido una asignatura pendiente para mi, apenas se de él lo que el gran público desinteresado sabe, lo de su acusación de traición al pasarse a "lo eléctrico" y que es un poeta seguido por millones...Tal vez si profundizo me convierto, pero es que tengo ya tantas pasiones que me da pereza.
Un peli para la chica sin hogar, "Desayuno con diamantes" (al final nadie sabe que esta peli y la canción de Dylan "se tocan").
Un libro para la chica sin hogar "Tortilla Flat" de Jonh Steinbeck.
Una canción para la chica sin hogar, "princesa" de joaquín Sabina

junio 04, 2010 10:52 a. m.  
Anonymous Juanan dijo...

La traducción de la canción de Dylan yo que no tengo ni pajolera idea de ingles, perdona pero me la has destrozado, tenia una idea completamente distinta de lo que dice, en lo relativo a las etiquetas y que el despreciaba solo decir que es un poco hipócrita porque si entras en el juego estas expuesto a la critica y a un tipo tan inteligente esto no se le escapa…por lo que creo que es una pose de divo.
Yo no voy a recomendar películas pero la ultima que se hizo sobre él que ni me acuerdo del titulo, es soporífera de hecho me salí de la proyección, peli que me presento a un personaje anodino y aburrido
Saludos

junio 04, 2010 11:54 a. m.  
Blogger RBC dijo...

A veces los zapatos que uno usa llegan a apretarnos tanto que solo nos damos cuando cuando alguien nos pisa o hemos caminado sin hacer una breve pausa.

Creo que la intención de Dylan no era personificar a una especie de gurú; quién te dice que hasta el mismo término le aterraba o le ponía la piel de gallina, simplemente quería cantar por el gusto y la pasión que ello le generaba, pero sucede que muchas circunstancias se suscitan sin quererlo o sin avisorarlo. Y es ahí donde se hace un "alto" para plantearse esto ¿qué se siente? él lo dijo: su imperiosa y necesaria libertad, a la que algunos aspiramos para poder retomar nuestros caminos.

Abrazotess

junio 04, 2010 3:01 p. m.  
Blogger Ines dijo...

Joan Baez era una petarda .
Estupenda la canción , que gusto dan algunos cambios .
Un abrazo

junio 04, 2010 7:21 p. m.  
Anonymous Gemmayla dijo...

Fantástico post, NoS:

Creo que Joan Baez y Dylan simbolizan la eterna dicotomía entre el autor comprometido con la causa social, con su entorno y el artista que quiere realizar su obra sin implicarse personalmente, al margen, encastillado en su torre de márfil. Lo increíble de Dylan es que sus primeros temas abordaban lo social y filosófico y creo que por su juventud, no alcanzaba a entender la repercusión social que entraña ese compromiso para un artista, no sólo en la música. La Baez, no sólo lo entendió sino que lo mamaba desde la cuna desde el propio seno familiar, cuyos miembros se hallaban muy implicados e involucrados en todo tipo de reivindicaciones sociales y actitud contestataria.
¿Tiene el artista la legítima opción de orientar su arte hacia lo comprometido sin implicarse en lo personal?..la respuesta, NoS. la tenemos en Dylan..no sólo se puede sino que ha sentado un precedente y muchos artistas se rebelan y esgrimen su derecho a expresarse desde cualquier vertiente comprometida o no sin injerencias en lo personal y ya mucho menos en aceptar que se le convierta en un líder porque así lo deciden las masas.
No me extraña que acabase detestando a la Baez, tal como muchos de nosotros acabamos detestando a las personas que apelando a una extraña fidelidad a las ideologías pretéritas, rancias y caducas, nos tildan de desertores y chaqueteros. Creo que la libertad personal ideológica no tiene precio, esa libertad es la que simboliza Dylan y le sigo aplaudiendo. La sociedad ya no precisa de figuras mesiánicas y líderes. Precisa más bien de libertad individual y respeto a la libertad del prójimo.
Sensacional, NoS !!!!

junio 05, 2010 2:17 a. m.  
Blogger Gemmayla dijo...

Lo lamento, Nos. se edita mi comentario por duplicado si pudieses suprimir uno. Sorry. Es cosa del ordenador del curro que va a pedales
Besos

junio 05, 2010 2:19 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Food&Drugs, supongo que para Dylan como para cualquier otro, descubrir qué va a ser un éxito y qué no va a serlo no es tan fácil. Es cierto que ante un tema muy comercial y con una buena pasta dedicada a promoción, se puede apostar por el éxito del verano. Pero ante cosas que rompen tanto los esquemas no es fácil apostar. De hecho, los productores estaban muy inquietos con esa deriva que había tomado Dylan. Para Bob (y sus managers) hubiera sido mucho más fácil quedarse dentro de esa etiqueta folk, pero él necesitaba esa terapia. Supongo que era inevitable. Salud!


Gracias, anónimo. Todo el mérito es del autor: Bob Dylan.

junio 05, 2010 11:51 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Maeve, la historia Baez-Dylan es muy interesante también desde el punto de vista de ella. Quizás un día hablemos aquí de eso. Pero, bueno, yo siempre estoy del lado de Bob :)


Margot, es un gran documental, el de Scorsese, desde luego, disfruté mucho viéndolo (quizás deba hacerlo pronto, otra vez, que para eso lo tengo en casa en edición legal). Pero te recomendaría que vieran “Don’t look back”, que es otro documental sobre Dylan rodado cámara en mano sobre la gira de 1965 en Inglaterra, donde se aprecia perfectamente el hastaloshuevismo de Bob con toda esa gente que quería rodearle, incluida Joan Baez. Lo contradictorio es humano, claro que sí. Besos rodados!

junio 05, 2010 11:51 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Nausicaa-ficción, veo que el video que enlazabas lo han quitado. La verdad es que Sony está pesadísima con sus derechos en Youtube y está quitando casi todo, por eso puse yo éste en el que no aparece Dylan en el título, a ver si así se les pasa y dura un poquito en mi página :) Te queda muy bien este traje.
Ah, sí, me encantó esa parodia de Hitler y el final de Lost. Aún me estoy riendo. Genial :)

Besos!

junio 05, 2010 11:52 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

K, tienes razón, somos tremendamente crueles con nuestro consumo de héroes. Supongo que les exigimos demasiado porque no les reconocemos como seres humanos, o, peor aún, porque queremos amar seres humanos que no sean seres humanos. Y, por eso, tienes razón, la personalidad arrolladora de Dylan, capaz de ponerse por encima de su propio mito sin perder un ápice de creatividad y poesía, nos fascina cuarenta y tantos años después. Porque no es normal.

Gracias por tus propuestas, son muy interesantes. Respecto a Bobby Jean, en realidad no sabemos qué fue de él. Si le fueron bien las cosas o le fueron mal. Sólo sabemos que se le echa de menos, y que lleva ligado a su recuerdo el brotar a la vida de quien lo canta, y que la amistad, el respeto, y la admiración son sentimientos nada egoístas, que no necesitan nada a cambio (bueno, también sabemos que aquél a quien la canción iba dirigida en su momento está hoy de nuevo muy cerca de Springsteen :) )

Lo de Lost me ha llamado la atención, porque esta canción vino a mi cabeza cuando terminé de ver el último capítulo de la serie. Qué conexión :)

Besos.

junio 05, 2010 11:52 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Dante, a mí me fascina la mirada de ese joven Dylan, tan inteligente y arrogante. Hurricane es una canción maravillosa, claro que sí. como todo el disco en que aparece, Desire. Un abrazo!


Raquel, es una gran canción, sí. Y esa rabia que transmite no deja de ser melódica y alegre. Me gusta esa contradicción tan humanitaria. Saludos!

junio 05, 2010 11:53 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Peletero, la historia de la relación entre Dylan y Baez daría para una gran película. No es sólo el amor entre estos dos personajes tan fascinantes, es mucho más. Me gusta la mirada de Joan Baez. Saludos!



Paseante, Dylan mantuvo siempre la personalidad y la inteligencia suficientes para poder estar por encima de su propio personaje, sí. No es que algunas de las canciones de Dylan no fueran “sociales”, simplemente es que él quería ser músico, y no revolucionario. No quisieron entenderlo los más radicales, probablemente porque eran bastante más conservadores y cerrados de lo que ellos querían admitir. Salud!

junio 05, 2010 11:53 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Miabi, debe ser un horror ser tan famoso. Pero si con ello puedes comprar un rancho kilométrico en Minnesota, un avión privado y una mansión en las montañas de Escocia, entonces se lleva mejor la cosa :) Besos!


Durrell, supongo que las ideas de Joan Baez son más definidas que las de Dylan, lo que le hace más sencillo ser fiel a ellas. Quiero decir, Dylan no tiene compromisos políticos, sólo se busca a sí mismo. Y este camino siempre es más oscuro y confuso. En esa búsqueda, hasta se llegó a hacer muy religioso. Dylan es feliz tocando música, es su única verdad permanente. Un abrazo!

junio 05, 2010 11:53 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Llop, es una historia de amor muy interesante, y que tiene muchas más cosas de las que he dejado ver aquí. Alguien debería hacer una película... aunque quizás ninguno de los dos quedaría muy bien en ella. Salud!



Sese, los mercaderes necesitan etiquetas para vender sus productos, claro. Pero cuando alguien tiene la fuerza de Bob o de Bruce, los etiquetadores acaban agachando la cabeza y dejando que suene la música. Springsteen siempre ha admirado mucho a Dylan, y han compartido escenario alguna vez. Una maravilla verles juntos.

junio 05, 2010 11:54 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Joako, tienes razón en que Joan Baez puede parece un poco plasta. Tiene una voz preciosa, y un gusto exquisito para interpretar canciones hermosas... pero le falta esa chispa que nada tiene que ver con esas cosas y que enciende los corazones. Hay mucha, mucha diferencia artística entre Dylan y ella.

Highway 61 revisited, Blonde on blonde y Blood on the tracks son los albumens que más me gustan (ahora) de Bob Dylan. Si algún día quieres investigar su música, te recomendaría que empezaras por ahí.
La canción de Sabina va muy bien para esta chica, ya lo creo!

Salud!

junio 05, 2010 11:54 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Juanan, la traducción que he hecho de la canción ha sido un poco libre en algunos momentos, pero –quitando el verso, del que he prescindido porque tras ser traducido a otro idioma ya no dice nada- es bastante fiel y, desde luego, es la idea del original con todas sus imágenes.

Creo que Dylan nunca se quejó de esas críticas, o, mejor dicho, siempre las dejó de lado. De hecho, ya no abandonó nunca la guitarra eléctrica. Es cierto que es un divo, en el sentido de que su fama y el respeto máximo que le han demostrado públicamente todos los más grandes profesionales de la música (desde los Bealtes a Nirvana, pasando por Zubin Metha o U2) le han dado esa medalla. Pero sigue tocando con su banda de blues más de cien conciertos anuales por todo el mundo, incluso en localidades muy pequeñas, sólo por el placer de tocar. Que la pasta, está claro, no la necesita.

Respecto a la película, supongo que te refieres a I’m not there. La verdad es que a mí sí me gustó en varios momentos, pero tengo que reconocer que es que me fascina el personaje y no puedo ser objetivo.

Saludos!

junio 05, 2010 11:54 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

RBC, según cuenta Dylan en sus memorias, él pasó mucho tiempo con esa amargura de saberse fuera de sitio y manipulado, hasta que consiguió decir basta. Bob Dylan era un chico de un pueblo de Minnesota que llegó con lo puesto a Nueva York y, de pronto, se vio admirado por los grupos intelectuales de la ciudad. No es fácil romper con eso para un chico a cambio de nada, no. Es otra de las cosas por las que podemos admirar la personalidad y la lucidez de Dylan. Abrazos!



Ja, ja, Casilda. Veo que la Baez no levanta muchas pasiones por aquí, no :) la verdad es que el Dylan previo a ese cambio también me gusta mucho ¿has escuchado su The Freewheelin'? es maravilloso. Un abrazo!

junio 05, 2010 11:55 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Gemmayla, lo has expresado muy bien. Esa dicotomía que a la vez generó una atracción entre ambos y un doloroso proceso de alejamiento es una historia fascinante. Por eso decía que debería hacerse una película de todo el proceso que has descrito. En realidad hablaría mucho de nosotros mismos y de nuestra manera de entendernos como parte del mundo.

Besos y gracias!

junio 05, 2010 11:55 a. m.  
Anonymous el nene Cohelet dijo...

Gracias por el post, Lisardo.
Para mí Dylan es, sobretodo, el autor de fantásticas canciones de amor.

junio 05, 2010 8:32 p. m.  
Blogger Antígona dijo...

Yo no sé lo que sentiría Dylan, doctor Lagarto, cuando escribió “Like a Rolling Stone”. Pero sí sé lo que siento yo cuando la escucho y cuando leo la letra que nos ha puesto. Y por eso que siento no me extraña que haya sido calificada como la mejor canción de la historia, aunque personalmente esto de los rankings me parezca una cosa por definición injusta y un poco boba en su planteamiento. Hace un par de veranos fue la última canción que tocó cuando participó en el “Rock in Rio” de Arganda. Aunque me encantó verle allí, en vivo y en directo, no negaré que durante todo el concierto, viéndolo ya tan mayor y con la voz tan cascada, tuve la amarga sensación de que el Dylan al que yo realmente quería escuchar y al que le debía haberme emocionado en tantas ocasiones ya no era ese Dylan de carne y hueso, sino el Dylan inmortalizado en sus discos. Sin embargo, cuando finalmente tocó “Like a Rolling Stone”, y a pesar de que también en su ajada garganta la canción resultaba hasta cierto punto irreconocible, no pude evitar emocionarme de nuevo al pensar, bueno, sea como fuere, el tío que tengo aquí delante, por decrépito que esté, es el tío que fue capaz de regalarnos esta canción. Y eso ya no nos lo quita ni su vejez ni tampoco nos lo quitará su muerte.

Entiendo perfectamente esa negativa de Dylan a ejercer de gurú de la revolución poética o de cualquier otra clase de revolución. Como la entendería, en principio, de cualquier artista. Porque, a mi juicio, es absurdo pedir a los artistas un compromiso intelectual y político que exceda el propio compromiso intelectual y político que ya se expresa en sus obras. Es obvio que ese compromiso no deja de estar presente en algunos temas de Dylan. Pero lo está bajo la forma que corresponde a un artista, que es la de la obra que, directa o metafóricamente, expresa una repulsa o una crítica a una determinada situación, más concreta o más de fondo, que existe en nuestro presente. ¿No es esto ya suficiente? ¿Por qué debería Dylan, además de ser capaz de componer tales canciones, ser también capaz de convertirlas en un discurso político? ¿Por qué debería, sencillamente, tener el deseo de realizar esa conversión y dedicar su tiempo a emitir discursos? Lo que Dylan quería hacer públicamente, que era cantar sus canciones, ya lo estaba haciendo. Toda la voluntad de crítica que a través de ellas quisiera expresar, ya estaba ahí, justamente en sus canciones, hecha realidad para quien fuera sensible a esa crítica y a ese modo de hacerla. Pedirle que, además, se convirtiera en un activista político, es como pedirle al fontanero que nos viene a arreglar un grifo que nos arregle también el enchufe que se nos ha averiado.

La reacción del público frente a Dylan sólo puedo entenderla como una consecuencia de la avidez de las masas por encontrar líderes que les digan lo que tengan que hacer. Una pretensión que no voy a criticar y que podrá parecerme más o menos legítima, pero de la que comprendo que Dylan quisiera desentenderse rápidamente. Porque son dos cosas muy distintas componer canciones que puedan conmover a las masas y liderarlas activamente. Y está claro que a Dylan esta última tarea no le interesaba en absoluto. Perfecto. ¿Alguien puede argumentar con cierta solidez por qué debería interesarle? Lo dudo mucho.

Un beso, doctor Lagarto!

junio 05, 2010 8:44 p. m.  
Blogger Lady Blue dijo...

Haciendo una breve incursión por estos parajes, por cierto que son, permiteme que te lo diga increiblemente gratificantes de visitar, quiero decirte que soy seguidora de Dylan y que me encanta poder conocer más detalles tanto de su música como de él como persona y no personaje...
Me pregunto muchas veces, porque hasta ahora no me he brindado el placer de traducir sus temas para entenderlos y simplemente he disfrutado sólo de sus melodías...algo que ultimamente hago ya por costumbre en cuanto una canción me gusta o me llama la atención. Nunca es tarde si la dicha es buena..no? ;)
Me gustaría pedirte algo si te parece bien... Admiro y me gustan muchos artistas y muchas canciones de diferentes estilos, pero de entre todos ellos, siento una predilección especial por Janis Joplin. No se si has escrito en tu blog algo sobre ella, ya que no lo he podido leer todo, pero me encantaría que la incluyeras en tu blog, es posible esta petición? mi canción (algo díficil de elegir por cierto...)"Little girl blue"

Ahí dejo eso, al final de breve..nada...jejejejee

Saludos

junio 06, 2010 4:59 a. m.  
Blogger ALEX B. dijo...

Hola Nosurrender:
Me parece muy intersante tu entrada.Me ha gustado mucho.
Un saludo.

junio 06, 2010 2:18 p. m.  
Blogger Roberto dijo...

Que qué se siente...?pues belleza y soledad...

Dylan es un inmenso poeta atrapado en el cuerp de un genio...toda una encrucijada

un abrazo

junio 08, 2010 7:27 p. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Cohelet, me alegra verle por aquí. Yo también pienso que lo mejor que tiene son las canciones de amor. Especialmente las de desamor, él es el mejor es esas tristezas.

Salud!

junio 13, 2010 11:00 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Doctora Antígona, tampoco yo creo en esos rankings. Pero cuado algo coincide varias veces en alcanzar esas posiciones tan altas en encuestas a profesionales a lo largo de varias generaciones, pues algo tiene que tener.

Ver tocar a Dylan ahora (69 años mal llevados) no es lo mismo que verle cuando emanaba todo aquello que sedujo a una generación, es una pena que el tiempo sea tan inexorable. Pero, sinceramente, creo que es uno de los personajes vivos más relevantes de la historia moderna de los hombres. Sería como tener la oportunidad de ver escribir a un ciego Borges, o filosofar a un anciano Descartes. No es el mejor directo el suyo hoy por hoy, pero me alegro de que disfrutara de la experiencia en algún momento.

Supongo que esa necesidad de pedirle a los artistas un compromiso intelectual parte de nuestras emociones más primarias. Necesitamos alguien a quien amar, y cuando se ama a alguien se confía en su corazón, ¿quién mejor que la persona amada, entonces, para que haga cosas buenas por nosotros? Por lo demás, nunca he entendido que se quiera meter a los artistas en el grupo de los intelectuales. Me parece, simplemente, un completo timo de dimensiones cósmicas que nos quieran meter como intelectual que puede dirigir movimientos sociales a personas como Miguel Bosé o José Luis Garci. Y Dylan es demasiado inteligente para caer en eso.

Besos, doctora Antígona!

junio 13, 2010 11:00 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Muchas gracias, Lady Blue. Creo que las letras de las canciones que nos interesan, incluso cuando son tan sencillas como un “she loves you, yeah, yeah, yeah”, acaban dando más solvencia a toda la canción. Y hay veces, como en muchas de las de Dylan, que te pueden llevar a dimensiones poéticas mucho más interesantes. El hecho de que Bob Dylan haya sido propuesto varias veces como premio Nobel de Literatura no es por sus acordes, sino por sus letras :)

Me encanta Janis Joplin, era una fuerza de la naturaleza. La verdad es que algo he escrito sobre ella hace tiempo. Debería volver a hacerlo, sí.

http://ellagartoentulaberinto.blogspot.com/2007/09/may-be.html


Gracias y saludos!

junio 13, 2010 11:00 a. m.  
Blogger NoSurrender dijo...

Alex, gracias por tus palabras. Pásate más por aquí. Saludos!



Roberto, lo has definido muy bien: belleza y soledad. Yo le añadiría también una triste lucidez. Qué gran poeta, sí. salud!

junio 13, 2010 11:01 a. m.  
Blogger PSYCOMORO dijo...

Impresionante entrada para un obra maestra que se merece todos los minutos que podamos dedicarle. Dylan es un pozo sin fonfo, un irónico mutante, emigrante permante de lo convencional y provocador nato. Me interesa mucho cómo lo abordas. Estar por aquí siempre es un lujo, Lagarto.

junio 13, 2010 11:55 p. m.  
Blogger la jardinera dijo...

¡Ay Bob Dylan! ¡Si yo te contara...! Siempre me ha gustado mucho cómo canta, su sencillez, su aura, pero hace unos años me la gastó bastante gorda y desde entonces ya no lo siento de la misma manera.

Resulta que actuaba en Donosti (Yo vivo en Huesca) Tenía que ir con una amiga a la salida de su curro. Cogimos el coche, llegamos a San Sebastián, fuimos escopeteadas al hotel a dejar las cosas y cuando entramos en el Anoeta estaba cantando su penúltima canción. Yo dije "¡bueno, escucharemos sus bises" pero NO!! Bob Dylan no hace bises, lo había anunciado en la prensa ese mismo día. Toda mi emoción se fue al carajo, hasta lloré, no escuché Hurricane, ni Like a Rolling Stone. Pero lo que más pena me dio fue no escuchar "ONE MORE CUP OF COFFEE! ¡Mi prefe!

Me ha encantado cómo lo has contado todo. Eres un artista.

Besitos,

junio 14, 2010 7:57 p. m.  
Blogger Luna Roi dijo...

Adoro a Dylan... esta mañana bordeé el Sena en mi vespa escuchando I want you en el iPod bajo el casco. Es inigualable.

junio 17, 2010 11:02 a. m.  
Blogger ana dijo...

"Supongo que, a veces, intuyes que las cosas tienen que cambiar, que van a cambiar, pero únicamente lo sientes sin saberlo con seguridad".


Creo que todos hemos vivido momentos así, de intuición y de cambio. Y creo que ese es el único escenario de la libertad. Es una intuición clara, pero sin definición. De repente, la incertidumbre, ante tí, todo el abismo de la libertad.

Sí, es una hermosa canción.

Un abrazo.

junio 20, 2010 12:05 a. m.  

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